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CAPITULO 14: Hermandad (Gramática corregida)

El domingo llega, envuelto en la tranquilidad típica del día de descanso. Macarena se despierta con el sonido del timbre de su puerta. Al mirar el reloj, se percata que había dormido bastante; eran las 10 de la mañana. Se estira, bosteza y camina hacia la puerta para abrirla. Gonzalo, con su característica sonrisa, sosteniendo una botella de vino y unos croissants, espera.

Macarena recuerda que había cancelado el almuerzo tradicional con Gonzalo el día anterior y sabe que su amigo no dejará pasar la oportunidad de indagar sobre los motivos de tal cambio. 

Gonzalo, entrando con entusiasmo la saluda.

—Buenos días, amiga. Traigo provisiones.

Macarena sonríe  ante la energía de su amigo y lo invita a entrar a su departamento.

—Necesito saber todo, Maca. ¡No sabes la intriga que me causó tu cancelación de ayer! —exclama Gonzalo.

Macarena , cierra  la puerta y rueda los ojos de manera juguetona.

—Gonza, recién desperté. ¿No podrías haber elegido un horario más civilizado?

—No, amiga, me desvelé y sabes lo que eso hace en mi rostro. ¡Me lo debes! —responde Gonzalo con una expresión de drama exagerado, lanzándose en su sofá favorito

—Eres como un viejo chismoso —dice Macarena , divertida por la insistencia de su amigo.

—Sí, y lo sabes perfectamente. Ahora cuéntame, ¿por quién me cambiaste ayer?

Gonzalo golpea el sofá al costado para que su amiga tome asiento. Ella bosteza de nuevo.

  —El cambio de planes tiene que ver con Maxi —contesta despreocupada acomodándose en el sofá.

—¡Lo sabía! —exclama Gonzalo triunfante, levantando los brazos al aire—. ¡Me cambiaste por un hombre, esto es imperdonable!

—Gonza, tú eres un hombre, ¿lo recuerdas?

— Claro, pero no soy "tu hombre".

— Maxi no es "mi hombre aún".

—¿Aún no? Amiga, creo que te pusiste un cinturón de castidad después de lo de Mauro. No hay otra explicación.

—¿Por qué tienes que mencionar a ese tipo, Gonza? Arruinas la mañana.

—Tienes razón. No queremos empezar mal el día. Ahora cuéntame, amiga, ¿qué pasó con Maxi?

—Me invitó a almorzar con su hermana, en su casa.

—¡What! —exclama Gonzalo sorprendido, levantando las cejas hasta el techo—.¿Te presentó a su hermana?

—Sí, ¿qué tiene de malo?

—Maxi no habla de su familia con nadie, y mucho menos presenta a su hermana. Solo la he visto en fotos. Es como Maxi pero en versión mujer, rubia y con ojos claros.

—Es preciosa y muy agradable.

—¡Awww, qué tierna! Apuesto que ya te ves horneando galletas junto a la cuñada —se burla Gonzalo.

—Claro, Gonza —responde Macarena riendo, pero con ironía—. Solo me falta el delantal —se levanta del sofá alejándose un poco de su amigo.

—Ey, no me dejes así, con medio chisme sin terminar —reclama Gonzalo, tomando suavemente la mano de Macarena y obligándola a volver a sentarse.

—Eres tan molesto, ya no hay más que contar, fue un almuerzo de camaradería.

—Mujer, te estás comiendo a ese hombre, ¿cómo dices que fue camaradería?

—A ver, ¿qué necesitas saber?  —pregunta Macarena cruzándose de brazos.

—¿cómo qué qué necesito saber ? Estás saliendo con un hombre tan sexy que hasta me duelen las muelas, te invita a conocer a su hermana y ¿me insinúas que no han follado?

—¡Cuánta sutileza! —ironiza Macarena, —¿para que quieres saber?

—Porque quiero comprobar lo que me han contado otras amigas. Me han dicho que Maxi... —Gonzalo es interrumpido cuando Macarena pone sus manos en los oídos en señal de que no quería escuchar más.

—¡lalalala! ¡No quiero saber qué hicieron tus estúpidas amigas con él!

Gonzalo, llevando su mano al pecho dramáticamente, exclama: —!Wow, estás celosa! —Hace una pausa teatral y agrega: —Oh no,  ¿sientes algo por Maxi?

—No estoy celosa, solo no tienes por qué contar intimidades que no quiero saber —responde ella con firmeza, cruzando los brazos y manteniendo su postura.

—A ver, amiga, mírame —pide Gonzalo, levantando una ceja, como si estuviera a punto de desenmascarar un gran secreto.

—¡No! —Macarena se cubre el rostro con ambas manos, como si pudiera esconderse detrás de ellas, mientras su amigo parece haber descubierto sus verdaderos sentimientos solo con mirarla.

—Estás roja como un tomate —observa Gonzalo con una sonrisa traviesa.

—¡Basta, Gonza! —dice Macarena, alejándose de él avergonzada.

—Ey, amiga, esto es grave —le advierte su amigo con tono serio—. ¿Sientes algo por Maxi? ¿Algo de verdad?

—¡Maldición! —exclama Macarena exasperada, sintiendo que no puede ocultarlo más—- ¡Sí, Gonza, sí siento algo por él!

—¡Dios! Te dije que dejaras fuera tu corazoncito —reprocha Gonzalo.

—Desde que conocí a Maxi, me bromeaste con él, diciendo que me había enamorado —reclama Macarena, — y, ¿ahora me reprendes?

—Eran bromas, amiga, sabes que me encanta bromear. Pero esto es serio —responde Gonzalo con sinceridad.

—¡Mierda, Gonza! ¿Cómo me dices eso?

—Porque soy tu mejor amigo, es mi deber. Tengo amigas que... —Gonzalo intenta continuar, pero es interrumpido rápidamente.

—¡No quiero saberlo! —exclama Macarena bruscamente.

Gonzalo se acerca a Macarena y le toma suavemente las manos. 

—Amiga, Maxi no es para ti —le dice mientras la mira y frota sus dedos en sus manos

—No pude evitarlo, hice todo lo posible pero me estoy enamorando de él —confiesa Macarena con sinceridad.

—¡Shiet!

—¡Esto es toda tu culpa! Por presentármelo, dejarme en su casa. ¡Maldito Maximiliano! ¿Cómo puede ser tierno, divertido y ardiente a la vez?

—¿Ardiente? —Gonzalo ríe a carcajadas y agrega:  —¡Si te lo follaste!

—¡No! Nos interrumpió su hermana.

—¡What! —exclama Gonzalo, sorprendido.

Macarena respira profundamente antes de responder: —No pasó nada entre Maxi y yo. Fue solo un momento... muy interrumpido. —Vuelve a cruzarse de brazos, tratando de disimular su incomodidad.

—¿Algo así como un coitus interruptus?

Macarena lo golpea en el hombro. —¡Tonto! —dice riendo—. Deberías sentirte culpable, tú me lo presentaste.

—No tengo la culpa. Te lo advertí. Pero amiga, no te culpo, caíste en sus redes, como varias.

—Gracias amigo, por poner en cartelera la película "fuiste una más" —responde Macarena molesta.

—Ven acá —le dice abrazándola—. Estaré siempre para ti, ¿lo sabes?

—Parece que me estuvieras dando una sentencia.

Gonzalo levanta las manos en un gesto de rendición. 

—Cerraré mi gran bocota, ¿está bien?

—Sí, gracias.

—Solo que si después no puedes caminar te acordarás de mí —bromea Gonzalo.

—¡Gonza! —exclama Macarena entre risas.

—Bueno amiga, yo también tengo novedades. Por algo traje vino — dice Gonzalo cambiando de tema, mientras saca una botella de vino y va en busca de dos copas.

—¡Cuenta! —responde Macarena, con curiosidad evidente mientras se acomoda en el sofá.

Gonzalo mira a su amiga con un brillo travieso en los ojos. — Deje de ser un hombre soltero —anuncia mientras vierte el vino en las copas.

—Nooooo, ¡¿es una broma?!—exclama Macarena, con sorpresa genuina, levantando una ceja en señal de incredulidad.

—No querida, estoy de novio —dice Gonzalo animadamente, aplaudiendo como un niño emocionado por un nuevo juguete, mientras entrega una copa a Macarena.

—¡Felicidades! —exclama ella,  levantando su copa para brindar—. Pero no me lo creo —agrega con una sonrisa traviesa.

Gonzalo ríe entre dientes.  —Sí, sí, lo sé. Pero te aseguro que es verdad esta vez.

—No creo que accedieras a qué alguien te gobierne.

—Eso jamás —responde Gonzalo con firmeza, guiñando un ojo a Macarena mientras disfruta del vino.

—¿Me lo presentarás? Debo darte mi aprobación, soy tu mejor amiga.

—Obvio. Tu bendición es clave en mi vida.

—No ironices. En serio quiero conocerlo.

—Cuando tú me presentes a Maxi yo te presento a mi novio.

—Maxi y yo somos solo amigos y además tú lo conoces hace años, no seas ridículo.

El teléfono de Macarena suena con una llamada, y su rostro se ilumina al ver la pantalla. Es Maximiliano. Sin poder ocultar su sonrisa, responde:

Al teléfono:

Maxi: Hola dormilona, ¿te desperté?
Maca: Hola galán. No me despertaste, otro lo hizo.

(Macarena mira a Gonzalo y este adivina en el acto quien la ha llamado por teléfono)

Maxi: ¿Otro?
Maca: Gonza.
Maxi: Estoy empezando a pensar que usas a Gonza como excusa.
Maca: Puedes pensar lo que quieras.
Maxi: Ouch, tan ruda.
Maca: Así soy.
Maxi: Señorita ruda. Anoche, Darth Vader vino del planeta Vulcano y me dijo que si no te invitaba a salir, me derretiría el cerebro.

(Macarena ríe al reconocer el diálogo de su película favorita mientras se balancea ligeramente de un lado a otro, mostrando su entusiasmo)

Maxi: ¿Qué dices Lorrein, quieres salir conmigo y Estefi en la tarde?
Maca: Ok George.  Solo para evitar que te derritan el cerebro.

(Macarena trata de evitar reírse ya que Gonzalo besa su propia mano imitando un apasionado beso)

Maxi: Te enviaré una dirección al teléfono. Queremos mostrarte algo. ¿Puedes a las 5?

Maca: Sí. Puedo (Contesta mientras con un gesto le indica a Gonzalo que la deje en paz, provocando que su voz suene temblorosa)

Maxi: ¿Estás bien?
Maca: Si. Solo que tengo un moscardón entrometido acá al lado que no me deja en paz  (contesta mirando a Gonzalo)

Maxi: Sé perfectamente lo que eso significa. Por acá hay una mosquita haciendo lo mismo.

Maca: Si no fuera porque lo quiero ya le hubiese aplicado corriente, insecticida o lo que fuera para alejarlo. (Macarena le hace un gesto a Gonzalo poniendo su dedo en el cuello, como si fuera a degollarlo)

Maximiliano ríe y se escucha la voz de Estefanía por el auricular que dice: "¡Hola Maca!"

Maxi: Bueno, ahí hay una evidencia
Maca: Dile a Estefi que haga lo que haga siempre tendrá mi apoyo
Maxi: Juegas con fuego, no la conoces. Es terrible

Macarena escucha la voz de Estefanía nuevamente: "No le creas, soy una santa"-

Maca: Saluda a tu hermana de mi parte.
Maxi: Lo haré. ¿Nos vemos entonces?
Maca: Nos vemos.
Maxi: adiós.
Maca: adiós

Macarena cuelga y una sonrisa se forma en sus labios. Es consciente de lo que está sintiendo, pero ya no le importa. Gira y ve a Gonzalo con una expresión tan divertida que no puede contener la risa.

—¿Qué pasa, te ves muy gracioso? —pregunta entre risas.

Gonzalo camina hacia la cocina, toma un trapeador y se devuelve, pasándolo por los pies de su amiga y alrededor de estos. 

—Tu excitación es tan evidente —dice, provocando que Macarena estalle en una carcajada.

Mientras observa a Gonzalo bromeando y llenando de alegría su entorno, Macarena siente un profundo aprecio por su amigo. Siempre ha sido así; siempre encontrando la manera de hacer que cada momento sea memorable, incluso en los momentos difíciles. Él es su hermano adoptado en el verdadero sentido de la palabra: un compañero de vida, un confidente y un apoyo incondicional.

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