Capítulo 38: La casa Fuentealba
El sábado a mediodía, Maximiliano y Macarena se dirigen hacia la casa de la familia Fuentealba para el almuerzo y la posterior fiesta de cumpleaños de Estefanía. Macarena está al volante de su auto mientras Maximiliano aprovecha el trayecto para conocer cómo se siente su novia.
—¿Amor, vas bien? —pregunta.
—Un poco nerviosa, pero bien —responde ella.
—Mi mamá puede ser un poco desagradable. Es anticuada y bastante ácida. Le gusta poner a prueba a las personas —advierte Maximiliano—. Pero sé que podrás con ella.
—Yo también puedo ser ácida cuando me provocan —comenta Macarena, mirando de reojo a su novio—. ¿Está permitido defenderme?
—Mientras no la abofetees —bromea Maximiliano, sonriendo.
Macarena ríe y responde: —No, amor. Se puede abofetear con palabras también, pero no lo haré.
—¿Amor? ¿Me llamaste amor, nuevamente? No me habías dicho así desde que yo estaba en Nueva York —señala Maximiliano, con una sonrisa.
Macarena se sonroja mientras mantiene la vista en la carretera, y Maximiliano continúa jugando.
—Te acabas de ruborizar. Así no vamos a llegar al almuerzo; tendrás que detener el auto en un lugar de la carretera porque me voy a abalanzar sobre ti.
—¡Maxi, tuvimos sexo antes de salir! —exclama Macarena.
—Entonces, no te ruborices —responde él con humor, apretándole el muslo y provocándole cosquillas.
—No me hagas ruborizar y déjame conducir sin distracciones — pide Macarena apartando la mano traviesa de su novio.
—Está bien, Leticia Ortiz —concluye Maximiliano, entre risas. Cruza sus brazos detrás de la cabeza y reposa relajado en el asiento, disfrutando su rol de copiloto.
El teléfono de Macarena suena en el manos libres de su auto. Ve la pantalla y es Gonzalo quien la está llamando. Presiona el botón para contestar.
Al teléfono:
Gonza: Hola, amiga ingrata. No te he visto desde que me dejaste plantado en la fiesta de tu galán.
Maca: Gonza, voy manejando y estás en altavoz.
Gonza: Me vale el altavoz. ¿Crees que porque te dan duro puedes ir y reemplazarme?
Maximiliano ríe al notar que Gonzalo no sabe que lo está escuchando.
Maxi: Hola, colega.
Gonza: ¿Galán? ¿Qué haces con mi amiga en su auto? Ustedes parecen siameses unidos por sus partes íntimas.
Maca: Gonza, ¿qué te pasa? Estás medio gruñón.
Gonza: Necesito hablar contigo urgentemente, si no mi colon colapsará.
Maca: Gonza, voy manejando hacia la costa, a la casa de la familia de Maxi.
Gonza: ¡OMG! Maxi, ¿cómo le haces ese sacrilegio a mi amiga?
Maximiliano: Porque la amarán tal como yo.
Gonza: ¡Puaj! Ustedes me hacen vomitar corazones.
Maca: Amigo, algo te pasa. Te puedo escuchar mientras conduzco, pero Maxi está conmigo.
Maxi: Me pondré migas de pan en los oídos para bloquearlos, si necesitas.
Gonza: Me da igual que me escuches, hasta me puedes ayudar.
Maca y Maxi: Ok.
Gonza: Pasa que desde tu fiesta, colega, se me ocurrió la estúpida idea de pasarle las llaves de mi departamento a Amaro. Fue un chantaje porque, cómo iba a dejar a mi amiga a su palacio porque su príncipe se convirtió en sapo y se enojó con ella; para que Amaro dejara de molestar, le pasé las llaves para que me esperara.
Gonza: Luego, a Blancanieves la besó su príncipe-sapo y se olvidó de su amigo plebeyo. El plebeyo volvió solo a su departamento, donde lo estaba esperando Amaro. Ahora no quiere devolverme las llaves y se ha instalado hasta con una maleta en mi dulce hogar. Amiga, no sé qué hacer.
Maca: Amaro es tóxico, Gonza. Mándalo a volar.
Maxi: Colega, ¿tú no quieres vivir con él?
Gonza: Yo soy libre, tengo mis cosas, soy un viejo mañoso. Me estresa.
Maca: Cambia la cerradura de la puerta.
Gonza: Amaro enfurecerá.
Maca: Gonza, hablas como si le tuvieras miedo.
Gonza: Es que Amaro es creepy.
Maxi: Te puedo ayudar a cambiar la cerradura de tu puerta. O puedes inventarle que Maca y yo tenemos una relación abierta, que soy bisexual y que quieres intentar algo conmigo. Así te liberas de él.
Macarena lo mira boquiabierta, sorprendida. Maximiliano se divierte.
Gonza: ¡Ay, me ruboricé! Amiga, cierra la boca.
Maxi: ¿Cómo sabes que tiene la boca abierta?
Gonza: Porque la conozco. Tomaré esa alternativa como segunda opción, colega. La primera será el cambio de cerradura.
Maca: Inventa que entraron a robar al edificio y con Maxi te ayudamos a cambiarla.
Gonza: Eso es una genial idea. ¡Ay, qué alivio! Ahora ya los perdoné. Amiga, déjame probar un beso del Maxi bisexual como penitencia por haberme dejado plantado en su fiesta.
Maca: Olvídalo.
Maximiliano ríe.
Maxi: Cuando quieras, colega.
Macarena le da un palmazo y Maximiliano dice :—ouch. Gonzalo lo escucha por el altavoz.
Gonza: No lo maltrates, está tratando de ayudarme.
Maca: Ahora lo defiendes.
Gonza: Amiga, es tu novio. Novios de mis amigas son mis bros. Hombres sagrados, no se tocan, ni se miran, aunque a tu novio es imposible no mirarlo.
Maca: Gonza, cállate. Le subirás más el ego al señor perfección.
Maxi: Me quedo con eso, bro.
Gonza: Gracias. Son mis amigos preferidos, mi pareja ideal.
Maca: Al principio de la llamada éramos los siameses que te hacían vomitar corazones.
Gonza: Tan rencorosa, amiga. Aprende de tu guapo novio.
Maxi se ríe.
Maca: Ya cuelga, degenerado. Deja de tener sueños húmedos con mi novio.
Gonza: Amiga, los sueños son privados.
Maca: ¡Gonza, corta! Apenas vuelva, te llamo y te descuartizo.
Gonza: No me dan ganas de esperarte. Adiós, amiga. Adiós, bro.
Maca y Maxi: Adiós.
Gonzalo corta la llamada. Maximiliano mira a Macarena y los dos estallan en risas infinitas.
Macarena, siguiendo las instrucciones de su novio, ingresa por un gran portón de un condominio privado y estaciona su auto, sin dificultad.
Ambos descienden y ven que Estefanía los espera. Apenas los divisa, corre hacia Maximiliano y se prende de él como un koala, abrazándolo con efusividad mientras él la felicita de nuevo por su cumpleaños. Luego, Estefanía suelta a su hermano y abraza con la misma efusividad a Macarena, tomándola de las manos y colocándose entre ellos para encaminarlos hacia la entrada.
La casa de los Fuentealba es una gran residencia de dos pisos, de arquitectura moderna, con ladrillos en la fachada y amplios ventanales. Antes de entrar, un jardín de arbustos y rosas muy aromáticas les da la bienvenida. Macarena siente el olor a pasto recién cortado y observa todo un tanto impresionada. No esperaba que la casa fuera tan lujosa y grande; sus ojos recorren los ventanales, la entrada principal y el amplio estacionamiento.
—Ustedes viven en una mansión —murmura Macarena a Estefanía.
—No cuñis, solo es la casa de un médico cirujano —responde Estefanía.
Al entrar, son recibidos por Martín, el padre de Maximiliano, cuya cálida sonrisa y abrazo sincero les da la bienvenida. En contraste, Clara, la madre de Maximiliano, parece distante y apenas intercambia algunas palabras. Laura, la hermana mayor, saluda muy seriamente a ambos invitados.
Ingresan hacia un salón, donde en las paredes se exhiben fotos de la familia, diplomas de Martìn y de los logros académicos de Laura. Más allá se ve la mesa del comedor dispuesta para los comensales.
Clara escudriña de pies a cabeza a Macarena, con mucha desconfianza. Ella lo nota y no le da importancia.
Toman asiento, Macarena al lado de Maximiliano, Estefanía y Laura frente a ellos y los padres cada uno en una cabecera de la mesa. Todos en un ceremonial silencio, el cual Macarena interrumpe con una broma:
—¡Wow! qué ambiente más bullicioso.
Los demás en la mesa se quedan en silencio un instante, sorprendidos por la broma de Macarena, pero rápidamente, Martín se ríe.
—¡Eso me gusta, alguien que rompe el hielo! —dice con una sonrisa.
Durante el almuerzo, Martín continúa haciendo todo lo posible para que Macarena se sienta cómoda, compartiendo anécdotas divertidas. Macarena se da cuenta rápidamente de la similitud entre Maximiliano y su padre, tanto en la personalidad como en el sentido del humor.
—Maxito nunca había traído a una jovencita a la casa —le comenta Martín.
—Papá, Maca sabe de Jenny —replica Estefanía.
—¿Quién es Jenny? —pregunta Martín fingiendo desconocer a la antigua novia de Maximiliano. Macarena sonríe por su amabilidad.
—Estamos muy contentos de conocerla, Macarena —agrega Martín de manera cordial.
Clara mira fijamente a Macarena, evaluándola con una expresión ceñuda. Después de unos segundos de silencio incómodo, decide romper el hielo.
—Así que, Macarena, ¿de dónde son tus padres?
Macarena siente un nudo en la garganta, pero decide responder con honestidad.
—No tengo padres. Murieron cuando era pequeña.
—Entonces, ¿eres huérfana? —pregunta Clara sin miramientos.
—¡Mierda, mamá! ¡No puedes decir algo así! —exclama Maximiliano molesto por la forma en que su madre había abordado el tema.
—Maximiliano, ¡no utilices ese lenguaje en la mesa! —reprocha Clara, sobresaltada.
—No utilices ese lenguaje con mi novia —responde firmemente, Maximiliano.
Clara permanece en silencio, sin mostrar signos de arrepentimiento por sus palabras. Maximiliano está visiblemente molesto, pero Macarena decide calmar la situación, tomando suavemente su mano por debajo de la mesa e interviniendo.
—Clara, ser huérfana no es algo que me avergüence. Es parte de mi historia y ha moldeado quién soy
Clara frunce el ceño, aún sin disculparse, pero parece un poco más receptiva a las palabras de Macarena.
—Supongo que todos tenemos nuestras cargas que llevar —dice finalmente.
Maximiliano respira hondo, sintiendo un poco de alivio al ver que la tensión se reduce ligeramente. Agradece el gesto de Macarena con una mirada de complicidad.
Clara, aún mostrando cierto escepticismo, decide continuar con su línea de preguntas.
—¿Con quién vives, Macarena?
—Con mi gata, en mi departamento —responde Macarena de manera casual
—Y, ese auto en el que vinieron, es tuyo?
—Sí, el auto es mío —responde con sinceridad sintiéndose algo incómoda por estas preguntas.
—Vaya, eres muy independiente para tu edad —dice sorprendida, Clara
Macarena asiente con modestia, sin dejar que el tono condescendiente de Clara la afectara.
—He aprendido a valerme por mí misma desde pequeña.
Maximiliano se siente orgulloso de la forma en que Macarena maneja la situación, admirando su naturalidad.
Clara continúa con su interrogatorio: —¿Por qué, si eres tan independiente y tienes tus propios bienes, te fijaste en Maximiliano, que no tiene nada que ofrecer? —pregunta con desdén
La pregunta de Clara crea un silencio incómodo. Maximiliano frunce el ceño, molesto por la insinuación de su madre.
Clara mantiene su mirada fija en Macarena, como esperando una respuesta.
