3. La estela del fracaso
Angelina Death
Me quedé en uno de los edificios mirando la retirada de los cazadores que no podían entender cómo estaban rodeados por los vampiros y ni siquiera podían advertirlo.
Eran unos tontos, desde luego, no había más vampiros en el cuadrante más que Maia y yo, pero había dejado a ese cazador con un susto de muerte y con su olor dulce entre mi ropa. Tragué grueso para aliviar la sensación que me causaba la sed en la garganta. Como si me estuviese tragando una taza de café hirviendo, como si se me quemara parte de la garganta, la tráquea y la boca del estómago.
-¿Tienes hambre? -escuché detrás de mí y asentí.
-Esta tontería con Jack no me ha dejado terminarme la cena -Maia se sentó a mi lado en el borde del edificio mientras yo seguía con la mirada al hijo de León, quien se alborotaba el cabello una y otra vez quedándose de último al andar de vuelta a los bosques. Volteó hacia mí nuevamente y me echó una mirada furtiva que yo no supe como interpretar.
-No puede verte -me dijo Maia. Yo chisté, ¿para qué iba a querer que ese cazador me viera?
-Es el hijo de León -le informé.
-¿Por eso no paras de mirarlo? -bromeó.
-Se convertirá en un problema -le aseguré.
-El viejo León siempre ha sido leal al pacto -me dijo.
-Porque carga con la estela del fracaso -le repliqué analizando la postura erguida de su joven hijo-. Su hijo, por otra parte, no tiene ninguna razón para bajarnos la cabeza.
-Su madre era una verdadera perra, Angelina. No le debes nada -aseguró al notar mi tono de voz nostálgico.
-No es eso -mentí, y sé que Maia lo notó, pero aun así intenté engañarnos a ambas-. Vámonos -le pedí.
-¿No vas a llamar al bueno para nada de tu novio? -inquirió señalando el departamento donde se celebraba la fiesta de sangre.
-Ya les quitamos a los cazadores de encima, no tengo ganas de lidiar con él esta noche -expliqué subiéndome la capucha de la capa por encima de los hombros.
-¿Entonces si es tu novio? -bromeó de nuevo y yo la empujé con el codo, recibiendo una leve risa de su parte.
-Ni en un millón de años -le dije metiendo los dedos en el bolsillo interno de mi pantalón para sacar un pequeño silbato. Silbé con él 3 veces para indicarle a los refuerzos que había pedido, que ya no había peligro, que no debían patrullar y que, sobre todas las cosas, no debían buscar pleitos con ningún vampiro.
-Le prometiste buscar a su hermana -advirtió Maia al ver que yo no pensaba tocar el tema. Yo me guardé el silbato y la miré de frente.
-Es parte del pacto -expliqué.
-No lo es, si ellos invadieron la ciudad, la chica debe estar muerta... -analizó.
-Y yo lo sé, pero el hijo de León dice que no es así, que nosotros hemos roto el pacto -completé.
-Y porque él lo dice, debe ser cierto -soltó con sarcasmo. Yo solté una sonrisita.
-¿Por qué estás tan malhumorada? Creí que te gustaban los humanos -Maia chistó y se levantó de la orilla del edificio para caminar junto a mí.
-Te equivocas, no me gustan -soltó entre dientes. Yo le halé de la muñeca para mirarla y ella se volteó con gesto cansino.
-¿Qué sucede? -le pregunté.
-Te ves tonta, ¿te atrajo el cazador? -yo solté una carcajada y negué.
-¿Estás loca? -inquirí sin dejar de pensar en lo ridícula que era su idea.
-Angelina -se quejó ella-, ¿por qué ibas a jugarte tu tranquilidad por buscar a una humana invasora? Nadie debe entrar en Noirtown, es una regla inquebrantable.
-Él dijo que... -comencé a decir, pero ella me interrumpió con ese tono obstinado de cuando algo no le gustaba.
-Es un humano, Angelina, un cazador. Tu eres la princesa de la oscuridad -yo tensé mi mandíbula al ver que no estábamos jugando.
-¿Por qué esto te molesta tanto?
-Porque le creíste a un cazador, y eso es un error fatal -yo chisté.
-No soy ingenua, Maia, sé que... -pero ella me silenció otra vez.
-Justo hoy parece que no supieras nada -dijo con dureza y yo tragué grueso.
-¿No me convertí en la más fuerte de todas las princesas? ¿No te he probado ya mi fuerza y mi inteligencia? -le repliqué sintiéndome insultada.
-Sin embargo, ahí está la tan mentada Princesa de la Dulce Pena, contemplando fija y poéticamente a un humano -soltó como si fuese el peor insulto, y si mi corazón latiese, seguramente se hubiese resquebrajado por sus dudas. Bajé la mirada y ella suspiró acercándose-. Basta solo un segundo de estupidez, Anggie, solo uno y te perderé para siempre -me aseguró poniéndome el cabello detrás de las orejas.
-Yo no voy a... -comencé a decir cuando ella me sujetó de la capucha de la capa con fuerza para que callara de nuevo.
-Nunca confíes en un cazador. Nunca -me ordenó y yo sentí ese choque eléctrico por mi espalda que me hacía sentir su dolor.
-Lo siento -susurré. Todo esto me tenía muy confundida y el súbito cambio de humor de Maia me había dejado algo mareada-. Simplemente voy a averiguar qué sucedió. No planeo frecuentar al cazador ni a su gente -Maia negó con la cabeza.
-No te involucres, deja que se resuelva solo -me pidió con obstinación, pero esta vez yo negué.
-Yo creé el pacto para que todos pudiésemos vivir en paz como personas normales sin matarnos cada dos días. No soporto otra guerra más -solté perdiendo un poco la paciencia-. Perdóname, pero no puedo obedecerte en esto.
-Estás cometiendo un error.
-Estoy protegiendo el pacto -le aseguré.
-No, te estás engañando a ti misma, y esto nos va a llevar a todos a la ruina -yo chisté negando con la cabeza.
-Estás exagerando, Maia.
-Y tú estás cargando tu propia estela del fracaso. Crees que le debes algo a esa familia, pero no es así. Ellos nos arrancaron más de lo que perdieron en esa guerra -yo negué sintiéndome aturdida.
-Ya basta -le pedí-. Sé lo que hago, no soy una niña -ella se sacudió la capa y respiró profundo.
-Espero que no te equivoques -dijo por lo bajo.
Maia era terca, testaruda e intensa, pero nunca había sido tan tajante con algo así.
-Vámonos -le pedí.
-Vete tu, me iré a cazar -dijo cortante. Yo suspiré.
-Mai... -le llamé, odiaba pelearme con ella.
-No olvides el código del vampiro -me recordó.
-Odias esa cosa -le aseguré.
-Te será útil cuando te empieces a relacionar con esa gente -dijo casi con asco y yo me sorprendí.
-Te dije que... -comencé a objetar cuando ella simplemente se lanzó por el borde del edificio dejándome con la palabra en la boca.
Maldije por lo bajo. Vaya que Maia podía ser testaruda, y ahora me tocaba regresarme sola a la ciudad subterránea de Noirtown. Para peor, debía hacerlo rápido si no quería quedarme ahí dentro cuando saliera el sol. Eran las 2 de la mañana y yo estaba harta de tener que tratar con las personas.
Me quedé mirando profundamente el bosque que se abría paso hacia el hogar de los cazadores y me quedé recordando su mirada sorprendida por unos instantes.
El hijo de León era un humano interesante, valiente y perspicaz, pero a la vez tan torpe y tan asustadizo que todavía podía recordar su pulso temblar bajo mis manos.
Tragué grueso otra vez para intentar aliviar el ardor que me provocaba recordar su sangre cerca de mí, su piel casi hirviendo bajo mi contacto y su mirada solemne, como si pudiera morir en ese momento por su causa.
Maia siempre me había alentado a conservar mi humanidad, a no convertirme en un completo monstruo como los vampiros que frecuentábamos. Pero yo no podía darme ese lujo. Yo era la primera guerrera, la princesa de la oscuridad, la desalmada que acababa con las guerras a punta de espada, y ahora que tenía más de una década siendo humana, ¿ahora prefería que fuera un monstruo?
Me eché a correr, dudando entre sí debía ser egoísta e irme a casa a terminar de cenar y a ver el Diablo viste Prada. Quizás debía honrar el código del vampiro y dejar este problema como Maia me suplicó.
Pero mi humanidad me rogaba que honrara mi palabra, porque tenía 115 años y si no tenía palabra para esta edad, nada me diferenciaba de los vampiros mercenarios con los que trataba diariamente. Respiré profundo mientras corría tomando rumbo a la ciudad subterránea de Noirtown. Iba a cumplir mi promesa e iba a honrar el pacto, no porque una estela del fracaso pasado me rodeara, sino porque yo era fiel a mis propias palabras, y haría exactamente lo que dije.
***
Hola! A los lectores que me queden por aquí jeje...
Sé que tengo mucho tiempo sin actualizar, y es que los días han sido complicados. Pero no me he olvidado de esto y lo voy a terminar ^^ Aquí les dejo un nuevo capi y espero que me honren con sus estrellitas y sus comentarios!
Saludos! Y les quiero!
Atte:
E.C Álvarez
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