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🌼 09: JiMin y su pretendiente

—Yo te aviso cuando salga, hyung. Aún tengo taller de portugués, así que saldré más tarde de lo normal. — el menor dijo a través del celular. 

—Bien, recuerda mandarme un mensaje o llamarme, no dudaré en atenderte — YoonGi dijo al otro lado de la línea —, y si no puedo ir yo, mandare a alguien a traerte. 

—Sí, nos vemos al rato. — JiMin colgó tan pronto como dijo eso. 

Su relación con YoonGi seguía igual, no había mucho que pudiera hacer después de todo, su tutor siempre se empeñaría en rechazarlo, o eso le gustaba imaginar para meterse en la cabeza que YoonGi realmente no quería nada con él. 

JiMin no era la clase de chico que se amortiguaba tanto por algo tan simple, pero a los ojos de JiMin, amar a alguien mayor que él no era simple, era extraño a los ojos de los demás y vulgarmente incorrecto si hablamos de la persona que lo crió. 

No obstante, las cosas se habían calmado en su interior, pensó que era poco probable que YoonGi se fijará en alguien más a sabiendas de que tiene un adolescente que cuidar y seguir vigilando, hasta que este cumpla la mayoría de edad y se vaya de la casa. 

Casa, ahora YoonGi y JiMin vivían en una casa sólo para ellos dos. Con el trabajo de YoonGi en la empresa de su madre, pronto tuvieron muchos beneficios con el dinero y personas que comenzaron a conocer. Lograron comprar una casa cinco meses después de que YoonGi tomara riendas sobre el puesto que llevaba en la empresa, ya se había vuelto todo un profesional. 

JiMin amaba su casa, era hogareña, extensa y tenía un jardín muy lindo. 

Lo bueno de todo eso es que, Seokjin y Namjoon vivían a unas cuadras de su casa, y cuando se sentía lo suficientemente aburrido como para estar ahí, se daba sus escapadas hasta la casa de los Kim para ver a sus mayores y al pequeño bebé que ya tenían como hijo. 

El omega mayor siempre dejaba que fuera a su casa, no se oponía a tenerlo con él, y aún era necesario que JiMin fuera a su casa de vez en cuando cuando el rut del Alfa llegaba. Sin embargo, ahora pasaba más tiempo por voluntad propia al haber un bebé con quien entretenerse. 

Guardó las últimas cosas que necesitaba para su clase, cerrando su casillero con algo de fastidio. Dio media vuelta dispuesto a dirigirse al aula del taller de portugués para tener su última clase del día. 

Sin embargo, le fue imposible seguir caminando, pues el aroma a Pino y Vainilla tan cerca de él le hizo mirar directamente al chico que estaba ahí. JiMin se sintió algo cohibido al ver al alfa, no por miedo, sino porque casi no hablaba con otras personas, y le ponía un poco incómodo relacionarse con otras personas. 

—Ji-JiMin... Hola — el alfa de cabellos naranjas le dio una suave sonrisa que el menor correspondió —, yo... disculpa por interrumpirte antes de la clase, pe-pero yo quería hablar contigo. 

JiMin alzó una ceja, era notable lo nervioso que estaba ese alfa, demasiado para sus ojos, pero trató de ignorarlo para no hacerlo sentir aún peor. 

—No es problema... — miró al chico haciéndole saber que no recordaba su nombre. 

—¡Ah! Soy Hoseok, pe-pero puedes decirme Hobi— inquirió el mayor con bastante confianza, pero aún tartamudeando un poco. 

—Claro, lo siento, siempre olvido algunos nombres — respondió, esperando no incomodar al alfa. 

Conocía al chico de vista, pues no era la clase de persona que se relacionaba con todos los alfas y omegas de su escuela, sobre todo porque él aún no se presentaba. Aunque faltaba poco para hacerlo, la mayoría de los estudiantes de su escuela ya se habían presentado, y él no podía evitar sentirse un poco ansioso y desesperado para comprobar si era un omega. 

—¿Qué sucede?— preguntó JiMin, comenzando a caminar en dirección a sus talleres. 

—Yo... b-bueno... — escuchó el suspiro fuerte del Alfa, pensó que tal vez estaba algo nervioso por querer decirle algo, pero a JiMin nunca se le pasó por la cabeza que el alfa estaría así porque tenía planeado invitarlo a salir —, ¿te gustaría ir por un helado? después de los talleres, claro. 

Hoseok aguantó la respiración, con sus nervios a flor de piel y con un destello de rechazo ya presente en su corazón, pues a pesar de ser un alfa, realmente era muy tímido y algo inseguro para invitar a salir a alguien. 

JiMin detuvo su paso al escucharlo, su corazón saltó de golpe por la sorpresa. Mirando al alfa a su lado, se dio cuenta del pequeño rubor que se dibujaba en sus mejillas, y JiMin no pudo evitar sonreír al verlo así. 

—Pues... no me vendría mal, pero tengo que pedirle permiso a mi... a mi Hyung. — le sonrió, JiMin nunca había considerado salir con algún alfa, pero, ¿no es cómo si eso significara algo o si? Además, si fuera así, el alfa junto a él se lo hubiera dejado en claro. 

No tenía muchos amigos alfas, podría hacer algunos. 

—Claro, no es problema — Hoseok le dio una suave sonrisa, y con algo de timidez se alejó unos cuantos pasos de él, puesto que su taller quedaba en otra dirección —, ya tengo que irme pero te veré lue...— tropezó al ir caminando sin ver, y algo avergonzado trató de guardar su compostura, JiMin soltó una ligera risita. 

—Sí, de todos modos, nos vemos en la salida. — JiMin dio media vuelta y se alejó del Alfa. 

Hoseok bufó algo abrumado y recordó sus notas mentales sobre guardar sus nervios mejor para la siguiente vez. Parecía todo un tonto inexperto. 

Aunque claramente no tenía experiencia al ser sólo un adolescente de 15 años.

JiMin terminó todos sus trabajos y tareas antes de que el taller diera fin, está vez había decidido terminar todo a tiempo para no tener problemas en que YoonGi le diera permiso en salir con Hoseok. Era la primera vez que alguien le invitaba a algún lugar, y el hecho hacer un nuevo amigo le emocionaba. Porque no se consideraba la clase de persona que podía tener tantos amigos con sólo sonreír. 

Cuando salió, sonrió al encontrarse en los pasillos que dirigían a la salida, al alfa de cabello naranja que le había pedido ir por un helado. Hoseok estaba más tranquilo, aunque sentía que se pondría aún más nervioso cuando viera al pequeño Park cerca. 

Y eso fue justo lo que pasó cuando lo vio acercarse y saludarlo a la distancia. 

—Ji-Jimin... —sonrió de manera tímida —, ¿va-vamos? — tartamudear no estaba en sus planes, pero al parecer era algo que podía hacer fácilmente. 

—Sí, pero primero busquemos a mi Hyung — le sonrió, comenzando a caminar hasta la salida, esperando encontrar al alfa cerca de ahí. Sin embargo, no vio a nadie. 

JiMin miró, alzando el cuello y moviéndose de un lado a otro, buscando el auto de su mayor, le dijo a Hoseok que esperarían un rato más para ver si llegaba. 

Pero los minutos pasaron y YoonGi no aparecía. Hoseok en ningún momento lo dejó solo, los alumnos ya se habían ido y no quedaban muchas personas a las afueras del lugar, así que no sería apropiado dejar a su nuevo amigo ahí solo. 

—¿En serio te gusta BT21?— JiMin no pudo evitar sonreír enormemente al saber esa gran revelación. 

—S-sí, me han gustado desde niño, realmente creí que con el tiempo crecería y el gusto se me pasaría por esa caricatura tan infantil, pero siguen siendo mis favoritos, a pesar de que los personajes ni siquiera hablan. 

JiMin soltó una carcajada. —Es cierto, a mí también me siguen gustando, aún tengo bastantes peluches y juguetes de ellos, claro que ya no los ocupo, pero me gusta tenerlos como recuerdo. 

Hoseok sintió su corazón latir con fuerza al escuchar a JiMin, y al tener el rostro del chico frente a él, con esa gran sonrisa que parecía iluminar todo a su alrededor. 

—Mmm, JiMin... — el alfa carraspeó al sentir un nudo en su garganta —, ¿tu... tu padre si vendrá? ¿O....? 

—¿Ah? YoonGi no es mi padre, es mi tutor legal, pero no me adoptó como un hijo o algo así — JiMin soltó una ligera risita —, simplemente ha cuidado de mí desde que era un bebé. 

—Uh...

—Pero, no sé porque no llega, se supone que vendría, dijo que si no venía, enviaría a alguien por mí. — JiMin se sintió algo angustiado en cuanto lo pensó bien. 

¿Y si algo había pasado? tal vez su Hyung estaba ocupado o había ocurrido algo malo. 

—¿Quieres que te acompañe a tu casa? traje mi bicicleta, te puedo llevar a tu casa sin problema. — Hoseok sonrió, dándole mayor confianza al menor, JiMin asintió ante sus palabras. 

Después de todo, nunca había ido en una bicicleta con alguien más, de hecho no recuerda haberse subido a una en su niñez. Además, ya no quería quedarse esperando a su mayor más tiempo, y dejando de lado eso, estaba algo preocupado. 

Quería ir a casar y cerciorarse de que todo estaba bien.

Hoseok fue amable con él y le ayudó a acomodarse de tal manera que ambos pudiera andar en la bicicleta, JiMin mentiría si dijera que después de montarse en una, no quería comprarse una para él mismo. Rodeó con sus brazos los hombros del Alfa y se recargó sólo un poco sobre su espalda, pues así tenía mayor firmeza y no se caería. Mientras iban a su casa, hablaron sobre cualquier cosa para matar el tiempo, y quedaron de verse todos los días en la escuela para pasar el receso juntos. 

JiMin estaba feliz, al fin tenía un amigo con quien pasar tiempo. Y Hoseok, él estaba algo ilusionado sobre lo que podría pasar con el tiempo juntos. 

Cuando llegó a su casa y se despidió del Alfa, abrió el portón principal para poder entrar al patio delantero, caminó rápidamente pues el auto del mayor estaba en casa, lo que significaba que en realidad seguía ahí. Probablemente se haya quedado dormido. 

Sin embargo, cuando estuvo por subir las escaleras principales, la puerta de la casa se abrió, dejando ver a una chica de cabellera negra, zapatillas rojas, y demasiado bien vestida, después de eso, observó al alfa que tenía como cuidador. 

Su estómago se revolvió y un extraño sentimiento de dolor se impregnó en el pecho, suspiró tratando de quitarse de encima ese sentimiento que no le gustaba para nada. 

Sonrió ligeramente cuando el mayor lo vio, interrumpiendo su conversación entre ambos adultos. La chica lo observó y lo saludo con una amigable sonrisa. 

—JiMin, perdón yo... estaba ocupado arreglando algunos asuntos — se llevó una mano a la frente al recordar que tenía que recoger al menor en su escuela —, es que... 

—No te preocupes, alguien vino a dejarme, así que no me vine solo.

El mayor sonrió al ver a su pequeño, suspiró algo cansado.

—Ella es Park Jihyo, es mi nueva secretaria en la empresa y tenía que ponerla al día con las nuevas cosas que tenemos, Jihyo, él es Park JiMin mi... el chico de quien cuido. 

La mujer sonrió entendiendo en segundos, ya había oído sobre la situación de su jefe, bueno, no directamente de él pero si por algunas otras chicas de la empresa, las cuales parecían siempre tener el chisme al momento. 

—Hola JiMin, gusto en conocerte. 

El pequeño asintió y le devolvió la sonrisa con amabilidad, percibiendo en segundos el suave aroma de la omega. En su corazón, aún seguía sintiendo ese pequeño dolor, pero sabía disfrazarlo muy bien. 

Después de un par de palabras más, la mujer se retiró, dejando a ambos chicos solos. JiMin se adentró en la casa, dejando sus cosas en la sala y dejándose caer después en el sofá. Estaba cansado y abrumado, en tan pocos segundos pasó de sentirse feliz a inquieto, y no le gustaba estar así. 

YoonGi dejó salir un par de maldiciones a la vez que recogía todo lo que dejó sobre la mesa en la que estuvo atendiendo a su nueva secretaria. Miró al chico que estaba sobre el sofá, y por la expresión que tenía en el rostro y la forma tan desesperada con la que jugaba con sus manos, pudo deducir que JiMin estaba pensando de más. 

—Jiminie — lo llamó, el chico alzó la mirada y se levantó del sofá, sentándose correctamente —, lamento haber sido tan distraído, tenía que informarle a esa chica sobre los proyectos y como manejo mi tiempo en la empresa, se me fueron las horas y ni siquiera me acordé de avisarle a alguien que fuera por ti. 

—Está bien, hyung. Estabas ocupado con tu trabajo, no hay problema. — le dio una suave sonrisa, aunque claramente si había problema. 

Tal vez era momento de dejar atrás la pequeña historia de amor que se había creado en su mente, YoonGi sólo era su tutor, no era su padre, ni hermano, ni tío, no era nadie más que el amable chico que decidió cuidarlo y protegerlo, darle una vida digna y hacerlo feliz. 

YoonGi sólo era una buena persona, y él no debería sentir que estaban hechos el uno para el otro, no, YoonGi debía encontrar a su pareja predestinada y hacerse feliz mutuamente, debería casarse, tener una familia y hacer una vida de la mano de su pareja. 

Y él sólo era un tonto adolescente creyendo que tenía sentimientos por aquel hombre. 

Probablemente era algún problema de Daddy Issues, como lo que habían investigado alguna vez, cuando entró en crisis por creer que no era correcto sentirse de esa manera. Su corazón experimentaba toda clase de sensaciones nuevas, y YoonGi era el causante de todas ellas. 

Tal vez era momento de dejar de lado todo eso. 

—Por cierto, hyung. ¿Me dejas salir mañana después de clases?— preguntó el menor. 

—¿Mañana? ¿Con quién?

—Uh... tengo un nuevo amigo, me invitó por un helado esta tarde, después de clases, pero debido a que no llegaste no pudimos ir. Así que... estaba pensando en ir con él después de clases mañana. 

—¿Un amigo? — el mayor alzó una ceja, mirando atentamente al pequeño —, ¿y tu amigo es...? 

JiMin rodó los ojos. —Es alfa.

—Ah, por ahí hubieras empezado — el alfa mayor sonrió y negó —, dependiendo de a que lugar irán exactamente y cuanto tiempo te vas a tardar, no puedes estar tan tarde fuera de casa, y mucho menos que alguien que no conozco, sobre todo si es alfa. 

—¿Por qué eres muy especial con los alfas? — frunció el ceño el menor. 

—Digamos que, no sabemos con exactitud cuándo te vas a presentar, ¿qué tal si te dejo ir con alguien y llega tu primer celo? no voy a arriesgarme a que estés con un alfa y tampoco saber en dónde estás. 

JiMin hizo un ligero puchero, se levantó de su lugar y se sentó sobre una de las sillas, cerca del mayor. 

—Hyung, ¿cuando sea mi presentación... vas a cuidar de mí?— preguntó algo confundido y ansioso —, es decir, ¿te quedarás en casa o te iras? 

YoonGi tragó con dificultad y sonrió algo incómodo. 

—B-bueno... probablemente me quede a cuidarte, no lo sé, aún es algo que estoy pensando. 

—Sí bueno, eres un alfa muy listo y fuerte, no me harás nada — el pequeño se recargó sobre su hombro, dejando salir un suspiro de tristeza —, porque no soy tu predestinado. 

YoonGi se quedó inmóvil por varios segundos, sintiendo como la respiración le faltaba, sintió a su lobo removerse incómodo y con algo de enojo, pues quería aclararle que era muy probable que sí lo fueran. Sin embargo, no quería abrumar el momento con algo así. 

—JiMin... — el mayor rodeó con su brazo los pequeños hombros del menor —, incluso si fueras mi predestinado, y estuvieras en tu primer celo, no haría nada que pudiera lastimarte. 

JiMin sintió una punzada en su pecho, y algo alterado preguntó. 

—¿E-es porque me ves cómo un hijo?— el menor negó, reacio a querer escuchar su confirmación, así que rápidamente se levantó de su asiento y se sentó sobre el regazo del Alfa —, porque yo no te veo como un padre. 

YoonGi abrió los ojos al instante, de pronto sintió miedo de tener esta conversación con JiMin, quien aún era un pequeño adolescente. Pero en cuanto vio sus ojos, cualquier necesidad de querer alejarlo se fue. JiMin tenía sus ojos llorosos, con ligeras lágrimas acumulándose en ellos, las cuales no pudieron ser retenidas por tanto tiempo y se regarón rápidamente por sus mejillas. 

YoonGi llevó sus manos hasta ellas, para limpiarlas, negó rápidamente para no hacerle pensar a JiMin lo contrario. 

—No, no, escúchame bien. No te veo como un hijo, eres el niño que cuidé desde pequeño, y al cual sigo cuidando y queriendo mucho, pero hay una gran diferencia entre quererte como un hijo y como un... una pareja — el mayor tragó con dificultad —, lo entenderás poco a poco, por ahora, no olvides que sigues siendo muy importante para mí, ¿de acuerdo? 

JiMin asintió, limpiando sus mejillas con rapidez. 

—Y cuando... ¿cuando encuentres a tu pareja predestinada me dejarás? — no pudo evitar preguntar. 

YoonGi sonrió de lado y abrazó al chico con cuidado, dándole esa calidez que necesitaba, y esas caricias a su espalda para tranquilizarlo. 

—No, no voy a dejarte, Jiminie. 

El menor sintió una cálida sensación en el pecho, mientras estaba entre los brazos de su mayor. Quería creer en sus palabras, y lo haría, aunque corriera el riesgo de que lo desilusionara. 

Sin embargo, YoonGi ya era consciente sobre lo que sucedería más adelante. 

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