Capítulo 39: Una casa en el árbol
Dedicatoria:
Para mi amiga @theaenlasnubes. Uno de mis capítulos favoritos que evoca la niñez, la mayoría de edad y el romanticismo de observar una noche estrellada.
Estefanía se mira en el espejo mientras tararea una canción con su dulce voz.
I don't trust nobody and nobody trust me
(no confío en nadie y nadie confía en mi)
i'll be the actress starring in your bad dreams
(Seré una actriz protagonista en tus peores pesadillas)
Recoge su cabello rubio en una coleta alta, se maquilla los labios y sonríe. Continúa el tarareo. Aunque no se considera una Swiftie, la canción "Lock what you make me do" le encanta. Ajusta sus leggins y se coloca una chaqueta.
"Libertad e independencia", piensa para sí
Eso es lo que para ella significa alcanzar la mayoría de edad.
Esta noche, ella es la protagonista y, por primera vez, se siente dueña de sus decisiones. A pesar de que todo el mundo se encarga de hacerle ver lo contrario, ahora siente que nada le impedirá hacer lo que quiere.
La casa de los Fuentealba está abarrotada de gente. El carisma y la alegría de Estefanía le han hecho acreedora de muchos amigos y amigas, quienes no quieren perderse la primera fiesta de la "bellísima hija del doctor", sobre todo porque también tendrán la oportunidad de ver al guapo hermano de la festejada.
En ese ambiente, recibiendo a todos los invitados, están Clara y Martín. Ella con un rostro serio y distante, mientras que él está radiante de felicidad, sintiéndose uno más entre todos esos jóvenes.
En un rincón tranquilo de la sala, lejos del bullicio y del constante ingreso de invitados, Laura, sentada en un sofá con su laptop en el regazo, escribe sin cesar, apenas levantando la vista para saludar. Macarena se acerca y se sienta a su lado, decidida a romper la barrera con su otra cuñada.
—¿Te puedo interrumpir? —pregunta Macarena muy suavemente
—¿Qué necesitas? —responde Laura sin sacar la vista de la pantalla.
—Quería saber cómo estás.
—¿Disculpa? —pregunta Laura sacando la vista de la pantalla y mirándola bastante sorprendida por su amabilidad
—No te veo muy cómoda en esta fiesta y pensé que no te sentías bien —responde Macarena tanteando el terreno.
Laura suspira y cierra su laptop ligeramente mirando a Macarena.
—Tengo que trabajar y mamá me obligó a estar en esta fiesta con Minnie Mouse y sus amigos.
Macarena ríe y luego piensa en otra estrategia. Laura vuelve a lo suyo en el Laptop.
—¿Quieres algo para beber o comer? —pregunta Macarena
—No tienes que ser amable conmigo solo porque soy la hermana de tu novio —responde Laura sin dejar de teclear.
Macarena se inclina un poco para ver lo que teclea y Laura enseguida baja la pantalla, un poco avergonzada
—Disculpa, no quise ser intrusa —añade Macarena, retrocediendo un poco.
—No te preocupes, solo estaba escribiendo —dice Laura muy seria.
—¿Qué escribes? —pregunta Macarena, intrigada.
—Pues... tonterías.
—¿Tonterías como recetas de medicamentos, informes de radiología o esas cosas médicas?
Laura ríe suavemente.
—No. Escribo novelas de fantasía y ciencia ficción.
Macarena abre los ojos, sorprendida.
—¿En serio? ¡Qué bello! A mí me hubiese gustado ser escritora.
Laura se encoge de hombros.
—A mí también.
—Pensé que te gustaba la medicina —dice Macarena.
—Sí, me gusta, pero me gusta más escribir.
Macarena se acomoda en el sofá, relajándose. Sabe a la perfección por donde seguir la charla.
—¿Puedo leer? —pregunta con entusiasmo.
Laura la mira, sorprendida.
—¿Quieres leer lo que escribo?
—Claro, me devoro los libros —responde Macarena sonriendo
—Nunca nadie me había pedido leer mis escritos. La única persona que sabe de mi pasatiempo es mi madre, y bajo mi argumento de que eran tonterías, nunca quiso leer lo que escribía.
—Eso es una lástima. Los mejores escritores son aquellos que dicen que escriben tonterías.
—Wow, me sorprendes. No eres una mujer boba e ilusa que cree que mi hermano es Justin Timberlake.
Macarena se ríe y contagia a Laura.
—No, no soy boba y menos ilusa. Lo de Justin, nunca lo había pensado —responde y Laura vuelve a reír.
—.Y, ¿me dejarás leer? —insiste Macarena.
—Este... no sé si te guste lo que escribo —dice Laura, un poco nerviosa
—Probemos. Si no me gusta, pues te diré cómo podrías mejorarlo. Me dedico a eso, pero con artículos de prensa —responde Macarena.
—Te dejaré leerla.
—¡Maravilloso! —exclama Macarena.
Laura sonríe animada. Abre su laptop y empieza a mostrarle a Macarena su último escrito.
—Oye, ¡eres muy talentosa! —exclama Macarena mientras va leyendo lo que su cuñada le muestra
—Gracias —responde Laura sonriendo de manera genuina por primera vez desde que se conocieron
—A ti, por dejar leer y no correrme a patadas de acá.
Laura vuelve a reír
—Anímate un poco —le dice Macarena ,— y vamos con Pato Donald y Minnie Mouse a tomar un trago ¿te parece?
Laura ríe y acepta la invitación no sin antes pedirle a Macarena su correo electrónico para hacerle llegar más escritos y recibir su opinión.
Mientras tanto, en otro sector de la fiesta, Estefanía busca a su hermano mientras coge de la mano a un chico, quien la sigue por todos lados. Lo encuentra junto a la barra del bar, dando algunas instrucciones a los encargados de éste.
—Hermano, te quiero presentar a alguien —dice Estefanía en medio del bullicio cuando lo encuentra.
—Sí, dale —responde Maximiliano, despreocupado. Da las últimas indicaciones y se aproxima a su hermana.
—Él es mi novio Noah —dice Estefanía con el estómago apretado para aguantar el huracán que se aproxima.
—¿Es tu novio? —pregunta Maximiliano exaltado sin siquiera extender su mano para saludar a Noah.
—Si —responde ella, enfrentándolo.
Maximiliano lo fulmina con la mirada, escaneándolo de pies cabeza, tal cual lo hizo su madre con Macarena. El color de su rostro se vuelve rojo furia. No acepta la idea de ver ennoviada a su pequeña princesa.
—Hola —saluda Noah sintiendo la mirada asesina de Maximiliano pero aún así ofrece su mano para estrecharla
—Hola — dice Maximiliano aceptando el gesto con una firme apretón de manos, aunque su expresión sigue siendo fría. Luego, se vuelve hacia su hermana con un gesto molesto.
—Estefanía, ¿podemos hablar un momento en la cocina?
Ella suspira, se disculpa con Noah y sigue a su hermano hacia la cocina. Mientras se alejan del bullicio de la fiesta y caminan hacia la cocina, Estefanía piensa en cómo enfrentar a su adorado hermano.
―¿Por qué me llamas Estefanía? ―reclama apenas cierra la puerta de la cocina tras ingresar―. Estás enojado por algo que no he hecho, solo te presenté a Noah.
Maximiliano frunce el ceño con furia.
―¿Algo que no has hecho? ―responde, furioso—. Ese tipo trató de drogarte, y ahora está en esta casa como si nada, ¡maldita sea!
―Shhh, baja la voz, mamá te escuchará ―le pide Estefanía, tratando de mantener la calma―. Ya lo perdoné, él prometió no volver a hacerlo.
—Princesa, eres tan ingenua —responde Maximiliano frustrado.
—¿Me tratarás igual que todos? ¿cómo si fuera una niña tonta que no sabe lo que hace? —pregunta Estefanía molesta
—Estefi, sabes que nunca te he tratado como los demás, pero no puedo pretender que no me importa, me supera. Él te puso en peligro, entiéndeme ―responde Maximiliano.
―Hermano, soy una mujer, no una niña. Tú estás feliz con tu novia y yo soy feliz con eso, a pesar de que me dejes de lado. ¿Por qué no puedes ser feliz viéndome con alguien que me gusta y confiar en mis decisiones? ―replica Estefanía
―Nunca te he dejado de lado, siempre has sido y serás mi prioridad ―asegura Maximiliano con sinceridad
—Hermanito bello. No puedes controlar mi vida e intentar siempre protegerme. ¿O, me pondrás un guardaespaldas cuando te vayas a Nueva York?
—Aún no he decidido eso y lo sabes. Mientras yo esté aquí no dejaré que ese patán noventero salido de un video de Guns N' Roses, te toque.
—Demasiado tarde. Axel Rose ya hizo lo suyo —responde Estefanía bromeando y el rostro de Maximiliano vuelve a tornarse rojo furioso
—¡Mierda! Este fue el tipo que...—trata de decir pero su hermana lo interrumpe.
—¡Maxi! Si te confié algo así fue para que lo guardaras en una tumba, no me dejes en vergüenza delante de Noah —advierte Estefanía levantando su dedo índice.
―Te juro que voy a molerlo a golpes —dice Maximiliano alterado, luego baja el tono de voz para que solo su hermana lo escuche—: Primero te desvirga y después intenta drogarte.
―Maxi, eres mi hermano, mi amigo y te adoro. Pero eso no te da derecho a controlar mi vida.
Maximiliano se pasea frustrado y pasa las manos por su cabello una y otra vez.
—Pero él te tocó, te puso en peligro. Eres mi hermanita....
—Crecí Maxi —dice Estefanía interrumpiéndolo—. Aunque siempre correré hacia ti y me colgaré de tus brazos cuando te vea, siempre te haré bromas y te apoyaré en todo lo que se te ocurra, incluso dejaré que te castiguen a ti ―dice haciéndolo sonreír.
―Es difícil, princesa, entiéndeme. Eres preciosa y no tolero imaginar que ese patàn imbécil te bese y te toque.
―¿Y cómo tendrás sobrinos si no quieres que me aparee? ―dice Estefanía, provocando la risa en su hermano.
Maximiliano se acerca, la abraza y la levanta, ella se aferra a él como koala y apoya la cabeza en su hombro.
―Hermano, te quiero, nadie te quitará a tu princesa ―le dice tiernamente.
―Me cuesta dejarte crecer. Confiaré en ti, pero sabes que querré matar a cada uno de tus novios. No los golpearé si ellos no te hacen sufrir. Eso es lo único que te puedo prometer.
—Acepto tu promesa —responde Estefanía bajándose de los brazos de su hermano—. No dejes sola a Maca, la vi hablando con Laura Simpatía, hace un rato —le dice antes de salir de la cocina y dejarlo pensativo y nostálgico.
Estefanía se integra a la fiesta encontrándose con Macarena, a quien le presenta a Noah y luego le cuenta donde se encuentra su hermano. Macarena entra a la cocina y lo ve sumido en sus pensamientos.
―Estefi me dijo que estabas aquí, ¿pasó algo? ―pregunta, preocupada, al ver su expresión pensativa.
―No, nada amor ―responde Maximiliano intentando disimular su preocupación.
―No tienes cara de nada, tienes cara de estar preocupado.
Maximiliano suspira antes de confesar.
— Estefi me presentó a ese imbécil de novio que tiene y.... me dieron ganas de golpearlo hasta la muerte ― suelta Maximiliano, medio en serio y medio en broma.
―Está bien, Maxi. Adoras a tu hermana, no tiene nada de malo sentirse así... mientras no cometas homicidio, todo bien ― responde Macarena con una sonrisa, acariciando el rostro de Maximiliano y dándole un beso con ternura—. Sé que es tu debilidad, pero quizás también se vuelva la debilidad de otra persona. Estefi es una mujer genial ―añade, intentando tranquilizarlo.
Maximiliano resopla y Macarena continúa la charla.
―Volvamos a la fiesta, varios o mejor dicho "varias" preguntan por ti.
―¿Varias? ―pregunta curioso Maximiliano.
—Maxi, todas las amigas de Estefi están locas por tí.
― No me digas, que novedad.
― Payaso ególatra, vamos a la fiesta ―replica Macarena con tono juguetón.
―¿Y no harás una escena de celos de nuevo? ―pregunta Maximiliano burlándose
―No, creo que ya me estoy acostumbrando a ver cómo babean por mi novio. Así como tú debes acostumbrarte a ver a Estefi con novios.
—¡Eso jamás! —responde Maximiliano, toma la mano que le ofrece Macarena para salir de la cocina y unirse a los demás
La fiesta continúa con Maximiliano evitando los coqueteos continuos de las amigas de Estefanía, mientras Macarena permanece tranquila disfrutando de su papel exclusivo como su novia
En un momento de la noche, Clara se aparta de la fiesta en busca de aperitivos y snacks para los invitados y Estefanía aprovecha la ocasión para besar a Noah. Maximiliano, los observa y su rostro se llena de furia nuevamente, aprieta las puños y se encamina hacia ellos. Macarena lo detiene, le toma el rostro para desviar su mirada hacia ella, luego toma su mano para llevarlo a otro lugar.
―Amor, ¿qué haces? ―pregunta Maxi, confundido.
―Te saco de aquí o golpearás a Noah.
―Le prometí a Estefi que no le haría nada a Axel Rose ―murmura Maximiliano, luchando con su ira.
―Pero estuviste bebiendo... a veces eres algo impetuoso cuando... ―comienza Macarena, pero es interrumpida.
―¿Algo impetuoso? —pregunta Maximiliano
—Tiendes a encerrar damiselas desvalidas y forzarlas a besarte, cuando has bebido mucho —acusa Macarena bromeando.
—¿Qué? ¿Aún no olvidas eso? Te puedo recordar que la damisela que encerré no era muy desvalida, me empujó y casi me hace caer. Y en otra ocasión, encerré a la misma damisela en el mismo lugar y la hice gemir de placer.
—¡Maxi! —dice Macarena riendo—. Estás medio borracho.
—No lo estoy. Ven, quiero mostrarte algo, salgamos de acá —responde Maximiliano, tomando la mano de Macarena y alejándose de la fiesta.
Antes de salir del salón principal, se acerca a su papá y le murmura algo al oído que Macarena no logra escuchar.
Maximiliano la toma de la mano y la lleva por un pasillo oscuro que conduce al jardín trasero de la casa. Salen hacia el exterior y coge dos mantas, dos cojines y una lámpara de camping de la zona de la terraza, mientras continúa guiando a Macarena de la mano hasta el fondo del jardín.
—¿Adónde vamos? —pregunta Macarena, curiosa.
—Vamos a escalar, ven —responde Maximiliano mostrándole un árbol con un tronco robusto que tiene anclada una vieja y pequeña escalera de madera un tanto destruída
Macarena mira las escaleras y dirige la mirada hacia arriba, donde ve una plataforma de madera adosada al árbol.
—Sube, tú primero —la invita Maximiliano. Macarena utiliza una vieja escalera y comienza a escalar.
—Qué vista tengo desde acá —comenta Maximiliano mirando su trasero, lo que provoca risas en ella.
—¡Tonto! —le dice ella mientras sigue escalando hasta llegar a la plataforma. Una vez allí, Maximiliano le lanza los cojines para que ella los atrape y él sube con la lámpara y las mantas que había sacado de la terraza.
—¿Qué es este lugar? —pregunta, cuando Maximiliano llega a la cima junto a ella.
—Era una casa del árbol —responde él, sentándose en la plataforma de madera. Macarena lo imita mientras él continúa: —Jugábamos aquí con Estefi, mi papá la construyó. Pero cuando crecimos, no cabíamos dentro y entre los dos la desarmamos, dejando solo el suelo de la casa. La convertimos en un mirador de estrellas, ven —le dice, acomodando los cojines e invitándola a acostarse sobre la plataforma junto a él.
Macarena se recuesta y apoya la cabeza en el cojín. La vista es fantástica, el cielo estrellado se vislumbra en toda su magnitud.
—Qué belleza —dice ella, contemplándolo.
—Tú eres más bella que ese cielo.
—Estás romántico hoy también —le responde Macarena, girando su cabeza para mirarlo a los ojos.
—Nunca había dejado que nadie subiera acá, nunca había dejado entrar a nadie al estudio, no me gusta hacer música delante de nadie... no sé qué me has hecho —confiesa Maximiliano.
—Te dije que te lancé un hechizo —responde Macarena sonriendo—. Gracias por dejarme entrar a todos los rincones que no querías que nadie entrara —agrega, acariciando su mejilla.
—Te amo.
—Y yo a ti.
Maximiliano la besa tiernamente. El roce de sus labios es cálido, y sus lenguas se entrelazan armónica y dulcemente. En un rápido movimiento, se recuesta sobre ella y recorre su cuerpo con sutileza, como la primera vez que recorrió su figura.
—Te amo tanto —vuelve a decirle entre besos, mientras abre los botones de su blusa y comienza a dejar un camino de besos hasta llegar a su pecho y mover el brasier para dejar sus pezones desnudos
—Maxi, sabes que eso me excita, no sigas —murmura Macarena.
—¿Crees que te traje acá para mirar las estrellas? —pregunta él deteniendo sus besos y mirándola intensamente.
—Nos echarán con una escoba y agua fría de tu casa —responde Macarena divertida.
—Mi papá me cubre. Me avisará al teléfono si viene alguien.
—¡¿Le dijiste a tu papá que vendríamos a tener sexo al árbol?! —exclama Macarena sorprendida
—Literalmente así no le dije. Hay códigos, amor, no sé cómo explicarte. Estás matando toda mi erección con esta charla.
—Sé cómo revertir eso —responde Macarena y comienza a besarlo profundamente mientras recorre con sus manos el escultural cuerpo de su novio, que tanto le fascina. Toma su trasero bien formado con ambas manos y lo empuja hacia ella, mientras abre las piernas para acomodarse de manera perfecta bajo él, comenzando a moverse y friccionando la erección de Maximiliano contra su ropa.
Maximiliano le abre el botón a su pantalón y baja con la mano a la húmeda entrepierna de Macarena mientras besa y succiona uno de sus pezones. Macarena jadea, entrelaza las manos en el cabello de su novio mientras disfruta de su suave lengua y la brisa fría de la noche en su pezón desnudo.
Maximiliano intenta despojarla de su pantalón pero siente la vibración de su teléfono, ve la pantalla con una llamada entrante de papá. Se levanta de encima de Macarena.
—Amor, viene alguien —le dice y luego contesta el teléfono. Macarena se acomoda la ropa y cierra su blusa.
Al teléfono:
Martin: Maxito, tu madre
Maximiliano: Ok, gracias pa.
Cuelga el teléfono, prende la lámpara de camping, se sienta e invita Macarena a sentarse junto a él, cuando en ese instante sale hacia el jardín Clara, que se acerca hacia el árbol.
—¿Qué hacen allá arriba? La fiesta está adentro —les dice Clara, mirándolos desde abajo.
—Estamos conversando, mamá. Allá adentro no se puede —responde Maximiliano, tratando de mantener la calma.
—Tu hermana te está buscando.
—¿Qué hermana? Tengo dos —responde Maximiliano haciéndose el desentendido.
—La única que parece tu sombra.
—Dile a Estefi que estoy en el mirador —responde Maximiliano hacia abajo.
Clara se marcha y los deja solos nuevamente.
—Mi mamá no nos dejará en paz. Aún defiende la virginidad hasta el matrimonio. Arruinó mi idea de hacerte el amor bajo la luz de la luna —dice Maximiliano, sonriendo.
—En realidad hoy estás romántico —le responde Macarena—. ¿Tu papá te avisó que venía? ¿O te dijo algo así como 10-4, 10-4, cambio y fuera?
Maximiliano estalla en una carcajada, su novia siempre se encarga de hacerlo reír.
—Tú dijiste que tenían un código y me imaginé eso —continúa Macarena.
—Amor, eres tan divertida. Me refería a que hay un código entre hombres —explica Maximiliano.
—¿Tu papá siempre te cubre la espalda? —pregunta Macarena.
—Siempre —responde Maximiliano, tendiéndose nuevamente sobre su espalda en la plataforma de madera—. Y mi mamá siempre es una aguafiestas.
—Nunca tuve familia, y verlos a ustedes me da ternura.
—No somos una familia perfecta. Mi mamá es el punto de inflexión de todos, no sé cómo mi papá logra convencerla y hacer que flexibilice —admite Maximiliano.
—Creo que te pareces mucho a él, y si utilizas las mismas técnicas que él, sé cómo convence a tu mamá —responde Macarena con una sonrisa.
Maximiliano vuelve a reír y luego comenta— :Siempre me dicen que me parezco a mi mamá, no a él.
—Físicamente sí te pareces a ella, igual que Estefi. Tu mamá es una señora muy bella, ¿sabes? Pero sonríes igual a tu papá, y tu papá es como un galán antiguo, y tú eres uno moderno —comenta Macarena—. Tu hermana mayor es igual a tu papá físicamente, pero nada parecida a él en su carácter.
—Laura es un duende ermitaño que solo se preocupa de ganar dinero. Mamá se encargó de espantar a todos sus novios y ahora solo trabaja todo el tiempo y cuando está en casa, vive metida en su laptop, trabajando— explica Maximiliano.
—Ahora comprendo los apodos que ustedes le dicen, aunque a mí no me pareció que fuera así.
—No le gusta admitir que solo le interesa el dinero. Que es una tacaña duende de la fortuna —dice Maximiliano haciendo sonreír a su novia.
—¿Qué edad tiene? —pregunta Macarena
— Treinta y aún vive acá porque es la favorita de mamá. Es tan anticuada y aburrida como ella.
—¿Cuál es la diferencia de edad entre ustedes?.
—Laura es cinco años mayor que yo, y Estefi es 8 años menor que yo. Cuando nació Estefi, a mi mamá le diagnosticaron cáncer y estuvo en tratamiento mucho tiempo. Como mi papá tenía turnos, Laura y yo nos hicimos cargo de Estefi, pero Laura siempre fue aburrida, así que no disfrutaba estar con bebé Estefi. Luego, cuando volvió mi mamá a la casa, Laura se apegó a ella. Creo que por eso se volvió anticuada también. Y bueno, Estefi y yo nos quedamos unidos —explica Maximiliano.
—Ahora entiendo el vínculo que tienes con Estefy. Fuiste su mamá y papá de reemplazo, eso es una gran responsabilidad —comenta Macarena.
—Era divertido cuidar a Estefi, nunca lo vi como una carga. Además, era como una muñeca de porcelana. Estefi siempre ha sido preciosa —agrega Maximiliano con cariño.
—¿Tu mamá se recuperó completamente?
—Estuvo bastante tiempo con quimioterapia y aun sigue controlándose por si el cáncer vuelve a aparecer, pero sí, diría que esa época pasó.
—¿Tu hermana mayor es médico como tu papá? —pregunta Macarena acostándose al lado de Maximiliano.
—Es oncóloga —responde Maximiliano.
—Wow, la enfermedad de tu mamá le marcó, al parecer. Por eso tu mamá quería que fueras médico, entonces —comenta Macarena.
—Yo creo, pero nunca me gustó eso —dice Maximiliano mirando el cielo estrellado—. ¿Tu siempre quisiste ser periodista? —le pregunta curioso.
—Mi Nona era actriz de teatro, de compañía de teatro, y siempre la veía rodeada de artistas. Yo quería que las personas vieran lo que yo veía, todo ese mundo me fascinaba, y la única forma de hacer ver a los demás lo que yo sentía era escribiéndolo. Quería ser escritora, pero luego mi Nona me convenció de que tenía pasta de periodista. Me decía que era 'muy perspicaz'. Hoy, mientras recorría la casa con tu papá, me dijo esa misma palabra y me recordó a mi Nona —explica Macarena con nostalgia.
Maximiliano la escucha atento, ambos miran el cielo. Toma su mano y la acaricia con sus dedos.
—Amor, cuando murió tu Nona, ¿quién te acompañó? —pregunta con suavidad.
—Gonza, todo el tiempo. Fue un año bastante malo. Reprobé varias materias y congelé un semestre de universidad porque estaba muy mal —confiesa—. Gonza se transformó en mi única familia en ese momento. Me regaló a Michu para que me hiciera compañía —añade con tristeza.
—Lo siento, no quería recordarte eso, solo que siento que eres tan corajuda y has estado mucho tiempo sola —dice Maximiliano, apenado.
—Todos tenemos nuestras historias, Maxi, tú también la tienes. Estar sola es algo con lo que se lidiar —responde ella con serenidad.
Maximiliano se inclina hacia ella y la observa con admiración.
—Eres una mujer fascinante, bella e increíble — le dice, mirándola fijamente.
Ella le responde acariciando su rostro: —Tú eres un hombre encantador, sensible y talentoso.
Ambos se besan, demostrando cuánto se admiran mutuamente. Sin embargo, el momento se ve interrumpido por el teléfono de Maximiliano, que vuelve a vibrar y encender su pantalla con una llamada entrante de su padre.
Al teléfono:
Martín: Hijo, su santa madre va de nuevo para allá.
Maximiliano: Ok, gracias, pa.
—Viene mi mamá, no nos dejará tranquilos —comenta Maximiliano.
—Está defendiendo mi virginidad, qué amorosa —responde Macarena, haciendo reír nuevamente a Maximiliano.
Ambos se incorporan antes de que Clara salga al jardín y se acerque hacia el árbol.
—Tu hermana quiere que la acompañes en su fiesta —dice mirando hacia arriba.
—Dile a Estefi que venga —responde Maximiliano.
Clara da media vuelta e ingresa a la casa nuevamente. Unos minutos después, Estefanía sale al jardín y escala el árbol para reunirse con su hermano y Macarena.
—Hermanito, ¿vinieron a ver las estrellas? Mamá me dijo que me buscabas y querías que viniera —pregunta Estefanía una vez que llega a la plataforma del árbol.
—Ha venido dos veces a ver qué estamos haciendo, diciendo que tú me estás extrañando —comenta Maximiliano.
—Ni me digas, no me deja estar sola con Noah —replica Estefanía sentándose junto a su hermano.
—Mejor así —responde Maximiliano.
Macarena y Estefanía lo miran con el ceño fruncido y se cruzan de brazos.
—Está bien, omitiré comentarios —dice èl dándose por vencido.
—No sé cómo vinimos al mundo si mamá es tan mojigata —reclama Estefanía—. Si no fuera por papá, seríamos un par de nerds como Laura.
—¿Quieres invitar a Noah acá? —pregunta Macarena, y Maximiliano la fulmina con la mirada.
—Gracias, cuñi, pero no quiero interrumpir la procreación de mi sobrino, los dejaré solos —dice Estefanía, haciendo reír a Macarena—. Nos vemos cuando sople la vela —añade, y baja del árbol.
Estefanìa ingresa a la casa y Maximiliano continúa la charla con su novia.
—Mi mamá es un fastidio —dice, recostandose nuevamente.
—Creo que te ama demasiado, es su forma de demostrártelo —responde Macarena.
—No imaginé jamás que defenderías a mi mamá —comenta Maximiliano.
—No la defiendo, solo te digo lo que observo. Tiene miedo y sus miedos se los traspasa a ustedes. Quizás tuvo a Laura sin planificarlo, quizás vivió carente de cosas materiales, no lo sé —explica Macarena con sinceridad.
—Amor, en serio, eres perspicaz, tu Nona tenía razón. Mi abuelo vivió una crisis financiera y estuvo en la ruina por años mientras mamá era niña, y sí se casó embarazada de mi hermana —confirma Maximiliano incorporándose para sentarse junto a ella.
—Ves, solo me falta Clark Kent, soy igual a Lois Lane —bromea Macarena.
—¿Cómo que te falta Clark Kent? ¿Y qué soy yo?
—Eres Maxi, y por muy guapo que seas, no te igualas a Clark Kent —sigue bromeando .
—No me agrada ese comentario —dice él, molesto.
—¡Maxi! —dice Macarena riendo—. No puedes ponerte celoso de un personaje de cómic —sigue riendo.
—Tienes un crush en él y en Tony Stark. Las dos veces que me has comparado, lo has hecho con personajes de cómic, y las dos veces me has dicho que no soy guapo como ellos.
—¿En serio quieres discutir qué tan guapo eres? Me estás bromeando .
—Hieres mi ego —comenta Maximiliano.
—Bueno, lo siento. No volveré a compararte con nadie, aunque sean ficticios que jamás en la vida conoceré porque no existen —se burla Macarena.
—Ahora me haces bullying —dice Maximiliano seriamente—. Es como si yo te dijera 'no eres tan bella y sexy como Britney Spears'.
—Es que no me has visto bailar —dice Macarena inclinándose sobre su novio—. Algún día te haré una performance.
—Creo que te oí decir que eso era patético —recuerda Maximiliano.
—No cuando quiero encender a mi novio —le susurra Macarena seductoramente sobre sus labios.
—Calma, leona, tu suegra te está observando —bromea Maximiliano—. Si no fuera por eso, ya estarías gimiendo mi nombre.
—Hazme gemir tu nombre —le susurra ahora Macarena al oído.
—¡Dios! ¡Me vuelves loco! — responde Maximiliano y se abalanza sobre ella para besarla desesperadamente.
—Hazme gemir tu nombre —repite Macarena cuando Maximiliano comienza a besar su cuello—. Por favor, Maxi —suplica de la misma manera.
Maximiliano la recuesta en la plataforma de madera despojándola de sus pantalones y bragas en un segundo y explorando con sus dedos la humedad de su entrepierna.
—¿Quieres que te haga gritar?— le susurra a los labios mientras mueve sus dedos provocando destellos de placer en su novia.
—Si, ahh Maxi —responde Macarena disfrutando del tacto de los dedos.
Maximiliano saca sus dedos y baja hacia su entrepierna, pasa su lengua por la humedad de su novia y saborea
—Maxiiiii —gime Macarena sintiendo como la devora una y otra vez y pasa con suavidad su lengua llenándola de placer y haciendo que jadee. Macarena toma un cojín y se lo lleva a la boca para ahogar sus gritos. Maximiliano arremete con toda su lengua y succiona viendo a su novia sumida en el deleite y a punto de llegar al climax.
—Ahhh —jadea sobre la tela del cojín que ha usado de mordaza. Su novio sigue devorándola, siente su lengua y su labios que la llevan a una inminente explosión de placer.
—Maxiii —suelta finalmente. Se desintegra en la plataforma mientras su novio sube por su vientre por un camino de besos que llega hasta su boca.
—Tienes un sabor delicioso —le susurra.
Macarena, con la respiración agitada, acaricia el cabello de Maximiliano. El teléfono de Maximiliano vibra, la pantalla se enciende de nuevo, indicando una llamada de su padre.
—Mierda —dice Maximiliano y se levanta rápidamente mientras Macarena se apresura a subirse los pantalones.
Al teléfono:
Maxi: Pa
Martín: Tu madre va de nuevo
Maxi: Gracias, Pa. Te debo un vinilo.
Martín: Te lo cobraré
Se sientan disimulando una conversación cuando ven salir a la madre de Maximiliano hacia el jardín. Se acerca al árbol nuevamente.
—Vamos a soplar velas, deben venir —les dice.
—Bajamos —responde Maximiliano mientras su madre se dirige de regreso hacia la fiesta.
—¡Qué fastidio! —resopla Maximiliano.
—Que adrenalínico, diría yo —responde Macarena y se acerca para besarlo, luego añade: —Eres el hombre más sexy, guapo y ardiente que jamás conocí. No hay otro, y nadie se compara contigo, ni el mejor de los cómics.
Maximiliano sonríe satisfecho.
—No hay lengua más rápida en todo el lejano oeste —agrega Macarena, haciéndolo reír.
—Vamos, amor —le dice Maximiliano, invitándola a bajar del árbol.
Ambos bajan e ingresan a la fiesta. Maximiliano se acerca a su padre y le susurra algo al oído, luego Martin le regala una sonrisa a Macarena y le guiña un ojo. Ella le responde con otra sonrisa.
—Te pareces tanto a tu papá — vuelve a decir Macarena a su novio, comparando el gesto que le ha regalado hace un momento.
—Él es admirable —responde Maximiliano.
—Tú también lo eres —dice Macarena y se acerca para besarlo, pero Clara los interrumpe al pasar en medio de ellos con la torta.
Maximiliano rueda los ojos y se acerca a su hermana menor, que se prepara para soplar las velas. Estefanía lo abraza y llama a Macarena para que se posicione a su lado, también abrazándola e integrándola a su círculo más cercano.
Macarena siente algo que no sabe descifrar, un cálido sentimiento que nunca ha experimentado. Observa a Estefanía soplar las velas y a toda su familia felicitándola, felices de verla feliz. Es una familia. Algo que le ha sido negado y que nunca había deseado tener, hasta ahora.
Hola!
Gracias por seguir leyendo.
¿Canción del Taylor Swift al inicio, cantada por Estefy? Pues si. También es la favorita de mi princesa, por esa razón queda plasmada en este capítulo que espero hayan disfrutado.
Agradecida mil por todas sus vistas
Narlie
https://youtu.be/eHL8M_3MRU8
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