🌼 18: El Omega de YoonGi
YoonGi deja salir un quejido de dolor y cansancio en cuanto se desploma contra el respaldo de su silla. Se siente cansado, más bien dicho, lo está. Toda la mañana ha estado en la oficina, revisando nuevos papeles, nuevos diseños, le llegan invitaciones de todos lados, bueno, más bien dicho, le llegan invitaciones a su madre, pero la mujer le pasa la responsabilidad a él.
Hace menos de una semana que nuevas celebridades comenzaron a ser embajadores de la ropa, nuevas entrevistas, nuevas marcas, más personas de aquí para allá y él ya no sabía ni donde caerse muerto.
Estaba agotado, necesitaba tomar unas vacaciones.
Trabajar no le aborrecía, tiene todo lo que tiene gracias al trabajo que su madre le otorgó, gracias a este trabajo JiMin tiene educación, tienen comida, tienen un hogar, desde luego que amaba su trabajo, pero a veces era tan desesperante.
Hoy fue uno de esos días en donde el trabajo le quitó hasta el último suspiro.
Alguien tocó la puerta de su oficina, supuso que sería Jihyo, pero ella por lo regular siempre llamaba por teléfono antes de entrar o simplemente para avisar lo que sea necesario. Así que algo confundido gritó que pasaran, cuando la puerta se abrió dejó ver la figura de una elegante y atractiva mujer alfa.
YoonGi maldijo internamente al ver a aquélla chica. Lo último que le faltaba era tener que lidiar con ella y su hermano, gracias al cielo, su hermano no estaba con ella.
—¿Qué quieres Serim?— preguntó el mayor tan pronto como la chica avanzó.
Detuvo sus pasos al escuchar la pregunta del mayor y sonrió forzosamente. YoonGi sabía mejor que nada sus verdaderas intenciones, y a ella le parecía gracioso que el alfa pusiera excusas tan estúpidas.
—Sabes lo que quiero — ella rodó los ojos y se acercó sin sentarse en la silla que estaba frente a su escritorio —, sólo necesitamos hablarlo, entendernos y listo, asunto resuelto.
YoonGi suspiró. —Te lo he dicho muchas veces, Serim. Tengo un omega, mi predestinado, probablemente no me veas con un lazo pero ya tengo a alguien, no me voy a meter con tu hermano.
Ella rió sin gracia alguna.
—Escucha, mi hermano no es exactamente mi persona favorita en el mundo, así que realmente no me importa mucho. Pero, ¿entiendes por qué quiero esto?
—Por supuesto que lo sé, por desesperada, ambiciosa y egoísta. Quieres algo que yo tengo y que sabes que tu hermano obtendría por el simple hecho de ser omega, por eso estás tan empeñada en juntarnos.
—No soy egoísta, querer tener una familia no es ser egoísta. — dijo, fingiendo no haber entendido sus palabras.
—Por dios, cierra la boca, sé que quieres obligar a tu hermano a meterse conmigo para que tenga un bebé, un bebé con un linaje puro y dominante, pero eso no es así, no sucederá, supéralo y lárgate de aquí. — YoonGi se levantó de su lugar, encarando a la chica.
Jo Serim realmente era la peor persona que Min YoonGi alguna vez haya conocido, ella sólo buscaba su propio beneficio, sin importarle realmente las personas afectadas por sus acciones. En este caso; su hermano y YoonGi, la primera vez que los conoció estuvo dispuesto a escuchar los negocios que Serim quería hacer con él por el simple hecho de que ella era uno de los tantos inversionistas en comprar diseños de la empresa, pero cuando aquélla mujer le dijo de qué iban sus negocios, se negó a cualquier clase de trato de indicara tener sexo con su hermano omega, procrear y casarse.
La chica era la clase de Alfa frustrado que quería tener una familia con un buen linaje, lamentablemente, ella era una alfa sumamente inofensiva, no podía tener bebés y además, ni siquiera tenía pareja o estaba interesada en buscar una, lo cual se le hacía demasiado estúpido a YoonGi.
Claro que, como el hermano menor de ella estaba bajo su tutela, a Serim se le hizo muy fácil involucrar a su pequeño Soobin con YoonGi, uno de los jefes al mando de la empresa de moda en la que más había invertido en compras.
Min YoonGi era un alfa de sangre pura, con una madre de linaje puro que en sus tiempos eran omegas y alfas dominantes, por supuesto que le convenía fijarse en Min YoonGi.
Lo patético era que el alfa sacaba la tonta excusa de tener un omega, un predestinado. Había escuchado esos rumores una vez, pero jamás había visto algo que le indicara que fuera cierto.
—Escucha, sólo tienes que dormir con él, mi hermano es buena persona, te enamoraras rápidamente de él, te lo aseguro.
YoonGi volvió a rodar los ojos, y cuando estuvo por responder, la puerta de su oficina se abrió de nuevo, ahí de pie se encontraba Jihyo y detrás de ella, estaba el precioso omega que vivía con él.
JiMin se asomó por detrás de la chica, aunque claramente ya le rebasaba un poco de estatura.
Jihyo arrugó el entrecejo al ver a ese chica allí.
—Señor Min, JiMin está aquí — ignoró la presencia de la chica y se hizo de lado para dejar al omega entrar, el bonito chico le sonrió amablemente y la secretaria correspondió —, yo creo que la señorita Jo ya tiene que irse.
—¿Cómo por qué debería? Estoy hablando con YoonGi, no contigo. — le respondió desafiante la mujer.
Jihyo sonrió. —Oh no querida, en el momento en este lindo jovencito entra en esta oficina, nadie más puede estar aquí.
Serim desvío su atención hasta el otro chico, era joven y atractivo, hombros delgados y una cintura delgada, muslos bien marcados y alto, no tanto como ella pero si lo era, claro que era un omega, su aroma le hizo sentir extraña, jamás había conocido a un omega así de... cautivador.
Pero no era por el simple hecho de ser omega.
—¿Y él es...?
Jihyo se cruzó de brazos completamente enojada, le enfurecía ver a esa alfa en aquel lugar, pavoneandose como si fuera su empresa, preguntando tantas cosas como si realmente se le tuviera que decir todo, y ahora, ¿qué le daba el derecho de preguntar por JiMin?
—Eso no te importa — YoonGi respondió tan pronto como pudo, sabía que Jihyo y Serim no se llevaban bien, realmente no le importaba que clase de relación tenían ellas dos o si se habían involucrado en algo, pero podía ver la tensión y el odio mutuo —, ahora vete, mi respuesta sigue siendo no.
JiMin no entendía absolutamente nada, pero podía sentir el enojo de Jihyo, el omega llevó una de sus manos hasta uno de los hombros de la otra omega y está desvío su mirada, encontrándose con los gentiles ojos del omega, ella suspiró y le devolvió la sonrisa.
JiMin era la persona más amable, gentil, feliz y conmovedora que alguna vez había conocido, el niño se había vuelto muy querido por todos en la empresa, y Jihyo había sido una de ellos, le agradaba JiMin, y conocía las intenciones de Serim.
—Un momento — Serim pasó su mirada del omega rubio hasta el alfa, sus ojos se agradaron —, ¿eres un maldito asaltacunas?
YoonGi hizo una mueca, tuvo suficiente de ella cuando insinuó eso, principalmente porque odiaba que llamaran así. Diablos, JiMin podía ser su predestinado, pero nada había pasado más allá de tomar su mano, abrazarlo, dormir en la misma cama -de vez en cuando- y de cuidar de él como siempre, los besos en la frente o en la coronilla seguían ahí, acariciar su cabello mientras le decía bromas era algo usual.
Pero hasta ahora no había intentado nada más allá de eso, lo abrazaba y tocaba sin otras intenciones. No lo había besado en los labios y no había forzado su relación a nada más allá de seguir siendo igual que antes.
Sus celos seguían siendo por separado, cada vez que su rut llegaba tenía que irse y tomar sus supresores. Pues él realmente no estaba dispuesto a dar esa clase de paso con JiMin, él a duras penas había cumplido los 17 años.
—¿Entonces lo que decían es verdad? te metes con un menor...
—Él no se mete con un menor — Jihyo habló —, mejor deja de malinterpretar las cosas y vete.
—Por favor, lo que estoy viendo claramente me dice que es un alfa con fetiches extraños por los twinks — Serim torció una sonrisa —, no veo por qué te haces tanto lío con mi hermano entonces.
—Te doy cinco segundos para que salgas de aquí, no me importa que seas una mujer, eres una alfa, y si después de esos cinco segundos sigues aquí, me veré obligado a sacarte.
—¿Por qué? ¿Por decirte asalta-
—YoonGi es mi predestinado — JiMin llamó la atención de todos en la oficina —, somos diferentes en muchos aspectos a ser verdad, a pesar de que no somos una pareja enlazada. Pero él no es la clase de persona que usted cree que es.
Serim río. —Increíble, ¿así que por eso no aceptas mi pedido?
El alfa rodó los ojos, avanzó tomando del brazo a la alfa y la jaló hasta la puerta de su oficina. Le empujó fuera de aquel lugar y cerró la puerta en su cara, sin dejar que ella pudiera reclamar algo.
Volvió hasta su escritorio y llamó a través de su teléfono a los de seguridad, avisándoles que sacaran a la alfa de la empresa.
Se incorporó de nuevo en su lugar y restregó sus ojos con algo de cansancio, JiMin se alzó de hombros hacia Jihyo, quien le sonrió con timidez y salió de ahí tan rápido como pudo.
—¿Ella es la alfa de quien me contaste la otra vez?— JiMin preguntó, haciendo memoria de por qué la actitud de aquélla mujer había sido tan pesada.
YoonGi asintió. —Sí, que lamentable que me hayas encontrado de esta situación.
El omega soltó una risita, llevando sus manos hasta su sonrisa para poder cubrirla.
—Es gracioso, ella parecía muy inofensiva para ser alfa. — el omega se acercó, abrazando el cuerpo del mayor, quien después de unos segundos correspondió el abrazo con pocos ánimos, pues realmente ya quería irse a casa y quedarse con el omega.
—Lo es, pero, dejemos que hablar de ella ¿bien? me causa dolor de cabeza. — YoonGi hundió su nariz en los cabellos del menor, aspirando el rico aroma a fresas, albaricoque y café.
—¡Ah sí!— JiMin pegó un salto cuando recordó la razón por la que había ido a buscar a su mayor —, el director de la escuela te mandó a llamar, juro que está vez no hice nada, sólo... dijo algo acerca de querer hablar sobre algo muy importante con mi tutor.
YoonGi frunció el ceño y asintió. —Bien, mientras no le hayas roto una pierna a alguien todo bien.
JiMin soltó una carcajada, la cual pareció dejar encantado al alfa. Con el tiempo descubrieron que JiMin era realmente... violento, no de una manera preocupante, sino que, si lo provocabas de más, si lo hacías enojar o agotabas su paciencia al límite, entonces sufrirías las consecuencias de ello.
Además de que, con el tiempo JiMin agarró mucha más confianza en sí mismo, era más sociable y más encantador, un poco atrevido, pero sólo con sus amigos, en este caso, sólo con Hoseok, porque a pesar de ya tener más amigos, Hoseok seguía siendo la única persona con la que pasaba más tiempo.
Y para acabar de rematar, no era un omega precisamente sumiso, desde que Seokjin le recomendó ingresar a clases de Taekwondo, JiMin había sacado mucha ventaja de eso.
A veces a YoonGi le preocupaba que JiMin golpeara a alguien con tanta fuerza. Aún así, seguía siendo un omega muy bonito, su omega.
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