🌼 26: Controversia
YoonGi sonrió al recibir un último mensaje por parte de JiMin, el omega estaba enfocado en sus trabajos finales de su primer año, y estaba algo cansado y desorientado, pero YoonGi siempre trataba de ayudarlo en lo que pudiera.
Ya que al estar en lugares diferentes, era todo un caos.
Y YoonGi no podía creer que ya hubiera pasado un año desde que JiMin se había ido a otro país. A ser verdad, no lo había sentido tanto debido a que tanto él como el omega estuvieron viajando para verse.
Él iba cada mes, aunque sea para asegurarse de que estuviera sobreviviendo bien.
En una ocasión, había llegado de sorpresa -otra vez- pero esta vez a su escuela. Sin embargo, se había llevado la atención de muchos alfas y omegas de aquélla facultad, pues no todos los días veían a un apuesto hombre con un ramo de flores bien arreglado, con un aroma sensacional y sobre todo, un alfa pura sangre.
Y de hecho, hubiera sido una llegada agradable, sino hubiera sido porque encontró a JiMin en los brazos de otro alfa, y no sólo eso, sino que era un alfa dominante como él.
No había querido hacer un drama, pues realmente no hubiera sido agradable ver eso. Supuso que JiMin solamente estaba abrazando al chico sin otras intenciones, pero su instinto de alfa no pudo ignorar eso.
Aún así, JiMin fue quien le dijo que no se pusiera celoso, pues en realidad sólo era un abrazo inofensivo. Pero ese día, recibió mimos durante muchas horas por parte del omega, al hacerle creer que seguía enojado, a pesar de que no era así, pero le había gustado ser mimado durante un largo rato.
YoonGi marcó el número del menor, esperando pacientemente a que este le respondiera.
—Hola, Yoonie — la voz de JiMin se escuchaba cansada, de hecho, estaba a mitad de la noche aún despierto haciendo tarea.
—¿Aún no te vas a dormir?— preguntó el mayor.
—No — el menor tardó en hablar —... ya estoy por terminar mi trabajo, ¿y tú? ¿vas para el trabajo?— bostezó después de decir aquello.
—Sí, recién estoy llegando. Hoy tengo varias reuniones con nuevos modelos y embajadores, así que tengo mucho por hacer.
JiMin chasqueó la lengua al escuchar lo que había dicho.
—Pues espero que te vaya bien hoy, Yoonie. Creo que terminaré esto rápido e iré a la cama, ya comienzo a ver doble — soltó una risita —, ten buen día, alfa.
—Igualmente cielo, descansa y ten buen día en la universidad cuando despiertes.
—Gracias Yoonie, te quiero mucho.
—Y yo te amo. — le respondió, para después mandar un beso a través del celular y colgar la llamada para cuando se estacionó frente a la empresa.
Cuando bajó del auto y cruzó la calle para llegar al edificio, se encontró con un montón de personas en la entrada. Era normal encontrarse a los trabajadores estando de aquí para allá, pero está vez había hasta reporteros y algunos paparazzis, lo cual lo dejó algo desconcertado.
Sin embargo, cualquier confusión quedó en el olvido al ver en recepción a uno de los actores del momento más reconocido, un atractivo chico de 26 años, modelo y cantante, si no mal recuerda; omega.
Lee Saeon.
Por supuesto, él era uno de los nuevos embajadores de su nueva marca de ropa.
YoonGi ignoró a toda costa la mirada de las otras personas, no fue fácil pasar desapercibido, pues era el jefe a cargo de la empresa, hijo único de la fundadora de Magic Shop, y claro, un alfa sangre pura.
Tomó el elevador rápidamente para poder llegar a su piso, había iniciado el día con una llamada a su omega, no quería que se viera arruinado por el trabajo.
Cuando llegó a su oficina, se encargó de organizar todas las cosas que tenía pendiente, tuvo que bajar de nuevo al departamento de ventas para que le hicieran llegar la nueva lista de la semana. Impresionante, las ventas habían aumentado desde que la nueva sucursal se abrió en Reino Unido y Daegu.
Tenía pensado abrir una nueva sucursal en algunas ciudades de Reino Unido, pero también quería probar algo nuevo, como California o Nueva York.
Después, tuvo que revisar el trabajo de los estilistas, aunque no sabía mucho sobre eso, pues tenía un jefe para cada departamento. Aún así, él siempre tenía que ir a cada sección para vigilar y cerciorarse de que todo estuviera en orden.
Después de terminar todo sus pendientes, se dirigió a la reunión con los representantes de Lee Saeon.
—Señor Min YoonGi, estamos muy agradecidos de estar aquí hoy. —saludó uno de los representantes mientras los saludaba a los tres.
—Sí, lo mismo digo — YoonGi sonrió ligeramente —, estoy feliz de que estén aquí.
—Queremos decirle que hemos checado el contrato con mucho cuidado, Saeon está de acuerdo con todas las reglas. — dijo otro de los señores.
—Sí bueno, estoy conciente de ello. Pero tiene que entender que el ser embajador de una empresa es muy delicado, tiene que cuidarse demasiado.
—Evidentemente mi imagen pública siempre pondrá en problemas a la empresa, pero yo siempre he sido un omega muy cuidadoso. Lo que pasó hace unas semanas no fue problema-
—Sé que todas las figuras públicas son personas y tienen derecho a vivir — cortó YoonGi antes de que el omega terminará de hablar —, pero también sé que mi empresa vale mucho, y no, no es por despreciar tu imagen, pero tienes que ser consciente de que al firmar un contrato, debes hacer las cosas bien.
Saeon se sintió algo avergonzado al recibir esa respuesta, pero de todos modos asintió después de escuchar lo que YoonGi tenía para decir.
El alfa extendió su mano hasta que tomó la carpeta que traía el contrato, abrió de esta para poder revisar todo, ya que siendo sinceros, él no sabía ni lo que venía en esos papeles.
Firmó por parte de la empresa, dándoles la mano cada uno para después retirarse.
Ante los ojos de los demás debía verse como un alfa despiadado, realmente no le interesaba mucho lo que algunas personas pensaran de él. Ya se había creado una fama un tanto extraña, pues al ser el predestinado de un chico que es 20 años menor que él, los rumores corrían rápido. Además de que, al ser un alfa que era considerado atractivo, robando los suspiros de miles de omegas y betas que querían su atención.
Pero su atención solamente estaba dirigido a una sola persona.
A su pequeño omega.
Las puertas del elevador se abrieron, haciendo que prestara atención a la persona que había entrado. Lee Saeon había encontrado el momento perfecto para escapar de las garras de sus representantes, y solamente había tomado el elevador pata huir lo más rápido posible, sin saber que se encontraría con aquel alfa.
—Señor Min. —saludó el menor, YoonGi alzó las cejas en forma de saludo.
Tratando de ignorar la presencia uno del otro, se quedaron inmóviles en algún espacio. El edificio era grande, no tanto, pero al menos tenía seis pisos y tardaba un poco en bajar hasta el primero.
YoonGi solamente podía pensar en su omega, en que ya debía estar durmiendo cómodamente, pues aún quedaban dos horas para que terminará por amanecer en aquel lugar. Sonrió inconscientemente al revisar su celular y encontrar su chat, admirando su foto de perfil, el pelirosa lucía extremadamente hermoso.
Su gran sonrisa que hacía sus ojos desaparecer era su favorita, y ese agradable aroma a mora azul y hierva buena era... un segundo, ¿mora azul y hierva buena? es no era el aroma de JiMin, era el aroma que estaba percibiendo justo ahora.
YoonGi desvío su mirada al omega a su lado, el cual parecía estar recargado sobre uno de los extremos del elevador, ocultado su rostro.
Sus feromonas eran potentes y no podía controlarlas. Fue entonces cuando su lobo y él cayeron en cuenta de que aquel chico había entrado en celo.
—Mierda... — murmuró —, Lee Saeon, ¿estás bien? ¿tienes tus pastillas?
YoonGi trató de poner su mano en su hombro para poder verlo mejor, pero el omega quitó su mano de un fuerte movimiento.
—N-no me toques... — el pelinegro arrugó la nariz —, yo... s-se supone que no debía pasar esto, yo to-tome mis supresores antes de salir.
—Pues no funcionaron. — informó el mayor, buscó entre sus pantalones algún supresor que tuviera, ya fuera de los que utilizaba él, pero no encontró nada ya que los tenía todos en su oficina.
Maldijo internamente al ver como el omega estaba echándose aire con las palmas de sus manos, tratando de concentrarse y mantenerse calmado. A diferencia de otros omegas, él lo estaba manejando muy bien para ser un celo sorpresa.
—¿Tu auto espera afuera?— preguntó el mayor, sacándose el saco que traía puesto, observó al omega asentir.
—Está frente al café que se encuentra a lado de su empresa.
—Bueno, no está tan lejos — murmuró YoonGi, agarró al omega de los hombros y le puso el saco que traía —, escúchame bien, vamos a salir rápidamente y voy a llevarte a tu auto, cuando estés ahí adentro debes decirle al chófer que te lleva a tu departamento. Es más, dime donde vives para que yo le diga.
Saeon gruñó. —No tengo chófer, vine con mis representantes.
—Maldición, ¿puedo ser esto peor?— se quejó YoonGi.
—Será peor si no me voy de aquí ahora. — lloriqueó el menor.
—Bien, bien — YoonGi tomó al omega entre sus brazos, lo cubrió bien con su saco para que las personas no vieran su rostro, aunque sería fácil darse cuenta, pero aún así lo hice para ser más cuidadoso —, agárrate fuerte de mí.
Cuando ya no escuchó respuesta alguna, el elevador les dio paso, saliendo tan rápido como pudo de aquel lugar. Por supuesto, había mucha gente que los observó, sobre todo porque era el jefe de la empresa sacando entre sus brazos a una persona que estaba cubierta con su saco, todos se sorprendieron.
Pero las cosas se salieron de control cuando al salir del edificio, los reporteros se dieron cuenta de que la persona que traía en sus brazos era Lee Saeon, un omega en celo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro