𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝟏
𝑡𝘩𝑒 𝑛𝑒𝑤 𝑛𝑒𝑖𝑔𝘩𝑏𝑜𝑟
||Season 1 - Episode 1||
Julianna se despertó al sentir que alguien lanzó una almohada a su cara. Gruñó mientras se escondía debajo de las sábanas causando que tiren de ellas y, nuevamente, hagan de las suyas.
-Levántate, Jules. Tienes que ayudarme a sacar la basura- Johnny, su padre, objetó mientras lanzaba las sábanas al otro lado de la habitación.
-Tienes dos manos. Se un hombre y hazlo tú- gimió a través de la almohada, que se encontraba en su cara.
A pesar de las bromas pesadas y alguna que otra respuesta negativa, Julianna tenía una gran relación con su padre. Excepto cuando Johnny frustraba su hora del sueño despertandola más temprano de lo usual. Estaría de mal humor.
-No me hagas tirar el contenido sobre ti- Johnny amenazó en forma de burla al tiempo que buscó una bolsa de basura y comenzó a abrirla haciendo demasiado ruido.
Al escuchar el ruido del plástico, Julianna saltó de la cama:
-¡Ya me levante! Dame eso- chilló mientras se sentaba en el borde de la cama, deslizando las vans por sus pies.
Johnny rió y le alcanzó una de las bolsas.
Ambos salieron del departamento y se dirigieron a los contenedores de basura, que se encontraban en el estacionamiento del complejo.
Una voz, proveniente de sus espaldas, llamó su atención:
-Hola! Soy Miguel, mi familia y yo acabamos de mudarnos al 109.
Julianna dio media vuelta, sonriéndole al chico mientras su padre gemía exasperado.
-¡Genial! Más inmigrantes- Julianna rápidamente piso el pie de su padre, dejándolo adolorido, gracias a sus palabras.
-De hecho, somos de Riverside. Pero me preguntaba si tenían problemas con la presión del agua, porque nuestro fregadero se encuentra algo raro y...-
-¡Papá! Las botellas van en el azul- Julianna chilló, y junto con Miguel trataron de detener que las latas cayeran pero ya era tarde.
-Escucha, my friend, he vivido en este agujero de mierda tanto como ella- Johnny señaló a su hija antes de continuar -Las tuberías no funcionan. La fuente está llena de orina. Lo único bueno de esto es que no tengo que hablar con nadie que no viva conmigo. Así que, un placer conocerte, Menudo- se giró hacia Julianna -Me voy a trabajar- Ella sonrió como respuesta mientras él caminaba hacia su auto.
-Okey, bueno... que tengas un buen día... supongo- Dijo Miguel mientras Johnny se alejaba.
Cuando estuvo lo suficientemente lejos, Julianna se giró, nuevamente, hacia Miguel:
- Lo siento por él. No le agradan las personas. Soy Julianna, pero todos me dicen Jules.. en realidad, no todos. Realmente no conozco a muchas personas... Bueno, ya sabes, conozco gente, pero ellos no me conocen. Soy una especie de don nadie en la escuela... sólo tengo como... tres amigos. Y estoy divagando. Lo siento.
Miguel solo rió: -Esta bien, Jules. Por cierto, bonito pijama.
Julianna sonrió por el hecho de que usará su apodo antes de bajar la mirada hacia sus pantalones de Spiderman.
-Oh, si. Spidey es mi superhéroe favorito después de Scarlet Witch.
Miguel frunció los labios mientras asentía con la cabeza.
-Pues entonces, tienes muy buen gusto en superhéroes.
Ambos rieron. Julianna llevó la mano a su boca para cubrirla mientras negaba con la cabeza:-Bueno, tengo que volver a entrar y trabajar en algunas cosas ¿Nos vemos luego?- Miguel asintió y Julianna le dio una sonrisa antes de entrar a su casa.
Una vez en su habitación, cerró rápidamente la puerta y la miró durante unos segundos antes de correr a saltar a su cama, que se encontraba en la pared de la esquina del cuarto.
Abrió su ordenador y luego youtube, tecleando lo mismo de siempre, cada vez que su padre se iba al trabajo.
All Valley Karate Tournament 1984.
Julianna creció viendo las peleas de su padre, pero él siempre se negó a que viera el vídeo de 1984 que actualmente se reproducía en la pantalla de su ordenador.
Desde pequeña, Julianna sentía el mismo amor por el karate que su padre. Le rogaba y pedía que le enseñara, pero él sólo le mostraba unos pocos movimientos, logrando que ella tuviera que aprender por su cuenta a través de los vídeos de los torneos que encontraba en youtube.
Julianna solía practicar durante horas y horas. Patadas, golpes, puñetazos, todo, hasta que su padre volvía a casa, y tocaba la bocina desde el lugar donde aparcaba el coche para llevarla a comer. Justo como en ese momento.
•••
-¿Quieres algo?- preguntó Johnny mientras aparcaba delante del minimercado, Julianna negó.
-Estoy bien. Me quedo en el coche.
Julianna hizo scrolled por Instagram hasta que escuchó un auto aparcar a unos metros de ella. -¡Mierda!- Maldijo al ver de quién era el auto. Se deslizó hacia abajo por el asiento para pasar desapercibida al momento que Kyler y sus matones salieron del coche, y mantuvo la ventanilla baja -sólo un poco- para poder escuchar su conversación.
-Oye, Brucks, trae la cerveza ligera esta vez. Debo bajar de peso para competir.
Julianna observó cómo pasaron junto a su padre y como uno de ellos le echó humo en la cara. Su padre frunció el ceño ante los chicos y luego se sentó en la acera, mordiendo un poco de la pizza que traía en mano.
-¡Acaba y vete!- Le gritó una indigente a su padre. Julianna, al oírla, se mordió el labio al instante para contener una carcajada.
-¿Perdón?- preguntó Johnny.
-Este es mi mercado. No buscarás dinero en mi mercado.
-No busco dinero. No soy un indigente. Ese es mi coche. Esa es mi hija- Se defendió su padre y Julianna finalmente dejó escapar la carcajada.
-¿Qué diablos haces? ¿Por qué me delatas?- Gritó alguien desde el interior del mercado provocando que Julianna se congele mientras Miguel salía corriendo, junto a Kyler quien lo empujaba.
-Mira amigo, yo...-
-Creía que estábamos en la universidad, idiota- Gritó Kyler interrumpiendo a Miguel al tiempo que Julianna se recomponia en su asiento.
-No sabía que estaban intentando comprar cerveza ¡Lo siento!- Gritó Miguel, Kyler lo empujó hacia los arbustos y cayó al suelo.
Julianna salió del auto inmediatamente.
-¿Qué tenemos aquí? Pepto- Cantó uno de los chicos -¡Alguien tiene diarrea!
-Hey! Deberíamos llamarlo Rhea!- Todas las voces gritaron al mismo tiempo, una sobre la otra.
Jules se dirigió a los chicos con rapidez.
-Vamos, tío, es para mi abuela- Miguel suspiró.
-Oh, ¿para tu abuela?
-¡Déjalo en paz!- Gritó Julianna, empujando a los chicos para ponerse entre Miguel y Kyler.
-Aww, Rhea tiene una amiga ¿Cómo era tu nombre? ¿Nadie?¿Jenna?
-Es Julianna, idiota- Refunfuñó poniéndose a centimetros de la cara de Kyler y viendo a su padre observando la escena cuidadosamente por el rabillo del ojo.
-Oh. Oh, Julianna. Bueno, ya que Rhea es tu amigo...- Kyler nunca terminó su frase, en su lugar, vertió el Pepto Bismol en las cabezas de Julianna y Miguel, lanzando la botella vacía a ella -Perra.
-¡Eh!¡Oigan!- Julianna levantó la mirada, limpiándose el Pepto Bismol de los ojos al instante en que su padre se levantó, más enfadado de lo que nunca lo había visto.
-¿Ven a este tipo? Cenando fuera del mercado como un vago- Comentó uno de los chicos.
Julianna comenzó a retroceder cuando Kyler giró para mirarla.
-Oh, espera. Este vago es el padre de Jenna.
-Eso explica por qué no tiene amigos- Se entrometió otro chico.
-Confía en mí, estás molestando al tipo equivocado ¿De acuerdo?- Dijo Johnny acercándose a Kyler.
-¿En serio?
-Sí, en serio.
-¡Fuera de aquí, perdedor!- Le gritó Kyler a Lawrence, empujándolo hacia atrás.
-¡Hey!- Julianna gritó corriendo hacia Kyler. En un rápido movimiento, lo hizo girar y le dio un puñetazo en la cara.
Kyler se tocó la nariz antes de mirar sus dedos con algo de sangre. Atino a reírse, empujando a Julianna a los brazos de uno de sus amigos, el chico se aferró rápidamente a ella y colocó su brazo alrededor del cuello, estrangulandola.
Johnny rápidamente le dio una patada a Kyler en la cara, provocando que los adolescentes fueran contra él mientras Miguel observaba como les daba una paliza a cada uno de ellos.
-¿Eso es todo lo que tienen, señoritas?- preguntó Johnny antes de volverse hacia el tipo que sostenía a Julianna mientras ella le arañaba el brazo para que la soltara.
Kyler se levantó de un salto y corrió hacia Johnny mientras Julianna trataba de zafarse de las garras del chico, pero éste era demasiado fuerte.
Johnny finalmente se deshizo de Kyler y se dirigió hacia el tipo que estaba asfixiando a su hija. Inmediatamente la soltó, levantando las manos hacia arriba en forma de rendición, pero fue en vano ya que Johnny se apresuró a sujetarlo mientras Julianna caía al suelo, tosiendo para que el aire pudiera llegar finalmente a sus pulmones.
Las sirenas de la policía empezaron a escucharse cada vez más cerca.
-¡Papá! ¡Suéltalo!- Julianna le gritó, provocando que su garganta se irrite, mientras los oficiales aparcaban y corrían fuera del auto hacia su padre.
-¡Oye! ¡Deja a los niños!- gritó uno de los oficiales mientras rociaba gas pimienta a Johnny.
-¡Ey! ¡No es su culpa!- Ambos adolescentes chillaron y corrieron hacia los oficiales, pero éstos los ignoraron dejando a Johnny inconsciente.
-¡Sólo nos estaba protegiendo! ¡Me estaba protegiendo!- gritó Julianna y el oficial finalmente se dio vuelta para enfrentarse a los dos.
-Señorita, ¿es este su padre?- Julianna asintió -Lo llevaremos a la comisaría. Tendrá que venir con nosotros- El hombre trató de agarrar el brazo de Julianna, pero ella lo movió fuera de su alcance.
-¡No! Mi madre... mi madre está en casa- dijo Julianna. Tenía en cuenta que acababa de mentir a la policía y que eso era malo, pero no quería ir a la comisaría.
El oficial la miró por un segundo antes de asentir y girarse hacia Miguel.
-Asegúrate que llegue a casa- Miguel asintió y empezó a caminar con Julianna, quien miró una vez más hacia atrás al tiempo que los oficiales metían a su padre, inconsciente, en el patrullero.
-¿Qué eran esos movimientos que hacía tu padre? ¿Es algo como el Tae-Kwon-Do o algo así?- preguntó Díaz, mirando de un lado a otro la acera para no tropezar.
-Karate. Solía ser el Dios del karate en su juventud.
-¿Te enseñó algunos movimientos? ¿Por eso le diste un puñetazo a ese tipo?- Miguel hizo otra pregunta, Julianna se encogió de hombros mirando a sus pies.
-Me enseñó lo básico. El resto lo aprendí de Youtube, pero sería más fácil si él me enseñara los movimientos.
-Deberías intentar que abra su propia escuela de karate. Para que no vuelva a pasar lo de hace unos minutos- Miguel dijo, manteniendo toda su atención en Julianna.
-Dojo- Rápidamente corrigió y Miguel asintió con la cabeza.
-Dojo. Cierto- Miguel repitió moviendo la cabeza, haciendo reír a Julianna.
-He intentado, pero escucha.
Prestaron atención a su alrededor encontrando que ya estaban de pie junto a la puerta de Julianna, habiendo llegado al complejo de apartamentos.
-Te veré después- se despidió Julianna abriendo su puerta, mientras Miguel murmuraba un adiós.
Julianna se dirigió a su habitación, cerrando la puerta con cerrojo, sabiendo que su abuelo Sid aparecería. Considerando que era el único que podía pagar la fianza de su padre, y no quería hablar con él.
Se tumbó en la cama mientras sus ojos miraban el marco de fotos colocado en su mesita de noche.
Una foto de ella y su hermano gemelo, Robby.
Cuando nacieron, su madre sólo quería un niño, así que cuando se enteró de que iba a tener mellizos, y de que uno de ellos era una niña, no se emocionó. Después de dar a luz, se quedó con Robby y dejó a Julianna en la puerta de Johnny, ya que él no estuvo presente durante el embarazo.
A pesar de que se criaron en casas distintas, Julianna y Robby eran muy unidos. Todos los viernes, desde los 5 a los 9 años, se llamaban y contaban su semana en la escuela, pero dejaron de hacerlo cuando llegaron a los dos dígitos de edad.
No volvieron a hablar hasta su 15º cumpleaños, cuando Julianna recibió un mensaje de su hermano deseándole un feliz cumpleaños.
Después de eso, no hablaron tanto como deberían, pero se siguen en las redes sociales para saber cómo se encuentran.
•••
El día siguiente, Julianna se pasó encerrada en su habitación, poniendo música a todo volumen para no tener que oír a su padre y a su abuelo discutir.
Sin embargo, cuando supo que Sid se había ido, salió sigilosamente de su habitación y se dirigió a la sala principal, donde su padre estaba viendo televisión y bebiendo una cerveza.
Se puso delante de la televisión, bloqueando con su figura la película que Johnny estaba disfrutando.
-¡Ah! Vamos, Jules. Quítate de en medio.
-¿Hablaste con Miguel?- Preguntó Julianna y su padre suspiro, dando un trago a su cerveza.
-¿Sobre lo de abrir un dojo? Sí. Lo he oído todo.
-Deberías hacerlo.
-No puedo tener un dojo con un solo alumno- Johnny atacó y Julianna sonrió inmediatamente
-En realidad, dos.
Su padre la miró antes de soltar una risa y tomar otro sorbo de cerveza
-Vamos, papá. ¿Por favor, por favor, por favor?- Suplicó como una niña pequeña, haciendo que su padre gruñera antes de mirar su lata de cerveza.
Miró de un lado a otro entre su hija y la cerveza antes de levantarse. La sonrisa de Julianna creció el doble, hasta que él habló:
-Necesito más cerveza
Y con eso, salió de la casa y la sonrisa de Julianna cayó.
•••
La mañana siguiente, Julianna se sentó en la fuente -que se encontraba medio del complejo-, dibujando a sí misma con un gi de karate, haciendo una patada de volteo cuando sintió que alguien le apretaba el hombro.
-Buen dibujo. Vamos. Levántate- Demandó su padre, caminando hacia Miguel. Julianna se levantó rápidamente siguiéndolo -¿Están seguros de que los dos están listos? Porque una vez que nos adentramos por este camino, no hay vuelta atrás.
Julianna asintió instantáneamente, y una gran sonrisa se apoderó de su rostro.
-¿Va a ser nuestro profesor de karate?- Preguntó Miguel.
Johnny negó rápidamente:
-No. Voy a ser su sensei.
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La traducción no es literal.
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