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🌼 07: JiMin y sus inseguridades



YoonGi estiró su cuerpo con fuerza, soltando un quejido que demostraba lo agotado que estaba, su espalda tronó y sus brazos también. Se relajó sólo cuando se dejó de estirar por completo, dejando caer todo su peso en aquélla silla frente a su escritorio. 

Hace algún tiempo había comenzado a trabajar con su madre en la empresa, oficialmente estaba a prueba, pues su madre le dijo que tendría que hacer méritos muy grandes si quería obtener su puesto como jefe ejecutivo, sino, entonces podría ir buscando otro trabajo. 

La empresa de su madre no era grande, pero como cualquier empresa de ropa, ganaba demasiado en realidad. Su madre había sido costurera durante casi toda su niñez, prácticamente había sido obligada a aprender sobre cómo hacer prendas de vestir, una de las principales razones por la que su madre decidió abrir su propia tienda de ropa. 

Todo comenzó de manera local, algo chiquito, haciendo ropa para ella misma o para sus amigas más cercanas, conforme fue pasando el tiempo, la omega conoció a un atractivo alfa. El padre de YoonGi sólo sirvió para hacer su trabajo como alfa, embarazar a su madre e irse como si nada, Min Soejong se encargó de cuidar de sí misma y de su futuro cachorro. La abuela de YoonGi en ese tiempo, no apoyó como tal a su madre, pues su abuela sentía un enojó muy grande debido a que su hija se haya dejado embarazar a tan temprana edad. 

Soejong se las vio difícil, no era como otras omegas en realidad, Soejong se volvió alguien fuerte, o más bien dicho, ella ya sabía que tendría que ser una omega fuerte desde que nació, pues su madre, la abuela de YoonGi, en esos tiempos era la mujer más mano dura y difícil que pudiera existir. 

Con el tiempo, la madre de YoonGi aprendió a hacer muchas cosas, desde repostería, hasta zapatos y bolsos. Su primer trabajo fue haciendo postres después de haber aprendido, vendía estos en la zona donde vivía, a sus vecinos o a los niños, después comenzó a trabajar en una tienda de ropa, recordando sus años como una niña de 11 años que aprendió todo sobre la costurería por obligación de su madre. 

La pequeña tienda en la que trabajaba, era de una anciana, Soejong se ganó su confianza y amistad, la mujer de la tercera edad dejó todo para Soejong al morir, pues realmente ella ya no tenía familia alguna pata dejarle la pequeña tienda de ropa. 

Soejong tuvo que trabajar día y noche para mejorar la tienda, nunca quiso derrumbar el lugar, así que convirtió la pequeña tienda en su nuevo hogar, donde YoonGi vivió toda su vida hasta que fue el momento de crecer y partir de ahí. 

Nadie más que él, sabía lo mucho que su madre se había esforzado para lograr todo lo que hizo. Ahora, Magic Shop, se había convertido en una gran empresa, con más de quince sucursales en todo Sur Corea. 

YoonGi había empezado a trabajar con su madre hace poco menos de cuatro meses, la señora Min le había enseñado todo lo que tendría que hacer, empezando por adentrarse en el mundo de la moda, a YoonGi no le preocupaba eso, realmente te gustaba, era algo que le resultaba interesante, pero ahora estaba sufriendo, porque llevaba ocho horas ahí sentado, trabajando en nuevas propuestas de ropa. 

Su madre le había pedido cinco propuestas, y solamente le faltaba una, y es que no podía llevarle algo repetitivo o algo que su madre denominará como "muy exagerado", pues a ella no le gustaba trabajar tanto de ese lado. 

Y YoonGi nunca imaginó que millones de tiendas en el mundo, ya tuvieran modelos de ropa tan parecidos. Lo cual aumentó su frustración. 

—Me rindo — gruñó el alfa, sus brazos cayeron a cada lado de la silla, completamente cansado —, debí haberme inscrito a un curso de moda o algo así. 

—¡YoonGi Hyung! ¡Ya llegué!— el grito de aquel pequeño lo sacó de su cansancio, suspiró rendido y se incorporó de la silla. 

Caminó a pasos apresurados hasta la puerta de su habitación y la abrió, escuchando como JiMin seguramente estaba rebuscando algo de comer en el refrigerador. 

—¿Cómo te fue hoy?— preguntó el alfa a la distancia, mientras caminaba en busca del menor. 

—¡Bien hyung! La maestra dijo que tenemos que llevar arcilla y palitos de madera para mañana — YoonGi sonrió al entrar en la cocina y ver al niño con un montón de cosas entre sus brazos, la mayoría era comida chatarra y una que otra fruta —, Taehyung se ofreció a acompañarme. 

—Ah sí, ¿llegó a tiempo a recogerte o otra vez se tardó?— el alfa se acercó al menor, quitándole al menos cuatro de las comidas chatarra que llevaba, haciendo que JiMin soltará un quejido. 

—¡Hyung! ¡quiero comer eso!— el menor no pudo evitar quejarse. 

—No, bebé. Ya sabes que no puedes comer nada de eso hasta que hayas comido algo de verdad — le respondió el mayor, JiMin frunció el ceño y rodó los ojos. 

—¡Estoy en pleno crecimiento! También puedo comer golosinas — contraatacó el menor —, además, comí todo lo que me preparaste para almorzar, hyung. 

—Pero... 

—¡Por favor! ¡sólo un poco! prometo que después comeré lo que hayas preparado. — JiMin juntó sus manitos en forma de suplica, haciendo un leve puchero mientras miraba al mayor, YoonGi arrugó la nariz y evitó mirarlo, pues que se veía demasiado adorable ante sus ojos. 

—Bien — respondió YoonGi, escuchando un pequeño grito de parte del menor, seguido de eso obtuvo un abrazo por parte del chico y miles de gracias. 

El menor volvió a tomar las cosas que su hyung le había quitado y corrió directamente hasta la sala, dejó caer todo eso ahí y luego corrió a su habitación para dejar su mochila y cambiar su uniforme por algo más cómodo. 

YoonGi tomó una manzana del frutero y le dio una gran mordida, JiMin había comenzado su primer año en la escuela media, su pequeño bebé, aquel lloroncito de adorables mejillas y quejas se había ido, ahora, había un adorable chico de 11 añitos que estaba en pleno crecimiento, con cambios de humor bien extraños y extremadamente delgado. 

YoonGi trataba de ayudar con su dieta, puesto que sabía que no era saludable para JiMin no comer o comer muy poco, había veces en las que le prohibía comer toda clase chucherías, pero en otras ocasiones sí le dejaba hacerlo, pero sólo de vez en cuando. Como ahora. 

Su vida a lado del pequeño había pasado tan rápido, bueno, no realmente, solamente en momentos como este se ponía a pensar todo lo que había pasado en estos 11 años, ahora era un adulto de 31 años, aunque no lo pareciera, pues se seguía viendo igual de joven y atractivo como siempre, sólo que ahora era más alto, un poco más musculoso y más responsable. 

JiMin había comenzado a estudiar a los 8 años, pues su madre había insistido en que era hora de que el pequeño comenzará a relacionarse con gente de su edad. A YoonGi le fue difícil dejar ir a JiMin, no imaginó que pasar 8 horas sin su presencia serían tan aburridas. 

Y hasta ahora, seguía siendo lo mismo. JiMin iba a clases todos los días, entraba a las 8 de la mañana y regresaba por la tarde, YoonGi tenía que quedarse bastante tiempo en un  completo y aburrido silencio. 

—Y dime, ¿qué hubo te interesante hoy?— preguntó el mayor, caminando hasta la sala para hacerle compañía al menor. 

—Uh... nada en realidad, sólo tuvimos muchas actividades en clase, descubrí que no soy bueno en matemáticas desde que tengo los 8 años, ¡pero saqué un 10 en mi prueba de inglés!— chilló emocionado —, oh y a un compañerito le gustó Taehyung, dijo que era muy bonito.

YoonGi rodó los ojos al escucharlo. Taehyung había estado presente en sus vidas desde aquélla vez que lo conocieron, no se hicieron cercanos al instante, pues después de esa primera vez no volvieron a tener ninguna clase de contacto hasta dos meses después, cuando volvieron a encontrarse con él en una tienda departamental, esa vez intercambiaron números y prometieron volver a reunirse, poco a poco se hicieron cercanos y bueno, Jungkook también se incluyó en eso, pues cuando Taehyung vino a visitar a JiMin, se llevó la gran sorpresa de que el Alfa que tanto alborotaba a su lobo omega, era vecino de ellos dos. 

Desde entonces, Taehyung comenzó a ser más cercano a ellos, venía de vez en cuando, pero JiMin y YoonGi sabían que más que nada, venía por el Alfa que era su vecino. 

YoonGi no supo cómo, pero un día simplemente Jungkook llegó diciendo que Taehyung era su predestinado y que quería casarse con él. El alfa mayor recuerda todavía como se rió al ver a su menor entrando en pánico por no saber conquistar o cortejar a un omega, YoonGi fue testigo de muchas vergüenzas realizadas por Jungkook. 

Con el tiempo, Taehyung y Jungkook se hicieron más y más cercanos hasta que oficialmente comenzaron a  ser una pareja.

Ahora el omega, terminó siendo vecino de ambos al haberse mudado con Jungkook a su departamento, justo en el edificio de ellos. YoonGi lo admitía, se sentía feliz por ambos. 

—Sí, todos quedan cautivados por Taehyung — murmuró el mayor, ganándose toda la atención de JiMin. 

El chico limpió su boca al sentir que tenía pequeñas sobras de papas, por inercia miró su ropa y luego levantó la mirada de nuevo al alfa a su lado.

—Hyung... — JiMin llamó su atención con algo de pena, YoonGi solamente hizo un sonido con la boca, demostrando que estaba escuchándolo —, ¿creés que yo soy bonito? 

YoonGi casi se atora con el pedazo de manzana que estaba comiendo. 

Se aclaró la garganta, evitando toser para no demostrar su sorpresa por la pregunta. 

—¿A qué viene eso?— preguntó algo confundido. 

—Uh, no lo sé, todos los que alguna vez han conocido a Taehyung dicen que es un omega muy bonito, incluso tu has dicho que es bonito y cautivador, ¿creés que yo también lo soy o seré así de grande?— preguntó con cierto temor a su respuesta. 

YoonGi sintió a su lobo removerse incómodo, y él también lo estaba. A sus 11 años, JiMin estaba pasando por muchos cambios, y todo lo que vendría más adelante.   Y sabía que una de esas cosas serían las inseguridades, pero no estaba mentalmente preparado para esto. 

—Jiminie, tu eres pequeño todavía, no-

—Hyung, ya no soy pequeño, ya tengo 11 años — demandó el menor con algo de enojo —, es decir, sí, sigo siendo pequeño pero ya no tanto, no trate de decirme cosas tontas para tratar de subir mi autoestima, sólo responda la verdad. 

YoonGi se quedó callado al escuchar sus palabras, hace un tiempo que venia descubriendo que JiMin era realmente algo enojón, bueno, no tanto, pero era la clase de chico que te decía las cosas de manera directa, sin darle vueltas al asunto. 

—JiMin — el alfa palmeó el lugar más cercano a su lado en el sofá, el menor se levantó de la esquina en donde estaba acurrucado y se movió hasta sentarse a su lado —, eres bonito, desde pequeño has tenido el corazón de todos por lo bonito y adorable que eras, y ahora sigues siendo igual de bonito que antes, y conforme vayas creciendo, tu mismo te darás cuenta de lo precioso que te volverás. 

JiMin sonrió cabizbajo, sintió sus mejillas calientes. 

—Hyung, ¿a ti...? ¿alguna vez te gustó algún omega o beta?— preguntó JiMin con mucha curiosidad, había visto a  YoonGi cerca de algunos omegas y betas, pero realmente jamás le había prestado atención a los sentimientos que el mayor podría tener por alguien. 

—Pues... gustar sí, siempre te puede gustar alguien, ya sea físicamente o emocionalmente, a mi me gustó un omega hace muchos años, cuando estaba en mi primer año de universidad, pero realmente sólo me gustaba, nunca tuve alguna relación con él o un enamoramiento, simplemente me parecía lindo, ¿por qué preguntas?— el mayor bajó una de sus manos hasta su cabello, acariciando suavemente aquélla parte. 

—Bu-bueno... hay un niño en la escuela que dice que le gusto — el menor habló —, pero realmente no le encuentro sentido, dice que soy bonito y le gusta mi sonrisa, pero... él... 

—¿Si? ¿él qué? — preguntó el mayor, sintiendo la angustia que JiMin transmitía. 

—Promete que no te vas a enojar — el pequeño chico le dio su dedo meñique para sellar una promesa, YoonGi rodó los ojos y unió sus deditos, esperando por su respuesta —, Bien. Él dice que le gusto, que le agrado y que le gustaría que saliera con él algunas veces pero... también me ha dicho que mi cuerpo es horrible, porque soy demasiado delgado y que es lo único que quisiera cambiar de mí, que fuera de eso, le gusta todo. 

YoonGi sintió a su lobo gruñir, y pudo jurar que él también lo hizo, pues JiMin se sobresaltó un poco. El alfa pasó la mano que tenía sobre el cabello del menor hasta su entrecejo, dando pequeños masajes en esa zona para no dejar que un simple relato como ese arruinará su humor. 

—Hyung, no te enojes, seguramente él... sólo dijo eso porque es verdad, yo soy muy delgado, y no tengo nada de músculos, mis costillas se ven mucho y ni siquiera tengo masa muscular, él- 

—Ese compañerito tuyo, es un idiota — YoonGi cortó sus palabras enseguida, no podía soportar como JiMin le daba la razón —, escúchame bien, Park JiMin. Tu eres un niño que está creciendo poco a poco, estás por entrar en la adolescencia y tu cuerpo no tiene nada de malo, poco a poco iras cambiando hasta que seas completamente mayor, aún eres un niño y ese compañero tuyo no sabe lo que dice, tu cuerpo es delgado, sí. Pero no tiene derecho a opinar sobre eso, si le gustaras realmente, no te diría cosas como que lo único que cambiaría de ti sería tu cuerpo. 

JiMin se quedó callado, viendo y escuchando con atención las palabras del Alfa a su lado, se sintió algo apenado y conmovido al escucharlo. 

—Así que dile a ese niño inútil que si no tiene nada mejor que decir, que cierre la boca para siempre. — el mayor terminó de decir, sintiendo la molestia dejar su cuerpo poco a poco después de liberar un poco sus emociones. 

JiMin soltó una risita al terminar de escucharlo, sin pensarlo dos veces, se aventó al cuerpo del Alfa para abrazarlo con fuerza, rodeando su cuello y murmurando muchos "gracias" en voz baja. 

YoonGi tuvo que corresponder a su abrazo con algo de timidez. 

—No era verdad ¿cierto?— YoonGi preguntó. 

—Bueno — JiMin soltó una risita —, no del todo, en realidad no le gusto a nadie, pero si hay un chico que me molesta por mi cuerpo, y creo que sus palabras constantes han hecho que me olvide poco a poco de las tuyas tan reconfortantes — murmuró el menor, JiMin tenía su mandíbula recargada sobre la cabeza del mayor, aspirando lentamente el poco aroma del shampoo que el alfa utilizaba. 

—Ahh~ cachorro tontito — YoonGi se alejó un poco de él, tomó entre sus manos su rostro y dijo: — Eres delgado y te estoy cuidando porque sabemos que tu peso no es normal, tengo que cuidar de tu anemia y de que no pase a mayores, y no tiene nada de malo tu cuerpo así como esta ¿entendido? son cambios por los que todos pasan, si él u otros opinan sobre tu cuerpo de manera ofensiva, entonces yo les pondré un alto. 

JiMin asintió y se agachó a dejar un beso sobre la frente del Alfa, para después abrazarlo por completo, dejando que su cuerpo se sintiera tranquilo en segundos al olfatear el aroma del mayor. 

—Está bien, hyung. Se llama Kim Mingyu — murmuró el menor, haciéndole entender al alfa que ese era el nombre del otro niño que lo molestaba. A JiMin realmente no le afectaba que su hyung fuera a la escuela a poner quejas, siempre y cuando al otro niño le fuera mal, por él estaba bien. 

YoonGi ya se había acostumbrado a la idea de que ese chico sería su pareja en algún futuro, y lo seguiría protegiendo y queriendo mientras todavía seguía siendo pequeño. Realmente no le molestaba que JiMin se fijará en otros niños, o que otros niños quisieran algo con JiMin, simplemente era su deber como alfa y como su tutor el cuidarlo y preocuparse por él. 

Si algo estaba entendiendo poco a poco, es que JiMin necesitaba mucha seguridad en él mismo, pues era algo sensible sobre todo si le decías algo sobre su cuerpo, descubrieron que JiMin estaba anémico cuando cumplió los 10 años, pues comenzó a bajar de peso, comenzaba a tener menos energía y dolor corporal, además de que muchas veces vomitaba o tenía mareos, al inicio pensaron que su presentación como omega estaba cerca, pero fue Seokjin quien le lo llevó al médico para que le hicieran estudios, saliendo positivo. 

Desde entonces YoonGi había estado cuidando mucho de él, el peligro más grande ya había pasado, comenzaba a mejorar rápidamente, pero aún seguía siendo delgado, aunque sus energías eran más grandes que antes y se veía mucho mejor, aún así, el alfa sabía que había un gran camino por recorrer. 

JiMin siempre seguiría siendo su prioridad. Pues descubrió que, conforme el menor iba creciendo, su lobo poco a poco se iba dando cuenta del cambio y actuaba según sus instintos, y JiMin correspondía a estos. 

—¿Qué te parece si vemos una película y más tarde vamos a comprar las cosas que te pidieron en la escuela?— JiMin asintió ante sus palabras y volvió a acomodarse en su esquina en en sofá. 

—¡Sí! ¡pero veamos enredados o valiente!— gritó el menor, YoonGi arrugó su nariz y asintió —, ¡Oh! ¡Oh! ¡hay que ver Black Widow! 

El mayor soltó una risita. —¿Y si vemos todas? 

—¡Sí!— gritó JiMin ante su propuesta, el alfa sonrió feliz al ver que el tema sobre su cuerpo e inseguridad se había desvanecido, sólo esperaba que poco a poco eso quedara en el olvido. 

Pues realmente no le gustaría tener que ver como su pequeño pasaba por la etapa de su baja autoestima al grado de entrar en depresión. Pero, incluso si eso llegara a pasar, seguiría estando ahí para cuidar de él. 

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