🌼 16: Mimos para JiMin
YoonGi torció su cara en una extraña mueca cuando su madre sacó el mismo tema de nuevo. De acuerdo, tener a su madre hablando sobre las relaciones sexuales no era algo que quisiera escuchar. Sobre todo cuando insinuaba eso con JiMin.
Él era un adolescente, no iba a acostarse con un adolescente.
—Mamá, para con eso — YoonGi cerró los ojos con fastidio —, sé que te preocupas como siempre, pero por favor, ya soy un adulto, sé como se maneja esto de las relaciones sexuales.
—Sólo te informo, porque recuerda Min YoonGi, tu omega aún es un niño. — gruñó la mayor, hace más de media hora que había llegado a la casa.
Primero corrió a YoonGi de la habitación de JiMin para poder hablar con el omega a solas, por supuesto, JiMin no se negó, él quería, amaba demasiado a la señora Min. Además que, él también veía necesario el hablar con ella.
YoonGi tuvo que acceder y a rastras lo sacaron de la habitación para dejar a su madre y a JiMin solos.
—Mamá, claro que lo sé, no soy tonto — dijo, reprimiendo las ganas de soltar unas cuantas maldiciones —, además, JiMin tampoco piensa en eso.
—De hecho, los omegas a veces son más calenturientos que los alfas, así que tampoco te hagas la idea. — Seokjin habló.
El pelinegro bufó ante las palabras de su amigo, quería apaciguar las cosas y Seokjin no ayudaba.
—Como sea, realmente no pienso hacer nada de eso, ¿podemos dejar morir el tema? es incómodo. — pidió YoonGi.
Taehyung bajó las escaleras rápidamente, pues él se había quedado en la habitación con su pequeño.
—Ya le di a JiMin sus supresores, bajara en un momento, dice que primero va a bañarse. — el omega menor se sentó a lado de Seokjin en el sofá, dejando caer casi todo su peso sobre el mayor, Seokjin rodó los ojos y no apartó al menor.
—Bien — su madre sonrió satisfecha —, debo admitir que tenía miedo de que algo malo pasara, pero ya que puedo confiar en ti y en tu lobo, creo que debo irme. Cuida bien de JiMin, tomate los días que sean necesarios para estar con él.
—Está bien, mamá. — Soejong fue acompañada por su hijo hasta la puerta de aquella casa, para ser despedida por el mayor, dejando sonoros besos sobre su rostro.
—Y recuerda... — su madre tomó entre sus manos su bien figurado rostro —, que nadie te haga dudar del cariño que sientes por JiMin, que no te afecten sus comentarios o sus insultos. JiMin y tu... sólo corrieron con la suerte diferente de haberse encontrado en un accidente, pero incluso si eso no hubiera ocurrido, estoy segura que igual se hubieran conocido.
YoonGi sonrió fugazmente y asintió ante sus palabras. Dejó un beso sobre la frente de su madre y la vio irse en su auto.
Cuando volvió al interior de la casa, descubrió que el omega menor ya había bajado, este estaba acurrucado entre los dos omegas mayores que tenía como amigos. Taehyung acariciaba sus bonitos cabellos y Seokjin tenía capturadas sus manos mientras le daba suaves caricias, los tres hablando sobre quién sabe que cosa.
YoonGi sabía que JiMin era muy querido, ese pequeño omega había llegado para ganarse el corazón de todos hace 15 años. Definitivamente, sabía que si en alguna ocasión él hacia sentir mal al omega, tendría a bastantes personas haciendo fila para golpearlo.
Rodó los ojos al escuchar la risa de los tres omegas, se acercó a ellos y se dejó caer en el otro sofá de la sala.
—Creó que ustedes también deberían irse. — dijo el alfa, Seokjin entrecerró los ojos y un destello morado apareció apareció sus orbes.
—Yo... creo que YoonGi hyung tiene razón, llevamos casi todo el día aquí, quiero ir a casa para ver a mi alfa — Taehyung respondió, sabiendo que podía formarse un extraño ambiente en el lugar.
JiMin se despidió de sus mayores con un abrazo y beso en la mejilla, mentiría si dijese que no le encantaba recibir tanto cariño por parte de sus mayores. La verdad es que le gustaba ser mimado de vez en cuando. Sobre todo por YoonGi, y ahora, sentía que ni siquiera tenía que pedirlo, pues con sólo acercarse al alfa y jalar de su playera, tendría toda su atención sólo en él.
—Supongo que tienes hambre, busquemos algo de comer. — YoonGi lo tomó de la mano, llevándolo con él hasta la cocina de la casa.
JiMin llevaba unos pantalones de chándal y una playera blanca, lo suficientemente grande para él, pero demasiado cómoda para dormir. El omega se dejó caer sobre uno de los bancos de la cocina y esperó pacientemente a que YoonGi hiciera de cenar.
Hablaron sobre algunas cosas, y sobre todo, YoonGi le dio algunas recomendaciones a JiMin sobre cómo protegerse de los alfas, pues ahora que se había presentado como omega, habría más personas detrás de él. Si de por sí JiMin ya atraía la atención de varios chicos y chicas, ahora más que nada sabía que varios alfas estarían detrás de él.
No es que fuera celoso, bueno, tal vez un poco.
Pero, sinceramente tampoco era de los que les gustaba tener que lidiar con tantos alfas detrás de su omega. Porque al final del día, JiMin era su predestinado, de nadie más.
Después de haber cenado algo preparado por el Alfa, ambos quisieron ver algunas películas, entretenerse un poco antes de ir a dormir. Juntos.
Porque sí, JiMin no quería que su mayor se despegará de él, ya habían pasado muchos años juntos, esto era como seguir juntos, salvo que en esta ocasión ya sabían que eran pareja.
Además, JiMin descubrió que su lobo se sentía en mayor protección si tenía al de YoonGi a su lado, y él también, quería y necesitaba esa calidez para poder dormir como un bebé entre los brazos de YoonGi.
—YoonGi hyung. — llamó el menor.
—Jiminie, no es necesario que me sigas llamando hyung — respondió el mayor ante sus palabras, le dio una ligera sonrisa y acarició sus cabellos con la mano que estaba sobre su hombro, rodeándolo —, con decirme YoonGi basta.
—P-pero... es algo vergonzoso decirte YoonGi sin alguna muestra de respeto — el omega tenía un ligero sonrojo cubriendo sus mejillas, se sentía tan extraño, sabía que era por su celo, pero se sentía más débil de lo normal —, además...
—Además nada, técnicamente... ahora sabemos que somos destinados — YoonGi soltó una suspiro —, no hay nada de malo en ir practicando la confianza.
JiMin soltó una risita y asintió, no le desagradaba en absoluto ser informal con su mayor, pero tampoco quería aprovecharse de eso. Con algo de valor reunido, se acurrucó contra el pecho del Alfa, escondiendo su rostro en sus pectorales y acariciando con su mano su abdomen, dejando leves caricias con inocencia. El rico aroma del Alfa lo envolvió, amando a cada segundo el olor del pino, sándalo y mandarinas.
YoonGi reprimió un quejido, su lobo lloró como todo un sensible animal, mierda, sólo JiMin ponía a su lobo así, de una manera tan patética y romántica.
El alfa llevó su mano hasta la espalda de JiMin para dejar suaves toques, a la vez que se inclinaba a restregar su nariz contra la tersa piel de JiMin, aspirando con fuerza su rico aroma. Al omega se le escapó una risita por las cosquillas que le causaba.
Y sólo pudo murmurar.
—Gracias por ser tu, Yoonie.
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