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CAPITULO 9: La fiesta (Gramática corregida)

Día viernes. Macarena y Gonzalo van caminando entusiasmados en dirección a la casa de Maximiliano dispuestos a divertirse en su fiesta. Al llegar Maximiliano los saluda con una actitud un tanto indiferente, lo cual desconcierta a Macarena. La molestia se dibuja en su rostro, pues espera un recibimiento más cálido en la fiesta, pero él parece estar más enfocado en otras personas.

—Que bueno que vinieron —dice Maximiliano al recibirlos dedicando  solo una mirada rápida antes de distraerse con otros invitados.

—Hola, Maxi. ¿Cómo estás? —lo saluda Macarena sonriendo

—Bien, bien. Disfruten de la fiesta —responde de manera despreocupada mientras se aleja.

Maximiliano está rodeado de personas, principalmente mujeres. Macarena, notando la falta de atención que obtiene de él, se acerca a su amigo .

—Gonza, parece que hoy Maxi decidió que soy invisible. ¿Me volví transparente de repente?

Gonzalo suspira mientras observa a Maximiliano desviando la mirada.

 -—Maxi siendo Maxi. Disfruta la fiesta amiga, el no es el único con el que te puedes divertir.

Macarena, al echar otro vistazo a su alrededor, nota cómo Maximiliano se aleja cada vez más, absorto en una conversación coqueta con una mujer alta, rubia y curvilínea. La sensación de ser ignorada y desplazada la invade, provocándole una profunda frustración.

A pesar de que Maximiliano parece ajeno al malestar de Macarena mientras disfruta del ambiente festivo, en el fondo sabe que su actitud puede romper la conexión innegable e incómoda que comparte con Macarena. Manteniéndose fiel a su estilo, continúa coqueteando con otras mujeres, especialmente con Anna, una bailarina del elenco de la obra, la que recién le han presentado.

Gonzalo se reencuentra con un grupo de amigos de la academia y se acerca con Macarena. La conversación es entretenida, el ambiente se llena de risas y mientras la noche avanza, Macarena logra momentáneamente dejar de lado su incomodidad.

Por otro lado, Maximiliano, algo afectado por el alcohol, busca con la mirada a Macarena y la encuentra riendo y conversando animadamente con uno de los amigos de Gonzalo. Su rostro se vuelve serio evidenciando su malestar y sus celos. Incapaz de contenerse, se acerca a Macarena, la toma del brazo y, con voz apenas audible, le pide:  —¿Me acompañas a la cocina?

Aunque sorprendida, Macarena asiente, percibiendo en su aliento el ligero aroma a alcohol.

Maximiliano se dirige en dirección a la cocina y Macarena lo sigue. Con la música de la fiesta sonando en segundo plano, la tensión aumenta. 

Al entrar, Maximiliano cierra con un golpe la puerta tras ellos y con un clic sordo engancha el seguro. Macarena se preocupa

—  ¿Qué pretendes? —pregunta.

Sin dar respuesta, Maximiliano se abalanza sobre Macarena, buscando sus labios de manera impulsiva y descontrolada. La presiona contra la puerta y con las manos recorre salvajemente su figura. Ella siente cómo la adrenalina recorre su cuerpo como un frío desagradable. Se ve atrapada y acosada, y reacciona con firmeza, empujándolo con determinación, apartándolo de ella. 

—¡Basta, Maxi! —le grita sin titubear. 

La expresión de sorpresa y tambaleo en Maximiliano, que no esperara tal resistencia, es evidente. 

—¿Enserio piensas que simplemente puedes decidir cuándo y dónde prestarme atención y luego encerrarme como si fuera una presa? —continúa Macarena reprochando furiosa.

Maximiliano, intenta hablar, pero Macarena continúa indignada: —¡No soy parte de tus caprichos!

—¿Por qué eres tan puritana de repente? —pregunta él con tono burlón.

La furia y la frustración crecen dentro de Macarena.

 —Puritana, ¿eh? Eres un asco —le dice con voz despectiva. 

Se da media vuelta y con el rostro comprimido de rabia sale de la cocina, dejando a Maximiliano solo con sus pensamientos.

Visiblemente molesta, recoge sus cosas y comunica a Gonzalo que prefiere irse. Él, notando la incomodidad de su amiga, le pregunta que ha sucedido.

—Maxi, se pasó de la raya. No tengo ánimo para continuar en la fiesta —responde sin ganas de entrar en más detalles. 

Gonzalo asiente, comprendiendo, la acompaña hasta la salida y ofrece irse con ella.

Agradeciendo a Gonzalo, Macarena decide irse sola y tomar un taxi. Preocupado por su amiga, la despide con un abrazo y le pide que le avise cuando llegue a casa.

Gonzalo regresa a la fiesta, entra a la casa y se topa con Maximiliano.

—¿Qué le hiciste a Maca, Maxi? Está bastante molesta.

—No sé, Gonza. Solo quería hablar, pero algo salió mal. ¿Puedes decirme qué pasó exactamente?

—Estás borracho —responde Gonzalo tapándose la nariz.

—Sí, tal vez un poco. No era mi intención arruinar la noche.

—Tremendo anfitrión, yo también me largo.

—Gonza, lo siento de verdad. Gracias por venir —se disculpa Maximiliano viendo a Gonzalo tomar sus cosas para despedirse de sus amigos

La fiesta acaba dejando a Maximiliano desconcertado. 

A la mañana siguiente la resaca lo golpea con fuerza, y una sensación de pesar lo invade al darse cuenta de que algo malo ha sucedido en la fiesta, aunque no puede recordar detalles con claridad. Se toma un montón de analgésicos y decide escribirle a Macarena:

Maxi: ¡Ey! Anoche fui un completo desastre y lo siento muchísimo. No tengo ni idea de qué me pasó. 😓 ¿Podemos hablar y aclarar las cosas?

Maca: 😠

Maxi: No recuerdo bien lo que sucedió. ¿Puedes darme detalles?

Maca: Me encerraste en la cocina, me acorralaste, me manoseaste y me besaste a la fuerza. 😡

Maxi: ¡No puede ser! Lo siento muchísimo, Maca. Me siento como un completo imbécil. 🙈

Maca: Estoy furiosa contigo, además me dijiste "puritana". 😤😡😡

Maxi: 😱 Entiendo que estés molesta. En serio, me odio en este momento.

Maca: Mírate al espejo y quizás te odies aún más.

Maxi: 😞😞 Lamento si te hice sentir incómoda. ¿Podemos encontrarnos para hablar?

Maca: No quiero verte, Maxi, ni saber de ti.

Maxi: 😢 😢 😢

Macarena deja el teléfono sobre su cama y se tiende sobre ella. Mira el techo. Siente rabia, pena y decepción por lo sucedido la noche anterior. Se da cuenta que lo que hace Maximiliano le importa más de lo que ella quisiera y trata de convencerse que no siente nada por él. Su teléfono vuelve a sonar con un mensaje, lo abre y ríe. En el mensaje aparece una foto de Maximiliano frente a un espejo con cara de enojado y el texto del mensaje dice:

Maxi: Estoy odiándome mucho en estos momentos

Maca: 🤡

Maxi: ¿Le podrías dar una oportunidad a este payaso para disculparse?

Maca: Déjame tranquila Maxi, otro día hablamos.

Maximiliano suspira y decide levantarse. Sale de su habitación y ve el resultado de una noche de fiesta en su casa. Le espera un largo día ordenando y limpiando. Cuando llega el turno de ordenar la cocina, algo en el suelo llama su atención, lo recoge y revisa. Es una pulsera de mujer. La cadena está rota pero aún cuelga de ella una claqueta de cine, sabe a quién le pertenece.

 " Fui un imbécil", se dice así mismo.

Macarena despierta con el sonido del timbre en su departamento. Ve el reloj y marca las cuatro de la tarde. Ha dormido todo el día. Se levanta, abre la puerta y está su mejor amigo parado con cara de preocupación.

—¿Por qué no contestabas el teléfono? —pregunta Gonzalo entrando apresurado y como es su costumbre, saluda a Michu, la toma en sus brazos y se sienta en el acogedor sofá del departamento de Macarena.

—Estaba dormida, me despertaste. 

Maca restriega sus ojos y peina su cabello con los dedos

—Lo siento amiga, estaba preocupado, no supe nada de ti, anoche no me avisaste si llegaste bien y estabas a punto de convertirte en She Hulk.

—Lo siento, lo olvide.

—¿Que fue lo que pasó?.

La preocupación de Gonzalo es evidente.

—No quiero hablar de eso Gonza.

Gonzalo la mira y hace el gesto de invitarla a sentarse a su lado. Ella acepta se sienta y el pasa el brazo por sus hombros haciendo que ella se recueste en su pecho.

—¿Te hizo algo Maxi? —le pregunta acariciando su cabello.

Macarena suspira dándose por vencida. De todos modos termina contándole a su amigo lo sucedido.

 —Quiso darme un beso a la fuerza. No lo dejé. Me ignoró y coqueteo toda la noche con esa rubia, tu lo viste. Después intenta darme un beso como un animal

—¡Maldita cucaracha, rata de dos patas! Anoche intentó disculparse.

—Si, estuvo en la mañana enviándome mensajes. Que lo disculpe, que no se acuerda y blabla. No le creo nada.

—Amiga, mírame  —pide Gonzalo y suelta el abrazo que le había dado para que ella se incorpore y pueda mirarla a los ojos—. ¿Qué es lo que más te molesta? que le puso más atención a la rubia o que te forzara el beso?

—¿Qué estás insinuando Gonza? —pregunta Macarena frunciendo el ceño

—Creo que estás enojada y celosa. Creo que te gusta demasiado Maxi, hasta creo que te enamoraste de el.

—¿Qué? ¡No! ¡Eso no es real! —exclama ella y se levanta del sofá para huir—. Iré a lavarme la cara y los dientes, a ver si despierto, espérame.

-—A ver te haré una prueba infalible —dice Gonzalo que va tras ella para que no escape.

—Tu y tus invenciones.

Macarena continúa caminando y se dirige a su habitación.

—Descríbeme a Maxi —le pide Gonzalo mientras la sigue y ella entra al baño de su habitación cerrando la puerta.

—No entiendo —dice Maca desde dentro del baño—. ¿Que lo describa así como es? Pues es alto, bonita sonrisa, pelo ondulado y castaño, ojos marrones, piel blanca, porte atlético, ¿eso?

—No amiga, como es el, la persona, no el bendito cuerpo que tiene —le dice su amigo apoyado en la puerta del baño mirando su celular y esperando la respuesta desde afuera.

—Hmm es amable, divertido, es tierno, sensible, talentoso, apasionado, inteligente, le gusta el cine y besa como los dioses —responde desde el interior nuevamente Macarena terminando de cepillar sus dientes.

—¡OMG! ¡Estás enamorada! —grita Gonzalo y Macarena abre la puerta del baño asomándose con cara de horror.

 —¡No digas eso por favor! No estoy enamorada de él.

—Pero que dices, si hasta te brillan los ojitos.

 Gonzalo se burla de su amiga mientras ella empieza a cambiar la tonalidad de su rostro de rosado a fucsia. Gonzalo la mira y ella sabe inmediatamente que insinúa, tapa su rostro con las manos porque no quiere que la vea ruborizada pero él se divierte con la situación.

—No te culpo pero te doy mi más sentido pésame.

—Gracias, menos mal que eres mi amigo —responde Macarena saliendo del baño y dejándose caer en su cama.

—La regla era no meter a tu corazoncito en esto y el terco no se controló —continúa burlándose Gonzalo mientras se sienta a lado de su amiga.

—No estoy enamorada Gonza. ¡Para con eso!

— ¡Oh, claro!- —dice Gonzalo entre risas—. No estás enamorada, solo te gusta su sonrisa, su forma de hablar, la manera en que besa y, por supuesto, su brillante personalidad. ¡Totalmente casual!

—Gonza, ¡eres tan molesto —le reclama Macarena sonriendo

—¡Lo sé!. Pero, admitirlo sería el primer paso para superar tu "no enamoramiento"-

—Este drama es solo por un mal beso, no seas exagerado.

—Mal beso, encierro en la cocina... ¿quién puede resistirse a tanto romance?

—Tú estás disfrutando demasiado de mi desgracia.

—¡Y cómo no hacerlo! Este es el mejor episodio de la telenovela "Odio tanto a Maxi.

—¡Ya basta, Gonza! , no es gracioso.

—Está bien, pero ¿no crees que podrían resolver lo del mal beso con una placentera y erótica conversación? —sugiere Gonzalo mientras toma nuevamente en brazos a la gata de Macarena quien fue a enroscarse entre sus piernas.

—¡Gonza! — responde riendo Macarena mientras lo empuja con sus manos hacia un costado

—Solo es una sugerencia.

—Gracias igual amigo, por tus "sugerencias"—sigue riendo Maca, —pero no estoy enamorada y no pretendo estarlo.

—Enamorarse no se pretende querida, pasa y sucumbes sin remedio.

—Bueno no sucumbiré.

—Ay he escuchado tantas veces lo mismo, supieras.

—Deja de compararme con tus amiguitas

—No te comparo, solo te advierto porque quiero que te cuides.

—Aww, gracias amigo —dice Maca abrazándolo.

—De nada —responde el abrazo Gonzalo cuidando de no aplastar a Michu que se había recostado en su regazo.

—Te quiero demasiado, insoportable —dice Macarena.

—Y yo a ti amiga. No vuelvas nunca más a dejarme en ascuas sin saber cómo llegaste en la noche. Me desvelé y eso me provoca arrugas.

—¿En ascuas dices? Apuesto lo que sea a qué anoche no te fuiste solo de la casa de Maxi. No me vengas con chantajes emocionales.

—shhhh, no hables estas cosas delante de Michu —la reprende Gonzalo tapándole las orejas a la gata con ambas manos.

—Eres un promiscuo —se burla Macarena.

—Quisiera tener tu autocontrol pero admito que lo paso mejor sin él.

Ambos ríen logrando amenizar la tarde. Luego de unas horas, Macarena se despide de su amigo agradeciendo su compañía y preocupación.

A la mañana siguiente. Macarena  despierta de mejor ánimo y decide utilizar su día en cosas domésticas. Se levanta, ve la hora en el teléfono y tiene un mensaje. Lo abre y otra vez es Maximiliano quien le envía una foto. Es la foto de su pulsera rota y el mensaje dice:

Maxi: Parece que Cenicienta perdió su zapatilla de cristal. Es tuya, ¿no?

Maca: 😞 es mi pulsera favorita, ¿está rota?

Maxi: Si, al parecer un imbécil te empujó contra la puerta y quizás se rompió tratando de zafarte de él.

Maca: Ahh recuperaste la memoria.

Maxi: Lo siento tanto, en serio.

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