🌼 28: Legalmente mío
JiMin sonrió en grande cuando Blair adornó su pomposa mejilla con la marca de un beso, el rojo vivo que tenía sobre sus labios ahora estaba marcado en su mejilla.
—Sabes, he recibido mejores besos. — respondió, haciendo que la chica rodará los ojos.
—Sí, sí, todos sabemos quien te da los mejores besos, no es necesario que nos lo recuerdes — murmuró ella para después soltar un chillido de emoción —, ¡estoy tan emocionada de que esté día llegara! ¡no más escuela nunca más!
—Creí que estarías más emocionada por haberte graduado en lugar de ya no ir a la escuela. — la voz de Nick los sacó a ambos de su platica.
—También, sinceramente jamas creí que llegaría tan lejos. — comentó la omega.
JiMin rascó nervioso su nuca, estaba algo inquieto de que todos ahí estuvieran tan felices con su familia, abrazándose y felicitándose por haber terminado la universidad. El problema es que, YoonGi le dijeron que viajaría lo más rápido posible hasta allá, pues había tenido demasiado trabajo en los últimos meses, y el alfa no quería perderse la graduación del omega, pero su avión despegó con el tiempo corto.
Ahora mismo, JiMin se sentía un poco decaído por no tener a YoonGi en su evento de graduación, pero al menor lo vería en un rato más.
—La verdad yo nunca imaginé llegar tan lejos — murmuró el omega, llamando la atención de sus amigos —, ahora no sé que haré con mi vida, ya me gradué y todo eso, pero, ¿y ahora qué?
—Fácil, tienes mejores oportunidades de trabajo en Corea, al irte de aquí creo que estarás llegando con muchas oportunidades.
—¿Ya le dijiste a tu alfa?— murmuró por lo bajo Blair.
JiMin negó, haciendo un puchero con sus labios, tampoco había tocado el tema del trabajo con YoonGi, pues este había estado tan ocupado que no tuvo tiempo de contarle sobre la situación.
—Es cierto, que tu apuesto hombre de negocios no sabe que te dieron oportunidades de trabajo en Reino Unido. — Thomas soltó una risita.
—¿Vas a aceptar?— preguntó el otro alfa; Fern.
—No lo sé — JiMin hizo una mueca —, pasé tantos años lejos de casa y de YoonGi que realmente no sé si quiera seguir quedándome aquí. Aunque debo admitir que las propuestas son tentadoras, también quiero volver a casa.
—Bueno, te recuerdo que tu alfa ya es un anciano, así que es mejor que vayas a cuidarlo de que muera de un infarto. —respondió Nick, haciendo que los demás e incluso JiMin soltaran en risas.
El omega no tenía pensado aceptar las propuestas de trabajo que varias agencias aeronáuticas le habían dado, aunque era una gran ventaja y una oportunidad excelente, ya no deseaba pasar más tiempo lejos de su predestinado.
—Hablando del anciano, acaba de llegar. — susurró Blair, haciendo un movimiento de cabeza en la otra dirección.
JiMin se giró tan rápido como pudo, sonriendo en grande al ver al alfa recién llegado al evento, aunque ya había pasado la ceremonia, estaba feliz de verlo ahí. Se sintió algo avergonzado al verlo de nuevo con un ramo de flores, casi igual al que le dio en su antigua graduación.
YoonGi encontró su mirada y correspondió su sonrisa, caminando apresurado entre toda la gente de aquel lugar.
—YoonGi, llegaste. — se abrazó a su cuello, aspirando el suave aroma del mayor.
—Lo siento, siempre llego tarde a estas cosas. — JiMin negó después de escuchar sus disculpas.
—Está bien, al menos llegaste. — le dijo, parándose de puntitas para dejar un beso sobre la esquina de sus ojos, justo donde se hacían unas leves arrugas.
YoonGi seguía siendo igual de atractivo, pero ya no era tan joven, y aunque no se notaba mucho, si lo mirabas con mucha atención podías encontrar varias arrugas en su rostro.
—Te extrañé tanto, omega. — le susurró el mayor, dejando un beso sobre sus labios, haciendo que el pelirosa abriera la boca para tener mayor contacto.
—Yo también, alfa.
Después de haberse tomado algunas fotos, y de haber obtenido miradas por parte de varios alumnos que no conocían a YoonGi, tomaron un rumbo un tanto apresurado. YoonGi estaba por negarse, pero JiMin ya no quería seguir esperando.
—Es demasiado rápido que viajemos a Corea de último momento. — el alfa arrugó su entrecejo.
—P-pero YoonGi, entre más rápido lleguemos más-
—Calma tus hormonas omega, cuando lleguemos te voy a encerrar en una habitación con un montón de hielos para que se te baje lo caliente. — contestó el mayor, haciendo que JiMin soltará una risita divertida.
—De acuerdo, yo soy el depravado ahora — rodó los ojos —, pero tuve que esperar 20 años de mi vida para esto, y tú dijiste que algún día tendría una marca y no sería temporal.
YoonGi bufó al escuchar la respuesta del chico, JiMin era listo, no se le escapaba nada en absoluto, y ere increíble que realmente recordará tanto de esos tiempos. El caso es que, hace algunos meses ya habían subido a segunda base, nada del otro mundo, sólo besos más candentes y algunos que otros toqueteos, pero nada más allá de eso.
Y el omega parecía el más desesperado de ambos por pasar a la última fase.
Bien lo dijo Seokjin, los omegas a veces resultaban siendo los más calientes de la relación.
—De acuerdo, haremos lo que tu quieras — tampoco es como que se resistiera a la idea —, pero te lo advierto, Park JiMin, vas a lamentar haberme pedido eso. Llevo también 20 años en abstinencia.
JiMin soltó una carcajada, haciendo que olvidara por un momento la conversación que estaban teniendo.
—Bueno, ya esperamos lo suficiente. — dijo el omega, dejando un beso sobre la mejilla de su alfa, levantándose del sofá en el que estaba para poder ir a su habitación a cambiarse de ropa.
YoonGi debía admitir que haber esperado 20 años por Park JiMin era demasiado, muchas veces había batallado con su lobo para poder controlarse en sus tiempos de calor. Pero ahora, dudaba mucho retener sus deseos carnales con su omega, el precioso y perfecto Park JiMin era un omega sumamente atractivo.
Tal vez haber aprendido a bailar le ayudó demasiado, la manera en la que eso ayudó al omega a soltar su cuerpo y volverse demasiado seductor y confiado de sí mismo fue impresionante.
Y YoonGi no podía fingir que todo estaba bien cuando el pequeño omega se sentaba sobre su regazo de manera "inocente", porque ya sabía que lo hacía con otras intenciones.
También cuando hacía sus constantes insinuaciones.
YoonGi a veces se sentía como el santo de la relación.
Escuchó un fuerte grito provenir de la habitación del menor, haciendo que se sobresaltara ante aquello. Se levantó de su lugar y a pasos apresurados se aproximó a la habitación, al entrar se llevó con la gran sorpresa de que su omega estaba viendo la camisa que le había comprado, porque sí, a parte de las flores también le había regalado algo más.
—¿Te gusta tanto?— preguntó con diversión.
—¡Claro que sí!— señaló el menor mientras sonreía —, sabes que me gusta mucho BT21, a pesar de que ya este grande, pero está playera es exactamente a la que usaba de pequeño.
YoonGi lo miró completamente embelesado.
—Si bueno, quería traerte un pequeño recuerdo de tu niñez, ahora que ya eres todo un adulto.
JiMin sonrió, sus mejillas estaban levemente rojas, su corazón latía rápido por la emoción. Min YoonGi era un alfa increíblemente bueno, en lo que sea. Y él solamente era un omega que estaba profundamente enamorado de su alfa, de su predestinado. El destino lo había querido así, así era como sus caminos se fusionaban.
YoonGi podía ser 20 años mayor que él, podía ser la persona que cuidó de él desde que era un bebé, le dio un hogar y educación. Ahora había esperado pacientemente por él durante tantos años.
Pero ya no más, era todo suyo.
Dejó la ropa de lado para poder caminar hasta el mayor, dejar un beso sobre la punta de su mandíbula, al mismo tiempo que lo abrazaba por la cintura, aferrándose a su cuerpo con firmeza. YoonGi ya se imaginaba lo que JiMin haría.
El pelirosa pasó sus suaves besos por todo su rostro, con tranquilidad y adoración, hasta que llegó a sus labios, lo cual fue suficiente para ambos. Se fundieron en un beso lleno de placer, sus lenguas se encontraron y pelearon entre ellas un rato, escuchando los chasquidos que hacían al juntarse y la ligera línea de saliva que escurría de sus boca.
La lengua de JiMin era gruesa, perfecta y llamativa, el pelirosa mantuvo su lengua de fuera mientras el alfa se encargaba de saborear con su boca de esta, logrando sacar varios gemidos ahogados de parte del omega.
Ambos se alejaron un poco, el pelirosa sonrió algo avergonzado, y abrazó a YoonGi por los hombros.
—Ahora soy legal, aquí, en Corea, y en dónde sea.
—Jamás había deseado tanto escuchar eso. — le dijo el alfa, volviendo a unir sus bocas de manera desesperada.
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