CAPITULO 10: El 'Estudio' (Gramática corregida)
Maximiliano mira su reloj con desgano. Debe viajar a casa de sus padres. Dos horas hacia el oeste, en un pueblo costero, para enfrentar un almuerzo familiar. La idea de participar en ese almuerzo le genera rechazo, pero la razón del viaje iba más allá de una rutina dominguera: Estefania lo necesita para hablar con su madre sobre su futuro profesional.
Cómo era de esperarse el almuerzo es todo un desastre. Mamá, enfurecida; Papá, ausente en un congreso; Laura, la hermana mayor, cumpliendo turno en el hospital. Estefania, entre lágrimas, abandona la mesa, dando un portazo antes de refugiarse en su habitación.
Maximiliano, preocupado por su hermana, se levanta de la mesa y la sigue hasta su habitación. Toca tres veces la puerta antes de hablar.
—Princesa, ¿estás bien?
Estefania abre la puerta y se lanza a los brazos de su hermano sollozando.
—No quiero estar aquí, Maxi. Déjame ir contigo, no aguanto más.
—Mi princesa, tranquila. Solucionaremos esto con papá —Maximiliano la abraza cariñosamente para consolarla mientras ingresa a su habitación para conversar tranquilamente.
—Ya no soporto estar aquí.
—Lo sé. Sabes que puedes ir a mi casa cuando quieras, pero mañana tienes clases. Ya queda poco, solo te pido un poquito más de resistencia. ¿Te parece ir el viernes a mi casa y hacer algo entretenido ese fin de semana? —propone Maximiliano secando las lágrimas de su hermana con su pulgar.
—Está bien —responde resignada.
—Sé que es difícil, pero no te dejaré sola, ¿bueno?
—Gracias, hermanito —responde Estefanía sintiendo un poco de alivio al saber que tiene el apoyo de su hermano.
Maximiliano y Estefania comparten la tarde en su lugar preferido de la casa: el "estudio". Esta habitación es como un escondite mágico lleno de instrumentos musicales que su papá, un médico que ama la música, ha reunido con el tiempo. Hay una batería, un piano, guitarra, violín, y hasta un arpa. También guardan vinilos y un sillón supercómodo para sentarse a conversar mientras escuchan el tocadiscos. Aunque su mamá y hermana mayor han intentado deshacerse de este espacio, el "estudio" ha resistido, siendo un testimonio del amor compartido por la música en la familia. El papá de Maxi y Estefi, además de contagiarles su amor por la música, les ha heredado y potenciado desde pequeños, talentos musicales. Sin duda, el "estudio" es un lugar muy especial para ambos.
Estefanía le propone a su hermano ensayar la canción que ella ha elegido para preparar su audición para la Universidad. El accede, como se lo había prometido, y juntos se preparan para interpretarla. Maximiliano se sienta al piano y revisa la partitura que le muestra Estefanía.
—Princesa, ¿no podías elegir una canción menos vomitiva — dice mientras lee la letra de la canción sumamente romántica que ha elegido su hermana
-—No hermano, esa es la que quiero cantar, me gusta. Además le pondré mi estilo, ya verás que no será vomitiva.
Maximiliano resopla.
— Ok. Para aprenderla debes primero indicarme el ritmo al que quieres cantarla. Ajustamos eso y comenzamos con las notas en piano. Recuerda: mano derecha notas altas, mano izquierda notas bajas.
—¿Puedo mostrarte el ritmo en guitarra?
—Si, dale.
Estefanía va en busca de la guitarra y mientras afina las cuerdas, Maximiliano hojeaa distraído algunas partituras, sumergido en sus pensamientos. De repente, su teléfono vibra con un mensaje, iluminando su rostro con una sonrisa.
Maca: Ey, payaso arrepentido, ¿estás por ahí?
Estefania, notando la sonrisa de su hermano, comienza a bromear .
—¡Hermanito! Y esa sonrisa, ¿quién la provoca?
—Es solo una amiga con la que debo aclarar algunos malos entendidos.
—¿Una amiga? —pregunta incrédula Estefanía
—Si —afirma Maximiliano
—Y, ¿puedo saber su nombre?
—Eso es información clasificada —responde Maximiliano jugando
—No seas así, quiero saber el nombre de la chica misteriosa que te hace sonreír de esa manera.
—No seas entrometida princesa —responde Maximiliano sonriendo.
—Dime al menos la letra con la que inicia su nombre.
—M
—Ah, M de "Me pongo bobo cuando me envía mensajes".
—Oye, ¡menos bromas y más respeto con tu hermano mayor! —dice Maximiliano fingiendo indignación y cruzando sus brazos.
—Es divertido molestarte, hermanito — responde riendo Estefanía.
Maximiliano, todavía con los brazos cruzados, le lanza una mirada de falsa molestia.
—Claro, y luego vienes a pedirme favores musicales.
—Es que eres tan talentoso en el piano y soy tu hermana preferida, me quieres y me adoras y eres el mejor hermano —Estefanía se acurruca en su hombro adulándolo mientras Maximiliano la mira de reojo.
Estefanía lo mira con ternura y juguetonamente hunde sus dedos en las mejillas de su hermano, estirando suavemente su piel para formar una sonrisa.
—Eres tan lindo cuando sonríes —continúa adulándolo, —y te puedo contar algo que supe que te puede hacer sonreír aún más.
Estefanía suelta las mejillas de su hermano, mientras él levanta una ceja y descruza sus brazos, la mira intrigado.
—¿Qué es lo que sabes que me puede hacer sonreír aún más?
Estefanía respiró hondo antes de revelar: —Me encontré con Jenny.
La expresión de Maximiliano cambia de una mirada divertida a una seriedad repentina.
—Hermano, no pongas esa cara —dice Estefanía rápidamente—. No la veía desde hace años. Me preguntó mucho sobre ti, y me contó que se divorció.
—¿Por qué crees que eso me haría sonreír?—pregunta él confundido, frunciendo el ceño
—Porque seguías enamorado de ella y ahora está soltera, tienes otra oportunidad.
Maximiliano no puede contener su risa.
—Princesa, ¿de dónde sacas eso?
—¿Ves que te haría sonreír? —dice Estefanía con satisfacción, mientras su hermano aún se ríe—. Sé muy bien que no quieres para nada verla, solo estaba bromeando. Aunque es cierto que me encontré con ella y me contó eso, además de interrogarme sobre ti y tu vida, si te habías casado y muchas cosas más.
—Y, ¿le dijiste que me fui a China?
—No, le dije que estabas de novio con una tal M — responde Estefanía bromeando.
Maximiliano la toma del brazo jugando y diciéndole: —!Oye, petiza! —comienza a hacerle cosquillas en reproche por sus constantes bromas.
—Suéltame Maxi, no es mi culpa encontrarme con tu ex —dice Estefanía entre risas tratando de zafarse de las cosquillas que le hace su hermano—. Te juro que no le conté nada de ti, no se lo merece —sigue riendo y Maximiliano la suelta.
—No me interesa saber de ella y tu no andes divulgando cosas sobre tu hermano a nadie.
—Maxi, terminaron cuando tenías dieciocho, ¿han pasado cuantos, siete años? ¿Cómo se te ocurre pensar que voy a estar entregando información clave sobre ti?
—Mas te vale.
—Le entregue información falsa.
—¡¿Qué?!
—Es broma — confiesa Estefanía.
—Ja —se burla Maximiliano mientras su teléfono vuelve a vibrar con un mensaje:
Maca: ¿Puedes devolverme mi pulsera?
Maxi: No pienses que te dejo en visto. Te respondo más tarde, ¿bueno? —Teclea sonriendo en su teléfono ante la mirada de goce y burla de Estefanía quien se asoma para tratar de ver los mensajes
—¡Sal de aqui!— le dice Maximiliano ocultando su teléfono.
—Uy, ella si que te hace sonreír y hace que broten corazones de tus ojos.
—Ver mucho Disney cuando eras pequeña te afecto, princesa —responde burlándose.
—Lamentablemente para ti, tuviste que ver conmigo esas películas, así que espero que hayas aprendido algo de los príncipes azules y no dejes a tu amiga sin respuesta de sus mensajes.
—No podría —confiesa Maximiliano
—Wow, ¡si te gusta!
—Volvamos a lo nuestro Estefi, no alcanzarás a ensayar si seguimos chismoseando —dice Maximiliano desviando la conversación
—Te conviene cambiar el tema, pero bueno. Ayúdame con la canción.
—Y, ¿las palabras mágicas? —pregunta él con una ceja levantada
—Ayúdame con la canción por favor hermanito hermoso —suplica Estefanía con un sonrisa que muestra todos sus dientes. Maximiliano sonríe, le desordena el pelo y continúa revisando las pautas mientras Estefanía comienza a tocar la guitarra.
Llegado el momento de que Maximiliano retorne a su casa, se despide de su hermana con una abrazo, le da ánimos y emprende el viaje de regreso. Antes de marcharse toma una fotografía donde aparece el mar con el sol del atardecer. Se la envía por mensaje a Macarena y le escribe:
Maxi: Ahora te puedo responder. Vine a reflexionar y a redimir mis culpas en este paraje.
Maca: ¡Que belleza!
Maxi: Si, siempre me lo dicen.
Maca: El paisaje es bello, payaso. ¿Por dónde andas?
Maxi: Casa de mis padres
Maca: ¿Tu hermana?
Maxi 😔 Si.
Maca: ¿Podrías devolverme mi pulsera? En serio es algo que valoro mucho.
Maxi: ¿Puedo llamarte?
Maca: Ok.
Maximiliano toma su teléfono y marca el número de Macarena. Tras dos días de no poder disculparse por lo ocurrido en la fiesta, finalmente se presenta la oportunidad.
Al teléfono:
Maca: ¿Si?
Maxi: ¡Hola, Maca! ¿Adivina quién es?
Maca: Hola Maxi.
Maxi: ¡Eres una adivina muy talentosa!
Maca: No necesito ser una adivina. El nombre "ser despreciable" apareció en la pantalla de mi teléfono cuando me marcaste
Maxi (riendo) :Es un buen nombre. Al menos ahora quieres hablar con este ser despreciable ... (Maxi suspira y sigue)... quería decirte que... ¡fui un completo desastre en la fiesta!
Maca: Oh, ¿en serio? Desastre te queda corto.
Maxi: Lo sé, lo siento mucho por lo que pasó. Fue totalmente fuera de lugar.
Maca: Bueno, al menos lo admites.
Maxi: Quiero disculparme en persona. Creo que te debo eso.
Maca: No sé si sea una buena idea, Maxi. La última vez que nos vimos no fue precisamente agradable.
Maxi: Lo entiendo. Pero me gustaría tener la oportunidad de verte para pedirte perdón. Además aprovechar de devolverte la pulsera ¿Podemos encontrarnos?
Maca: (Después de un breve silencio) Supongo que podríamos
Maxi: Te prometo que no te decepcionaré.
Maca: Lo dudo. No quiero promesas de galanes Maxi, con que te comportes como un buen amigo es suficiente.
Maxi: Te transformas en una mujer de hielo
Maca: Si, Elsa se apodera de mí cuando debo defenderme
Maxi (ríe con la mención de Maca):'Hay personas por las que vale la pena derretirse'. No tienes que defenderte de mí. Sé que en el fondo eres tan dulce como una fruta que quisiera probar... creo que me desvié del tema. ¿Te puedes juntar conmigo en la calle Fuentes con Cassumiere a las 6:30 de la tarde, el miércoles?
(Macarena sonríe. Mariposas, cucarachas, y saltamontes de repente la invaden en su interior. Maximiliano sigue seduciéndola con sus palabras)
Maca: Si, puedo Olaff. Me queda cerca de la Fundación.
Maxi: ¡Genial!
Maca: Nos vemos
Maximiliano cuelga el teléfono con una amplia sonrisa dibujada en sus labios. Esperaba que Macarena lo perdonara y haría la mejor apuesta para que ello sucediera.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro