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ஓீۣۣۣۣ፝ۜ፝ۜ͜͜͡͡·°¸❥↬La misma biblioteca y los mismo libros... Iruka amaba ir a ese lugar.

Luego de pasar por la recepción, saludar y hablar por unos minutos con la dulce abuelita que siempre lo recibía, decidió ir a buscar lo que quería.

No era extraño que le apasionara leer, su lema era "todos los días se aprende algo nuevo" y definitivamente lo creía así.

Todo el establecimiento estaba en silencio y de vez en cuando se escuchaban pasos o el sonido de las hojas al cambiar de páginas.

Iruka revisaba cada libro que llamaba su atención y lo leía por encima, si captaba su atención entonces lo ponía debajo de su brazo y lo llevaba pero no se percató de cuando sus brazos ya no dieron para más.

— ¿Necesita ayuda?.— a su lado y como por arte de magia una muchacha había aparecido. Su cabello verde, su piel pálida como si no saliera siquiera a tomar sol y sus ojos de un gris particular... Ya la conocía, la había visto por la biblioteca y una vez hasta ayudado a no caer... ¿Athena se llamaba?

— O-oh... creo que si.— admitió avergonzado a lo que la muchacha rió y asintió para luego acercarse y tomar algunos de los libros que tan cargado lo tenían. — Disculpe que le moleste.— se apresuró a decir el moreno mientras caminaban hasta la recepción a lo que la muchacha de lentes negó leve, sin problema alguno.

— Para eso trabajo aquí y es un placer ver que le han interesado tantos libros.— dijo amigablemente, haciendo que las mejillas del moreno se enciendan y que inevitablemente deba bajar la mirada para ocultarlo. Tenía un punto, no debía sentirse especial porque tenia la atención de la bella muchacha.

— ¿Le gusta leer?.— preguntó tímidamente mientras caminaban y sus pasos resonaban.

— Los libros se han convertido en una gran parte de mi, adoro leer.— contestó la peliverde con un asentimiento. Los ojos del moreno se abrieron un poco más de lo normal y brillaron con intensidad. Si amaba algo, era encontrar personas con sus mismas pasiones. Levantó la mirada y sólo para verla a los ojos.

— ¡Podría recomendarme de sus libros favoritos alguna vez! Creo que sería buena idea y siempre es genial intercambiar ideas.— el entusiasmo en su voz era bastante claro y enternecia a la joven bibliotecaria que lo ayudaba a cargar los libros. Lo miró y en su expresión vio el mismo destello de esperanza que los niños suelen traer. Era inevitable no sentirse algo conmovida.

— Haré una lista para la próxima vez.— volvió a asentir con un rubor cubriendo sus mejillas e Iruka notó que parecía un crió, por lo que trató de mantener la compostura. Los dos llegaron a la recepción donde la dulce anciana estaba escribiendo cosas en una libreta y al levantar la mirada los encontró, esbozando una sonrisa.

— Athena, por fin conociste a este bello jovencito.— festejó cuando los recibió y vio como su nieta reía levemente.

— Ya lo conocía, una vez me salvó de caerme de las escaleras cuando acomodaba los libros.— confesó ella sorprendiendo por completo al moreno que no esperaba para nada que ella lo recuerde.— Nuevamente gacias por ello, Iruka-san.— agradeció mientras los dos dejaban los libros sobre el escritorio. Iruka negó rápidamente.
— N-no agradezca.— murmuró, rascando su mejilla con algo de vergüenza. Athena hizo una reverencia.

— Debo volver a trabajar para ayudar a la abuela, disfrute de su lectura.— dijo, con una pequeña sonrisa que hacia palpitar de forma extraña al ninja que solo asentia mientras temblaba.— La próxima vez que nos veamos traeré una lista con los mejores libros.— prometió y ni bien lo dijo, Iruka volvió a sonreír esperanzado.

— Ansió que llegue el momento.— aseguró y luego de un par de sonrisitas más y saludos, se separaron...

Aunque efectivamente seguirían viéndose.

no salió bonito, me disculpan
NUEVO LIBROOOO