—Me fijé en Maxi porque su genética me permitirá tener bellos hijos —responde Macarena despreocupada, bromeando.
Maximiliano se atora con su comida y comienza a toser , a Estefanía le da un ataque de risa infinita. Laura mira a Clara atónita y Martin disfruta de la escena divertida.
—Maca 15, Mamá 0 — dice bromeando Estefanía una vez que para de reír, como si estuviera contando los puntos en un partido de tenis.
Su comentario aligera un poco la tensión en la mesa. Maximiliano mira a Macarena incrédulo y sonriente por la respuesta que acaba de dar.
Clara continúa con su interrogatorio.
—Macarena, ¿qué opinas del hobby de mi hijo de ser bailarín?
—Ey, estoy aquí — interviene Maximiliano—. Mamá, deja de ser tan molesta, si estás enojada conmigo, Maca no tiene nada que ver.
Clara mira a su hijo con resentimiento pero antes de que alcance a responder, Macarena interviene.
—Me encanta que Maxi sepa moverse —responde Macarena y Maximiliano presiona su rodilla por debajo de la mesa para frenar el doble sentido de sus palabras—. Si lo vieras bailar no dirías que es un hobby. Es un profesional muy talentoso y reconocido —agrega Macarena defendiendo y elogiando a su novio mientras él suelta su rodilla aliviado.
La mirada de Clara se endurece, mostrando desaprobación ante esa respuesta.
—Entiendo que quieras defender a mi hijo, pero ser bailarín no es una profesión . ¿No crees que Maximiliano debería buscar algo más estable?
—Mira, Clara, la estabilidad está sobrevalorada. Puedes ser estable, pero ¿a qué costo? ¿Infeliz y estresado? Eso solo te enferma. Pero no te preocupes, entiendo tus preocupaciones. Solo quiero ver a Maxi feliz y me atrevería a pensar que tú también —responde mientras degusta su comida y Maximiliano la mira embobado.
—Maca 30, Mamá 0 —interviene Estefania sonriendo placenteramente.
—Tienes mucha seguridad en ti misma jovencita creo que....—intenta decir Clara, pero es interrumpida por Maximiliano.
—¡Basta mamá! Eres muy desagradable!
—No me hables así, soy tu madre —lo reprende Clara
—Oye machote, más respeto —interviene Laura
—Tu no te metas, Rumpelstiltskin —responde Maximiliano.
Macarena interviene nuevamente antes de que comience una discusión.
—Clara, lo que tengas que decirme, con gusto lo escucharé. Podemos conversar solas más tarde, las dos.
Clara parece sorprendida por la propuesta de Macarena, pero asiente con la cabeza, reconociendo la sensatez de su sugerencia.
—Está bien, Macarena. Hablaremos después.
El gesto de Macarena ayuda a aliviar un poco la tensión en la mesa, y la conversación continúa en un tono más tranquilo y civilizado. Buscando un tema de conversación más neutral y amigable, Macarena comenta:
—Es muy bella su casa. ¿Han vivido aquí mucho tiempo?
Clara parece sorprendida por el cambio de tema, pero luego sonríe ante el gesto amable de Macarena.
—Gracias, Macarena. Sí, hemos vivido aquí por varios años. Todos mis hijos nacieron en esta casa. Es un lugar que apreciamos mucho.
El cambio de tema ayuda a mejorar el ambiente, permitiendo que la conversación continúe en un tono más relajado.
Maximiliano, aún con la sonrisa embobada se inclina sobre Macarena y le susurra al oído: —Eres increíble.
—No se aceptan secretos en la mesa —interviene Clara interrumpiendo el momento de ternura
—Le decía que transformó en la una nueva favorita de mamá . Te salió competencia, Leprechaund —responde Maximiliano dirigiéndose a Laura.
Estefanía se ríe y Laura asesina a Maximiliano con la mirada.
—Cuñis, estás pasando la prueba de fuego— agrega Estefanía—. Rumpelstiltskin, esconde tus lingotes de oro, que ha llegado alguien a quitarte el trono —se burla de Laura.
—No eches más leña, princesa —responde Maximiliano con ternura.
—Esto es un circo, me dan verguenza —los reprende Laura
—Cállate amargada —responde Estefanía
—Tus dieciocho no te dan derecho a voz, Tinkerbell— se burla Laura, como de costumbre, tratándola de niña e infantil.
—¡Sabes cómo odio ese apodo!—exclama Estefanía furiosa
—Déjala en paz, Doctor House —le dice Maximiliano a Laura, burlándose de su profesión.
—Dejen de apodarme como un maldito duende, par de idiotas y maduren —se defiende Laura.
—Los tres silencio, ¡ahora! —los reprende Clara.
Martín come y observa relajado con una cara de diversión que no puede ocultar. Macarena lo observa y sonríe, también divertida.
El almuerzo termina y Macarena ayuda a todos a recoger los platos. Se topa con Laura y le esboza una sonrisa. Laura se la devuelve y Macarena siente que ha ganado puntos extras, de alguna forma.
Luego se dirige a la cocina, vasos sucios en la mano, encontrándose a solas con Clara. Aprovechando la ocasión, entabla calmadamente una charla con ella
—Clara, no he venido a discutir contigo, tampoco pretendo que me aceptes. Ustedes son muy importantes para Maxi por lo tanto también lo son para mi.
—Eres sincera jovencita, puedo olerlo a la distancia —dice Clara y le regala una sonrisa
—Gracias, tú también lo eres. Entiendo que te preocupe Maxi, pero es un hombre perseverante, valiente y bueno, hiciste un buen trabajo —la elogia Macarena.
—Gracias —responde Clara completamente satisfecha
—Joven Macarena, ¿le gustaría hacer un recorrido por nuestra casa? —Interviene Martín que acababa de llegar a la cocina
—Suenas como Alfred cuando me dices así —responde Macarena con naturalidad a Martin al cual le da un ataque de risa. Macarena lo observa, su risa le recuerda a Maximiliano.
Maximiliano ingresa a la cocina y ve a su padre riendo y a su madre sonriendo. Se acerca a su novia sorprendido y le pregunta al oído: —¿Qué le hiciste a mis padres?
—Utilicé un hechizo como lo hice contigo —le responde ella de la misma manera en su oído. Maximiliano la abraza y Martin los interrumpe.
—Deberás compartir a tu novia hoy porque todos queremos conocerla, así que si me permites la llevaré a recorrer la casa.
Martin ofrece su brazo a Macarena y ella lo toma, mira a Maximiliano y le dice adiós con la mano.
Maximiliano la ve alejándose mientras su mamá le comenta:
—Maxi, ¿por qué decidiste traerla?
—Nunca me dices Maxi, ¿qué pasa mamá? —pregunta algo confundido.
—No quiero discutir. Sé honesto conmigo y dime la razón por la que la trajiste a esta casa —responde Clara sorprendiendo a Maximiliano.
—Es la mujer mas increíble que he conocido mamá, esa es la razón.
—Bien. Gracias por hacernos parte de tu vida de nuevo —responde Clara y le besa la mejilla dejándolo atónito y sin palabras. Luego se retira de la cocina. Desde hace mucho tiempo que Maximiliano no cruzaba palabras con su madre sin discusiones ni disgustos.
Por otro lado Martín lleva de tour a Macarena por su hogar disfrutando de su compañía y comentando lo sucedido en el almuerzo.
—Mi esposa es un poco estricta con las visitas —dice Martin relajadamente mientras caminan del brazo.
—Lo noté — responde Macarena de la misma manera.
—Maxito es nuestro único hijo varón y mi esposa siempre se ha preocupado de su bienestar y su futuro.
—No tienes que darme explicaciones. Hice mi tesis de pregrado sobre el comportamiento humano de las suegras en la era moderna —bromea Macarena con una sonrisa traviesa, haciendo reír nuevamente a Martin.
—¿Qué profesión tiene usted? —pregunta Martin luego de una pausa.
—Soy periodista..
—Ah, eso explica su perspicacia —comenta Martin.
Macarena asiente con una sonrisa, agradecida por el cumplido. La conversación fluye de manera amigable mientras continúan el recorrido por la casa.
Llegan al estudio y Maximiliano los está esperando reclinado en el portal de la puerta.
—Aquí te la devuelvo, hijo —le dice Martín—. Tú eres el indicado para el recorrido por el estudio.
—Gracias, pa —responde Maximiliano.
Martín suelta el brazo de Macarena y le dice amablemente: —Eres una jovencita muy encantadora
—Lo mismo opino de ti, Alfred —responde Macarena jugando y provocando la sonrisa de su suegro.
—Epa, ¿qué pasa aquí? Paren de adularse —reclama Maximiliano, fingiendo estar molesto mientras se une al grupo con una sonrisa cómplice.
Martin revuelca el pelo de su hijo como si fuera un niño pequeño y se aleja de ambos.
—Parecías Jack Dawson esperando a Rose en el Titanic —dice Macarena a Maximiliano recordando su postura en el portal de acceso al estudio.
Maximiliano ríe y responde: —Muero por besarte, Rose.
—Muero por que me beses, Jack.
Maximiliano la toma de la cintura y la ingresa hacia el estudio, cierra la puerta y la besa tiernamente. Cuando se separan comienza a confesar.
—Te amo demasiado, gracias por venir y soportarlo todo.
—No fue tan difícil. Soportaría todo con tal de estar contigo.
—¡Wow!, ¿qué pasa hoy que estás tan romántica? —dice Maximiliano sorprendido ya que su novia no suele ser melosa. Macarena se ruboriza y él lo advierte.
—Volviste a ruborizarte —dice mirándola con ojos ardientes.
—Lobo feroz estamos en la casa de tus padres —le responde Macarena
—No lograré contenerme de aquí a mañana, buscaré la solución —dice Maximiliano mientras acaricia la mejilla de su novia. Luego la toma de la mano y le muestra el estudio.
Macarena se asombra del lugar. Es una gran y encantadora habitación, llena de instrumentos musicales, vinilos, un aroma delicioso, fotos de Martin, Maximiliano y Estefanía en el piano, en la batería, tocando guitarra, teclado y un sin fin de objetos relacionados con la música.
—Este lugar es maravilloso —dice, encantada.
—Si, lo es. Es lo mejor de esta casa. Aquí me quedo la mayoría del tiempo cuando vengo de visita.
—¿Esa es tu batería? —pregunta Macarena apuntando hacia el rincón de la habitación.
—Si. Así es. El piano y el arpa son de mi papá, el bajo, el violín y el contrabajo son de Estefi, la batería y la guitarra eléctrica y la acústica son mías.
—Toca para mi —le pide Macarena
—No me gusta hacer eso. La música es para mi —responde Maximiliano, sinceramente.
—Está bien, solo quería admirarte.
—No digas eso, haces que quiera cambiar de parecer. Creo que has aprendido algunas técnicas de persuasión.
—No te obligaré a hacer algo que no quieres, amor —dice Macarena seductoramente acariciando su rostro
—Vuelves a decirme amor de esa forma y te follaré en el baño del estudio —le advierte Maximiliano
—Como quieras, amor —vuelve a decir Macarena usando el mismo tono y sonriendo con picardía. Maximiliano la toma por la cintura y la acerca a él con fuerza.
—¿Sabes cuánto me provocas?
—Toca una canción para mi —le susurra Macarena en los labios, —y te dejaré follarme en el baño.
—Estás usando artillería pesada, seduciéndome para obtener lo que quieres —le reclama Maximiliano aferrándose aún más a ella.
—Fóllame en el baño, ahora —le susurra Macarena de manera ardiente haciendo que los sentidos de Maximiliano se enciendan.
La toma de la mano y la lleva rápidamente al fondo de la habitación donde hay una pequeña puerta que se abre y da a un baño. Ambos ingresan al estrecho lugar y cierran la puerta con seguro. Macarena se lanza a besar a Maximiliano con ardiente deseo mientras él se desprende rápidamente de su ropa, la gira bruscamente y la despoja ahora a ella de sus pantalones y bragas. Maximiliano se posiciona detrás de ella y Macarena apoya las palmas de las manos en retrete para que su novio le dé la primera embestida. Macarena suelta un gemido y se tapa la boca con la mano.
—Silencio amor —le pide Maximiliano mientras toma su cabello con la mano y con la otra toma su cadera para penetrarla una y otra vez.
—Estas tan húmeda —gruñe Maximiliano sin parar de moverse y hundirse en su interior.
—Maxi, no pares —suplica jadeando Macarena y vuelve a tapar su boca para ahogar sus gemidos.
Maximiliano le da rápidas embestidas provocando el clímax de ambos al unísono.
—Maxi, ¿dónde estás? —se escucha una voz que acaba de entrar al estudio.
—¡Estefy! —dicen los dos sorprendidos.
Maximiliano sale de Macarena, sube sus pantalones mientras ella se incorpora para hacer lo mismo.
—Saldré primero —dice él mientras peina su cabello con los dedos y abre la puerta del baño dejándola a ella dentro.
—Ah, estabas ahí —dice Estefanía cuando lo ve salir del baño, —y ¿mi cuñis?, papá me dijo que estaba contigo —agrega.
Maximiliano no dice nada y mira hacia el baño sonriendo, pasa de nuevo los dedos por su cabello. Estefanía examina las tonalidades del rostro de su hermano y pone las manos en sus caderas.
—¡No puedes ser tan caliente Maximiliano Fuentealba! —lo reprende—. Si mamá se entera los correrá con la escoba mientras les lanza agua fría y después los obligará a casarse.
—¿Se entera de qué? —dice Maximiliano inocentemente—. Solo le estaba mostrando donde estaba el baño.
—Me convertirán en tía antes de tiempo —dramatiza bromeando Estefanía, cubriéndose el rostro con ambas manos
—No exageres princesa y si quieres ver tu regalo de cumpleaños te sugiero que olvides este episodio.
—¿Ahora me chantajeas? —pregunta Estefanía cruzándose de brazos y se gira viendo a Macarena ahora salir del baño—. Cuñadita linda, te han secuestrado en el baño, lo sé —le dice mientras Macarena se acerca a Maximiliano.
—Yo lo obligué, no lo regañes —responde Macarena defendiéndolo.
—Ustedes son tal para cual —reclama Estefanía—. Vayan a darse una ducha fría, par de ninfómanos.
—Princesa si sigues regañándonos te escucharan. Ven a tocar algo conmigo, Maca quiere escucharnos —le pide Maximiliano a su hermana y le sonríe a Macarena ya que finalmente había conseguido lo que quería.
Estefanía lo mira con el ceño fruncido y Maximiliano la sorprende tomándola en brazos.
—¡Suéltame Maxi! —le pide riendo.
Maximiliano la lleva al piano y la deja sentada allí en el banco mientras busca las partituras.
Macarena se acomoda en el sofá del estudio mientras Maximiliano se sienta al piano y Estefania le indica la partitura que quiere cantar. Comienza a tocar las notas de "Eternal Flame" de The Bangles y ella entona la armoniosa melodía.
Macarena se queda absorta, impresionada y complacida. La voz de Estefanía es angelical y bella. Maximiliano desprende encanto y elegancia al piano y cuando sube la mirada para verla directamente a sus ojos, se siente absolutamente cautivada.
Martin entra al estudio, al escuchar a sus hijos y se sienta junto a Macarena sonriendo. Cuando los hermanos terminan la canción ambos aplauden encantados.
—Papi toca con nosotros —le pide Estefanía—. Estamos dándole un concierto de bienvenida a Maca.
—Si ese es el objetivo, entonces no me niego —responde Martín levantándose del sofá. Luego agrega: —Maxito a la batería, hija al bajo —ordena con voz suave y calmada.
Maximiliano mira a Macarena fingiendo cara de pánico, luego sonríe, le guiña un ojo y se dirige a la batería. Toma asiento, conecta sus auriculares y se los cuelga al cuello, coje las baquetas y las mueve con destreza entre sus dedos. Se quita el cabello del rostro y se posiciona esperando la instrucción de su padre.
Martin toma la guitarra eléctrica y enciende los amplificadores, les comunica algo a Maximiliano y a Estefanía y se posicionan en sus puestos. Maximiliano inicia golpeando tres veces las baquetas y comienzan a tocar la antigua canción "Please, please me" de The Beatles.
Macarena queda boquiabierta, nuevamente impresionada por la destreza, concentración y habilidad de Maximiliano, que toca la batería con precisión y fluidez. La armonía entre los tres es tan mágica y emotiva, que provoca en ella una creciente admiración.
Maximiliano levanta su mirada y le causa gracia ver el rostro anonadado de Macarena. Se sonríe y continúa interpretando la canción.
Clara ingresa al estudio y se sienta junto a Macarena a escuchar el final de la interpretación. Se mantiene seria y distante aún, pero a Macarena no le afecta, se ha maravillado con el talento sorprendente de la familia y eso la llena de emoción.
Ambas aplauden cuando la canción termina. Macarena observa como Martín le regala una bella sonrisa a su esposa.
"Cuánto se parece a Maxi", piensa para sí.
Clara le devuelve la sonrisa a Martín, genuina y tierna.
Por otro lado ve como Maximiliano se saca los auriculares y deja todo guardado, sale de la batería y se dirige a ella, sonriente, al igual que su padre. Ella se levanta del sofá y va a su encuentro.
—Bueno eres una privilegiada, no siempre hacemos esto con público —le comenta Maximiliano abrazándola.
Ella se acerca a su oído secretamente.
—Eso fue completamente orgasmico —susurra para que solo él pueda escucharla. A Maximiliano le da un ataque de risa
—¿Qué es lo gracioso?—pregunta Clara.
—Es que Maca tiene mucha imaginación, ya cree que es novia de un Rockstar —miente Maximiliano desviando su atención
—Tengo suficiente con un esposo y dos hijos creyendo ser artistas, Macarena. No me digas que tú también lo crees —replica Clara.
—Bueno, Clara, los artistas siempre atraen mi atención. Creo que tienes una familia muy talentosa —responde Macarena y mira sonriente a Maximiliano
—Ahora consiguieron más audiencia, los felicito —dice irónicamente Clara.
—Esposa mía, no seas huraña y admite que mi talento fue lo que hizo que aceptaras casarte conmigo. Además, escuchando música procreamos a nuestros hijos —responde Martín bromeando haciendo reír a todos menos a Clara.
—No seas vulgar, está Macarena aquí —lo reprende Clara.
—Ah, pensé que no te importaba Macarena —dice Estefanía.
—Ahora están todos en contra mía —reclama Clara.
—Gracias por la defensa Clara. No me ofende el comentario de Martin porque es una suerte que procrearan a su hijo — interviene Macarena, logrando esta vez que todos rían.
—Maca 40 - Mamá 0 —dice Estefania y Clara ríe, pegándole con un cojín mientras su hija escapa.
Con las tensiones disipadas y el ambiente lleno de risas, la tarde se desvanece rápidamente. La anticipación de la celebración de Estefanía ocupa a la familia, mientras todos se preparaban para el festejo. Macarena y Maximiliano se suman a los preparativos, colaborando con los últimos detalles para asegurarse de que la fiesta sea memorable.
Hola a todxs:
Este cap salió un poquitín mas largo porque quería reflejar varias dinámicas. Espero lo hayan disfrutado tanto como yo al escribirlo.
Nos pusimos ya musicales, destacando las otras habilidades de Maxi y su familia.
Una de las canciones que menciono "Eternal Flame", es la que canta Estefy con Maxi al piano. Es una canción muy antigua (1988) cuya versión en piano se las dejo acá, por si quieren escucharla.
https://youtu.be/JhovRcCk1Vw
La otra canción que menciono es una la de los archiconocidos The Beatles, Martín es muy fan de ellos. Se las dejo por acá en una versión que a mi me gusta mucho más.
https://youtu.be/eSkyU2QplYA
Muchas gracias por su apoyo y sus lecturas.
Me hacen inmensamente feliz
Narlie
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro