Puedo escuchar el latir desenfrenado de su corazón que se mezcla con el mío. No sale de adentro de mí, simplemente se quedó allí acostado sobre mi cuerpo. Cuando su respiración comenzó a calmarse, se incorporó y salió de mí interior dejándose caer a mi lado. En el mismo instante en que abandonó mi cuerpo, sentí un enorme vacío. Me siento extraña en estos momentos. Es como si lo necesitase dentro de mí para sentirme completa, como si fuera una parte inseparable de mí y solo ahora es que lo sé.

Se acostó de espalda a mi lado con sus brazos detrás de la cabeza, con una enorme sonrisa en su rostro. Y no sé porque en ese momento miré hacia su miembro que se encontraba flácido con el preservativo puesto y me mordí el labio inferior para evitar reír. Quien me iba a decir ayer que hoy al fin iba a poder tener sexo. 

Ahora ya tenía una noción de a qué venía tanto alboroto de Lizzy y porque me decía que estaba falta de ejercicios. Todos los músculos de mis piernas están acalambrados, en estos momentos voy a necesitar un buen masaje para recuperarme un poco. Christopher se levanto de la cama haciendo que yo abandone mis pensamientos. Y una vez más, me concentré en él caminando desnudo por la habitación, esta vez rumbo al baño. Tiene un andar muy elegante, muy sexy y seguro de sí mismo.

Para cuando regresó del baño yo me había cubierto un poco con la sábana, aunque ahora que lo pienso bien, no sé porque si él ya me ha visto completamente desnuda, es una total idiotez. Christopher se me quedó mirando entrecerrando los ojos y me sonrió levemente. Se metió en la cama a mi lado y tiró de mí hacia sus brazos. Recosté la cabeza en su pecho y me abracé a él escuchando los acompasados latidos de su corazón.

 Christopher acariciaba con una mano mi cabello lentamente, mientras la otra la deslizaba suavemente por mi espalda y los músculos de mi vientre se contraían nuevamente ante sus caricias. Cerré los ojos. La verdad es que ha sido un día agotador, aunque aún no estoy dormida, solamente estoy disfrutando del calor de su piel contra la mía.

— ¿Tienes sueño?—preguntó en mi oído.

Y yo no respondí solamente me acomodé más contra su pecho mientras me apretaba fuertemente contra él.

—Vamos a dormir entonces. —dijo moviéndose un poco hacia la mesita de noche haciendo que yo me separara de su pecho.

De la mesita cogió las esposas. Ni siquiera me había dado cuenta en qué momento las había traído hacia la habitación y las había puesto allí.

—Voy a necesitar ayuda con esto. —dijo sosteniéndolas frente a mi mientras yo me sentaba en la cama. —Pero primero. —dijo tomando la cadenita con la llave y colgándola de mi cuello. —No me gustaría que se perdiera esto. —dijo sonriendo de lado.

Christopher se ve muy sexy sonriendo de esta forma y con el cabello revuelto y desordenado. Me da ganas de pedirle que hiciéramos el amor nuevamente, pero estaba cansada, tenía sueño y estaba un poco adolorida. 

—No, no sería muy bueno, ¿verdad? —contesté volviendo a la realidad mientras el negaba con la cabeza.

Se acostó en la cama y le esposé la primera mano pasando la cadena por detrás de los barrotes de la cama y esposé la segunda. La cadena era larga, tan larga que incluso así el podía abrazarme. Me abrió su brazo y nuevamente me acomodé en su pecho mientras el nuevamente me acariciaba la espalda. Y así abrazada y acomodada en su pecho me fui quedando dormida.

Creo que me podía acostumbrar a esto. El cuerpo de Christopher es muy cálido. Aún se encuentra dormido a mi lado. Observarlo dormir es algo fascinante, creo que nunca me voy a cansar de esto. Su rostro luce radiante mientras una leve barba comienza a cubrir su rostro, haciéndolo lucir mucho más sexy de lo que es normalmente.

Me saqué la cadenita del cuello y cuidadosamente zafé las esposas poniéndolas lentamente en el suelo tratando de no hace ruido y despertarlo. Volví a engancharme la cadenita con la llave en el cuello y me abracé nuevamente a él. Ya debe haber amanecido, aunque las pesadas cortinas corridas sobre las ventanas evitan que la luz del sol se filtre en la habitación. Al parecer mi cuerpo está adaptado a levantarse temprano ya que no estoy acostumbrada a dormir más allá de las 8:00 am. No han pasado ni cinco minutos de que le quité las esposas cuando se giró completamente sobre mí, dejándome sentir su potente erección matutina. Me dio un rápido y repentino beso y se separó levemente sonriendo.

— ¿Dormiste bien?—le pregunté mientras el sonreía sensualmente y me apretaba más contra él haciéndome reír también.

—Si, aunque ahora estoy mucho mejor. — dijo mientras se inclinaba sobre mí devorando mis labios una vez más. —¿Estás bien? —me pregunto cuando separó sus labios de los míos.

—Lo estoy.

—¿No estás adolorida?

Ahora que lo pienso, no. La sensación de ardentía que sentía la noche anterior ha desaparecido con el transcurso de la noche.

—No. —respondo con una sonrisa.

Y entonces Christopher comenzó a besarme mientras una de sus manos se deslizaba por mis piernas haciéndome estremecer. En un movimiento rápido, demasiado rápido, cogió un preservativo de la mesita, se lo puso y me giró haciéndome quedar sentada sobre él. Una vez más me ponía al mando. 

—¿De veras estás bien? —me preguntó nuevamente.

Le voy a demostrar que tan bien estoy. Me levanté un poco apoyándome en mis rodillas y lentamente lo introduje en mí interior. Christopher dejó escapar un gemido y yo me mordí el labio inferior evitando que se me escapara uno. Una vez completamente dentro de mi le sonreí mientras el entrecerraba los ojos.

— ¿Qué estas planeando?—preguntó con curiosidad.

—Nada, recuerda que no tengo mucha experiencia en esto. — le dije sonriendo tontamente. Christopher colocó sus manos en mi cintura y me movió arriba y abajo, sobre él. 

—Con la práctica, le cogerás el ritmo, ahora sigue tú. —dijo mientras quitaba sus manos de mi cintura dejándome continuar a mi sola. 

Entonces apoyando las manos en su pecho comencé a moverme lentamente arriba y abajo. Cada que bajaba, dejaba escapar un gemido y Christopher también. Me atrajo hacia él para acallar nuestros gemidos. Y esto solo hizo que apoyara mis manos junto a su rostro en el colchón, haciéndome quedar inclinada y acostada sobre su pecho. Separé mis labios de los suyos con la respiración acelerada y me incorporé un poco y entonces el acercó su boca a mis senos y comenzó a devorarlos. Primero uno y luego el otro mordiéndolos ligeramente y haciéndome gemir fuertemente.

Puedo sentir como su miembro se endurece cada vez más dentro de mí. Mis paredes poco a poco se tensan más a su alrededor y lo aprisionan en mi interior. Entonces volví a inclinarme quedando sentada recta sobre él con mis manos apoyadas en su pecho y aceleré mis movimientos cada vez más rápido. No sé porque lo hago, algo me impulsa a ir cada vez más rápido. Puede ser Christopher gimiendo debajo de mí, sus manos acariciando mis senos en ese instante o sentirlo tan duro, pero todo esto solamente hace que me excite más.

Me incliné nuevamente sobre él y aferré mis manos fuertemente de sus hombros y de su pecho mientras él me apretó más fuertemente por las caderas haciendo que acelerara cada vez más. Sus gemidos eran cada vez más frecuentes al igual que los míos, no sé hasta cuando voy a poder soportar. Continué los rápidos movimientos hasta que comencé a sentir la misma deliciosa sensación de placer comenzando a extenderse en mi interior. 

— ¡Dios!—gritó Christopher debajo de mí mientras lo veo cerrar los ojos y dejar caer las manos de mi cintura estremeciéndose.

Esto solo hizo que un profundo gemido escapara mis labios, seguido de un escalofrío que me recorrió el cuerpo entero. Y exploté en un orgasmo asombroso a su alrededor dejándome caer agotada y exhausta sobre su pecho. Su respiración estaba tan o más acelerada que la mía. 

Christopher me abrazaba fuertemente mientras daba besos en mi frente y en mis mejillas. Estoy agotada, nunca hubiese imaginado que esto pudiera ser tan extenuante. Me bajé de encima de él, dejándome caer en la cama. Me giré hacia el y el hacia mí, y nos miramos como tontos.

—Luces sexy así. —le dije mientras deslizaba mi mano por su rostro sintiendo su suave barba debajo de mis dedos.

— ¿Qué tanto?—preguntó sonriéndome tontamente.

—Mucho más que de costumbre. —le contesté riendo—No deberíamos levantarnos en algún momento. —le dije deslizando mi mano desde su rostro hacia su pecho.

No sé qué hora es, solo sé que me encuentro acostada en la cama con Christopher a mi lado mientras recorro con mi mano lentamente su pecho desnudo después de haber tenido un ardiente sexo matutino.

—No quiero dejar esta cama nunca. —susurró en mi oído mientras yo me reía.

—Vamos te voy a preparar el desayuno. — le dije mientras lo miraba a los ojos.

Sus ojos hoy más grises que de costumbre me miraban muy risueños. Me acerqué a sus labios y tras darle un beso me levanté de la cama cogiendo lo primero que encontré y dirigiéndome al baño.

Ya en el baño me miré al espejo. Tengo los labios ligeramente hinchados, las mejillas sonrosadas y el pelo totalmente revuelto. Tengo el clásico aspecto de acabada de follar. Pero tengo una radiante sonrisa en el rostro. Me di una rápida ducha y me puse la camisa blanca de Christopher que he cogido en la habitación. Salí del baño y detuve frente a la cama donde se encontraba Christopher acostado con las manos detrás de la cabeza muy sonriente. Le sonreí de vuelta y salí de su habitación rumbo a la cocina para preparar el desayuno. Antes de llegar a la cocina busqué mi celular y me asombré al ver que eran casi las 11:00 am. No tengo ninguna llamada perdida solo un mensaje de Lizzy.

"Estoy ansiosa por saber cómo te fue todo".

Si ella supiera, pero no se lo pienso a contar por teléfono. Así que le envié una rápida respuesta.

"No tienes idea, te veo en la tarde".

Y me dirigí a la cocina a preparar el desayuno.

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