Capítulo 35: Anna
Maximiliano regresa de su viaje lleno de energía. Después de unas semanas de merecido descanso tras el éxito de la primera temporada de la obra musical en la que había estado trabajando, se prepara ahora para el inicio de la segunda temporada. Entre ensayos y ajustes, recibe la llamada que confirma el resultado de la prueba de talento en Broadway: había sido un éxito. Esa noticia, aunque emocionante, viene acompañada de una decisión difícil: aceptar la oportunidad de estudiar en Nueva York durante un año, lo que implica separarse de Macarena.
Antes de enfrentar lo que esta decisión conlleva, Maximiliano decide celebrar invitando a sus amigos más cercanos a una fiesta en su casa para conmemorar el logro y agradecerles por su apoyo constante.
La fiesta organizada por Maximiliano promete ser genial. Macarena llega temprano para ayudarle con los preparativos. Por primera vez, Maximiliano no realiza esta labor solo y es algo que lo tiene muy a gusto. Luego de tres meses saliendo como novios, la conexión que un día los unió se fortalece cada vez más.
El momento de la fiesta llega y comienzan a llegar los invitados. Gonzalo, junto a su novio Amaro, son los primeros en llegar, seguidos por el grupo de alumnas de Maximiliano, al que Macarena había apodado "Fans club, Maxi forever".
—Amiga, ya eres toda una señora recibiendo a los invitados junto a tu esposo —se burla Gonzalo apenas la saluda, abrazándola
—¡Ridículo! —le dice Macarena riendo.
—Hola, niña —la saluda Amaro.
—Hola, niño —responde Macarena—. Por si te interesa, hay un viaje para dos con todo pagado para los que modifiquen su cara de amargura por esta noche.
—Solo vengo para no dejar solo a mi novio —responde Amaro—. No me interesan tus premios ni tus malas bromas.
—Solo vienes para que no miren a tu novio...
—¡Stop! —pide Gonzalo, interrumpiéndola y estirando sus brazos para que ambos tomen distancia—. No quiero que nadie me haga enojar, el botox que me puse se arruinará.
Macarena vuelve a reír mientras ve que hace su entrada un hombre que ella no conoce.
—¿Quién es ese? —pregunta Gonzalo.
—Ni idea, supongo que es uno de los jefes de Maxi —responde Macarena.
—Es Harry Richardson —interviene Amaro.
—¿Harry qué? —pregunta Gonzalo mientras Macarena comprende de quien se trata.
—Richardson. Es un director y productor bastante influyente —aclara Amaro.
—¿Cómo sabes eso? —pregunta Gonzalo.
—Porque contrató a mi firma de abogados para un tema de tuición de una menor... no les puedo dar más información.
—Qué aburrido eres, tienes el chisme en los labios y no sueltas nada —le reprocha Gonzalo.
—Es ética profesional —responde Amaro.
—Se te olvida la ética cuando me pones en cuatro —responde Gonzalo, y Macarena le da un codazo porque viene Maximiliano junto a Harry, con la intención de hacer las presentaciones.
—Harry, ella es mi novia Macarena —dice Maximiliano—. Amor, él es Harry.
—Cuánto me han hablado de ti. Eres más bella en persona —dice Harry, tomando la mano de Macarena y posando sus labios en ella.
—Cuánto me han hablado de ti, Mister Harry —dice Macarena, haciendo una reverencia doblando sus rodillas como si fuera una dama antigua.
Maximiliano ríe ante el gesto y continúa las presentaciones.
—Él es mi amigo Gonzalo y su novio Amaro —dice, indicando a sus amigos que están a un costado de Macarena.
Gonzalo levanta su mano para que Harry la bese tal como lo hizo con Macarena y practica la misma reverencia, provocando la risa de todos, menos de Amaro.
—Señor Richardson, qué coincidencia —interrumpe Amaro.
—Señor Ponce —dice sorprendido Harry, estirando su mano para saludarlo. Amaro la estrecha fuertemente y Harry comprende el mensaje. Se aleja de la pareja y vuelve con Macarena.
—Así que tú eres la famosa Macarena. Eres el talón de Aquiles de Max, ¿lo sabías? —le dice intentando bromear.
—¿Por qué lo dices? —responde Macarena con curiosidad.
—Max es capaz de arruinar su futuro y cambiar sus planes por ti —responde Harry, irritando a Macarena con su tono condescendiente.
—Sobreestimas el poder de una mujer, Harry. Pero si te preocupa tanto el talón de Aquiles, deberías revisar tus propios pies. Nunca se sabe dónde podría estar el verdadero punto débil —responde Macarena con una sonrisa afilada, dejando a Harry sin palabras.
Maximiliano, notando la tensión, se acerca rápidamente y envuelve a su novia en un abrazo.
—¿De qué están hablando? —pregunta con una sonrisa forzada.
—De las primeras impresiones, ¿verdad, Harry? —dice Macarena, lanzándole una mirada significativa.
—Claro, claro —responde Harry, incómodo e intencionando aún más sus palabras—. Entonces, ¿cuáles son los planes para Nueva York, Max?
—Es algo que aún no definimos, ¿cierto, amor? —dice Maximiliano, sorprendiéndola al incluirla por primera vez en esa decisión.
—¿Ah, tú también tienes planes para estudiar en la ciudad de las luces? —pregunta Harry a Macarena.
—Como te dijo Maxi, aún no lo definimos y esta fiesta no es el lugar para hablar de ello —responde segura y siente que Maximiliano la estrecha más entre sus brazos para darle tranquilidad.
—Tienen razón, es hora de divertirse —responde Harry—. Max necesito beber algo, se me seca la garganta —hace un gesto tocando su laringe
—Claro —dice Maximiliano y suelta el abrazo de Macarena, le hace un gesto y acompaña a Harry hacia la mesa que está dispuesta como un bar improvisado
—Permiso —dice Harry
—Adelante, mister —responde Macarena que los observa alejarse, sintiendo que el sonido del timbre nuevamente resuena.
Maximiliano continua la charla con Harry, quien lo acompaña hacia la puerta para recibir a quien acaba de llegar.
Una inesperada aparición hace su entrada. Macarena observa con sorpresa que quien ingresa a la fiesta es Anna, la rubia supermodelo, quien saluda al anfitrión demasiado cariñosamente, mirándolo de pies a cabeza y luego saluda a Harry con alevosía.
—Ah no, que descaro, Maxi invito a esa bicha —dice Gonzalo a Amaro acercándose a su amiga
—¿Qué bicha?—pregunta Amaro
—Amiga —dice Gonzalo que ve a Macarena fulminando a Anna con la mirada —¿qué hace esa cascabel en esta fiesta?
—¿De quién hablan?—insiste Amaro
—De Miss tetas grandes, ¿de quién más?— responde Macarena haciendo un gesto para que Amaro vea a Anna
—Que bella es —dice Amaro cuando logra divisarla—. Tiene toda la clase que a ti te falta y todo el porte...
—Calladito hasta te vas más simpático— lo interrumpe Macarena alejándose de la pareja.
—Te desubicaste, amor —le reprocha Gonzalo
Macarena le da una mirada furiosa a Maximiliano y se retira hacia la cocina. Su novio la sigue, reconociendo que está molesta.
—Amor, ¿qué pasa? —pregunta Maximiliano apenas ingresa a la cocina y la ve apoyada sobre la mesa, cruzada de brazos—. Primero te peleas con Harry y ahora me asesinas con la mirada.
—¿Por qué está esa rubia aquí? —lo increpa cuando se acerca hacia ella. Su voz es tensa, apenas conteniendo su enojo.
Maximiliano frunce el ceño, sorprendido por la pregunta. —No tengo ni idea. No la invité.
—¿En serio? ¿Cómo es posible que esté aquí si no la invitaste?
—Quizás se enteró de la fiesta por Harry. Yo no tenía ni idea de que vendría —responde Maximiliano levantando la manos en un gesto de inocencia.
—¿Permites que entre aquí como si nada y te quedas muy tranquilo? —pregunta ella apretando sus puños para contener su temperamento.
Maximiliano levanta ambos hombros con relajo y luego sonríe. —Parece que tengo un don para atraer a las rubias.
—Ja —exclama Macarena irónicamente.
—Amor, ella no me importa, sabes que fue algo pasajero —se defiende Maximiliano.
—¿Algo pasajero? Tú me cambiaste por ella —replica ella con firmeza.
Maximiliano baja la mirada.
—No te he cambiado por nadie. Cometí un error y lo pasé mal, casi te pierdo. ¿Siempre me lo recordarás?
—Ella es la que me lo recuerda, Maxi. Te mira como si te fuera a devorar.
—Oh sí. Debe ser el efecto que provoco en todas— bromea Maximiliano, tratando de alivianar la tensión.
Macarena intenta contener su seriedad.
—No me causa gracia —replica—. No quiero que te acerques a ella, no quiero que le hables, no quiero ni que respires el mismo aire que ella respira.
—¿Tampoco que la saque a bailar?—bromea Maximiliano, esperando arrancarle una sonrisa.
—¡Payaso! —responde Macarena, tratando de contener la risa. —Te lo digo en serio. No quiero que te acerques a ella —insiste.
—¿Te escuchas? Me estás haciendo una escena de celos. Es adorable—dice, disfrutando de su burla.
Macarena se gira y se cubre el rostro, sintiéndose avergonzada. Maximiliano la abraza con ternura por detrás y le susurra al oído: —Mi celosita hermosa, ¿me permites pasar por su lado para llevar más cervezas? ¿O tampoco puedo?
—No te burles, me siento una tonta, no soy así, esto es tu culpa —dice Macarena con sinceridad.
—Eres una celosita hermosa, no eres tonta —responde él, tratando de reconfortarla.
—Lo siento, no quiero parecer una bruja posesiva —se disculpa.
—No lo eres. Lamento que haya venido sin invitación. Y si ella me quiere devorar, tú se lo impedirás.
Macarena se voltea hacia él con determinación.
—Eres tú el que debería alejarse.
—Amor, lo hago todos los días que tenemos ensayo—responde él sinceramente.
—¿También te intenta devorar durante los ensayos? —pregunta Macarena molesta.
—Siempre. Ella y otras más —responde sonriéndole y abrazándola con más fuerza.
—¡Tonto! —Macarena le da un suave golpe en el hombro.
—Sabes que tienes un novio irresistible —bromea Maximiliano.
—Sí, y también coqueto. No te acerques demasiado a ella, es todo.
—Solo coqueteo contigo desde que somos novios, amor.
—Hmm —murmura Macarena incrédula.
—Confía en mí, celosita hermosa.
—Deja de llamarme así.
—Está bien, celosita adorable —dice y la estruja con sus brazos.
—Maxi, me asfixias —dice Macarena zafándose de los brazos de él. —Te encanta que te miren.
—Ven aquí, dame un beso —Maximiliano la atrae hacia él nuevamente—. Solo me importa que tú me mires y que tú me quieras devorar —agrega susurrándole seductoramente en los labios.
—Siempre haces eso. Tratas de dar vuelta la situación, calentándome.
Maximiliano ríe y luego le dice: —Me encantas.
— Y tú a mí —responde Macarena besándolo, olvidando el mal rato.
Después de unos minutos, ambos salen de la cocina y se unen al resto de los invitados. Maximiliano está decidido a mostrarle su afecto a Macarena en todo momento. Aunque las miradas insinuantes de Anna hacia Maximiliano no pasan desapercibidas, él las ignora.
Macarena, por su parte, no puede evitar cruzar miradas con Anna en varias ocasiones, sintiéndose incómoda. Anna parece no importarle la compañía de Maximiliano y se acerca audazmente para hablarle.
—¿Qué tal la noche, Maxi, te diviertes? — dice, inclinándose un poco hacia él con una sonrisa coqueta.
Maximiliano responde con cortesía: —Si, Anna ¿Y tú?
—Estoy mejor ahora que te veo —dice con tono sugerente posando ambas en manos en los atractivos hombros de Maximiliano.
Maximiliano toma las manos de Anna suavemente, apartándolas de sus hombros.
—Mis abrazos son caros y exclusivos, querida Anna —responde con una sonrisa
Anna frunce el ceño por un momento, pero luego vuelve a sonreír con coquetería.
—Oh, vamos, Maxi. ¿Por qué tan esquivo? Solo quiero divertirme un poco —dice, acercándose más a él.
Maximiliano mantiene su humor y compostura, negando con la cabeza.
—Se ha cerrado la Maxitienda de la diversión para ti y lo sabes. Ya no vendo suscripciones para Netflix, lo siento.
En ese momento, Macarena se acerca a Maximiliano e intentando liberarlo de las garras de Anna, toma su mano. Él le devuelve el gesto con firmeza.
Anna frunce el ceño, notando la seguridad de Macarena.
—¿Así que tú eres la afortunada que tiene a Maxi? —pregunta con sarcasmo.
—Mi nombre es Macarena —responde con su acostumbrada seguridad, mirándola fijamente
—Pensé que no era cierto esto del noviazgo, Maxi. ¡Es toda una sorpresa! —dice Anna con un tono sarcástico.
—Soy una caja de sorpresas —respondió Maximiliano con calma—. Disculpa, pero tengo que atender a mis invitados.
—Ok —dice Anna, soltando una risita despectiva—. Veremos cuánto dura esto —murmura para sí misma, lo suficientemente alto como para que Macarena lo escuche.
La pareja se aleja de esta invitada estrella.
— Bueno, creo que acabo de ganarme una enemiga —dice Macarena sonriendo
—No digas eso. Ya verás que en dos días tendrá una estatua tuya en su jardín— responde, abrazando a Macarena y haciéndola reír.
—Creo que confundes una estatua con un muñeco vudú con mi figura —dice con una risa contagiosa.
—¡Amor!- responde Maximiliano tiernamente, agradecido de su actitud bromista.
La fiesta continúa animada y Maximiliano, como anfitrión, se mueve constantemente entre los invitados y la cocina en busca de bebidas y comida. Macarena nota que Anna lo sigue en una de esas ocasiones y decide intervenir. Cuando llega a la cocina, ve cómo Anna intenta abrazar a Maximiliano por la cintura, y sin dudarlo, se acerca.
— ¿Necesitas ayuda con algo, Maxi? —pregunta Macarena haciendo una mueca de sonrisa forzada, tratando de disimular su incomodidad.
Maximiliano nota la presencia de Macarena y le dedica una mirada tierna antes de responder.
—Oh, sí, podrías sacar más cervezas de la nevera, por favor.
Macarena asiente rápidamente, aprovechando la oportunidad para alejar a Anna de Maximiliano.
— ¡Claro! —exclama, tomando algunas cervezas y ofreciéndolas a Maximiliano para salir juntos de la cocina.
Anna, notando la intervención de Macarena, rueda los ojos pero no dice nada. Sigue mirando a Maximiliano con una expresión desafiante, pero él continúa manteniendo su distancia. La pareja se aleja de la cocina y se reincorpora a la fiesta.
—Hay una mujer hermosa que está más celosa de lo que pensé —dice Maximiliano, bromeando.
—¿Qué pretende esta tipa, Maxi? —pregunta Macarena, frustrada.
—No sé, pero por favor no caigas en sus provocaciones —responde Maximiliano seriamente.
Macarena asiente: —Entendido. No lo haré.
—Prométeme que pase lo que pase no caerás en sus provocaciones -insiste Maximiliano, abrazándola con cariño.
—Si, lo prometo.
Pero los planes de Anna esa noche son otros. Persistente en su intento de llamar la atención de Maximiliano, se acerca nuevamente y se planta frente a él mientras está junto a Macarena en la sala principal.
—Macarena, ¿te has dado cuenta de lo guapo que es tu novio? —dice Anna, provocándola.
Macarena aprieta los puños, conteniendo su enojo. Maximiliano, manteniendo la compostura, responde cortésmente:
—Gracias, Anna. Pero nos estás interrumpiendo y no quiero hacer un trío, al menos no esta noche—bromea.
Anna ríe, aparentemente sin captar la indirecta, y continúa intentando acercarse a Maximiliano, tocando su brazo.
Macarena se muerde el labio inferior, luchando contra el impulso de intervenir. Maximiliano, sin embargo, toma las manos de Anna con delicadeza y las aparta suavemente.
—Anna, por favor, ¿puedes irte a otro lugar? —pide Macarena con firmeza.
Anna suelta una risa nerviosa, pero no muestra signos de retirarse.
—Lo siento, solo estoy siendo amigable —responde Anna con una sonrisa forzada.
—Pues creo que ya has sido lo suficientemente amigable, ¿no crees? —dice Macarena, irritada.
Anna se dirige a ella con una sonrisa maliciosa.
—¿Tan insegura estás de que me acerque a él? No sabes que pasamos todos los días juntos —dice Anna con desprecio.
Macarena siente cómo la ira se apodera de ella, pero antes de que pueda responder, Maximiliano interviene:
— ¡Ey, basta! No quiero cizaña ni que le faltes el respeto a mi novia.
Anna se queda momentáneamente sorprendida por la firmeza de Maximiliano, pero luego su expresión se vuelve desafiante.
—¿Y qué vas a hacer al respecto? —pregunta con desdén.
—Te pediré que te vayas, si insistes —advierte él.
Anna se queda paralizada por un momento, evaluando sus opciones.
—Está bien, me comportaré —dice, lanzando una mirada resentida mientras se aleja.
—Maldición, Maxi, no la soporto —dice Macarena muy frustrada—. Estoy a punto de lanzarme y agarrarla de las mechas.
Maximiliano se acerca a ella, toma su mano y la guía al sofá para que se sienten juntos.
—Solo te está provocando, no caigas, amor —dice con serenidad mientras se acomodan.
Macarena deja escapar un suspiro de exasperación, buscando desesperadamente que Maximiliano entienda su posición.
—Es difícil, Maxi. Ponte en mi lugar... Imagina que mi ex vino a la fiesta sin ser invitado y se me insinúa como esa tonta lo hace contigo. ¿Qué harías? —pregunta, esperando que su analogía le ayude a comprender su malestar.
Maximiliano reflexiona por un momento antes de responder.
—Ella no es mi ex, pero si viera a uno de tus ex acechándote, lo echaría a empujones fuera de la fiesta —declara.
Macarena sonríe.
—Ves —responde—, ¿lo entiendes?
Maximiliano acaricia suavemente el brazo de Macarena con una sonrisa tranquilizadora.
—Está bien, amor —dice, reconociendo su frustración.
Macarena mira a Maximiliano con una expresión inquisitiva.
—¿La puedo golpear? —pregunta, divertida.
Maximiliano suelta una risa suave antes de inclinarse hacia ella y susurrarle al oído: —Eres la celocita más hermosa, peleadora y sexy que he conocido.
Macarena siente cómo se ruboriza y su corazón se agita al escuchar la voz cautivante de su novio.
—¿Qué intentas hacer? —pregunta.
Maximiliano sonríe, acercándose de nuevo a su oído con ternura.
—Me encanta cuando te ruborizas y sé perfectamente qué significa cuando la piel de tus brazos se eriza como lo hace ahora —susurra.
—Estás dando vuelta la situación de nuevo, tratando de seducirme —dice Macarena reconociendo la estrategia.
—Llevamos tres meses y ya conoces mis trucos —admite, riendo entre dientes.
—Me encantan tus trucos —admite ella también.
—Ahora eres tú la que me intenta seducir —bromea Maximiliano.
Macarena se gira discretamente para verificar y luego vuelve a mirar a Maximiliano con preocupación.
—De nuevo nos está mirando —susurra Macarena, sintiéndose incómoda.
Maximiliano levanta una ceja con curiosidad, centrando su atención en los labios de Macarena mientras ella habla.
—¿Quién? —pregunta, intentando seguir su mirada.
—La rubia —responde con un suspiro Macarena, manteniendo la voz baja para que sólo él pueda escucharla.
—Es una fiesta libre, puede mirar lo que quiera —dice, acercando suavemente su rostro al de Macarena para encontrar sus labios en un tierno pero apasionado contacto.
Cuando Anna presencia ese beso, no puede ocultar la molestia y la frustración en su rostro al darse cuenta de que sus intentos de seducción y provocación han sido infructuosos. La indiferencia de Maximiliano hacia ella la deja sintiéndose rechazada y desplazada.
Después de ese dulce beso, Maximiliano y Macarena se separan con una sonrisa.
—Bueno, creo que ya es hora de que te lo diga, Maca —dice él con una mueca juguetona.
—¿Qué cosa? —pregunta Macarena con curiosidad
—Me tienes embobado hasta la médula —confiesa.
—No se te nota —bromea ella.
—¡Cómo te atreves a dudarlo! —exclama Maximiliano, fingiendo indignación.
Macarena ríe suavemente, disfrutando de su interacción.
—Tengo que soportar a todas tus seguidoras, lo mínimo es que te embobes por mí —replica, mientras siente nuevamente una mirada insistente en su nuca. Se voltea y ve a Anna asesinándola con la mirada.
Maximiliano le hace notar su reacción con una sonrisa.
—Amor, deja de mirarla. Ella me importa menos que la pelusa del ombligo —le dice, provocando la risa de Macarena.
—Me asesina con la mirada tu supermodelo —comenta Macarena con ironía.
—No es "mi" nada.
—Iría a golpearla —bromea Macarena.
Maximiliano suelta una risa y le asegura:
—Amor, te amo a ti, no a ella. Deja de prestarle atención.
Macarena queda en shock por un momento, sorprendida por la declaración de Maximiliano. Es la primera vez que le dice que la ama. Una sonrisa de felicidad se forma en su rostro.
—¿Qué me dijiste? —pregunta, pero Maximiliano se levanta del sofá e intenta desviar la conversación con una excusa.
—Iré a buscar más cervezas —dice, emprendiendo el paso apresurado.
—Oye, no te escapes —le advierte, persiguiéndolo con una sonrisa juguetona en el rostro.
Maximiliano se aleja, pero Macarena lo intercepta y lo abraza, impidiéndole moverse.
—Repíteme lo que me dijiste, no juegues —insiste.
—No jugaría con algo así —asegura Maximiliano mirándola a los ojos con sinceridad.
Ambos se abrazan. Maximiliano sostiene la mirada de Macarena y, sin emitir sonido alguno, mueve los labios formando la palabra "te amo".
Macarena se queda sin palabras por un momento, conmovida por las palabras silenciosa de Maximiliano. Sin decir nada, devuelve su mirada llena de amor y lo abraza con aún más fuerza, logrando que desaparezcan sus preocupaciones y molestias. Luego le susurra en los labios: —Yo también te amo.
Maximiliano responde con una sonrisa cómplice: —Lo sé.
Macarena ríe suavemente, sintiendo la calidez de sus palabras, y luego lo besa con pasión. El mundo desaparece a su alrededor. Ya no importa la presencia de Anna ni ninguna otra distracción. Todo lo que importa son ellos dos.
La atmósfera romántica se ve interrumpida por la voz de Gonzalo.
—Tienen a todos boquiabiertos viendo su desvergüenza —comenta con diversión.
Ambos se separan del beso sorprendidos, pero luego ríen ante su intervención.
—¡Sal de aquí, entrometido! —responde Macarena riendo.
Gonzalo continúa bromeando: —Consíganse una habitación.
—¡Fuera! —lo echa Macarena entre risas.
Mientras Gonzalo se aleja entre risas, Maximiliano acerca más su cuerpo a Macarena y ella siente su prominente erección a través de sus pantalones. Se sorprende, advirtiendo divertida: —Compórtate.
—Es el efecto de tus besos —responde Maximiliano sonriendo.
—Tu casa está llena de invitados —le recuerda.
Maximiliano se acerca más y susurra en su oído: —Mi habitación está con llave, nadie está ahí. Qué buena idea nos ha dado tu amigo.
—¿Qué insinúas? —pregunta ella, mirándolo fijamente mientras sus mejillas se sonrojan.
—Nuestro mutuo amor debe ser consumado, no hay más opción —declara Maximiliano, haciendo reír a su novia.
—Maxi, todos nos verán entrar a tu habitación —señala con diversión.
—Tengo un plan —dice Maximiliano con entusiasmo—. Entra por el baño, yo por mi habitación. Abriré el segundo acceso al baño desde dentro de mi habitación y ¡voilà!
—¡Voilà! —repite Macarena riendo y entusiasmada. Juntos, comparten una mirada de complicidad mientras planean su fuga hacia la privacidad.
—Voy al baño —dice Macarena, disfrutando del juego.
—Qué difícil es que digas que no —comenta él riendo.
—Tú me tentaste —se defiende antes de dirigirse hacia el baño.
Continuando con el plan, ambos ejecutan su estrategia sin darse cuenta de que Anna los observa con atención, siguiendo cada movimiento con su mirada.
Maximiliano se dirige a su habitación, saca sus llaves, abre la puerta e ingresa perdiéndose de vista, mientras Macarena ingresa por la puerta principal del baño, ve la puerta del segundo acceso que le mencionó su novio y espera.
Maximiliano abre el segundo acceso al baño desde su habitación, toma a Macarena de la mano y la jala rápidamente hacia dentro. Cierra la puerta con seguro y la apoya contra la pared.
—No hay forma en que pueda resistirme a ti—dice Maximiliano besándola con desenfreno mientras Macarena siente como se humedece y su respiración se agita. Con ambas manos toma el cinturón de Maximiliano y lo desabrocha. Abre el botón del pantalón y baja su cremallera .Él suelta el beso y jala la blusa de Macarena hacia arriba en un segundo y continúa besándole el cuello, baja a su pecho moviendo con la mano el brasier para lamer con deseo el pezón erecto de Macarena. Eso le fascina.
—Maxi, me calientas demasiado, nos oirán — susurra Macarena inclinando su cabeza hacia atrás y apoyandola en la pared.
—Eres exquisita —responde Maximiliano mientras abre el botón y la cremallera del pantalón de Macarena y rápidamente se deshace de él y de sus bragas mientras la envuelve con la lengua en un beso ardiente.
Macarena jala hacia abajo, el boxer junto a los pantalones de su novio para deshacerse estas prendas para que luego él tome con la mano la pierna de Macarena y la suba a la altura de la cintura. Ella lo envuelve con la pierna, apoya las manos en sus hombros y Maximiliano la penetra fuerte y rápidamente.
—Ahhh —gime Macarena sonora y placenteramente.
—Amor, silencio.
Maximiliano sale de ella para advertirle, ya que ambos pretenden que no los escuchen.
—No me hagas eso entonces —reclama Macarena mirándolo con ojos encendidos
Maximiliano sonríe y vuelve a penetrarla de la misma manera. Ella se muerde el labio inferior ahogando su nuevo gemido.
—Supieras todo lo que me provocas, no te pondrías celosa —le susurra Maximiliano mientras arremete en su interior una y otra vez cuando en el exterior de la habitación la fiesta continúa.
Anna, que los había seguido con la mirada, al ver que los minutos pasaban y ninguno de los dos salía por las puertas que habían ingresado, entra al baño y se sorprende al descubrir que Macarena no está allí.
Intrigada, se acerca a la segunda puerta de acceso al baño y apoya su oreja en ella, escuchando a Maximiliano y Macarena disfrutando de su encuentro clandestino y ardiente. A medida que escucha, su furia aumenta, sintiendo celos y resentimiento.
—Maxi...Maxi — jadea Macarena cuando siente que está al borde de colapsar
—Hazlo, amor —susurra él conteniendo el aliento, moviéndose a un ritmo más rápido que antes y besándola para sofocar sus gemidos.
La pared que los sostiene resuena con cada estocada y Anna aún aguarda en el baño escuchando a través de la puerta, todo eso con los puños apretados.
Cuando el ruido cesa, Anna decide salir decidida a enfrentar a Macarena, esperándola en el pasillo junto a la puerta principal de acceso al baño.
—Eso estuvo increíble —murmura Macarena casi sin aliento
—Tú eres increíble —responde él, acariciando su rostro sonrojado y colocando un mechón de su cabello detrás de su oreja.
—Te amo, Maximiliano —susurra, mirándolo con ternura infinita.
—Te amo, Macarena —responde él de la misma manera y acerca sus labios para besarla.
—Debemos volver —dice él luego de separarse del beso.
—Sí, saldré por el baño, nos vemos afuera.
—Espera, me cambiaré —responde Maximiliano, señalando su camiseta que estaba empapada de sudor. Se aparta de Macarena y se dirige a buscar otra camiseta en su armario. Macarena se viste mientras ve cómo Maximiliano se saca la camiseta quedando desnudo.
—Estás como quieres —lo elogia Macarena haciéndolo reír.
—Te arrinconaré contra la pared de nuevo si sigues mirándome así.
—Así, ¿cómo? —pregunta ella, fingiendo inocencia.
—Con cara de cachonda.
—No te desnudes delante mío entonces.
—Amor, me has visto desnudo muchas veces.
—Y todas me ponen cachonda —responde Macarena, terminando de vestirse y haciendo reír de nuevo a su novio.
Maximiliano se cambia y se peina con los dedos, se mira en el espejo de su habitación mientras Macarena se acerca y lo abraza por detrás.
—Eres muy pretencioso —le dice.
—Uno nunca sabe cuándo puede aparecer una mujer a la cual enamorar.
—Payaso —le responde Macarena, riendo —debemos salir.
—Sí —afirma Maximiliano y la toma de la mano para llevarla a la segunda puerta que da al baño.
—Te abriré el acceso y lo cierro, luego salgo por la puerta de la habitación.
—Ok.
—Nos vemos, celocita hermosa —le dice cuando Macarena ya se encuentra en el baño.
—No me llames así.
—Está bien, nos vemos afuera —responde tratando de cerrar la puerta pero Macarena impide el movimiento.
—¿Qué pasa, amor? —pregunta Maximiliano.
—Me caes bien —dice Macarena, haciéndolo reír nuevamente. Maximiliano vuelve a intentar cerrar, pero ella le impide el movimiento nuevamente. Él inclina la cabeza extrañado.
—Eres muy guapo, pero tienes exclusividad —le recuerda Macarena.
—Lo sé —responde guiñándole un ojo, y cierra la puerta, dejando a Macarena con una sonrisa de oreja a oreja.
Macarena se mira al espejo del baño para ordenar su cabello y su ropa. Tiene el rostro sonrojado, así que se lava la cara con agua fría antes de salir, desconociendo el enfrentamiento que le espera apenas aparezca en ese pasillo.
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