Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 34

Todo estaba de cabeza y hacía mucho calor. Pestañé varias veces y entonces todo se oscureció, no veía nada, froté un par de veces mis ojos y entonces vi una luz cegadora. Cuando mis ojos se adaptaron vi la silueta de una figura frente a mí. Poco a poco la luz fue disminuyendo y la imagen se aclaró un poco. Era Christopher, aunque lucía muy extraño, no como yo lo recordaba.

Se acercó a mí sonriendo. Intenté moverme hacia él pero no podía. Cuando llegó donde yo estaba su mirada era de preocupación, me tomó por los hombros y me zarandeó. Sus labios se movían, pero no escuchaba las palabras que él decía. Volvió a moverme una vez más y entonces todo se puso oscuro.

—¡Amelia! — escuchaba como me llamaban, se oía tan lejos. Aún todo estaba oscuro alrededor de mí. —¡Amelia! ¡Despierta! —sentía como alguien me movía por el brazo.

Entonces abrí los ojos de repente. Todo estaba oscuro y podía ver a Christopher sentado a mi lado en la cama, aunque no lo veía bien.

—Espera, voy a encender la luz. —dijo levantándose de la cama mientras yo me incorporaba y me sentaba.

La luz me dejó ciega momentáneamente y cubrí mis ojos hasta que estos se adaptaron a la claridad. Cuando los abrí completamente Christopher se encontraba sentado a mi lado sonriéndome de esa forma que tanto me gustaba y hacía que mi corazón comenzara a acelerarse. Pero había algo extraño en él, giré mi cabeza hacia un lado y subí una de mis manos hacia su cabello.

— ¿En qué momento te lo has cortado? —le pregunté deslizando mi mano por el costado donde ahora traía el cabello muy corto.

—En el momento en que has estado durmiendo y después de terminar la cena, llamé a mi barbero y le pedí que viniera. ¿Qué tal ahora? ¿Te gusta? —me preguntó alzando una ceja.

Aún tenía el pelo largo arriba, por lo que algunos mechones continuaban cayendo sobre su rostro y a medida que descendía hasta la nuca iba bajando el largo del pelo hasta quedar bien bajito. Tenía el pelo tan corto en la parte de la nuca que ya no podía tirar de él como antes. Pero mientras deslizaba mi mano por este, sentí una sensación diferente, se sentí igual de suave que antes pero el roce con mi mano ahora enviaba una deliciosa corriente por mi piel. Subí mi mano hasta deslizarla por el cabello más largo.

—Me gusta. —le contesté mientras el sonriendo acercaba sus labios a los míos y me besaba.

Después de besarme vio el cuaderno de dibujos a mi lado en la cama abierto en donde estaba un dibujo de él. Se quedó mirando el dibujo y después me sonrió.

— ¿En qué momento me dibujaste? —preguntó con curiosidad. —No recuerdo haber posado para ti en ningún momento. —dijo mientras yo sonreía.

—Lo hice hace un tiempo ya, uno de los días que estaba dibujando mientras me mandabas mensajes. Al parecer no podía sacarme tu imagen de mi mente. —le contesté mientras él se acercaba más a mi pegando sus labios a los míos, pero sin besarme.

—Yo tampoco puedo sacarme tu imagen de mi mente. —dijo robándome un beso. —Ahora, vamos a bañarnos para cenar. —dijo levantándose de la cama.

— ¿No nos bañamos en el yate? —le pregunté con curiosidad.

—Sí, pero creo que necesito otro después del corte de cabello. —dijo mientras se pasaba una mano por este y me sonreía.

—De acuerdo, pero primero tengo que preguntarte algo. —Christopher se quedó mirándome arrugando las cejas.

—Sabes que puedes preguntar lo que quieras. —me dijo mientras yo le sonreía.

— ¿Tienes planes para el fin de semana? —le pregunté mientras él me miraba intrigado.

—Hasta ahora no he planeado nada. Porque, ¿tienes pensado algo? —dijo mientras volvía a sentarse en la cama a mi lado.

—Quiero ir a casa de mis padres, hace tiempo que no los veo, y me preguntaba si te gustaría venir conmigo. —Christopher me sonrió.

—No hay nada que me gustaría más que acompañarte. —me contestó mientras yo le sonreía como una idiota. —Imagino que ya saben que estamos juntos. —en ese momento dejé de sonreír.

—Mencioné algo, pero no saben quién eres, solo que iría el viernes acompañada y que llegaríamos para la cena, quiero darles una sorpresa.

—Pues se van a sorprender cuando me vean, estoy seguro. —me contestó mientras ambos reíamos.

—Pero vamos en mi auto. —le pedí mientras él me miraba ahora con curiosidad.

— ¿Qué tiene de malo el mío? Creo que llegaremos más rápido.

—Sí, pero entonces mi padre se pasará todo el fin de semana mirando tu auto y créeme va a saber cuánto costó.

—Está bien, vamos en el tuyo entonces, ahora podemos bañarnos. —dijo tirando de mi mano haciendo que me levantara de la cama.

—Sí, vamos. —le dije siguiéndolo hacia el baño.

Su cabello mojado continuaba haciéndolo lucir sexy, aunque ahora lo era mucho más y suponía que tenía algo que ver con el nuevo corte que lucía. Los mechones le caían en el rostro, aunque ahora no tanto como antes.

Cuando estábamos cenando llegaron Lizzy y Nathan y les comentamos sobre nuestros planes del próximo fin de semana. Habían pasado a recoger unas cosas y después se marcharon nuevamente. Últimamente no estaban casi nunca aquí, mayormente el apartamento era para nosotros dos, así que lo aprovechábamos. Esa noche dormimos abrazados mientras Christopher susurraba palabras de amor en mi oído y yo deslizaba mi mano por su recién cortado cabello.

Hoy estábamos nosotros dos solos en el trabajo, Ben y Molly aún estaban en su luna de miel y no regresaban hasta la próxima semana. Y como era costumbre, últimamente veníamos caminando desde mi apartamento, aunque hoy había una diferencia, lo hacíamos tomados de la mano.

Al mediodía salimos a almorzar una hamburguesa y regresamos cerca de la 1:00 pm. Veníamos sonriéndonos como dos tontos enamorados, ya no escondíamos nuestro amor, ahora lo demostrábamos en público mientras subíamos tomados de la mano la escalinata de la entrada del museo.

—¡Christopher! —alguien llamó a nuestra espalda y ambos nos giramos hacia allí.

Justo frente a nosotros, unos escalones más abajo, había una mujer de más o menos mi edad, o un poco más, cabello rubio largo y ondulado suelto sobre los hombros. Se acercó hacia nosotros mientras se quitaba las gafas de sol que traía puestas mostrando unos ojos de un azul muy intenso. Se paró justo frente a nosotros y por un momento se quedó mirándome antes de girarse hacia Christopher sonriéndole.

— ¿Por qué no me has devuelto las llamadas? —le preguntó mientras él hacía una mueca de fastidio.

Podía ver que no le complacía mucho ver a esta persona. El Christopher alegre y sonriente que venía a mi lado hacía apenas unos minutos, ha desaparecido.

—Porque tú y yo no tenemos nada de qué hablar. —le contestó fríamente mientras apretaba brevemente mi mano.

—Te equivocas, tenemos mucho de qué hablar, creo que no tomaste la decisión correcta. —le contestó mientras Christopher reía sarcásticamente.

—Tú no eres quien para decidir si tomé o no la decisión correcta. Además, se bien porque estabas conmigo, aunque no quise aceptarlo por mucho tiempo. —le contestó ferozmente.

—Ya veo, entonces te buscaste a otra en cuanto me dejaste. ¿Acaso no crees que ella está contigo por el dinero también? Eso es lo único que le debe importar, estoy segura, solo mírala como está vestida. —dijo mientras me señalaba con una mano.

Pero quien se creía que era esta mujer para hablar así de mí, no me conocía, ahora iba a ver con quien se estaba metiendo. Me dispuse a hablar, pero Christopher me lo impidió.

—No te permito que hables así de ella, no es una cualquiera como tú. —le gritó mientras ella ponía cara de ofendida.

—No tienes derecho a llamarme así, yo nunca te engañé, sí, es cierto que estaba contigo por tu posición, pero también te amaba, aún lo hago, nunca he dejado de hacerlo. —dijo ella mientras trataba de tomar su mano libre pero él se lo impedía.

Mis oídos no soportaban más de escuchar aquella conversación donde yo no tenía nada que ver. Pero no me iba a apartar de Christopher y el me apretaba la mano fuertemente evitando que me marchara. Me necesitaba a su lado, lo sabía y allí me iba a quedar.

—Tú no me amas, nunca lo hiciste, solo quieres que regrese contigo para continuar sacándome el dinero. Pero escucha bien, te lo dije una vez y te lo diré por última, jamás regresaremos juntos, yo nunca te quise y no lo haré en un futuro.

—Tú si me querías.

—No, no te quería, ahora me he dado cuenta. —dijo mientras me miraba y me sonreía levemente.

—¡Y quieres a esta! —exclamó despectivamente hacia mí.

—Ésta, es mi novia, y no, no la quiero... la amo, eso es algo que tu nunca sabrás lo que significa. Ahora si me disculpas tenemos que regresar al trabajo, no vuelvas a llamarme o aparecerte aquí, o me voy a ver obligado a tomar ciertas medidas. —dijo mientras le daba la espalda tirando de mi mano rumbo al museo.

Caminaba deprisa, podía sentir en la forma que apretaba mi mano que estaba enfadado, muy enfadado. En ningún momento habló, ni siquiera cuando estábamos en el ascensor. Las puertas se abrieron y el salió soltando mi mano y dirigiéndose a paso veloz hacia su oficina, cerrando las ventanas al entrar. Me quedé parada en medio del sótano mirando hacia allí. Después de un momento me dirigí hacia su oficina y entré sin tocar. Christopher estaba acostado en el sofá con una mano sobre su frente mirando fijamente hacia el techo.

— ¿Quieres hablar del tema? — le pedí mientras me sentaba en una esquina del sofá.

Christopher se sentó y se quedó mirándome fijamente. Por un momento pensé que no me contestaría.

—Siento mucho que hayas tenido que conocerla. —me dijo tomando una de mis manos entre las suyas.

— ¿Quién es? —pregunté, aunque ya me imaginaba la respuesta.

—Su nombre es Rebeca, es mi ex novia. —contestó mirándome fijamente a los ojos valorando mi reacción ante lo que me estaba diciendo.

—Al parecer no estuvo de acuerdo en separarse de ti.

—Desde antes de reencontrarnos ya no me sentía bien con ella, sabía que estaba conmigo por mi dinero, pero al principio no me interesó.

— ¿Por qué seguiste con ella entonces? —le pregunté extrañada.

—Si te lo cuento pensarás que soy un idiota. —me contestó negando con la cabeza.

—Cuéntamelo. —le pedí dándole un breve apretó en la mano.

—De esa forma no me sentía solo. —me contestó mientras deslizaba los dedos por la palma de mi mano.

—Puedes explicarme mejor. —le pedí mientras el respiraba fuertemente antes de contestar.

—La conocí en Londres, justo después de fallecer mis padres y para cuando me mudé a New York ella me siguió diciendo que me amaba, que no podía vivir sin mí. Y yo como un idiota le creí, aún sabiendo que solo estaba conmigo por mi dinero. De esa forma tenía a alguien a mi lado. Rompí con ella unos días antes de encontrarte. —dijo mientras me sonreía tiernamente. —Desde entonces me ha llamado en varias ocasiones, incluso ha venido a verme al museo. Le pedí de favor que intentara olvidarme, que no volviera a buscarme, pero al parecer no ha entendido.

— ¿Por qué no cambias el número de tu celular?

—Ya lo pensé, pero recibo muchas llamadas y tengo tantos contactos importantes que me llaman varias veces en el día que no creo que les guste saber que cambié mi número de teléfono. Así que solo bloquee sus llamadas, así no me molesta más. Pero si continúa viniendo o se le ocurre acercarse a ti, entonces si voy a tomar medidas severas. —me contestó mientras fijaba su mirada una vez más en mí, podía ver en su mirada que estaba hablando en serio. Apreté un poco su mano y le sonreí.

— ¿Qué puedo hacer para que olvides todo este asunto? —le dije mientras él me miraba entrecerrando los ojos.

—Puedes darme un beso y hacer que me olvide de todo. —dijo sonriendo seductoramente.

—Tú no tienes remedio. —le dije mientras el acercaba sus labios a los míos, pero sin tocarlos aún.

—No, no lo tengo, me he vuelto adicto a tus besos. —dijo mientras me besaba. —A tu cuerpo. —dijo mientras su manos iban hacia mi cintura para apretarme contra él. —A todo de ti. —dijo besándome una vez más.

—Te lo dije una vez y lo repetiré nuevamente, me encantan tus besos, yo también me he vuelto adicta a ti. —le dije deslizando una mano por su mejilla y sonriéndole brevemente. —Te amo. —le dije mientras él me sonreía, una sonrisa deslumbrante de las que me quitaban el aliento.

—Yo también te amo, Amy. —dijo mientras sus labios se unían con los míos.

______________________________________

Este capítulo está dedicado a Sherys20

🚨Si desean avances exclusivos de mis historias, pueden unirse a mí grupo de WhatsApp 🚨

Espero les haya gustado el capítulo.
¿Que creen de su ex?

Déjenme sus comentarios y no olviden dejar su voto. Xoxo🐦⭐


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro