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Epílogo

We move like cagey tigers

We couldn't get closer than this

The way we walk

The way we talk

The way we stalk

The way we kiss                                                                                                                                                 

The Lovecats - The Cure


—¡Tía Stef, veeeen! —se escuchan los gritos asustados de una niña—. ¡No puedo bajaaaaar, ayudaaaaa!

—¡Condenada niña! ¿Dónde te metiste? —pregunta Estefanía, preocupada, mientras sale al jardín trasero de la casa Fuentealba—. Tu papá me va a matar.

—¡Estoy acá arriba! —grita atemorizada.

—¿Cómo subiste al mirador? —pregunta Estefanía, mirando hacia arriba con asombro.

—Escalé —responde la pequeña, con orgullo.

Estefanía suelta un suspiro de alivio al verla y comienza a trepar hacia donde está la niña.

Una vez arriba, se sienta junto a ella y la observa. Sus dos coletas hacen que sus hermosos ojos marrones se achinen cuando sonríe. Su sonrisa le recuerda a su hermano.

—¿Te gusta trepar, eh?- le pregunta Estefanía.

—Sí, porque tengo cinco años, soy una niña grande y las niñas grandes hacen cosas atrevidas —responde ella, inflando el pecho.

—Entonces, ¿por qué no bajas sola?

—Porque cuando subo al mirador, me vuelvo pequeña otra vez.

Estefanía no puede evitar reírse. La niña es una fuente inagotable de diversión.

—No le digas a tu papá que subiste hasta aquí.

—Él dice que no es bueno mentir.

—Eso lo dice porque lo castigaban, pero él también mentía —Estefanía sonríe, recordando a su hermano—. Ven, súbete en mi espalda y bajamos.

—¡Tío Gabriel te regañará! —dice la pequeña, preocupada—. Porque siempre dice que mi primo, que está en tu barriga, saldrá estresado por tus locuras.

—¿Eso dice el tío Gabriel? —pregunta Estefanía con curiosidad.

—Sí, lo dice siempre. Pero creo que es una broma porque cuando habla de mi primo, se le iluminan los ojos como a mí cuando mami me da de cenar papas fritas.

—Eso es verdad, gominola —dice Estefanía sonriendo—, pero cargándote en mi espalda, tu primo no se estresa. Además, le voy a contar a Gabriel que tú eres la mejor trepadora de tu clase.

La niña sonríe satisfecha y se sube a la espalda de Estefanía, que empieza a bajar del mirador con cuidado. Al llegar al suelo, la pequeña se baja y le da un beso en la mejilla a su tía.

—¡Gracias, tía Stef! ¡Eres la mejor rescatadora del mundo!

Estefanía levanta la vista y ve a Gabriel saliendo hacia el jardín trasero.

—Mira quién llegó —le dice a la pequeña.

—¡Tío Gabriel! —exclama la niña, corriendo hacia los brazos de Gabriel y aferrándose a él como un koala.

—Hola, gominola. ¿Cómo estás? —Gabriel la levanta en el aire y la hace girar antes de abrazarla.

—¡Tía Stef me rescató! —dice la niña con una sonrisa amplia.

—Esa es la especialidad de la tía Stef —responde Gabriel con una sonrisa mientras se acerca a Estefanía y la besa en los labios.

—¡Puaj! ¿Por qué siempre los adultos se besan? —la niña arruga la nariz—. Mis papás parecen siameses unidos por sus partes íntimas.

Estefanía abre los ojos con sorpresa y mira a Gabriel, quien trata de contener la risa.

—¿Dónde escuchaste eso? —pregunta Estefanía

—El tío Gonza les dijo eso el otro día —responde la niña con total inocencia.

—Ah. ¿Y tú imaginaste que era porque se besaban? —pregunta Estefanía, divertida.

—¡Claro! Se besan todo el tiempo —responde la niña con seguridad.

—Ahhh... —Estefanía se ríe suavemente.

—Carita de osa, ¿vamos a ensayar? —le dice Gabriel, guiñándole un ojo.

—¡Siiiiii! —exclama la niña con entusiasmo.

Gabriel, Estefanía y la pequeña entran al estudio. Gabriel se sienta frente al piano y comienza a tocar las teclas suavemente. Estefanía empieza a cantar con su voz melodiosa, mientras la niña da vueltas y hace piruetas como una bailarina de ballet.

En ese momento, Clara entra al estudio.

—¡Nona, mira cómo bailo! —dice la niña, emocionada, con una sonrisa amplia.

—Así veo... No dejan de influenciarla ustedes dos —responde Clara con una sonrisa, observando a su nieta.

—Mamá, es la hija de Maxi, ¿crees que no quiere ser bailarina? —dice Estefanía, levantando una ceja con una sonrisa.

—No hay caso con ustedes —Clara niega con la cabeza, pero sus ojos brillan de orgullo.

—Nona, mira, ¡aprendí a hacer un arabesque! —la niña alza una pierna con gracia, intentando la postura.

—A ver, quiero ver eso —dice Clara, acercándose para observar con atención. Se queda mirando a su nieta bailar, embobada y con una sonrisa de admiración.

Mientras tanto, fuera de la casa Fuentealba, Macarena y Maximiliano descienden de su auto. Se toman de la mano y caminan juntos hacia la entrada, sonriendo y disfrutando del momento.

—¡Hola! —saludan a Martín, que los espera en la puerta.

—Hola, los estábamos esperando —responde Martín con una sonrisa acogedora.

—¿Ya llegó Gonza? —pregunta Maximiliano.

—Sí, llegó con Rafael. Los esperan para el brindis —responde Martín.

—Vamos entonces —dice Macarena, tomando el brazo de Maximiliano.

Dentro de la casa, Gabriel, Estefanía y Clara salen del estudio. Clara lleva en brazos a la pequeña, que es idéntica a Maximiliano.

—¡Papi! —grita la niña, corriendo hacia Maximiliano cuando lo ve y trepándose por sus brazos.

—Hola, mi niña maravilla. ¿Me extrañaste? —le pregunta Maximiliano, abrazándola fuerte.

—¡Siiiiii! —responde ella, sonriendo—. Tía Stef me dijo que no podía decirte que trepé al mirador.

—Ah, mira tú... Tía Stef te enseña a mentirme.

—No, papi. Ella dijo que no te dijera, no que te mintiera —aclara la niña, mirando a su tía con seriedad.

—Alessandra Fuentealba, me acabas de delatar con tu papá —dice Estefanía, riendo.

—No, tía, no te enojes conmigo. Es que mamá dice que cuando papi pone ojos de perrito, nadie puede resistirse a nada. Y pues... ¿ya lo viste? ¡Mira sus ojos! —explica la niña con inocencia, señalando los ojos de su padre.

—Ale, ahora me delatas a mí —dice Macarena, fingiendo estar ofendida y abriendo los brazos para un abrazo familiar.

—¡Mami! —exclama la niña, envolviendo a ambos en un abrazo.

—Vamos a lo que nos convoca —dice Clara, tomando la iniciativa. Todos se dirigen al gran salón.

Martín hace sonar su copa, llamando la atención de todos. Laura, que está sentada en un rincón, se pone de pie y se acerca al círculo, empujando nerviosamente sus anteojos mientras espera que su padre hable.

—Hoy tenemos mucho por lo que brindar —comienza Martín con una sonrisa—. Primero, quiero desearle todo el éxito a Maxito y a su familia en su mudanza a su nuevo hogar y en la apertura de la academia de danza.

Macarena mira a Maximiliano y le sonríe.

—En segundo lugar, felicitar a los recién casados y desearles una hermosa luna de miel —continúa Martín, señalando a Gonzalo.

—¡Ay, no pensé que me soportarían siete años! —responde Gonzalo con una sonrisa amplia, haciendo reír a los presentes. Rafael, a su lado, sonríe con ternura.

—En tercer lugar, quiero felicitar a Estefita por su postgrado y sus excelentes calificaciones, y a Gabriel por su doctorado —agrega Martín, mirando a ambos con orgullo.

Estefanía y Gabriel asienten agradecidos.

—Y, en cuarto lugar, la razón por la que los hemos convocado: ¡felicitar a Lori por el lanzamiento de su primer libro! —anuncia Martín, levantando su copa.

Todos levantan sus copas en un brindis conjunto. Alessandra, con su pequeño vaso de plástico, lo choca entusiasmada con las copas de toda su familia.

—Ahora, familia, les tenemos una sorpresa —dice Alessandra entusiasmada—. Pero deben venir al estudio.

Curiosos, todos se dirigen al estudio. Estefanía toma de la mano a Alessandra y la lleva a una habitación contigua para vestirla de bailarina. La pequeña está feliz mientras Estefanía la ayuda a ponerse el tutú y las zapatillas.

Cuando están listas, entran al estudio, donde Gabriel ya las espera sentado al piano. Comienza a tocar una melodía suave y armoniosa, mientras Estefanía canta con su hermosa voz. Alessandra, con una gracia sorprendente para su edad, empieza a bailar, moviéndose como si estuviera volando sobre el suelo.

Maximiliano, observando a su hija, sonríe con orgullo. Macarena lo abraza.

—Se parece tanto a él —piensa Macarena para sí misma, mientras ambos disfruta embelesados de su nueva familia.

https://youtu.be/7PXFj1f_hDo

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