Capítulo 39
Christopher encendió la calefacción del auto y al momento comencé a entrar en calor. Al llegar a mi apartamento aún continuaba lloviendo fuertemente así que Christopher entró el auto hasta el parqueo del garaje subterráneo. Me giré a observarlo mientras parqueaba el auto. Estaba completamente mojado. Su pelo estaba echado hacia atrás, mojado completamente, aunque algunos mechones estaban pegados en su rostro. No podía dejar que se marchara así.
—Vamos para que te quites esa ropa mojada.
—No es necesario Amelia, ya lo haré cuando llegue a casa.
—No quiero que te resfríes por mi culpa, además ya llevas mucho tiempo con esa ropa mojada encima. —le dije quitando la llave del contacto y saliendo del auto para evitar que se marchara así.
A Christopher no le quedó más remedio que subir conmigo. Intenté apartar la mirada de él mientras caminábamos rumbo al ascensor, pero me fue imposible. El ascensor llegó y entramos cerrándose las puertas con solo nosotros dos dentro. Su camisa estaba completamente pegada a su cuerpo como una segunda piel haciendo que sus músculos resaltaran debajo de esta. Christopher atrapó mi mirada con la suya y me sonrió un momento antes de yo apartar mi mirada de su cuerpo.
—No me molesta que mires. —me dijo haciendo que yo volviera a mirar hacia el esta vez a su rostro.
— ¿Por qué no? —le pregunté perdiéndome por un momento en su mirada penetrante y de un gris intenso.
—Porque a mí también me gusta mirarte, además, aunque no lo recuerdes, has visto todo lo que hay debajo de la camisa. —me dijo mientras yo me sonrojaba.
Entonces tuve curiosidad por su comentario, sabía que éramos novios, aunque no lo recordaba, pero había algo que no le había preguntado nunca y que tampoco me habían hablado de ello. Solo recordaba que nunca había podido acostarme con nadie. Así que tenía que saberlo, tenía que salir de duda. Aunque todo debe de continuar igual que siempre, es imposible que hubiera sido diferente con él.
— ¿Puedo preguntarte algo? —le dije mientras salíamos del ascensor.
—Lo que quieras. —me dijo mientras llegábamos mi puerta y entrábamos.
Al entrar me le quedé mirando por un instante. Estaba totalmente mojado. Creo que antes de preguntarle algo tan importante, mejor le busco una ropa, y me cambio yo también.
—Espera, voy a buscarte ropa. —me dirigí hacia mi habitación.
Entré al baño y me saqué la ropa mojada. Me puse la camiseta de dormir y unos shorts cortos. Cogí una toalla para Christopher y me dirigí hacia el armario.
Saqué una camisa, que supongo es de él y regresé a la sala. Christopher se encontraba exactamente en el mismo lugar en que lo había dejado. Le ofrecí la toalla y le di la camisa. No puedo darle muchas vueltas a lo que quiero preguntarle, o nunca lo haré, allá voy.
—Como sabes, no recuerdo nada de nuestra relación. —le dije mientras lo observaba quitarse la camisa y comenzar a secarse con la toalla.
En ese momento tragué en seco al verlo sin camisa. Supuse que era musculoso, pero verlo ahora frente a mí mientras se secaba el pelo y después comenzaba a secarse el cuerpo, era algo completamente diferente. En esos momentos no lograba coordinar las palabras. Aparté mi mirada de él para lograr concentrarme.
—Quisiera saber si nos hemos acostado. —le pregunté mientras él me miraba fijamente aún sin camisa y levemente sonreía.
Tomó la camisa seca y se la comenzó a poner al mismo tiempo que me contestaba.
—Sí, nos hemos acostado. —respondió mientras terminaba de ponerse la camisa aún sin abrochar.
Ahora que el me ha aclarado la duda, estoy mucho más nerviosa que antes cuando lo desconocía.
—Voy a preparar un chocolate caliente. —le dije mientras me dirigía rumbo a la cocina para tratar de apartar de mis pensamientos la imagen de Christopher sin camisa y aclarar mi mente por lo que acabo de descubrir.
Acabo de descubrir que no soy virgen y no lo recuerdo. No recuerdo cómo fue mi primera vez. Eso es algo que me hubiese gustado recordar. Después de preparar las jarras de chocolate regresé a la sala. Christopher estaba sentado en el sofá. Me senté a su lado, aunque un poco separada de él, uy le ofrecí una taza.
—Gracias. — me dijo mientras tomaba la taza de mis manos rozando levemente sus dedos con los míos.
Pero esta vez tampoco sucedió nada, solamente esa corriente recorriendo mi cuerpo. Me miraba fijamente mientras tomaba el chocolate y yo tuve que apartar mi mirada de él. Su gris mirada me perturbaba mucho.
— ¿No has recordado nada más? — me preguntó de repente.
—No. — le contesté mientras dejaba mi jarra sobre la mesita para que se enfriara un poco el chocolate y él se me quedaba mirando con curiosidad e intriga.
—Cuando recordaste fue cuando tomaste mi mano, ¿verdad? —me preguntó mientras yo asentía. — ¿Puedo intentar algo? —me dijo mientras se sentaba junto a mí.
— ¿Qué vas a hacer? —le pregunté, mientras mi respiración se aceleraba por su proximidad.
Podía sentir el magnetismo entre nosotros, la atracción física, la química.
—Solo quiero probar una cosa. —dijo tomando mis manos entre las suyas.
Su toque es cálido y comencé a sentir esa corriente comenzar a recorrer mi cuerpo expandiéndose lentamente en todas direcciones.
— ¿Recuerdas algo? —me dijo mientras yo miraba nuestras manos juntas.
—No, nada. —respondí mientras el comenzaba a deslizar sus dedos por la palma de mi mano.
— ¿Y ahora? —me dijo mientras la sangre en mis venas comenzaba a calentarse. Pero aún no sucedía nada.
—Nada, lo siento. —lo miré fijamente a los ojos.
Y él se quedó mirándome, sus ojos fijos en los míos.
—Tal vez debo hacer otra cosa. ¿Puedo intentar algo más? —me dijo mientras mi corazón martilleaba fuertemente en mi pecho.
— ¿Crees que recordaré algo?
—No lo sé, pero quisiera intentarlo. —me contestó sinceramente.
—Si no funciona...—pero él me interrumpió.
—Si no funciona entonces no intentaré nada más. —dijo mientras subía una mano y acariciaba mi mejilla haciendo que cerrara los ojos ante el cálido toque de su mano.
Cuando abrí los ojos su rostro estaba a escasos centímetros del mío.
— ¿Qué vas a hacer? —le pregunté nerviosa mientras me perdía en sus ojos grises.
—Un último intento porque me recuerdes, si no recuerdas nada con un beso, entonces desapareceré de tu vida. No quiero estar cerca de ti, no cuando no recuerdas nada de nosotros. —me dijo mientras a cada momento acercaba más sus labios a los míos.
Y por muy extraño que me pareció en ese momento, cerré mis ojos esperando su beso. Podía sentir su respiración a medida que se acercaban más a los míos, podía sentir su calor. En cuanto sus labios tocaron los míos fue un cortocircuito directo a mi cerebro, entonces recordé...
FLASHBACK
Fiesta de cumpleaños
10 años atrás
Hoy cumplo 13 años y es una fiesta de cumpleaños maravillosa. Todos mis amigos de la escuela están aquí. Estoy rodeada de mi familia y amigos, pero falta una persona, la más importante, la que está siempre a mi lado. Nos conocemos desde hace unos años, vive justo al lado de mi casa. Entonces lo vi, llegó donde yo estaba luciendo unos jeans desgastados y una camisa azul cielo, que últimamente es mi color favorito, y hace resaltar el color de sus ojos. Se detuvo junto a mí sosteniendo una caja en sus manos.
—Felicidades Amy. —dijo ofreciéndome la caja de regalos que tomé fácilmente de sus manos, no pesaba nada.
—Gracias. —respondí sonriente. —Vamos a cortar el pastel, estaba esperando que llegaras. —le dije poniendo la caja sobre la mesa junto con el resto de regalos y tirando de su mano rumbo a donde estaba el pastel.
La tarde transcurre rápidamente mientras disfruto de mi cumpleaños. Mis amigos comenzaron a marcharse y yo empecé a abrir los regalos dejando el de Chris para el final.
Hace apenas unos minutos que él se ha marchado cuando abrí su regalo, y para mi sorpresa la caja está vacía. Esto solo puede ser una broma de él como tantas veces me ha hecho. En otras ocasiones en que hizo lo mismo, siempre me estaba esperando en el patio trasero. Solté la caja rápidamente y salí corriendo hacia el patio.
Chris estaba de espalda a mí, viendo el atardecer, no había notado mi presencia. Me acerqué a él y cuando estaba llegando a su lado se giró hacia mí sonriendo.
—Mira qué hermoso atardecer. —me dijo ofreciéndome su mano y tirando de mi hasta quedar junto a él.
—Muy lindo. —le contesté mientras observaba el sol poniéndose.
— Viniste por tu regalo, ¿verdad? —me dijo girándose hacia mí mientras me sonreía. Me encantaba cuando me sonreía de esa forma.
— ¿Lo tienes contigo? —le pregunté emocionada, aunque no lo veía con ninguna caja.
—Sí, no lo puse en una caja porque no cabe en ella. —me dijo mientras me miraba fijamente.
— ¿Tan grande es? —le pregunté sonriéndole.
—Cierra los ojos. —me pidió.
He hice lo que él me pidió esperando ansiosa mi regalo. Entonces sentí sus labios calientes sobre los míos, apenas rozándolos. Jamás me había imaginado que mi primer beso fuera así. Mi corazón explotaba de alegría. Mi primer beso, y no era con otro que con el chico que me gustaba, mi vecino, Christopher...
FIN DEL FLASHBACK
Abrí los ojos empujándolo brevemente, haciendo que separara sus labios de los míos. No sé cuánto tiempo había estado besándome, aunque en realidad no sentía que lo hubiese hecho. Más bien sentía un hormigueo en los labios, como si solo me los hubiera rozado.
— ¿No quieres intentarlo? —me preguntó frunciendo el ceño.
— ¡Chris! —le dije emocionada mientras lo miraba a los ojos fijamente. —Me he acordado de ti, recuerdo el primer beso que nos dimos. —le dije mientras él me miraba ahora con sorpresa y curiosidad levemente sonriendo.
— ¡De veras! Solamente te he rozado los labios, me pregunto qué sucedería si...—pero no me dio tiempo a reaccionar.
Acercó sus labios rápidamente sobre los míos y me besó, esta vez más profundamente. Ahora si sentí sus labios calientes y presurosos sobre los míos mientras deslizaba su lengua dentro de mi boca haciéndome gemir levemente.
En mi interior se desataron cientos de sensaciones mientras yo me dejaba llevar enredando las manos en su cuello. Christopher me apretó por la cintura pegándome más a su cuerpo caliente. Y entonces cientos de flashes comenzaron a invadir mi mente a medida que su beso se volvía más intenso. Recuerdos de él besándome, devorando mis labios de miles formas diferentes. Mi mente estaba aturdida por tantas cosas al mismo tiempo. Y me separé brevemente de él rompiendo el contacto de nuestros labios.
Ambos estábamos jadeantes cuando nos separamos.
—Por favor dime que recordaste algo más. —me dijo mirándome fijamente a los ojos mientras yo le sonreía como una idiota.
—Recordé. —le dije deslizando una de mis manos por su mejilla, sintiendo su barba insipiente debajo de mis dedos.
—¿Qué recordaste? Tengo curiosidad. —dijo sonriéndome seductoramente.
—Recordé tus besos. — le dije mientras me acercaba a él y lo besaba. —Y lo adictivos que son. —le contesté haciéndolo reír.
—Entonces estás recordando todo por partes. —me dijo pensativo.
—Sí, al parecer voy recordando a medida que van sucediendo las cosas.
Y tras decir esto me puse a pensar bien. Recordé la forma de tocarme al él darme su mano, y sus besos al rozar sus labios con los míos. Entonces, ¿qué sucedería si...? Sonreí para mis adentros, no veo nada malo en intentarlo.
—Quiero que intentemos algo. —le dije mientras dirigía mis manos hacia su camisa y comenzaba a zafar los botones lentamente mientras lo miraba a los ojos.
Christopher no apartaba su mirada de la mía, al parecer él no se creía lo que yo estaba haciendo cuando hace tan solo unos días yo no quería saber nada de él. En realidad, ni yo misma me lo creo, pero he recordado muchas más cosas que sus besos.
— ¿Estás segura de querer hacer esto? —me dijo con ansiedad mientras yo terminaba de zafar la camisa y la sacaba por sus hombros.
—En realidad he recordado más cosas.
— ¿Qué cosas? —preguntó intrigado.
—Recuerdo tus besos apasionados. —le dije mientras deslizaba mis manos por sus hombros desnudos. —Tus labios recorriendo ardientemente mi cuerpo. —y en ese momento moví mi boca para deslizar mis labios por su pecho, sintiendo como se le escapaba un gemido.
—¿Por qué quieres hacer esto? No hay prisas. —me dijo mientras yo levantaba mi rostro y tomando su cara entre mis manos hice que me mirara fijamente a los ojos.
—Recuerdo estar enamorada de ti Christopher y quiero terminar de recordarlo todo. Quiero hacer el amor contigo, quiero sentir tus labios recorriendo mi cuerpo lentamente, quiero recordar cómo es sentirte dentro de mí. —y en ese instante sentí una vez más sus labios sobre los míos.
Sus manos fueron hacia mi cintura, me cargó en un rápido movimiento y me llevó hacia la habitación. Iba dejando besos por mi cuello que hicieron que se me escapara un gemido.
Me acostó en la cama y comenzó a desnudarme lentamente, encendiendo cada terminación nerviosa de mi cuerpo. Haciendo que recordara más cosas a medida que sus labios descendían por mi cuerpo cada vez más. Puedo sentir sus labios calientes y su lengua deslizándose por mi piel mientras con sus manos poco a poco terminaba de desnudarme hasta dejarme en ropa interior.
Se separó de mí parándose frente a la cama y yo me senté en el borde mientras lo veía sonreírme de esa forma que ya comenzaba a parecerme tan familiar. Puedo sentir mis mejillas arder, no recuerdo que alguien me hubiese visto en ropa interior. Aunque ya me había acostado con él, he imaginaba que había sido en más de una ocasión.
—Me encanta cuando te sonrojas. —me dijo inclinándose hacia mí y poniendo una mano en mi mejilla.
Subí mis manos y las deslicé por su torso desnudo, sintiendo sus músculos debajo de ellas. Viendo como su cuerpo se estremecía ante mi contacto. Al llegar a su pantalón mis manos se congelaron. ¿Debo continuar o dejarlo que el siga?
—No tienes porque tener miedo, podemos continuar en otra ocasión, he esperado tanto porque te acordaras de mí, no tengo prisa. —me dijo mientras ponía sus manos sobre las mías y me miraba fijamente a los ojos.
—No quiero esperar, es solo que en teoría esto es algo nuevo para mí, aún no recuerdo haberme acostado contigo.
—Entonces déjame continuar yo, déjame guiarte. —dijo mientras apartaba mis manos y rápidamente se bajaba los jeans quedando solo en bóxers.
Entonces inclinó su rostro hacia el mío y mientras me besaba fue recostándome en la cama hasta yo quedar acostada y el sobre mí. Con manos diestras y sin separar ni por un momento sus labios de los míos, terminó de desnudarme y después se sacó sus bóxers separándose brevemente de mí. Ambos estábamos desnudos, podía sentir su miembro presionando contra mi muslo mientras sus labios bajaban dejando besos húmedos por mi cuello, llegando hasta mis senos y tomando uno de ellos hasta hacerme gemir. A cada momento me excitaba más hasta perder el control de mi cuerpo.
Sus labios subieron nuevamente hasta llegar a los míos mientras se colocaba en mi entrada, friccionando su miembro contra mi clítoris. Entonces se separó brevemente de mí mientras me miraba a los ojos y tras pegar sus labios a los míos, entró en mí. Sus labios se movían lentamente sobre los míos haciendo que yo gimiera mientras lo sentía entrar y salir lenta y cadenciosamente de mi. Sus labios me devoraban lentamente, al mismo ritmo de sus envestidas. Me hacía el amor de una forma tierna y dulce que poco a poco fue desatando cientos de recuerdos y sensaciones que llevaban tiempo escondidas en mi interior.
Entraba y salía de mi con movimientos pausados, llegando hasta lo más profundo de mi interior haciéndame gemir y gritar su nombre. Sus labios silenciaron los míos y comenzó a entrar y salir de mí más rápidamente haciendo que mis músculos se contrajeran cada vez más a su alrededor. Los recuerdos pasaban por mi mente rápidamente, más tarde tendría que procesar muchas cosas.
— ¡Amy! —exclamó contra mis labios haciendo que abriera mis ojos hasta ese momento cerrados. —¡Te amo! —dijo mientras yo lo miraba fijamente y entonces ese breve recuerdo de él cuando me lo había dicho la primera vez invadió mi mente.
— ¡Te amo Chris! —exclamé sintiendo como llegaba al orgasmo y Christopher me llenaba completamente antes de derrumbarse sobre exclamando mi nombre.
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Este capítulo está dedicado a lunafernandez96
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Espero les haya gustado el capítulo.
¿Que les a parecido la recuperación de sus recuerdos?
Déjenme sus comentarios y no olviden dejar su voto. Xoxo🐦⭐
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