Capítulo 33: Talent Test en NYC
Macarena, inmersa en su trabajo y pegada a la computadora, no ha visto su teléfono en todo el día. Como periodista de la Fundación, está concentrada redactando un artículo sobre los últimos proyectos comunitarios. Sus dedos vuelan sobre el teclado. Entre las palabras y las frases, su mente divaga por un momento, recordando que hoy tiene una cita con Maximiliano.
Una notificación de correo electrónico distrae su atención. Macarena suspira, cierra el mensaje sin leerlo y se estira en su silla, tratando de aliviar la tensión acumulada en sus hombros. Decide tomarse un breve descanso y se dirige a la pequeña ventana de su oficina, mirando la ciudad que se extiende más allá. Piensa en cuál será la sorpresa que Maximiliano dijo que le tendría el día de hoy.
En ese instante, Inés, la secretaria de la Fundación, irrumpe en su oficina con una expresión de sorpresa.
—Maca, tienes visita —anuncia con premura.
—¿Visita? —pregunta extrañada.
La secretaria no puede contener una risita.
—Maca, un hombre guapísimo pregunta por ti.
—¿Un hombre? —repite Macarena con incredulidad.
—¡Sí! Es un bombón —continúa la secretaria.
—¡Espera, espera! ¿Cómo es? —pregunta Macarena, intrigada.
—Es alto, esbelto, tiene un trasero para estrujarlo con las manos, pelo castaño y una sonrisa baja bragas... te mueres. Es mejor que salgas y lo veas —dice la secretaria con entusiasmo.
La descripción resuena en la mente de Macarena, que no puede evitar reír.
—Ok, ya sé quién es. Te arrepentirás de lo que acabas de decirme —responde con una sonrisa pícara saliendo de su oficina para dirigirse a la recepción.
La secretaria la sigue con curiosidad. Macarena sale y ve a su novio sonriendo encantadoramente como siempre.
—Es él —le dice la secretaria emocionada a Macarena.
Macarena se acerca a Maximiliano y le estampa un beso en los labios, saludándolo, dejando a la secretaria boquiabierta.
—Maxi, ¿qué haces acá? Tienes revolucionado a este gallinero —dice Macarena divertida a su novio.
—Quería sorprenderte y vine a buscarte.
—No solo fui yo la sorprendida —dice Macarena, mientras Maximiliano frunce el ceño, confundido.
—Inés —le dice Macarena a la secretaria—, él es Maximiliano, mi novio.
El rostro de Inés se enciende en una tonalidad entre rojo y fucsia.
—Hola, mucho gusto —responde Inés tímidamente.
—Hola, Inés, el gusto es mío —responde Maximiliano con su habitual amabilidad.
Inés, visiblemente nerviosa, le estrecha la mano con una sonrisa tímida y luego se aparta rápidamente. Se dirige a un dispensador de agua cercano, sirve un vaso y bebe con rapidez, intentando calmarse. Después de un momento, mira a Macarena y la llama discretamente hacia un rincón de la recepción, lejos del alcance de la voz de Maximiliano.
—Maca, lo lamento. No sabía que tenías novio y que él precisamente era tu novio —se disculpa Inés en voz baja.
—Está bien. Maxi suele ocasionar ese efecto, no te preocupes —responde Macarena riendo.
—Lo siento, lo siento —dice Inés, avergonzada.
—No te preocupes. Al menos ya sabes que soy yo quien estruja con las manos ese trasero que mencionaste —bromea Macarena, e Inés vuelve a ponerse roja de vergüenza.
Macarena se acerca nuevamente a Maximiliano.
—¿Me esperas diez minutos? Debo cerrar todo.
—Claro —responde él.
—Trata de alejarte de las gallinas —le dice Macarena, y Maximiliano la mira aún más confundido.
Macarena se devuelve a su oficina, va a su escritorio, cierra su computadora, guarda sus cosas, se gira y se encuentra con tres compañeras de trabajo aguardando a que ella se desocupe.
—¿Qué pasa? —dice Macarena riendo al ver sus caras de intriga.
—¿Por qué no nos mencionaste que tenías a Mister Universo como novio? —pregunta una de ellas, y a Macarena le da un ataque de risa.
—Inés nos acaba de mostrar a tu novio, desgraciada suertuda —replica otra.
—¿Tiene un hermano soltero tu novio que me puedas presentar? —pregunta la tercera.
—Paren la charla, trío de exageradas. Ahora me tengo que ir. Mañana me las pagarán por chismosas y babosas —bromea Macarena y las deja curiosas y divertidas.
Macarena sale hacia la recepción, se despide de Inés y toma a Maximiliano de la mano, sacándolo hacia afuera rápidamente y de manera divertida.
—¿Qué pasa, amor? —dice Maximiliano riendo.
—¿Amor? —dice sorprendida Macarena ante el apodo que recibe por primera vez.
—Eso dije.
—Te besaré posesivamente si no salimos de aquí ahora mismo —dice Macarena con urgencia.
Maximiliano frena su caminar.
—No me moveré. Quiero que me beses posesivamente —agrega, acercándola hacia él con un abrazo.
—¿Por qué tienes que ser tan atractivo? —dice Macarena regañandolo—. Tienes a mis compañeras enloquecidas con tu presencia.
—No me digas. Que raro —bromea Maximiliano
—Te encanta que te miren, por eso viniste a buscarme —continúa regañandolo.
—Vine porque quería sorprenderte, hoy cumplimos un mes juntos. No me interesa volver loca a nadie más que a ti.
Macarena se derrite con la confesión de su novio.
—Eres tan tierno, Maxi —dice, acariciando su rostro.
—Lo sé, amor —responde él, utilizando nuevamente el apodo.
—Me encanta lo ridículamente cursi que suena eso. No dejes nunca de llamarme así —pide Macarena, mientras Maximiliano pasa un mechón de su cabello detrás de su oreja.
—Nunca dejaré de llamarte amor, amor —le dice, besándola profundamente.
Desde la puerta de la fundación, las mujeres que acababa de dejar intrigadas observan la escena.
—¿Vamos? —le dice Maximiliano una vez que se separan.
—¿Adónde iremos? —pregunta Macarena mientras emprenden el camino de la mano de su novio.
—Quiero mostrarte algo y luego contarte algo.
—Te gustan los misterios y las intrigas —reclama Macarena.
—Claro que sí, por algo eres mi novia —responde él sonriendo, y Macarena se sonroja.
—No te ruborices, eso me gusta demasiado —le advierte Maximiliano.
—No me digas cosas que me hacen ruborizar —responde Macarena mientras él la abraza, cruzándose en su camino.
—Maxi, me harás caer.
—Apuesto a que podemos caminar así, es como bailar —responde él, caminando hacia atrás abrazado a ella.
—¿Alguna vez me enseñarás a bailar?
—Ya hemos bailado antes... sobre una cama, sobre un sillón, en la pared, en el baño, en la ducha, en la cocina y hasta en tu auto— responde travieso
—Te hablo en serio.
—Y, ¿qué te gustaría aprender a bailar?
—Rock and roll — responde Macarena
—Creo que podría. Pero mis clases son costosas y soy exigente— responde Maximiliano y suelta el abrazo para continuar caminando al lado de ella, de su mano.
—¿Qué medio de pago aceptas?
—¿Qué medio de pago ofreces?
—Hmm, sexo.
—¿Qué tipo de sexo?, hay varios.
—Oral, vaginal y anal —dice Macarena y Maximiliano estalla en una carcajada.
—¿Cuál de esos tres medios de pago eliges? —pregunta ella
—¿Pueden ser los tres?
—Bastante costosas son tus clases.
—Obvio que sí, bailarás con Mister Universo.
—¡Las escuchaste! —exclama Macarena—, ¿escuchaste que te dijeron así?
Maximiliano ríe.
—Amor, me han dicho así y de mil maneras, ¿qué importa?
—Eres un engreído.
—No lo soy.
—Lo eres. Te gusta que babeen por ti, que alimenten tu ego, que te elogien y te miren de pies a cabeza con cara de hambre.
—¿Estás celosa? —pregunta Maxi con el ceño fruncido.
—No.
—Lo estás.
—No.
—Maca, no te enojes. Solo me gusta jugar, es divertido.
—Hmm.
—Sabes que soy un payaso y me gusta bromear. Me gusta hacerlo conmigo también. Sé que atraigo miradas y eso es divertido. Lo siento si te hago sentir mal con eso. Es mi forma de ser.
—Maxi, no me haces sentir mal. Solo que es difícil acostumbrarme a que se quieran comer a mi novio, te desnuden con los ojos y me llamen suertuda, solo por estar contigo. Llamas la atención donde vayas y yo no estoy acostumbrada a eso. Es todo. Me encanta tu forma de ser y si para ti es un juego atrapar miradas, lo tomaré así.
—Eres increíble —responde Maximiliano embobado, y vuelve a abrazarla besándola con ternura.
Se separan del beso mientras caminan hacia una parada de taxis cercana. Luego de un breve trayecto en taxi, se bajan en una calle llena de adoquines.
—¿Maxi? —dice Macarena cuando han bajado de este.
—¿Maca?
—¿Me dirás dónde iremos?
—Sé paciente, estamos por llegar.
Continúan caminando de la mano por la calle adoquinada. Finalmente, llegan a un teatro. En la cartelera está la obra musical en la cual Maximiliano es parte del elenco protagónico. Hay un cartel con enormes letras negras.
"Boletos a la venta, segunda temporada"
—Esto quería mostrarte —dice Maximiliano señalando el cartel.
—¿Segunda temporada? —pregunta sorprendida—. ¡Maxi! ¿Te contrataron para la segunda temporada? —exclama feliz.
—Sí, amor —responde Maximiliano, y Macarena se abalanza sobre él, abrazándolo.
—Estoy tan orgullosa de ti —le dice apretándolo con aún más fuerza—. Eres tan talentoso, mereces muchas temporadas más.
—Amor —exclama Maximiliano con ternura.
—Esto tiene que saberlo tu mamá.
—¿Qué tiene que ver mi mamá?
—Maxi, ella cree que esto es una pérdida de tiempo. Ahora te renovaron para el protagónico. Eso habla de lo profesional que eres.
—No necesito demostrarle nada a mi mamá, Maca —dice Maximiliano un tanto orgulloso.
—No. Pero te duele que no crea en ti. No quiero que te siga doliendo.
—¿Qué voy a hacer contigo?, ¡Dios! —dice Maximiliano, y la toma en brazos, alzándola del suelo. —Me vuelves loco. Eres tan dulce. Estoy tan enamorado de ti— agrega, dejándola nuevamente en el suelo y mirándola con ojos tiernos. Macarena acaricia su rostro.
—¿Por qué me haces ojos de perrito? —pregunta Macarena sonriendo.
—Ven a verme. No has venido, dijiste que lo pensarías y aún no vienes a verme bailar. La primera temporada se extendió pero solo unas semanas. Mañana es la última función. Ven a verme —pide Maximiliano, mirándola con ojos tiernos y la cabeza inclinada hacia un costado.
—Sabes que no puedo negarme a tus ojos de perrito —responde Macarena. —Vendré mañana.
Maximiliano la alza en brazos felizmente y al bajarla toma su mejilla y la besa tierna y extensamente.
Ambos se abrazan frente al teatro.
—Maca, debo contarte algo además de esto.
—Ese tono de voz sonó a "tenemos que hablar".
Maximiliano ríe, pero Macarena lo mira seriamente y cruza los brazos.
—No pasa nada. Solo que debo contarte algo relacionado con la obra.
—Te escucho.
—Voy a ir a Nueva York para audicionar y poder ingresar a una academia para especializarme como coreógrafo.
—¿Cuándo?
—En dos semanas más.
—¿Quieres que terminemos?
—Olvidalo, no te dejaré soltera acá mientras yo estoy allá. Voy solo por unos días.
—¿Y si te va bien en la audición? Maxi, creo que no estás contando la historia completa.
—Ven, vamos a comer algo y te cuento.
Se encaminan hacia una cafetería que está en la esquina de la calle de adoquines. Llevaban dos o tres pasos lejos del teatro cuando sienten una voz masculina a sus espaldas.
—¿Maximiliano Fuentealba? —pregunta la voz masculina.
Maximiliano se gira para enfrentar al desconocido, mientras Macarena lo mira con curiosidad y algo de preocupación.
—Él mismo. Tú, ¿quién eres y por qué me conoces? —pregunta Maximiliano, sin mover un músculo de su rostro.
—Soy Alexander Zambrano, el periodista de espectáculos que cubre las obras del Teatro Sallens. Te conozco porque eres el bailarín estrella de la obra del Teatro.
—Recuerdo ahora quién eres —dice Maximiliano.
—Quería saber si me puedes dar una entrevista. Eres una estrella en el musical y se rumorea que Harry Richardson será tu manager en los escenarios de Nueva York.
—Ey, ¿de dónde obtuviste esa información?
—Es lo que me dijo Harry.
—Mira, podemos conversar otro día. Ahora estoy ocupado. Has interrumpido una cita con la mujer más maravillosa del universo.
—Oh, disculpen...
—No hay problema. Pídele a Harry mi número y veamos lo de la entrevista.
—Gracias, Maximiliano. —El periodista le estira la mano y Maxi se despide de él—. Disculpa nuevamente —le dice a Maca y ella sonríe.
Maximiliano y Macarena continúan caminando.
—Así que ahora das entrevistas y tienes manager —dice burlonamente ella.
—No exageres. A Harry se le zafó una neurona. Jamás le he dicho que sea mi manager.
—¿Harry, el productor?
—Él mismo.
—Tienes tus contactos, ¿eh? Después encontraré merchandising de Maxi, cintillos con tu nombre y hasta toallas con tu rostro para tus fans.
Maximiliano le da un ataque de risa.
—Tienes imaginación.
—Me olvidarás cuando seas famoso —dice Macarena bromeando
—Jamás —responde Maximiliano, frenando su caminar al llegar a la cafetería.
El lugar tiene un ambiente acogedor con paredes de ladrillo a la vista, adornadas por obras de artistas locales. Mesas de madera y lámparas colgantes crean una ambiente rústico y cálido.
Maximiliano sostiene la puerta para que Macarena pase primero, ella le sonríe ante el gesto y se dirigen juntos hacia una mesa junto a la ventana, donde se acomodan.
—Henos aquí celebrando un mes, ¿quién lo diría? —dice Maximiliano tomando la mano de su novia
—Aún espero lo que tienes que contar, no cantes victoria por el mes cumplido.
—Amor, no seas así de pesimista.
—¿Qué es lo que me tienes que contar?
La conversación es interrumpida por la camarera que toma las órdenes. Ella le sonríe a Maximiliano coquetamente, pero él aparenta seriedad como nunca antes, no responde con gestos galantes.
—Y eso, ¿qué fue? —pregunta Macarena, curiosa por la reacción de su novio.
—¿Qué cosa?
—Te querían comer de nuevo y ni la miraste —dice Macarena.
—Solo quiero mirarte a ti.
—Ok, ¿me quieres convencer de que eres fiel?
—Lo soy amor. No necesito convencerte.
—Maxi, ¿qué me tienes que contar?
—Bueno, tiene que ver con mi merchandising.
Maca ríe.
—A ver, explícame.
—Harry viene insistiendo hace mucho tiempo en que me vaya con él a Nueva York. Él vive allá. Hizo unos contactos y entre éstos existía la posibilidad de que me especializara en una academia, pero para ello debo viajar y rendir un talent test... A eso es a lo que voy.
—¿Y cuánto tiempo dura esa especialización?
—Un año.
—¿Un año estarás en Nueva York, Maxi?
—Eso depende de mi desempeño en el talent test y de si Harry puede ayudar a establecerme y conseguir audiciones para trabajar allá mientras estudio. Son demasiadas cosas que deben conjugarse para que me vaya, Maca.
—¿Y si todo eso se da?
—Tendría que irme y vivir un año allá.
—¿Me cambiarás por la estatua de la Libertad? —bromea Macarena tratando de disimular su preocupación
—Prometo traerte una camiseta de "I Love NY" para compensarlo —responde Maximiliano para hacerla reír pero Macarena adopta una actitud seria.
—Entonces, acabas de confirmar que nuestro noviazgo es debut y despedida.
—¿Qué? ¿Por qué dices eso?
—Es obvio, yo estaré acá y tú allá. Uno más uno es igual a dos.
—Te dije que no dejaré soltera acá. ¿Sabes cuánto me costó que estuvieras aquí sentada junto a mí, tomando mi mano y siendo mi novia? Pues no dejaré que esto termine solo porque viajo sin saber cómo me irá.
—Sabes que eres talentoso y sabes que te irá bien. ¿Por qué quieres seguir con esto si sabes que te irás?
—¡Maldición, Maca! ¿Por qué buscas excusas para romper lo que tenemos?
—Te dije que yo era complicada y aceptaste el trato. De todas maneras estamos intentándolo y claramente si te vas no funcionará.
—No digas algo así — pide Maximiliano entristecido.
—Es cierto, Maxi. Somos diferentes, quizás no compatibles y las relaciones a distancia, ya sabes, suelen ser un fracaso.
—Amor, llevamos un mes juntos, ¿por qué hablar de incompatibilidad? Aún no me he presentado a dar esta prueba y ¿ya somos un fracaso como pareja?
—Por eso es mejor, así duele menos separarnos.
—¿Ahora no te dolería que rompiéramos? — pregunta Maximiliano. —¿No me extrañarías si dejamos de ser novios ahora?
—Me dolería con el alma, Maxi — confiesa sinceramente.
—A mí también. Y te extrañaría cada minuto que no esté contigo —dice Maximiliano, levantando su mirada hacia Macarena. —No digas de nuevo que no somos compatibles, me duele eso.
—Lo siento —dice Macarena, suavemente, mientras acaricia su mentón, notando que Maximiliano ha bajado la cabeza.
—¡Ey! estamos de cumple mes, "no se aceptan caras tristes" dice el cartel de la cafetería —dice Macarena—. Olvidemos Nueva York por hoy, ¿si? Vamos a comer algo y luego a follar en tu cama —agrega haciendo reír a Maximiliano
—Es imposible no estar enamorado de ti —dice él acariciando su mejilla
—Es imposible no quererte, Maxi —responde Macarena y Maximiliano sonríe besándola tiernamente.
A pesar de haber llegado a un acuerdo, ambos se quedan pensando en Nueva York. El futuro es incierto y lleno de matices. Llevan apenas un mes juntos y están comenzando a conocerse. Los desafíos que se avecinan podrían poner a prueba su relación, pero por ahora, están decididos a disfrutar su conexión con humor y optimismo.
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