Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 25: Primero Helado, después venganza


El timbre del departamento de Macarena suena incesantemente. Ella despierta y mira la hora, es mediodía. Tiene quince llamadas perdidas de Gonzalo. Justo cuando iba a dejar el teléfono en su mesa de noche, Gonzalo vuelve a marcarle y ella contesta

— Amiga, ábreme la puerta, estoy afuera —pide Gonzalo al otro lado del teléfono

—Gonza, estaba durmiendo, no tengo ganas de ver a nadie —responde Macarena de mala gana

—Lo siento, o me abres, o le digo al conserje que te creo muerta y que abran la puerta a la fuerza.

—Gonza, eres muy molesto! —exclama refunfuñando y levantándose de la cama. —Me levanto y te abro.

Somnolienta, con un dolor de cabeza horrible, ojeras muy grandes, ojos hinchados y despeinada, camina lentamente para abrir la puerta a su amigo. Gonzalo está esperándola con una bolsa de supermarket en sus manos y al verla se sorprende.

—¡Oh shit! Amiga, te ves terrible.

—Gracias por el cumplido. Se me parte la cabeza. Pasa.

Gonzalo ingresa, acaricia a Michu, deja la bolsa en la mesa del comedor y saca lo que trae dentro

—Te compré un kit para mujeres despechadas —dice con total naturalidad sacando del interior de la bolsa una caja de pañuelos, una botella de vino, chocolates, una tira de analgésicos y una caja de helado.

Macarena lo observa y sonríe

—Eres ridículo. ¿Para qué es el helado?

—Amiga, primero comemos helados, después planeamos la venganza— explica Gonzalo haciendo reír a su amiga. Él siempre logra sacarle sonrisas en sus peores momentos.

Gonzalo camina hacia el sofá y con un gesto la invita a sentarse junto a él

—Ven, necesitamos charlar.

—Gonza, no tengo ganas —responde Macarena resoplando

—Debes botar todo para afuera, llorar, patear el mundo para luego recuperarte. Y vine a acompañarte a eso.

Macarena se enternece con la declaración sincera de su amigo. Se sienta a su lado y acepta contarle lo sucedido la noche anterior cuando se fue del Bar y la conversación con Maximiliano

—Si el desgraciado sabía que te enamoraste de él y se fue a pasear con la rubia ¡Eso es crueldad! —exclama Gonzalo exasperado

—Por eso me duele y estoy furiosa conmigo misma también. ¡Tenía que enamorarme de un mujeriego de nuevo!

—Yo creo que es un imán que tienes conectado directo con tu entrepierna

—Estoy a punto de creer eso —dice Macarena riendo

En medio de la charla, el teléfono de Macarena comienza a sonar insistentemente. Gonzalo se asoma a la pantalla y al ver que es Maximiliano quien llama, con gesto decidido, le quita el teléfono de las manos a su amiga

—!Bloquéale las llamadas! Necesitas un respiro de ese hombre.

Macarena, le arrebata su teléfono de vuelta

—Sí y también bloquearé sus mensajes. A partir de ahora me pondré a dieta de Maxi, así que ayúdame y no me cuentes nada de él desde ahora para siempre— responde con determinación Macarena tomando su teléfono y sacando de su vida virtual a Maximiliano

—Como si fuera chismoso

Macarena alza una ceja en un gesto de incredulidad

—Tampoco quiero que le digas nada de mí, ¿está claro? —le exige a su amigo

—¡Hecho! Púdrete estúpido y sensual Maxi.

El comentario de Gonzalo desata la risa cómplice de ambos, sellando su pacto para superar la situación.

Por otro lado, Maximiliano se esfuerza durante todo el día para ponerse en contacto con ella, pero sus llamadas y mensajes quedan sin respuesta.

Afronta resignado la semana, centrando su atención en el estreno de la obra. A pesar del éxito de la presentación, no puede compartirlo con la inspiradora de la idea.

La semana transcurría, dejando a Macarena sumida en pensamientos melancólicos, mientras Gonzalo mostraba impaciencia al acercarse el esperado estreno de la obra a la que su amiga lo había invitado. Emocionados, se encaminan para disfrutar "Amor sin Barreras" en el Teatro Municipal.

Se ubican con entusiasmo y emoción, aguardando felices en sus respectivas butacas. Sin embargo, a mitad de la obra, Gonzalo aprieta levemente el brazo de su amiga con urgencia, susurrando con temor —Amiga, mantén la calma y no mires hacia la derecha. Hay una visión desagradable.

Ignorando la advertencia de Gonzalo, Macarena dirige la mirada hacia el sector que le señaló su amigo y nota a Mauro en la fila siguiente.

—¡Maldición, por qué tiene que estar aquí! —exclama con desagrado. —Arruinó esta obra maravillosa con su presencia.

—Pues no lo mires— le aconseja Gonzalo. —Haz como si fuera invisible. Además, no te ha visto, así que podrás zafar esta vez.

Cuando concluye la obra, los amigos, aún emocionados, comienzan a salir del teatro, compartiendo sus opiniones sobre los detalles del espectáculo. Esperan a que los demás asistentes avancen para poder llegar a la salida.

Macarena siente una desagradable voz a sus espaldas

—¡Qué extraordinaria coincidencia! —dice Mauro casi en un susurro

Ella siente que un calor furioso invade su estómago y decide ignorarlo y no voltear para ver quién le hablaba, aunque reconocía perfectamente su voz

Gonzalo, ajeno a la incomodidad de su amiga, continúa emocionado hasta que ella, en un acto de desesperación amistosa, le toma la mano y la aprieta como si fuera un salvavidas.

Gonzalo nota un gesto de desagrado en su rostro, expresándole sin palabras lo que acababa de suceder. Acostumbrado a leer a su amiga, mira detrás de ella y se encuentra con Mauro.

—Hola, mejor amigo —lo saluda Mauro.

—Hola, Mauro —responde Gonzalo.

—Hola, Maquita —le dice Mauro a Maca.

—Hola y adiós —le responde ella.

—¿No crees que el destino se ha encargado de volver a unirnos? —le pregunta Mauro de manera galante.

—No —responde Macarena, mirando la fila de asistentes moverse más lento de lo que ella desea.

—Vine a disfrutar de la obra y me topo con un ángel de luz a la salida.

—Mauro, esfúmate. Ve a molestar a otro lugar —le pide Gonzalo.

—¿Está celoso el amigo ahora? — pregunta Mauro burlándose.

—Corta tu transmisión, Mauro, no quiero escucharte —le dice Macarena muy molesta

—Por qué tan esquiva, mujer bonita —le dice Mauro abrazándola por detrás

—Quita tus manos de mi amiga —lo amenaza Gonzalo

—¿O qué? - responde Mauro y sin soltar el agarre le da un beso en el cuello

—Mauro, suéltame! —exige Macarena dándole un codazo para luego pisarle un pie, tomar a Gonzalo de la mano y huir hacia la salida del teatro que ya estaba despejada.

Una vez afuera, Macarena y Gonzalo apresuran el paso, pero Mauro los sigue caminando al lado de ellos con una sonrisa idiota. Abraza a Macarena dándole un agarrón en el trasero. Macarena gira furiosa hacia él, pero Mauro retrocede riendo con las manos en alto en señal de inocencia. Macarena camina con paso firme, alza su mano y le da una certera y sonora cachetada. Luego alcanza a su amigo apresuradamente

Gonzalo ajeno a la batalla de su amiga con su ex, observa quien se acerca caminando por la misma acera que ellos y toma su mano dándole un apretón.

Ella lo mira, y Gonzalo hace un gesto con los ojos para que mire hacia adelante.

De frente a ellos, a mitad de la calle, ven venir a Maximiliano y una chica de cabello largo y oscuro, conversando sin percatarse del próximo encuentro que se avecina.

Mauro, que aún los seguía, lo reconoce y decide tomarle la mano a Macarena. Ella se suelta furiosa, haciendo un movimiento brusco con su brazo. Maximiliano alza la vista y la descubre. La observa con Mauro y siente que su rostro arder, su estómago se aprieta y sus manos se tensan.

No había podido comunicarse con ella en una semana y ahora, cuando vuelve a ver, está con su ex. Los celos se apoderan de su razón; adelanta el paso y se acerca al grupo, pidiéndole a su acompañante que lo espere.

—Hola, Maca —saluda Maximiliano seriamente. —Hola colega —dirige un saludo para Gonzalo ignorando a Mauro olímpicamente.

—Hola, Maxi —responde ella de la misma manera mientras Gonzalo lo saluda con un gesto.

—¿Estás bien? No sé nada de ti, no contestas mis llamadas.

—¿Será porque no quiero hablar contigo? —responde molesta

—Oh, amigo, también te dejaron en la friendzone —interrumpe Mauro divirtiéndose con la escena

Macarena le lanza una mirada fulminante, y Maximiliano lo mira furioso —Y tú, ¿qué haces aquí?- pregunta enfrentándolo.

—Ey, solo saludaba, ¿qué pasa? —se defiende Mauro levantando las manos mostrando inocencia

—!Ey, ey! Ninguno de los dos es bienvenido aquí —interrumpe el pesado ambiente Gonzalo. — Adiós, fuchi fuchi —agrega tomando a su amiga de la mano, llevándola consigo. —Operación rescate amiga, huyamos —

Mauro se da media vuelta y se va, mientras Maximiliano sigue a Macarena, tratando de entender lo que está sucediendo.

—¡Maca, espera- le dice alcanzándola.

—¿Qué quieres, Maxi?

—¿Por qué no me contestas las llamadas? Y ahora te veo con él. ¿Qué pretendes?— le reclama Maximiliano.

—¿Disculpa? —-exclama sorprendida ante el reclamo. —Creo que te equivocaste de canal.

—¿Estás con él? — insiste

—¡Qué te importa, Maxi! No dejes sola a tu cita. Adiós.

—Es solo una amiga —explica Maximiliano desanimado.

—¿Una amiga como lo era yo o como la supermodelo? —pregunta Macarena dejándolo sin respuesta. —Adiós, Maxi — se da la vuelta y se va sin escuchar más.

—!Maca! —la nombra nuevamente con voz resignada tratando de detenerla pero Gonzalo lo intercepta y se atraviesa en su camino

—Colega, Maca no quiere hablar contigo, fue clara en decírtelo.

—Necesito saber porque no quieres hablar conmigo —dice Maximiliano alzando la voz para que ella lo escuche e ignorando a Gonzalo, trata de avanzar hacia ella.

—Maxi, déjala tranquila —le pide Gonzalo firmemente haciendo que Maximiliano se detenga.

—Esto no es contigo —lo increpa Maximiliano molesto

—Si es con ella, es conmigo. Déjala en paz —responde Gonzalo decidido

—Maca por favor, somos amigos —insiste Maximiliano, pero ella sigue caminando y Gonzalo se une a ella dejándolo desconcertado y sumido en la tristeza.

Algo le dolía profundamente. Tan solo quería hablar con ella, devolverle la sonrisa, sentir de nuevo sus besos y disfrutar de su risa preciosa; quería hacer que se ruborizara como antes.

No se había dado cuenta de cuánto la había extrañado, ni del miedo que le invadía al pensar que ella pudiese estar con alguien más.

Los dos amigos caminan rumbo a la estación de metro tren para regresar a casa, y Gonzalo no puede dejar de comentar lo sucedido

—Utilicé toda la dosis de hombría de mi vida para rescatarte amiga, me debes una —resopla Gonzalo una vez que se alejan de la situación

—Te las debo todas, eres el hombre de mi vida —dice ella aliviada

—!Dios me salve de ser ese! —exclama Gonzalo bromeando y haciéndola sonreír

—Podría haberme enamorado de ti y tú de mí, se solucionaría todo- —agrega, pero no puede contener la risa porque Gonzalo hace un gesto de asco extremo.

—Mira, eres bonita, tienes buen culo y piernas de modelo, pero no me enciendes ni en mis peores pesadillas —bromea nuevamente Gonzalo haciéndola reír otra vez y borrando su tristeza.

—!Tonto¡- le dice entre risas. —Gracias por salvarme y animarme.

—No tienes que agradecerme, tu vida es digna de una telenovela, no tengo como aburrirme.

—Te divierten mis desgracias —reclama Macarena.

—Es que no sé cómo haces coincidir a tus dos ex galanes en el mismo lugar. Eres como doña Flor y sus dos maridos —bromea Gonzalo.

Macarena ríe a pesar del momento de tensión que vivió mientras Gonzalo continúa con la charla

—Esa pelinegra que acompañaba a Maxi es la nueva profesora de danza árabe de la academia.

—Hmm —responde desganada Macarena.

—Se rumorea que está enamorada de Maxi, pero...

—La la la la —interrumpe Macarena tapándose los oídos. —No quiero saber, estoy a dieta.

—Bueno, parece que hoy volviste a los carbohidratos — bromea Gonzalo. —¿Necesitas algún quemagrasa para ponerle pausa a los latidos de tu corazón, amiga?

—¿De qué hablas? —pregunta ella tratando de disimular

—¡Que sonaba como los tambores de Jumanji cuando viste a Maxi!

Macarena resopla sin responder al comentario de su amigo. Aún se siente triste y decepcionada.

—Amiga no te culpo, te ayudaré a borrarlo del mapa, ¿bueno? —dice Gonzalo consolándola.

—Gracias —dice ella suspirando. — Encontrarme con él no ayudó en nada, menos ayuda que me mire con esos ojos de perrito preciosos que tiene.... tendré que empezar de cero la dieta-

—Te ayudaré, no te preocupes, para eso estoy y, aunque no quieras escucharlo, te diré que esto no acabará acá, él seguirá buscándote, te lo doy firmado.

—Ni una palabra de mí, ni de dónde me puede encontrar. ¡Promételo!-

—Lo prometo por San Sebastián —dice Gonzalo con su habitual teatralidad

—¿Quién es San Sebastián? —pregunta Macarena intrigada

—El patrono de los queer, cariño.

—Ok, entonces por San Sebastián —dice Macarena y extiende su dedo meñique

—¡Por San Sebastián!- responde Gonzalo cruzando su dedo meñique con el de su amiga mientras oculta detrás de su espalda su otra mano con los dedos índice y corazón, cruzados, para salvarse de algún modo de aquella promesa. Él había comprendido certeramente qué se escondía detrás de la insistencia de Maximiliano.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro