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CAPITULO 4: La cita con Gonza (Gramática corregida)

Pasaron dos semanas desde aquella tarde en la academia, y Macarena, distanciándose de las clases de danza árabe, se ha sumergido en la rutina diaria. El examen marcó el cierre del curso, y con la despedida del profesor Nelson, la academia perdió parte de su encanto. Aunque Macarena disfruta de la danza, ha encontrado consuelo en la normalidad cotidiana. No obstante, recuerdos como aquel beso y los momentos cómicos con Maximiliano asoman en su mente de vez en cuando.

Un día, rompiendo la monotonía, Gonzalo invita a Macarena a una cena informal en la pizzería cerca de la academia. El lugar de encuentro acordado es la entrada de la academia, un escenario donde tantas historias se han entrelazado.

Mientras se dirige hacia ese punto familiar, Macarena reflexiona sobre la posibilidad de encontrarse nuevamente con Maximiliano. ¿Será otro encuentro casual o su presencia se convertirá en un nuevo elemento en su vida después de aquella tarde de su examen? Las dudas flotan en su mente mientras se acerca a la entrada de la academia.

Gonzalo no está. Al revisar su teléfono, Macarena encuentra un mensaje de su amigo informando que su última clase se ha extendido y que lo espere. Aprovecha el tiempo, entra a la acogedora cafetería de la academia. Don Jacinto, el dueño del lugar, está tras el mostrador, ocupado con sus quehaceres. Macarena lo saluda como siempre y le comenta que espera a Gonzalo y, mientras tanto, si es posible, le gustaría tomar un té.

La música suave y la atmósfera acogedora le brindan a Macarena un respiro antes de lo que promete ser una velada animada. Está sumergida en sus pensamientos cuando, de repente, alguien le tapa los ojos.

—¿Adivina quién soy?.

Macarena siente un delicioso perfume que le es familiar y una punzada en su estómago que revela sus emociones.

—Hmm, déjame adivinar... ¿Tony Stark?

—Casi aciertas —dice Maximiliano riendo.

Macarena, al darse vuelta y ver a Maximiliano, añade bromeando:  —Ah, solo eres Maxi.

—Sí, solo yo. ¿Eso es una decepción o un alivio?.

—Si te comparo con Tony Stark, sería una decepción.

—¡Ouch! Tony Stark me ha superado  —Maximiliano sonríe. —¿Qué haces por aquí tan solita? Hace días que no te veía.

—Pues resulta que se acabaron mis clases, mi profe hizo sus maletas y se fue de gira mundial. Así que no tengo razones para aparecerme por la academia.

—¡Oh, haz roto mi corazón! —responde Maxi bromeando—.Pensé que yo era razón suficiente para verte dando vueltas por aquí.

—¿Olvidas que nunca he sido tu fan número uno?.

Maximiliano deja escapar una sonrisa traviesa, se acerca a Macarena y le susurra algo al oído, observando la reacción en su rostro: —No me decían eso tus besos el otro día.

Macarena, electrificada, se encuentra con la mirada de Maximiliano, antes de notar a Gonzalo acercándose.

—Ejem ejem, parece que interrumpí algo —dice Gonzalo viendo a su amiga y Maximiliano muy cerca el uno del otro.

—¡Hola amigo! —dice Macarena sorprendida y sonrojada mientras trata de disimular. —Aquí Maximiliano tratando de convencerme que mi ausencia le ha roto el corazón.

—Solo otra amena conversación , Gonza, nada mas —dice Maximiliano

Gonzalo mira de manera cómplice a Macarena.

—Hmm ya veo. ¿Pizza entonces, amiga?

Maximiliano escucha la invitación que hace Gonzalo a Macarena y los interrumpe preguntando con una sonrisa amplia y encantadora: —¿Qué opinan si me sumo a su tarde de pizza?

Gonzalo y Macarena se miran cómplices.

 — ¿Otra vez intentando colarte? —le responde Gonzalo bromeando.

—No hay cupo para galanes en nuestra cita —le dice Macarena a Maximiliano cruzando sus brazos, disimulando molestia.

—Pensé que mi encanto podría tener un pase VIP —les responde Maximiliano jugando con ellos

—VIP significa "Vete, Invitado Prohibido —responde Gonzalo

Todos ríen y, después de un breve momento de suspenso, continúan la charla.

—No hay problema, Maxi. Estamos bromeando. Vamos a la pizzería Torino — le dice Gonzalo

—Genial, son buenísimas esas pizzas. Me iré a cambiar, ¿nos vemos allá?

—¡Por supuesto! —responde Gonzalo a Maximiliano, quien se despide con una sonrisa y se dirige a su hogar. 

Gonzalo aprovecha el momento para sacarle una risa a su amiga.

—¿Qué es lo que vi cuando llegué? Estaban a punto de darse un beso, ¡amiga!

—No pasó nada, no exageres.

Gonzalo observa a Macarena con expresión de complicidad y una ceja levantada, dejando que su mirada hable por sí sola.

—¿Qué? Sabes que está jugando —dice Macarena disimulando su sonrisa

—Las opiniones vertidas en este episodio llamado "No Pasa Nada" no representan necesariamente la realidad —responde Gonzalo con tono divertido y teatral.

Macarena se ríe a carcajadas mientras salen de la academia en dirección a la pizzería.

Los amigos, Macarena y Gonzalo, llegan a la pizzería y toman asiento. Después de unos 10 minutos, aparece Maximiliano, deslumbrante en su estilo sport. Viste pantalones azules junto con una camisa ajustada que resaltaba su figura delgada pero atlética y zapatillas blancas. Macarena trata de ocultar su impresión, pero Gonzalo, siempre astuto, aprovecha la ocasión para bromear.

 —Cierra la boquita, amiguita —le dice susurrando.

Macarena le da un codazo y Gonzalo se soba volviendo a susurrarle:  —Te dije que está buenísimo.

—Cállate Gonza, se dará cuenta, eres tan niño — dice Macarena mirando como Maximiliano se acerca a la mesa en la que ambos estaban esperándolo

—Ella, la madura. "Ni sipirti i mixi" Ahora te lo comes con los ojos.

—Cállate  —insiste Macarena entre risas.

Maximiliano se une a ellos y deciden pedir pizzas variadas y una ronda de cervezas, preparándose para disfrutar de una velada relajada y divertida.

En aquel lugar, la conexión entre Macarena, Maximiliano y Gonzalo era única. Su humor se complementaba de manera extraña pero divertida. Reían con chistes y Gonzalo disfrutaba contando sus anécdotas.

 —¡Oh, recuerdo una vez que audicioné para el musical de "El Mago de Oz". Estaba tan nervioso que, al momento de cantar "Somewhere Over the Rainbow", olvidé la letra y terminé improvisando algo sobre arcoíris y unicornios. No conseguí el papel, pero al menos me gané unas risas.

Todos ríen. Mientras, Maximiliano observa como Macarena saborea la pizza con un apetito voraz.

—¿Un poco de hambre? — le pregunta.

—Muchísima, no comí en todo el día —responde ella con naturalidad.

—Amiga un día te desmayarás en brazos de alguien que detestas y ahí aprenderás a dejar tus dietas —la regaña Gonzalo.

—Claro, como sigo la dieta del clavo —responde ella con ironía.

—¿Cual es esa? —pregunta Maximiliano intrigado.

—Ganar poco y trabajar como esclavo.... por eso no almorcé, exagerado —responde Macarena a su amigo empujándolo con la mano para reprocharle.

—¿En qué trabajas? —le pregunta Maximiliano entre risas.

—Me aburro —interviene Gonzalo, —¿no podemos hablar de cosas más divertidas?.

—Trabajo en una Fundación, soy periodista... nada muy adrenalínico, por eso mi amigo acá presente se dedica a divertir mi vida rutinaria.

—Me sales cara, amiga.

—¿Que dices? Me lo pago yo solita. Además me debes muchos favores por encubrir tus secretos.

—Shhh, Maxi está escuchando —la regaña Gonza, —¿o quieres que le diga lo que opinaste de él cuando lo viste entrar a la pizzería?

Macarena se ruboriza y mira a Gonzalo con ojos grandes como suplicando que guarde silencio, a pesar de que ella no había comentado nada, su amigo como de costumbre se dedica a bromear, mientras Maximiliano la mira con una sonrisa traviesa.

—Maxi ¿tienes anécdotas sobre obras? —pregunta Macarena para desviar la conversación hacia otro tema.

—Cambiaste de tema. ¿No quieres que sepa que opinas de mí? —pregunta Maximiliano directamente a Macarena,  haciendo que esta titubee.

—Si tengo algo que decirte, te lo diré, soy directa. Por otro lado a Gonza le encanta dejarme en ridículo, no lo tomes en cuenta.

—¡Ey, estoy aquí! —reclama Gonzalo.

—Entiendo. Responderé a tu entrevista señorita periodista. Nunca he audicionado.

—¿Nunca has audicionado para un musical? — pregunta Macarena sorprendida.

—¿Eso es en serio colega? —interviene Gonzalo.

—No es que no me guste, simplemente nunca se presentó la oportunidad —responde Maximiliano reflexivamente.

—Pensé que tu sueño era ser la estrella de Broadway o algo así —bromea Macarena.

—Eso era en la universidad. Ahora me conformo con ser un buen profesor — responde él seriamente mientras degusta su trozo de pizza.

—Te estás perdiendo, eres talento puro —interviene Gonzalo.

—¿Sabes qué, Maxi? Deberías darle una oportunidad a eso de las audiciones. No todos los días mi amigo reconoce que alguien que no sea él, es talentoso.

—No sé, Maca, creo que esos días ya pasaron.

—¡Nunca es tarde para demostrar tus talentos y ser aplaudido por ello! —dice animosamente Macarena provocando en Maximiliano una alegría genuina que la transforma en coqueteo.

 —Tal vez debería pensarlo... Me convencería si tú aseguras que estarás en primera fila el día del estreno de la obra y que serás mi fan número uno —dice mirándola con intensidad.

—Abúrrete, no eres mi tipo —responde Macarena rondando los ojos.

—¿No soy tu tipo, Maca? Qué golpe para mi ego. Acaso no te enamoraste perdidamente de mi consomé?

Las risas resonaron nuevamente en la mesa. Gonzalo, cortando la conversación, se levanta y dice: —Necesito ir al baño. Demasiada cerveza. Ya vuelvo.

Maximiliano, aprovechando la oportunidad de estar a solas con Macarena, se acerca aún más hacia ella.

—Oye, ¿por qué finges que entre nosotros no ha pasado nada?

—Porque no pasó nada. Fue solo un beso —responde ella tratando de alejarse.

—Fueron tres en realidad —coquetea Maximiliano, acercándose nuevamente, — y nada fáciles de olvidar.

—¡Aléjate!, no quiero que Gonza vuelva y piense que hay algo entre nosotros —dice Macarena volviendo a alejarse de él y haciendo una cruz con ambos dedos índices.

—¿Y si lo hubiera?

—Pero no lo hay, tú y yo no tenemos nada que ver —responde Macarena con seguridad.

Gonzalo regresa al encuentro de sus amigos, desconociendo la juguetona pero intensa conversación que acababan de tener. Maximiliano revisa su teléfono y ve que tiene una llamada entrante. 

—Es mi hermana, debo contestar. Iré a otro lado para no interrumpir.

—Claro —responde Macarena sonriendo.

Maximiliano se levanta y se aleja para contestar la llamada de su hermana, mientras Macarena y Gonzalo continúan conversando animadamente.

—¿En serio crees que es su hermana?

—Puede ser. Aunque con Maxi, nunca se sabe —dice Gonzalo—. Parece que la conversación es seria.

Ambos amigos observan a Maximiliano, preguntándose qué podría estar tramando en esa llamada misteriosa.

—Oye Gonza, que es eso de dejarme en evidencia delante de Maximiliano?. Estuve a punto de ahorcarte —reclama Macarena

—Era una estrategia.

—¿Una estrategia para que?

—Para saber que pasa entre ustedes.

—No pasa nada, él solo juega, ya sabes —responde Macarena, bebiendo.

—Y tú le sigues el juego. Bueno si estuviera en tu lugar también lo haría. Dime si no te dan ganas de pasarle la mano por todos esos pectorales maravillosos —comenta Gonzalo haciendo un gesto con las manos y mordiéndose los labios. Macarena ríe y sigue con el juego .

—¡Ay, Gonza, siempre tan directo! ¿Cuándo aprenderás a ser más sutil?

—La sutileza no es mi fuerte, amiga. Simplemente digo lo que todos piensan.

—Está bien, lo admito, Maxi tiene buen físico.

—Buen físico dices, te quedas corta —ríe Gonzalo—. Es atractivo, divertido, amable, caballero, talentoso y absolutamente seductor. En fin, es difícil resistirse a sus encantos, ¿no amiga?

—¿Estás tratando de hacerme admitir que me gusta Maxi? Te conozco perfectamente, Gonza —comenta Macarena y se acerca a su amigo para apuntarlo a la cara con el dedo .— Por la forma en que lo describes, pareciera que eres tú el que le tiene ganas.

—Si amiga, lo admito. Pero Maxi está tan seguro de su masculinidad que mis encantos ni lo rozan. Debo aceptar que mi amor no correspondido por él es tan fuerte como sus abdominales.

 Macarena estalla en una carcajada mientras su amigo disfruta el hacerla reír.

Mientras continúa la conversación divertida entre Macarena y Gonzalo, Maximiliano se encuentra al teléfono con su hermana Estefanía. La voz de Maximiliano refleja ternura y preocupación mientras Estefanía comparte su decisión de huir de casa debido a desacuerdos familiares.

Al teléfono:

Estefania: Maxi, mamá está furiosa porque decidí estudiar pedagogía. Dice que no es una carrera "seria".

Maxi: ¿Pedagogía? ¡Eso sí que es una sorpresa!

Estefania: Quiero irme de aquí, Maxi. Necesito tu ayuda. ¿Puedo estar contigo?

Maxi: Claro, Estefy. Mi hogar siempre estará abierto para ti y tu rebeldía educativa.

Estefania: Gracias, hermano. Eres el mejor.

Maxi: Pero princesa huir de casa no es la solución. ¿Por qué no esperas un poco más?

Estefania: Maxi, necesito. hacerlo. No soporto más estar en casa.

Maxi: Princesa, adoro que tomes decisiones, pero huir así... ¿No podríamos encontrar otra manera de solucionar esto?

Estefania:Maxi, ya compré el boleto. Estoy en la estación de autobuses. Necesito hacer esto por mí misma.

Maxi: Está bien (dice suspirando)  Si ya tomaste esa decisión, estaré aquí para apoyarte. Pero prométeme que me llamarás cuando llegues y que pensaremos juntos en cómo hablar con mamá.

Estefania: Gracias, Maxi. Prometo llamarte. Nos vemos pronto.

Maxi: Estefy, espera. Te esperaré en la estación, cuando llegue tu autobus.

Estefanía: Gracias por siempre estar para mí -dice contenta y cariñosa

Maxi: Claro, princesa. Te adoro, llámame cuando estés cerca.

Maximiliano, visiblemente preocupado por su hermana, cuelga la llamada, mientras se acerca al dueño de la pizzería con la intención de pedirle un lápiz. Al conseguirlo, rápidamente garabatea algo en una servilleta del local, la dobla y la esconde en su mano y se dirige de vuelta a la mesa donde Gonzalo y Macarena conversan animadamente. Toma asiento y desliza la servilleta doblada en el bolsillo de la chaqueta de Macarena sin que ninguno de ellos se percate. Después, con gesto de disculpa, se dirige hacia ellos.

 —Lamento esto, pero surge un problema familiar. Tengo que irme. Gracias por la cita —dice guiñando un ojo.

Gonzalo y Macarena expresan comprensión, aunque preocupación por su amigo

 —¿Todo bien, Maxi? —pregunta Gonzalo.

—Sí, sí. Sólo asuntos familiares.  Pero disfruten, las pizzas corren por mi cuenta —Con esas palabras, se disculpa y se retira del local, dejando a sus amigos intrigados y preocupados por lo que pueda estar sucediendo.

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