03.03 Chaos Rising Part two
—¿Qué es este lugar? —preguntó Bill, más para si mismo que a alguien en específico, después de todo, no había nadie a su alrededor.
Nadie ni nada.
Su primera idea fue que estaba encerrado en una habitación completamente blanca, algún truco despiadado que los alfas podrían haberle preparado ahora que sabían lo que él es en realidad.
Un momento de observación más tarde, Bill concluyó en que podría tratarse de un sueño, ya que las dimensiones del lugar se sentían incorrectas, no había paredes a sus costados, ni un techo sobre él.
Sabe que se encuentra de pie, pero al bajar la mirada no puede ver sobre que está parado, solo el color blanco que llena el resto del lugar.
—No hay nadie aquí... —murmuró Bill pensativo, pero solo tomaron esas palabras y una observación más exhaustiva del lugar para darse cuenta de que estaba equivocado.
Ya que sí había alguien allí.
—¿Un lobo?
—Hola William.
Bill se sobresaltó al escuchar esa voz, el lobo seguía parado a una buena distancia de él, y no había visto un solo movimiento de su parte, pero esa voz solo podía provenir de aquella criatura.
Inseguro, decidió acercarse hasta él, sus pasos calmados y su mirada alerta, aún con la sospecha de si era una trampa de los alfas o solo un lugar que su propia mente había creado.
—Creí que jamás llegarías aquí, ya me había cansado de hablarte en la oscuridad.
Si bien Bill sabe que es el lobo quién está hablando, aún sigue sin ver movimiento, está inmóvil, sentando en sus cuartos traseros y con ojos morados intensos siguiendo cada uno de sus pasos.
Cuando Bill logra llegar a su lado descubre no sin un poco de sorpresa que el lobo es ciertamente más grande que él, al menos dos metros más, de un gran pelaje marrón claro.
Con tan solo una mirada al gran lobo frente a él, Bill lo supo, al que está mirando es a su lobo interior, aquél que quiere matar a todos y tiene un pintoresco sarcasmo agresivo.
Quién le habló a León en su primera luna llena y decidió que sería una buena idea marcar a Stiles en la segunda.
—¿Somos un mismo ente? —preguntó Bill con precaución, decidiendo sentarse al lado del lobo.
Por alguna extraña razón no se sintió pequeño a su lado, incluso aunque claramente lo era.
El lobo bajó a su altura, acostándose justo a su costado para poder observar mejor a Bill con esos ojos brillantes e intensos.
—Soy parte de ti y siempre lo he sido. —dijo el lobo, pero no movió su hocico al hablar, fue en ese momento que Bill comprendió que su voz solo resonaba en su mente.
—¿Y por qué hasta ahora apareciste? ¿Por qué no antes, cuando papá murió por ejemplo? ¿O cuando mamá me dejó? —preguntó Bill, una mueca confundida en su rostro cruzándose de brazos—. ¿Por qué no apareciste en esos momentos en los que creí que jamás tendría a nadie a mi lado?
—Las heridas de nuestros alfas me despertaron, desde entonces he intentado contactarme contigo, pero me ignorabas. —aclaró el lobo, su voz era ronca y de alguna forma funcionaba como un calmante para Bill.
—¿Nuestros alfas? Solo hay un alfa y es Derek. —replicó Bill inseguro, sus manos moviéndose de manera ansiosa sobre sus muslos, sus ojos seguían estudiando con curiosidad el gran cuerpo del lobo a su lado.
—Los Hale. Derek y Peter. —corrigió el lobo.
—¿Qué? ¿Peter el podrido? —Bill arrugó la nariz con asco al decir ese mismo apodo, recordando al alfa despiadado que había mordido a su mejor amigo y que revivió de un día para el otro.
—Intente decírtelo. Aquél día en el vestuario, clavó sus garras en nuestro torso y fue la primera herida de un alfa, con la mordida del segundo finalmente pude despertar.
—¿Eso... no fue un sueño? ¿Peter si me había hecho daño...?
Bill llevó ambas manos a su rostro, no sentía dolor alguno, pero todos los recuerdos regresando rápidamente a su mente comenzaron a abrumarlo.
Todo lo que creyó que alguna vez había comprendido era ahora incorrecto.
—Nunca me escuchas. —se quejó el lobo, su voz resonando con una irritación casi divertida que hizo a Bill bufar.
—Lo siento, no sabía que tenía un lobo en mi interior literalmente hablándome. —se quejó Bill, finalmente decidiendo acercarse un poco más a la gran criatura a su lado—. Derek nunca me dijo que podría escucharte.
—Porque Derek no tiene un lobo interior, él es el lobo. Somos de especies completamente distintas, aún hay mucho que debemos descubrir.
Bill asintió pensativo a esas palabras, se encontraba entre confundido y fascinado por todo lo que estaba ocurriendo últimamente.
Sí, fueron secuestrados y torturados la mayor parte del tiempo, pero ahora Bill está seguro de que ya nunca más estará solo, ahora el lobo estará siempre a su lado.
No sabe que sucederá ahora que descubrió que es un delta, y que harán los alfas que también lo descubrieron, pero en un lugar tan tranquilo como ese, y teniendo al lobo a su lado lo único que pudo sentir Bill es calma.
—El demonio alfa no tiene buenas intenciones con nosotros. —dijo el lobo, Bill no se asustó al saber que podía leer sus pensamientos, después de todo, se suponía que era una parte más de él, aún no comprende exactamente cómo.
—Lo sé... Dijo que todos nosotros estaríamos muertos para la próxima luna llena... ¿Qué crees que signifique? Uhm... —Bill se detuvo un segundo, notando ahora que aún el lobo no le había dicho su nombre—. ¿Y cómo te llamas, de todos modos?
El lobo se mantuvo calmado al sentir una mano acariciando su pelaje con suavidad, casi de manera cuidadosa.
—Sé lo mismo que tú William, pero debemos descubrirlo pronto. —el lobo hizo una pausa, sus ojos morados casi parecieron divertidos cuando volteó la cabeza para buscar a Bill a su costado—. Tú debes darme un nombre.
—Oh, mierda. Soy terrible con los nombres.
—Lo sé. Aún recuerdo a Frambuesa.
—¡Oye, Frambuesa fue un gran nombre! —se quejó Bill, soltando una pequeña risa al recordar a su primer y último hámster, aquél que su padre le había conseguido cuando todavía era pequeño.
—Frambuesa no opinaba lo mismo.
—¿Podías hablar con él? Espera, ¿no dijiste que estabas dormido? ¿Cómo sabes de Frambuesa?
—Cuando tu duermes yo despierto, pero no tengo control de tu cuerpo, al menos no hasta la primera luna llena cuando Gerard nos disparó. —explicó el lobo, sacudiendo su gran cabeza hacia los lados como para intentar apartar el recuerdo.
—Entonces sí nos dispararon esa noche... ¿Fue cuando Stiles puso algo en el helado, verdad? —recordó Bill, extrañando un poco aquellos días en dónde vivía con Stiles y usaba su ropa.
—Stiles... Extrañamos a Stiles. —dijo el lobo con una tristeza amarga en su voz, sus orejas se inclinaron hacia abajo y su gran cuerpo rodeó a Bill de manera protectora.
Bill soltó un suspiro tembloroso, asintiendo y abrazándose al lomo del lobo.
—Extrañamos a Stiles. —repitió Bill, dejando caer su rostro sobre el suave pelaje de la gran criatura a su lado y pensando rápidamente en algún tema de conversación para no tener que mantenerse triste—. Entonces... ¿Limoncito está descartado?
—Ni siquiera lo pienses, William. —se quejó el lobo, su voz sonando en un reproche sarcástico que hizo reír un poco a Bill.
—Okay okay... ¿Qué tal Shadow? Siempre quise ponerle así a un perro. —admitió Bill pensativo, moviendo su rostro suavemente sobre el pelaje del lobo.
—Mientras seas consciente de que no seré tu perro, William, creo que Shadow estará bien.
—¿Y qué es lo que eres? —preguntó entonces Bill, levantándose un poco para observar mejor al lobo, ahora Shadow—. Sé que dijiste que mi lobo interior, pero ¿...solo eso?
—Solo sé lo que tu sabes. —dijo Shadow, repitiendo sus anteriores palabras—. Tengo mejores sentidos que tú y ahora que desperté seremos mejores hombres lobo, también puedo darte mi cuerpo cuando me des permiso.
—¿Qué...? ¿Tu cuerpo?
—Mi cuerpo físico, el que estás viendo ahora es tu transformación completa, pero para ser así debes dejar que yo tome el control absoluto, yo tomo las decisiones finales y tus palabras se vuelven solo una sugerencia que puedo o no tomar. —explicó Shadow, levantándose de su lugar acostado y comenzando a caminar por la habitación blanca—. Hasta entonces, yo permaneceré aquí y todas mis palabras serán solo sugerencias que tú puedes o no tomar.
—Uhm... Entiendo, creo. —murmuró Bill pensativo, recordando el momento en que Shadow descubrió que Isaac se encontraba allí con ellos—. Espera, y ¿Cómo hiciste para saber que Isaac se encontraba con nosotros?
—Los lazos de una manada son fuertes, los deltas no necesitan una manada, pero cuando la tienen mejoran todas nuestras habilidades. Tú estás enfocado solo en lo que tienes enfrente, pero al mismo tiempo yo puedo hacerme cargo de todo el resto, si ellos están cerca yo lo sabré.
—¿León estaba cerca de nosotros? —preguntó Bill rápidamente.
—Sí, nos estaba espectando justo en esos momentos desde los ojos de Ducalion, parece que el demonio alfa tiene planes con nuestro León. —aclaró Shadow, su rostro inexpresivo por unos segundos pareció verse preocupado.
—¿Qué hay del resto, puedes sentir a Derek desde esta distancia?
—No, nuestras habilidades existen hasta un cierto rango de distancia. Pero puedo afirmar que se encuentra vivo, de no ser así, sentiríamos un dolor más allá de lo comprensible, al igual que cuándo Peter murió.
—¿Qué? Yo no sentí ningún dolor cuando Peter murió... —admitió Bill, observando con confusión a Shadow.
—Porque aún no estaba despierto, no nos habíamos conectado por completo. Yo estuve sufriendo demasiado tiempo su pérdida.
—Oh...
Bill guardó silencio, sin saber cómo sentirse respecto a todo lo que estaba descubriendo en esos momentos.
Saber que Peter sería parte permanente de su vida no fue un alivio en lo absoluto, Bill había tenido problemas con un alfa, Derek fue más que suficiente para él y ahora debería lidiar con dos de ellos dándoles órdenes.
—Ser alfa es solo un título cuando se refieren a los deltas. Ellos no pueden darnos órdenes que nosotros debamos obedecer. —aclaró Shadow, sabiendo de sus preocupaciones.
—¿Qué? Pero si yo siempre cumplo las órdenes de Derek.
—Porque nos gusta cumplir, no porque estamos obligados a responder.
—¿Nos gusta cumplir órdenes? —repitió Bill ofendido, negando con la cabeza—. No es así.
—Si es así. William tu eres nuestra parte sumisa que decide obedecer. —replicó Shadow, logrando que Bill se sobresalte con sorpresa.
—¡No es cierto! —se quejó el rubio, llevándose ambas manos a su rostro para cubrirse el comienzo de un sonrojo—. Ya mejor cambiemos de tema.
—¿Querrás saber cada vez que sienta a alguien de nuestra manada cerca? —preguntó Shadow después de unos segundos de silencio.
—Sí. ¿Por qué?
—Porque Derek se está acercando rápidamente hasta nosotros.
—¿¡Qué!? ¿Cómo sabes? —Bill se levantó de la habitación blanca, mirando a todos sus costados intentando buscar a Derek.
—Estamos inconscientes William, no aparecerá aquí, sino que afuera. Espera, le avisaré a León que nos despierte.
—¿A León? ¿Y cómo harás es-
—¡Billy, oye Billy! Por favor Billy, despierta. —una voz lejana, llamándolo en un tono de voz desesperado finalmente logró despertar a Bill.
—¿León? —llamó Bill, sentándose en su lugar contra la pared y observando a su amigo que lo miraba con una expresión aterrada.
—Me estabas pidiendo entre sueños que te despierte, ¿estás bien? ¿Qué está pasando contigo? —preguntó León, llevando ambas manos al rostro de Bill, intentando medir su temperatura, pero era inútil y ambos lo sabían, los lobos no se enfermaban.
—Nada, no es nada, estoy bien amigo. Solo... Creo que tengo que presentarte a alguien. —Bill miró primero a León y después buscó con la mirada a Cora y Boyd, que estaban en el mismo lugar que siempre, mirándolos en silencio.
—León nos explicó todo. Eres un delta. —avisó Boyd cuando ambos conectaron miradas, Bill asintió rápidamente.
—Quién estaba llamando a León para que despiertes era tu lobo interior, ¿verdad? —preguntó Cora, sus ojos marrones brillaban con una curiosidad entusiasta que contrarrestaban con los moretones morados en su rostro, que seguían curándose.
—¿Los alfas vinieron aquí? —preguntó Bill, acercándose un poco a Cora para verla mejor en la oscuridad y volteándose rápidamente para estudiar a León, asegurándose de que él no esté herido.
—Ayer, llevas un tiempo largo dormido. —le respondió León suavemente, extendiendo su mano para que Bill vuelva a acercarse a él.
Aún hacía frío por más que afuera sea verano, así que Bill gateó rápidamente hasta donde estaba su mejor amigo, abrazándolo para darle el calor corporal que León necesitaba.
Los lobos no sufrían tanto de frío, al menos no Bill que tenía a Shadow de respaldo, pero León no tenía las mismas habilidades que ellos y cuando era de noche lo único que podían escuchar eran los dientes de León chocando por los temblores de su propio cuerpo ante la falta de calor.
Bill rodeó la cintura de León y dejó que su amigo apoye su rostro sobre su cuello, ambos coordinando sus respiraciones.
—Su nombre es Shadow, mi lobo. —comentó Bill después de un momento, una vez que se aseguró de que León esté cálido entre sus brazos—. Me dijo que Derek se está acercando.
—¿Derek? —preguntó Cora confundida, poniéndose de pie e intentando localizar el aroma de su hermano, pero rindiéndose después de unos minutos—. Ni siquiera recuerdo cómo es su aroma.
—Aroma a amargado. —bromeó León entre los brazos de Bill, ambos riendo divertidos.
—Diría que ese es el aroma característico de los Hale. —siguió Bill la broma de su amigo, observando como Cora rodaba los ojos.
—Pero, ¿en serio Derek está cerca? —intentó asegurarse Cora, mirando primero a Bill, después a León y por último a Boyd.
—Dije que está acercándose, no sé que tan cerca. —admitió Bill, encogiéndose de hombros, él por su cuenta todavía era incapaz de sentir el aroma de Derek, pero sabe que Shadow no mentiría acerca de algo así.
—Yo no puedo sentir aromas, esa habilidad es circunstancial para mí. —dijo León, escondiéndose sobre el cuerpo de Bill en una expresión culpable que Cora descartó rápidamente.
—Yo aún no lo siento cerca. —Boyd concluyó después de unos minutos en silencio, pero de pronto un fuerte ruido en el costado de la bóveda, contra una de las paredes, los detuvo—. Espera... Creo que ahora sí puedo sentirlo.
—¡Apártense de la pared! —les gritó León a Cora y Boyd, alejándose él mismo de Bill y poniéndose de pie—. Vamos Billy.
El moreno le extendió ambas manos para ayudar a Bill a ponerse de pie, León tuvo que levantar un poco la vista una vez que Bill estuvo parado.
—Woah, Derek se va a sorprender de lo que creciste. —comentó León con una media sonrisa que Bill le devolvió al instante, pero de pronto dejaron atrás aquél momento para alejarse de la pared que estaba siendo fuertemente golpeada.
Los cuatro se cubrieron contra la pared cercana a la puerta, fue en ese momento que Bill notó algo sobre el suelo, en los bordes contra el piso, algo que antes no había estado allí.
—Oye Li, ¿eso es...? —comenzó a preguntar Bill, pero sus palabras se detuvieron cuando la pared terminó de quebrarse y por ella entró rápidamente Derek.
—¡¿Bill?! —gritó Derek—. ¡¿Boyd, León?!
Los cuatro se cubrieron los ojos rápidamente al sentir la deslumbrante luz de la luna contra ellos, del gran agujero que Derek había abierto en la pared.
Pronto todos los sentidos de Bill comenzaron a mejorar, a la par que su respiración se volvió más rápida, afuera debía ser luna llena, ya que sentía sus garras saliendo sin control y sus ojos brillando de color morado.
¿Quieres que me haga cargo, William? preguntó Shadow, en lo profundo de su mente, pero Bill simplemente negó con la cabeza, mirando a sus costados para asegurarse de que su manada se encuentre en un mejor estado, pero no era así.
Boyd estaba respirando agitadamente, sus manos apretadas en puños al sentir a Derek acercarse a ellos.
Bill buscó a Derek con la mirada, había una pequeña pared que los detenía de mirarse fijamente pero lo podía sentir cerca, al igual que a Scott McCall, que habría venido a acompañarlo.
Un teléfono sonó en la distancia y Bill no tenía pensado prestarle atención, hasta que escuchó ese nombre escaparse de los labios de McCall.
—Hola Stiles, oye este no es el mejor momento... —comenzó a decir Scott, pero fue interrumpido por Stiles del otro lado gritando.
—¡Scott! No, escúchame, ¿sí? Mira deben salir de ahí ahora. Las paredes de la bóveda fueron echas de un mineral llamado piedra de luna, que refleja la luz de la luna.
Es nuestro Stiles. Dijo Shadow rápidamente, y Bill siente como da un paso más cercano a ellos, incluso aunque no tuvo intenciones de moverse.
—¿Eso que significa? —preguntó Scott, confundido.
Esta vez fue Bill quién se acercó más a ellos, rodeando la pared y siendo el primero que se enfrentaba a Derek, que lo observó con una expresión aliviada en el rostro.
—Hey, Bill... Billy, ven aquí. —llamó Derek, extendiendo una de sus manos—. Ya nos vamos, vinimos a sacarlos, ¿de acuerdo?
Pero la mirada de Bill estaba fija en Scott, esperando la respuesta de Stiles del otro lado de la llamada, sus ojos morados brillando en la oscuridad ahora alumbrada por la luna que se adentraba de la pared.
—Mantiene la luz de la luna afuera y no han sentido la luna llena en meses. —explicó rápidamente Stiles.
Espera, no te acerques. Ordenó Shadow, y aún cuando Bill no tenía que acatar a sus ordenes, lo hizo.
—Piensa en los gladiadores del coliseo romano, dejaban en ayuno a los leones tres días para que fueran mas agresivos, con menos control. Ducalion ha evitado que cambien durante tres lunas llenas, disminuyó su tolerancia a la luna. —esta vez fue Peter Hale quién habló del otro lado de la llamada, Bill no pudo evitar la pequeña mueca de asco en su rostro.
—Scott, ellos van a ser mas fuertes.
—Más salvajes, más sanguinarios. Scott ellos son los leones hambrientos y ¡ustedes acaban de entrar al coliseo! —concluyó Peter en un grito final.
Debemos irnos, podríamos herir a la manada si nos quedamos. Concluyó Shadow, su voz no fue un grito pero si que sonaba alerta, tal vez un poco asustado.
¿Cómo podemos irnos de aquí?
Déjame tomar el control, nos llevaré lejos.
Shadow... No creo que sea una buena idea...
¡Solo hazlo! ¡No le haremos daño a nuestro alfa! ¡Ese es el plan de Ducalion, William!
Oh... El plan de Ducalion... ¿Él quiere que matemos a nuestro alfa?
Y así unirnos a su manada de alfas, ese fue el plan todo el tiempo, William... Tienes que decir que sí.
—¡Está bien, sí! —gritó Bill, observando la mirada de confusión que Derek le dedicó, los ojos de Scott también posándose en él—. Hazte cargo, Shadow.
Y con esa última afirmación, Shadow tomó control total de su cuerpo, transformando a Bill en la letal bestia, en el gran lobo delta que ambos eran.
HOLAA! Actualización sorpresa, lo sé, ¿extrañaban este fic tanto como yo?
Quería que sepan que a partir de la semana que viene habrá más capítulos ya que tengo unas pequeñas vacaciones de los estudios.
Recuerden que en mi canal de wsp estaré también más activa y hablando sobre Billy y su especial de Halloween así que también asegurense de estar allí para que podamos interactuar ♡♡
¿Qué les pareció este capítulo, dudas, sugerencias, comentarios? No, no me fumé nada para escribir a Shadow, siguiente pregunta.
¡Si les gustó no se olviden de votar y comentar!
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