Capítulo 31: Del uno al diez
Sábado por la mañana, y Maximiliano, observa nervioso su reloj .
La cita ya está programada y el momento en que conocería la respuesta de Macarena se acerca.
A pesar de su nerviosismo, mantiene una cautelosa esperanza, ya que la comunicación constante durante la semana a través de mensajes de texto le daba indicios de que Macarena podría aceptar sus disculpas y darle una oportunidad.
Por su parte, Macarena se encuentra nerviosa y también ansiosa.
Maximiliano es el primero en llegar al lugar de encuentro. Observa con asombro cómo llega Macarena, deslumbrante, luciendo los mismos pantalones que él le sugirió llevar. Una sonrisa se dibuja en su rostro. Esta mujer realmente lo vuelve loco.
—Hola. Te ves increíble —dice Maxi saludándola.
—Hola galán. Tú tampoco estás mal
Maximiliano ríe mientras ambos buscan un lugar cómodo para sentarse
—¿Cómo estás?- pregunta Macarena de manera amistosa
—Mucho mejor ahora que estoy aquí contigo
—¿Nunca te cansas de coquetear?
—Cansarme de coquetear? Jamás, especialmente contigo-responde Maxi sonriendo. —¿Y tú, cómo estás?
—Bueno, bastante ocupada pensando en cómo lidiar contigo, así que imagina.
—Entiendo, soy un caso digno de estudio.
—Eres como un enigma—responde Macarena entre risas
— Y tu eres experta en resolverlos, ¿o no? Soy tu tributo, ¿recuerdas?
—Eso era un acertijo.
—Es lo mismo.
—No es lo mismo
—Te desafío a resolver este —propone Maxi. —Es algo que no se ve ni se toca, no tiene precio, pero su valor es inmenso. Es mío , pero solo tú puedes tenerlo. ¿Cuál es la respuesta?
Macarena se sonroja porque descubre que respuesta es "el corazón"
—La respuesta es... un amigo invisible millonario que vive en tu jardín —responde ella bromeando
Maximiliano ríe ante la respuesta ingeniosa.
—¡Increíble! Tendré que buscar a ese amigo que me dices. Pero sabes muy bien que la respuesta no era esa.
Macarena guarda silencio pero Maximiliano no está dispuesto a perder más tiempo.
—Pasaron 7 días y te juro que me muero por estar contigo. Por favor no alargues más este sufrimiento
—Eres tan intenso —responde Macarena suspirando
—Sí, soy intenso, porque no quiero perderte, ni como amiga , ni como amante, ni como mujer. Eres demasiado importante para mí.
—Maxi, es complicado estar contigo —responde Macarena sinceramente. —Vives rodeado de mujeres perfectas, tienes una personalidad encantadora y coqueta y fuiste poco honesto conmigo.
—Dame una oportunidad. Se que me quieres
—No hagas eso.
—¿Hacer que?
—Usar lo que te confesé a tu favor —dice Macarena.
Maximiliano la mira y cambia su expresión corporal, hace una pausa y luego recita:
He luchado en vano y ya no puedo dominarme. Estos días han sido un tormento. Vine al parque con el único objetivo de verte. He luchado contra mi buen juicio, contra mi familia, la inferioridad de tu cuna, mi rango y muchas cosas más, pero estoy dispuesto a dejarlas a un lado y pedirte que acabes con mi agonía
Macarena no puede contener la risa al reconocer el diálogo de lo que ella considera una de las películas más románticas que ha visto,
—¿Cómo te aprendiste ese diálogo completo?, ¡ridículo! —exclama entre risas.
—Es la película favorita de la Estefy, me ha hecho verla toda la vida.
—¡Estamos en un momento serio! —lo regañan aún riendo. —Eres un caso perdido.
—Lo sé, pero soy tu caso perdido. ¿Me darás una oportunidad?
—Eres tan insistente, persuasivo e increíblemente intrigante.
—¿Eso sería un si?
—Eso sería un 'tómatelo con calma', pero vamos a intentarlo
—Para mí eso es un sí. Un intento de noviazgo, un intento de relación, un intento de que seas solo mía.
— ¡Eso suena como muchos intentos! ¿Estás seguro de lo que te estás metiendo? Soy complicada y exijo fidelidad, honestidad y respeto.
—Acepto.
—Tendré que pedir que lo firmes
—No tengo inconveniente—responde Maximiliano y se acerca para tomar sus manos. —Ahora me podrías responder: En una escala del 1 al 10 ¿cuál es la posibilidad de que seas mi novia?
—Diez—responde ella sonriendo
Maximiliano sonríe igualmente tras la confirmación, la toma de la cintura y sus labios se encuentran en un tierno beso.
Al separarse, se miran a los ojos y Maximiliano le acaricia el rostro con su mano mientras intenta recitar.
Me haz hechizado en cuerpo y alma y no quiero estar sin ti otro día.
—Tengo que grabarte diciendo ese diálogo. ¡Te volverías viral—dice Macarena riendo.
—Ya estás rentabilizando nuestro noviazgo y llevamos dos minutos comprometidos.
—¡Payaso! — Ella lo reprende mientras él le extiende la mano invitándola a caminar por el parque como solían hacerlo.
Macarena absorta en su reciente compromiso siente que las horas pasan sin notarlas. Aún en el parque con Maximiliano, ambos recostados en el prado bajo la sombra de un árbol, su cabeza sube y baja apoyada en el vientre de su novio mientras observa como el viento de otoño mueve las hojas.
Maximiliano le acaricia el cabello, disfrutando su compañía y sintiendo una mezcla de felicidad e incertidumbre hacia el compromiso que acaba de empujar.
—¿Qué pasa Maxi?- pregunta repentinamente Macarena rompiendo el silencio cómodo que ambos tenían y observando el rostro perdido de su novio
—Estoy un poco asustado.
—¿Por qué?
—No sé cómo comportarme.
—No entiendo— dice Macarena incorporándose
—No sé cómo ser tu novio.
—Maxi, solo cumple con FHR.
—¿Con qué?
—Fidelidad, Honestidad y Respeto. El resto, puedes hacer lo que quieras de mí.
—Hmm eso suena muy sexual y tentador y hace que me den ganas de llevarte a mi cama ahora mismo.
Macarena ríe, se pone de pie y le da la mano para que también se levante.
—Vamos chico explorador asustado, debo regresar a mi casa, tengo una cita, ¿recuerdas?
—Quiero ir contigo, necesito explorar tu...departamento especialmente tu habitación.
—No sabes cómo ansío esa exploración, lastima que no pueda invitarte porque no tengo cómo alimentarte. No tengo almuerzo y es la hora de comer.
—Si me dejas meter las manos en tus cosas puedo preparar algo —dice Maximiliano tomando la mano de Maca y levantándose.
—Te dejo meter las manos dónde quieras.
—¡Ey!, no sabía que tendría una novia de fuego —bromea Maximiliano
—Acostúmbrate —dice Macarena susurrando seductoramente en sus labios y emprende el camino pero Maximiliano le toma de la cintura, la acerca hacia él y le da un beso ardiente, dejándola sin aliento.
—Si me provocas asume las consecuencias —dice sintiendo la respiración agitada de Macarena luego de aquel beso. Le sonríe y entrelaza sus dedos con los de ella.
—¿Vamos?— le pregunta
—Vamos.
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