🌼 29: Nuestro lazo
JiMin suspiró completamente cansado cuando pasó su tarjeta del trabajo para registrar su salida de la empresa. Hace algunos meses que ya había empezado en el mundo laboral después de haber regresado a Corea.
Al inicio creyó que no sería fácil obtener un trabajo en donde le pagaran lo suficiente a pesar de haber hecho una excelente carrera y haberse titulado por promedio. La empresa en la que estaba ahora era una gran empresa aeronáutica en Seúl, manejaban una tecnología increíble con las aerolíneas y a ser verdad, le iba muy bien.
No recibía lo mismo que otros compañeros que llevaban años trabajando ahí, pero por algo se empezaba. Además, no era un trabajo pesado, solamente hacía 6 horas laborales, pero aún así terminaba algo agotado.
Aún era temprano, recién habían dado las 6 de la tarde, estaba cansado y quería llegar a casa para acostarse a dormir durante el resto del día. Seguramente YoonGi estaba aún en la empresa, así que pasaría a comprar algo de comer a una tienda de conveniencia y después se iría a casa.
JiMin debía admitir que ser adulto era agotador, a pesar de que no cumplía con horas exigentes de trabajo, tener que estar de aquí para allá a las carreras era suficiente motivo para querer quedar en bancarrota.
Cuando llegó a casa con las bolsas de comida que había comprado, supuso que el mayor seguía trabajando, ya que el lugar se veía completamente solo. Prendió las luces de la sala para luego caminar hasta la cocina y dejar las cosas que compró. Sin embargo, en cuanto entró en aquel lugar, escuchó una gruesa voz que comenzó a cantar. JiMin dio un pequeño salto en su lugar y luego fijó su mirada en quién estaba ahí.
YoonGi tenía en sus manos un pequeño pastel, mientras cantaba feliz cumpleaños para el omega.
Fue entonces cuando JiMin recordó que fecha era exactamente ese día, y no pudo evitar sentirse como un completo tonto.
El alfa caminó lentamente hasta posicionarse frente a JiMin a una muy corta distancia, ambos hombres se sonreían con cautela, uno muy conmovido por la pequeña sorpresa y el otro feliz de estar celebrando a su omega.
—Bien, pide un deseo. — YoonGi dijo, después de haber terminado de cantar.
El omega lo pensó durante algunos segundos, para después acercarse y soplar la vela que estaba encendida. YoonGi sonrió al ver a su pequeño omega, el aroma a pino se hizo más profundo en la habitación, despistando un poco a ambos chicos, el aroma de JiMin también era notable ya que la emoción del momento le había hecho soltar sus feromonas.
—Olvidé mi propio cumpleaños — el omega hizo un puchero —, ni siquiera pensé en eso todo el día, lo siento.
—No importa, eso me dio un poco más de ventaja al sorprenderte — el alfa sonrió, dejando de la aquel pastel sobre la estantería —, supuse que no lo recordabas, en todos tus cumpleaños siempre estabas insistiendo una semana antes.
JiMin rodó los ojos. —Bueno, pero al menos tengo un alfa que se encarga de recordarmelo.
El pelinegro sonrió, llevando una de sus manos hasta el suave color rosa pálido que iluminaba el cabello de JiMin, hundió sus dedos sobre su sedoso cabello y se acercó a dejar un beso sobre su mejilla.
El omega se abrazó a su cuerpo, sintiendo la emoción recorrer su espalda y su vientre cosquillear, su lobo se removió inquieto y jadeando cual cachorro al percibir el fuerte aroma que desprendía el alfa.
Fue entonces cuando cayó en cuenta de algo muy importante y un tanto desconcertante.
YoonGi estaba en su rut.
—YoonGi... — el omega se restregó contra su pálido cuello, aspirando su aroma todo lo que pudo —, sabemos que tú puedes controlarte, p-pero yo...
El alfa se alejó un poco de su cuerpo, llevando su mano hasta la mandíbula del menor y tomando su rostro con algo de prisa, unió sus labios en un beso.
—Todo el tiempo te la pasaste pidiendo una marca, un lazo y todo eso — YoonGi bajó su boca con lentitud, desde su mandíbula hasta su cuello, dejando un nuevo beso —, creo que es el momento perfecto para cumplir tus caprichos.
El omega abrió sus ojos un tanto impactado por la respuesta, creyó que una vez más YoonGi solamente se alejaría o tomaría un par de supresores, tratando de apaciguar las cosas. Pero no podía negar que le gustaba esto, si bien también podía controlarse, él siempre había sido el primero en sacar en cara lo de la marca.
—Esperar a un rut o mi cumpleaños... ¿no crees que es un poco cliché?— el omega alzó una ceja, mientras veía a los ojos del alfa.
—Probablemente lo es. Igual podemos dejarlo para otra ocasión menos "cliché" — contestó el mayor, dándole una leve sonrisa un poco cínica.
—Ni de broma.
JiMin se abalanzó contra el alfa, uniendo sus labios una vez más, buscando su lengua con inquietud y siendo recibido por aquel músculo. Las grandes manos del mayor bajaron un poco más allá de sus muslos, tomando con fuerza de estos para hacer que el menor rodeará su cintura.
JiMin se tragó un gemido al sentir esas perfectas manos tocando su trasero, amasando sus glúteos con necesidad. El beso era un poco exagerado y de hecho algo inexperto, pero era por la emoción del momento, sobre todo porque sabían que por fin darían el paso más importante en su relación.
Hacer el amor era algo tan banal en esos momentos, lo único que necesitaban era ejercer su marca sobre el otro, dejar una huella que las personas pudieran admirar. YoonGi no se consideraba alguien posesivo, pero realmente quería dejarle en claro a cualquier persona que se acercara al omega que ya tenía un alfa.
Y bueno, tal vez sí estaban algo ansiosos de explorarse el uno al otro. Algo que necesitaban por naturaleza, porque ya habían esperado tantos años.
El cumpleaños número 21 de JiMin estaba por volverse el mejor.
El omega jadeó fuertemente cuando su boca fue liberada, YoonGi bajó sus besos por todo su cuello, quitando con sus manos la ropa que traía el menor. La ropa fue dejada de lado, regada por el piso de la habitación, la cama se removió con fuerza al tener dos cuerpos encima de ella batallando por tener su primera vez.
Y se sentían como niños pequeños, que no pudieron evitar reírse en medio del acto.
El alfa liberó sus feromonas sin pensar, nublando casi enseguida su vista ante la excitación del momento, el omega llevó sus manos hasta los omóplatos del mayor para abrazarse de esa manera.
YoonGi besaba su cuello, dejando besos por todo ese lugar, bajando poco a poco hasta sus pezones, dejando varios mordiscos sobre estos y en su clavícula. JiMin solamente podía soltar gemidos agudos, incluso aunque quisiera gritar y liberarse en jadeos y maldiciones, no podía. Pues el aroma de YoonGi le hacía sentirse vulnerable y completamente perdido, casi como si fuera una droga.
Recordaba que el rut de los alfas eran temporadas de calor sumamente fuertes, YoonGi debió haber tomado varios supresores para calmar su calor. Por supuesto, esos supresores no iban a ayudar en nada en estos momentos.
Una corriente de placer recorrió la espalda de JiMin, haciendo que soltará un profundo gemido, volviendo a ser callado por los labios de YoonGi.
Su cuerpo casi desnudo terminó por ser liberado en cuanto el mayor se deshizo de las últimas prendas que quedaban. JiMin ahogó un jadeo de impresión al sentir entre sus piernas aquel miembro, nunca lo había visto como tal, es decir, podía observarlo a través de la ropa de YoonGi y algunas veces se marcaba, pero ahora que lo estaba sintiendo, era completamente diferente.
—Voy a ser cuidadoso, pero...
—¿Pero?— preguntó el omega, abrazando aún de los hombros al mayor.
—Pero es mi rut, sé que no voy a poder controlarme, perdón si te lastimo. — YoonGi murmuró, besando su frente con cariño.
El alfa podía sentir el calor recorrer su cuerpo y las ganas de querer marcar a su omega le carcomía por dentro. Pero es que, había esperado tanto por esto, y aunque se viera como un tonto desesperado, realmente no quería dar marcha atrás.
JiMin llevó una de sus manos hasta el cabello algo largo del alfa, dejando suaves caricias en aquélla zona.
—Más vale pedir perdón que pedir permiso. — murmuró el omega, escuchando como YoonGi soltaba una risita ante sus palabras.
Fue todo lo que pudo decir antes de volver a ser devorado por los labios del contrario, YoonGi exploró su boca con aquélla lengua, saboreando todo lo que pudiera. No sabía si era sólo su imaginación, pero podía percibir el rico sabor a fresas en la boca de su omega, o probablemente sólo era su intenso aroma.
Las feromonas se encontraban en la habitación, volviendo el momento más caliente y placentero para ambos chicos. La pareja estaba en su mundo, disfrutando de la conexión y las caricias en su cuerpo.
YoonGi tomó una de las piernas de JiMin, besando desde su pantorrilla hasta el interior de su muslo, escuchando como el omega soltaba graves quejidos.
Antes de apartarse por completo, dejó una gran mordida sobre aquel muslo, escuchando el grito en forma de queja del menor. Besó por última vez aquella zona y pasó directamente a su paraíso.
Su boca se pegó con brusquedad a la entrada del menor, sacando su lengua para poder dejar suaves caricias con ella. Comenzó a succionar por ratos, después de terminar de besar toda la zona, JiMin solamente tenía los ojos cerrados y apretaba con fuerza las sábanas de la cama, sus piernas rodearon los hombros de YoonGi, apretando con algo de fuerza, haciendo que el alfa no pudiera despegarse de su entrada. Sin embargo, el mayor seguía jugando sobre aquélla zona, sin importarle cuantas reacciones llenas de adrenalina tuviera su omega.
JiMin era sumamente sensible, sobre todo si nunca había experimentado algo así. La lengua de YoonGi hurgaba su entrada como si fuera su propio miembro, sacando varios gemidos de su boca, succionaba con fuerza y marcaba sus dientes sólo un poco. Ocasionando que el menor tuviera un orgasmo a los pocos minutos.
Una gran cantidad de esperma se escurrió por la punta de su miembro, llenado con su mismo semen todo su vientre y parte de su abdomen.
YoonGi se alejó, sintiendo como las piernas sobre sus hombros temblaban por el fuerte orgasmo que había ocasionado al omega. Sonrió, sintiéndose orgulloso de su cometido, sobre todo porque quería hacer disfrutar al menor tanto como fuera posible.
JiMin estuvo a punto de removerse de su lugar, pero las manos del alfa sobre sus caderas se lo impidieron.
YoonGi se agachó un poco, escupiendo una gran cantidad de saliva en su entrada, su omega estaba lubricando, pero quería estar seguro de que al menos su miembro entraría bien, para no hacerle pasar tanto dolor.
—Yoon... — el menor susurró al sentir los dedos de YoonGi sobre su entrada, esparciendo por completo la saliva con su lubricante natural, seguido de eso, sólo pudo sentir como aquellos largos dedos se hundieron en su interior sin problema alguno —, ¡Ahh! dios...
—Shhh — el alfa murmuró desde arriba, empezando a mover sus dedos lenta y torturosamente, los sacaba con lentitud hasta dejar la punta sobre la entrada, volviendo a hundirlos con fuerza, tocando algo dentro de él —, mantente tranquilo, bebé.
JiMin abrió sus ojos con fuerza, sus lágrimas bajaron por sus ojos, escurriendo por todo su rostro, eran lágrimas que había soltado inconscientemente al sentir los dedos de YoonGi tocando un punto dentro de él. Le había hecho sentir bien, y quería que lo siguiera haciendo.
YoonGi volvió a utilizar sus dedos, preparando el interior de su chico con la misma intensidad de hacer rato, aumentando poco a poco los movimientos.
Sacó sus dedos de aquel lugar, observando como estos habían quedado completamente lubricados. Negó lentamente al ver la expresión de cansancio en el rostro de JiMin, su alfa no iba a dejar que su omega se durmiera, no ahora que ya estaba completamente duro como una roca.
JiMin sintió las manos de YoonGi tomar sus caderas, moviendo rápidamente de ellas. Abrió sus ojos, entendiendo las indicaciones que YoonGi le dio, se alzó con algo de pereza de su lugar y siendo guiado por las manos del mayor, se acomodó dándole la espalda.
No obstante, YoonGi tomó de su cintura con fuerza, haciendo que su trasero quedará en el aire, con otra de sus manos presionó la otra mitad de su cuerpo contra la cama, dejando el rostro de JiMin contra la almohada.
El omega abrió sus ojos algo intranquilo cuando volvió a sentir la respiración del alfa sobre su entrada, sintiendo como este sólo dejaba un beso sobre aquel lugar.
—YoonGi... por favor, ya deja de torturarme así — lloriqueó el omega, haciendo que el alfa soltará un profundo respiro.
—Tranquilo, omega — su caliente aliento golpeó contra la mejilla de JiMin —, voy hacerlo ahora mismo.
El pelirrosa apretó con fuerza la almohada sobre la que estaba acostado, apretó con fuerza sus labios, evitando soltar un grito cuando la punta del pene de su alfa se fue hundiendo en su interior.
Era grande, grande y grueso, podía sentirlo porque su agujero se extendía conforme aquel trozo de carne se iba sumergiendo en su interior.
Era la primera vez que sentía tanto placer, que sus bonitos ojos no pudieron evitar girar de placer, haciendo también que su boca se abriera por inercia y soltará fuertes gemidos al sentir aquel miembro en su interior.
—Ya c-casi... — murmuró con su ronca voz sobre el oído de su omega.
—¡Agh! ¡a-alfa! — el pelirrosa no pudo retener su fuerte grito cuando sintió como YoonGi se movía para terminar de meter todo su miembro.
—Voy a moverme, precioso.
JiMin hizo caso omiso a sus palabras, pues seguía perdido en el placer de estar apretando el miembro de YoonGi con sus paredes anales. Un fuerte grito salió de su boca cuando YoonGi comenzó a moverse, entrando y saliendo de su interior, logrando que su pene se moviera con facilidad por el lubricante. Aún así, era difícil moverse con comodidad al estar tan apretado.
Las piernas de JiMin luchaban por mantenerse alzadas, sosteniéndose de sus rodillas mientras YoonGi tenía casi todo su peso sobre él. La punta de los pies del alfa se apoyaba contra la cama, mientras todo su cuerpo se alzaba por sobre JiMin, recargando su pecho contra la espalda del menor y su miembro entraba y salía a un ritmo adecuado del pequeño agujero de su omega.
—¡Yoon...! más, por fa-
—Sé paciente omega, o te aseguro que dolerá mucho más. — le respondió el alfa, cortando sus palabras.
—Ni-ni siquiera puedo sentir... sentir dolor — JiMin hablaba con dificultad —, YoonGi, p-por favor...
—¿Qué quieres? corazón — preguntó, jugando un poco con él.
—Hazlo más fuerte, por favor — el omega apretó con fuerza su entrada, sacándole un grueso gemido al alfa —, lo quiero todo, pero rápido por favor.
Con algo de dificultad, JiMin se movió para poder dejar su cuerpo un poco doblado, pasando su brazo por el cuello de YoonGi mientras el mayor seguía dentro de él. YoonGi sonrió, besando su mejilla, para luego atacar sus labios.
—Como órdenes, mi precioso omega. — murmuró sobre sus labios.
Las largas piernas de YoonGi se volvieron a impulsar, dejando que su pelvis se moviera con fuerza, hundiendo su verga en aquel estrecho lugar. Sus cuerpos se movían sobre la cama al ritmo de las embestidas, sacando gemidos de la boca de JiMin.
—Oh dios, oh dios... — el omega aventó su cabeza hacia atrás —, se siente muy bien, YoonGi.
El golpeteo obsceno que hacían las bolas de YoonGi contra su trasero era completamente exquisito ante los oídos de ambos. JiMin sólo quería más, porque había esperado por eso tanto como YoonGi, sólo quería sentir aquel gran miembro en su interior todo el tiempo que fuera posible.
—Ahh~ maldición omega, te gusta jugar sucio, ¿eh?— murmuró sobre su oído —, y pensar que yo era el necesitado de la relación — empujó su miembro más fuerte, golpeando sin compasión en aquel lugar —, ahora veo que mi pequeño también necesitaba tanto de la polla de su alfa.
—¡A-aah! ¡agh! ¡sí, sí! te necesitaba mucho... — dijo, bajando un poco la voz al perder casi la respiración cuando el mayor presionó con fuerza su miembro en su interior.
Está vez ni siquiera salió, simplemente siguió empujandose, como si hubiera algún espacio más allá dentro para que su miembro entrara. Pero estaba presionando su próstata, logrando que esta doliera.
Sus rostros seguían casi pegados, YoonGi salió de su interior, escuchando como JiMin soltaba un quejido por el repentino abandono de su alfa. El mayor no dejó que su omega protestara, pues intercambió de posición sus cuerpos, ahora con el alfa recostado en el respaldo de la cama, dejando descansar un poco su cansado cuerpo, mientras JiMin se sentaba entre sus piernas.
YoonGi sabía que su omega no había estado nunca con otras personas, pero era inexplicable como el menor tenía resistencia y sobre todo, no se quejaba del dolor.
—Ven, cariño. Pon tus pies aquí y déjate caer sobre mi verga. — murmuró a espaldas del omega, haciendo que este acatará sus órdenes tan pronto como las dijo.
JiMin posicionó la planta de sus pies a cada lado de YoonGi, dándole la espalda todavía, dejándose caer sobre su regazo.
El alfa abrazó su cintura con una mano, mientras que con la otra tomaba su pene y lo llevaba hasta la entrada de su omega. Escuchando como el pelirrosa volvía a soltar en gemidos profundos al sumergir su gruesa polla en su cavidad.
El menor echó su cabeza para atrás, recargándose sobre el hombro de YoonGi.
—Ven, pasa tu brazo por aquí y controla tus piernas lo mejor que puedas. — YoonGi tomó de su brazo, haciendo que el menor rodeará su cuello con este, sus pies estaban aún sobre la cama mientras alzaba su cuerpo un poco, dejándose caer sobre aquel miembro introducido en él.
Comenzó dando suaves saltitos, dejando escapar sus gemidos poco audibles. YoonGi dejó salir sus gemidos mientras sentía como el menor montaba su polla con lentitud, sabía que JiMin no era experto en esto, pero le encantaba estar haciendo esto con JiMin.
—Yoon, duele, duele — murmuró el omega —, quiero llegar.
El alfa sonrió, besando rápidamente su pecho, el cual estaba a su disposición al tener a JiMin rodeando su cuello con su brazo, dejando justo a su lado el bonito pecho del omega.
—Vamos, cielo. Tu puedes, si logras cabalgar bien mi polla, prometo darte una recompensa después. — le dijo, haciendo que el omega se quejara bajito.
Al inicio creyó que el pelirrosa se pondría exigente, pero le sorprendió un poco ver como JiMin volvía a moverse sobre su miembro. Está vez el omega puso gran fuerza sobre sus piernas para moverse de arriba a abajo, tomando toda su longitud sin quejas.
—Oh cielos, así, sigue moviéndote así, precioso. — YoonGi dijo, tomando con cada mano de los muslos de JiMin, abriendo aún más sus piernas y ayudándolo a joderse mejor.
—¡Ah! Yoonie, s-se siente muy bien — gimió con gusto, mientras su cuerpo se sentía tan ligero al estar saltando encima del miembro de YoonGi, tomando todo de él hasta perderlo en su interior.
Su próstata fue atacada una vez más, el placer se hizo sumamente exquisito y sus vientres cosquillearon. JiMin se aferró con fuerza al hombro de YoonGi, mientras sus gritos no dejaban de salir al mismo tiempo que sintió su orgasmo llegar.
Y entonces, su vientre fue llenado tan pronto como el mayor regó todo su esperma en su interior, derramando todo su líquido en aquel lugar.
—Esto también va a doler, corazón. — susurró sobre su oído, moviendo rápidamente el brazo de JiMin de su hombro para poder incrustar sus dientes sobre una parte del cuello del omega, dejando su gran marca sobre aquel lugar.
La punta de su pene se agrandó, formando el nudo en el interior del chico. JiMin solamente pudo soltar sus lágrimas y gemidos, tanto de dolor como placer, pues la marca ardía y dolía como el infierno, pero el nudo en su interior y el simple hecho de saber que habían formado un lazo, le hacía sentir feliz.
Las gotas de sangre se esparcieron por todo el pecho de JiMin, y algunas gotas bajaron por su espalda, manchando también al mayor. YoonGi se alejó, dejando suaves lamidas sobre aquélla marca recién hecha, besando con cuidado para no lastimar más al menor.
Su pecho subía y bajaba, al igual que el de su pareja. Estiró su mano para poder tomar la almohada, sacando la funda de esta y con ello, cubrir la marca de JiMin para evitar que la sangre siguiera escurriendo.
Cuando el nudo se esfumó después de algunos segundos, YoonGi se dio cuenta de que JiMin se había quedado dormido tan pronto como la adrenalina del placer había pasado.
Cuando salió de su interior escuchó el suave quejido que dejó salir su omega, dejó todavía la funda de la almohada cubriendo su marca, y acomodó el cuerpo de su chico de manera que pudiera descansar mejor.
YoonGi sonrió al ver al pelirrosa tan sumido en el sueño. Y su lobo e instinto de alfa solamente le hizo sentirse más satisfecho y orgulloso de sí mismo finalmente al haber marcado a su omega.
Después de eso, solamente se levantó de la cama, corriendo al baño para preparar la bañera con agua caliente. No importaba si su omega estaba muy cansado, no iba a dejar que durmiera con restos de sangre, semen y sudor por todo su cuerpo.
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