Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 05. Érase una vez un asesino


Seis meses antes de llegar a Efren.

El sonido de la sirena al abrirse una celda llamó mi atención, ese sistema era nuevo y me gustaba, al parecer la policía estaba reforzando más la seguridad en los últimos años. O quizá era un sistema viejo, no lo sabía, era la primera vez que no era yo el que estaba en prisión y tenía que visitar a un familiar.

Allyson Vogel De Sayler. 

Mi madre.

También conocida como: «La madre  casi perfecta» por la prensa amarillista años atrás por el caso de la muerte de mi hermana. La misma me daba asco, repulsión y, a su vez, curiosidad al recordar.

Justo en ese momento, cuando la imagen de mi hermana en un estado de putrefacción llegaba a mi cabeza, el sonido de cadenas me hizo prestar atención a mi alrededor y reparar en la presencia de la hermosa mujer rubia de ojos azules que se acercaba a mí, con una vestimenta anaranjada muy destacada de la penitenciaría. Ella se sentó y al instante sus ojos se cristalizaron con una sonrisa, yo le devolví el gesto al verla bien.

A pesar de que sus manos estaban esposadas, tomó el teléfono a su lado con su diestra y yo imité su acción con el que estaba a mi lado del cristal. Solo hice colocar el auricular en mi oído para sentir los quejidos y sollozos de la mujer a mi frente, mi corazón se estrujó en sí de solo tener la rabia de verla allí a pesar de lo hecho. Sí, ella había matado mi hermana, me había hecho un desastre como persona en una familia disfuncional hasta la mierda y era una mujer con más problemas que virtudes. Pero a pesar de eso, era mi mamá.

— Mi amor. —Su sonrisa como siempre que la recordaba se plasmó a pesar de que las lágrimas se derramaban en por sus mejillas—. Me alegra verte fuera.

— Lo sé mamá—coloqué mi mano en el vidrio y ella se acercó para colocar la de ella de su lado del cristal—. Te extraño.

— Y yo a ti.

— ¿Cómo te sientes? —Susurré y ella asintió sin dejar su gesto alegre.

— Mucho mejor. Estoy siendo tratada y... me siento mejor que en Efren. Luego de la muerte de Mara, ese lugar se convirtió en una verdadera prisión para mí.

— ¿Más que aquí?

— Mucho más.

— Vaya—solté una leve risa—. Creo que fue egoísta el decirte que te extraño.

— No lo fue, porque el sentimiento es mutuo.

— Es extraño esta expresión de sentimientos tan de repente, mamá.

— Seguro es el tratamiento, quizás esté algo más cuerda... o quizás más loca.

Nos reímos entre nosotros por el chiste y tras unos segundos nos miramos a los ojos a través del material transparente. Era verla y no dejar de recordar a mi querida hermanita, la misma que ya no estaba a mi lado desde hace más de dos años.

— Aun no entiendo el por qué mamá.

Ella entendió la pregunta indirecta y, tras un gran suspiro cargado de nostalgia, apretó los labios para responder.

— Fui muy débil de mente.

Fruncí el ceño por sus palabras.

— ¿Qué? ¿A qué te refieres con eso?

— Ella me trajo hasta aquí. Ganó en el juego que ella misma creó.

— ¿Ella? ¿Quién es ella?

Mi madre se mantuvo callada unos segundos, como si se debatiera entre decirme o no. Pero cuando le insistí con la última pregunta, ella decidió seguir.

Kylee.

El teléfono se me cayó de las manos y mi gesto de sorpresa sin dejar de ver a la mujer frente a mí era poco para el corto circuito que hacía mi mente en pocos segundos. Cuando estuve consciente otra vez, tomé el mango del auricular y lo llevé a mi oído otra vez.

— ¿Qué? ¿Kylee? ¿Cuál Kylee? ¿Qué hizo ella?

— No lo entenderías cariño.

— ¿Qué hizo mamá? —Mi voz se hizo áspera y la rubia suspiro para pasar el dorso de su mano por su mejilla en un intento fallido de secar las lágrimas que ya se habían tatuado allí.

— Conozco a Kylee desde hace tiempo, mucho tiempo.

— ¿Hace cuánto?

— Algunos diez años, quizá. Tal vez más, no lo recuerdo.

— ¿Por qué nunca me lo dijiste? ¿Qué ella hizo? —Apreté el agarre en el plástico solido del teléfono.

— Nunca me imaginé que estuviera estudiando en Efren. Con todo lo que hizo... —Su vista se detuvo en un punto fijo, como si recordara algo en específico, luego sacudió su cabeza y trajo su atención a mí de nuevo—. Con todo lo que hizo, juraba que a estas alturas estaría en un manicomio.

— ¿Acaso hablas de Sorní? ¿Kylee Sorní?

— Kylee Sorní. Cooke para ser exactos.

— ¿Cómo la conociste? —Agudicé mi mirada.

— Asistíamos al mismo psicólogo en España. Esos viajes de «negocios» —hizo el gesto de comillas con sus dedos—, en realidad eran para asistir a mis consultas regulares. Al parecer fue dinero desperdiciado.

— No... No entiendo—negué con la cabeza intentando encajar ideas—. No entiendo que pudo hacer Kylee para que tú... tú...

— Mejor dicho; lo que ella aún hace, cariño. —Se acercó al cristal a pesar de que hablaba por otro medio, pero sus ojos fijos en los mío me dieron a entender lo que diría—: Manipular.

«¿Manipular? ¿A qué se refiere? ¿Acaso mi madre ya se volvió loca?». Pensé.

Entonces fue que recordé varias situaciones del pasado. Situaciones extrañas que yo había pasado por alto en su momento. Sus medicinas por psicosis, su pelo blanco, sus enfrentamientos... ¿Por qué en su momento no me pareció sospechoso que logró salir de un auto hundido y sobrevivir en El Haro? ¿Cómo pude obviar tantos temas de ella sin darme cuenta a pesar de tanto que investigué? ¿Cómo pude caer entre sus piernas con tanta facilidad sin ella siquiera tocarme? Entonces llegué a la conclusión, con todo el pesar de mi orgullo...

— Sí. —Dijo mi madre mientras yo sentía como la vena en mi mente se marcaba—. También fuiste usado, cariño. Como todos los que están a su alrededor.

— ¡Por un carajo! —Golpeé la mesa que compartíamos mi progenitora y yo, llamando la atención de los policías cerca de nosotros—. ¿Por qué? ¿Por qué no la mataste esa vez que nos encadenaste en el Ático? ¿Por qué la dejaste vivir después de lo que nos hizo? —Mi mandíbula estaba apretada y la rabia fluía por mi interior al recordar cada vez más los sucesos en los que me dejé llevar de ella.

— Por una sola razón cariño. —Levanté mis orbes hacia ella y la rubia mostró una sonrisa más amplia que cualquier que hubiese visto en ella antes—. Porque es una genio de la perfección.

El tiempo se acabó luego de eso, solo nos dio tiempo de despedirnos y darnos la suerte el uno al otro con la esperanza de volvernos a ver lo antes posible. Y esa era mi idea, quería ver a mi madre lo más seguido posible a pesar de que ahora vivía en otro estado, algo lejos de Wisconsin.

Pero ese día salí diferente a como había entrado. Ese día salí de esa cárcel con una nueva mentalidad y nuevas ideas fluyendo de mí.

Esta vez tendría un nuevo juego en el que solo yo ganaría, el juego de la venganza


¡HOLAAAAAA! Volví, volví, volví y que bien se siente volver linduras, ¿cómo están? ¿Cómo se sienten? ¿Cómo los ha tratado la vida? Espero que bien y que estén preparados para lo que viene, hasta yo tengo miedo. ¿En serio creen que Maxwell llegue a cumplir su venganza? Yo estoy muy dudosa jajajajajaja.

Por otro lado, me gustaría informar que estaré subiendo toda la historia. Sí, TODA, no puedo subirla cada día de la semana por que me desespero. Y, la tengo completa, es fin de semana, tengo tiempo para editar, así que... Prepárense para el Spam jajajaja.

Si les gusta la historia, no olviden darle a la estrellita y comentar, eso hace más divertida la experiencia de la historia, y quizá puedan saber más cosas de la historia. 

¡Besitos llenos de suspenso! 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro