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03.01 Tattoo

Este verano se sentía diferente, especialmente porque Bill y León no se encontraban recorriendo los bosques de Beacon Hills colocando cámaras secretas, pero decir que Bill sabía en donde se encontraban era también una absurda mentira, él ya no tenía idea de nada, ninguno de ellos la tenía.

No saben cuánto tiempo ha pasado.

No saben si esa noche serán alimentados.

No saben si pronto sacarán el cuerpo de Erica lejos.

No saben nada.

Y Bill está asustado, como hace mucho tiempo no lo estaba, atrayendo y abrazando esa emoción cerca de él, asegurándose de aún poder sentir algo, lo que sea y aquello termino siendo un abrumador y aterrador miedo.

Pánico en su máxima expresión, aquél que lo mantenía paralizado contra una esquina, temblando en su lugar, con sus ojos apenas entreabiertos para observar los estados similares del resto de su manada, de la que aún quedaba en pie.

Bill tenía miedo.

Miedo de no poder escapar de allí nunca.

Miedo de no poder volver a ver a Derek jamás.

Miedo de que todos terminen como Erica.

Miedo de no volver a ver a Stiles...

¿Podrías callarte ya? Tu impaciencia está desquiciándome.

—¿Quién eres? —preguntó Bill débilmente, sin tener la fortaleza de sobresaltarse, incluso aunque aquella voz en su mente se sentía tan extraña y desconocida.

Un acento extraño y casi escandinavo se escuchó de entre la profundidad de su mente, y por más que Bill se encontraba alerta no se sintió realmente como una amenaza.

—¿Billy? —llamó León desde la otra esquina, su voz también era débil y su amigo no se encontraba en un estado mucho mejor que él—. ¿...Qué sucede?

—¿Tú no escuchaste eso? —le preguntó Bill lentamente, sus ojos ya acostumbrados a la oscuridad observaron a Boyd y Cora abrazados a la distancia ya que el mayor seguía llorando.

Últimamente lo único que hacían era temblar por lo frío del lugar y llorar por la perdida de Erica, nadie podría culpar a Boyd quién fue el más cercano a ella.

Los alfas eran despiadados, Bill no sabía cuánto tiempo les quedaban a ellos.

—Nadie dijo nada Billy... —susurró León de regreso, sorprendiendo un poco al rubio.

Ellos no pueden escucharme, solo tú puedes.

—¿Qué? ¿Y quién eres... cómo-? ¿Por qué escucho tu voz? —preguntó Bill, su voz haciéndose más alta, escuchando las réplicas de Boyd, pidiéndole que guarde silencio, pero a Bill no le pudo importar menos, no cuando esa voz grave y oscura se escuchaba cada vez mas clara.

Soy parte de tí, tendré el nombre que tú decidas y puedes escucharme porque finalmente mis cadenas se han destruido.

Esa voz, sonaba calmada y de alguna manera logró tranquilizar los fuertes temblores en las manos de Bill, como si hubiera alguna clase de entidad justo frente a él, que lo había abrazado y calmado, acunándolo con manos cálidas.

—Esto se siente tan extraño. No entiendo... —se quejó Bill, llevándose ambas manos a su propio rostro—. ¿De que cadenas estamos hablando?

Los alfas me despertaron pero tú me tenías atado con cadenas irrompibles en las profundidades de tu mente, era como vivir en el mismísimo Helheim.

—Li... ¿Qué es un Helheim? —preguntó Bill, arrastrándose hasta donde su mejor amigo se encontraba echo un ovillo.

El lugar era lo suficientemente grande como para que todos se encuentren en distintas esquinas, pero su necesidad de permanecer con la manada los mantenía a todos relativamente cerca.

—Uno de los nueve mundos en la mitología nórdica, el reino de los muertos. —le respondió León con suavidad, extendiendo sus brazos para atraer a Bill en un abrazo.

Afuera era verano, pero allí adentro se sentía como todo menos verano, como si hubiera un aire acondicionado puesto al máximo, modo nieve, para congelarle hasta las puntas de las orejas.

Bill se aferró al costado de León, dejando descansar su cabeza en el hombro de su amigo, frente a ellos Cora y Boyd se encontraban en una posición similar, ambos se habían quedado dormidos.

No sabe cuánto tiempo ha pasado desde que comenzó a hablar con la voz en su mente ya que las respuestas no eran instantáneas, pronto León también se había dormido y Bill sentía que debía seguirlo, pero la intriga siempre fue un poco más fuerte y lo mantuvo despierto.

—¿Cómo te liberaste de esas cadenas? —preguntó Bill después de un largo rato, asegurándose de mantener su voz baja para no despertar a León a su lado.

Tú me lo permitiste, en sueños te he estado hablando, logré convencerte de que me quieres cerca.

—¿Por qué te querría cer-

Pero antes de que Bill pueda responder su pregunta se escuchó un fuerte ruido desde afuera de la gran bóveda en donde se encontraban encerrados.

Los cuatro se sobresaltaron, todos poniéndose de pie al escuchar los fuertes ruidos, como la puerta era golpeada en un aviso de que sería abierta.

Boyd fue el primero en desviar la vista al rincón más alejado de la bóveda en donde se encontraba Erica, el labio inferior de Bill tembló al recordar como los alfas acabaron con ella, justo frente a ellos.

La puerta finalmente fue abierta, hasta entonces Bill no notó que instintivamente se había estado escondiendo detrás de León, su mano apretada firmemente contra la de su mejor amigo, en un hábito al que Stiles lo había acostumbrado.

Si tienes miedo solo toma mi mano.

—Descuiden, solo vengo aquí a darles comida. —llamó una voz con suavidad, a su lado León logró relajarse un poco, pero Bill no podía sentir esa misma tranquilidad.

—Tía... Por favor... Llévense a Erica, es demasiado. —suplicó León, apretando suavemente la mano de Bill entre la suya.

La druida de los alfas, Marin Morell, la tía de León, llegó hasta ellos colocando un solo plato en donde había apenas lo suficiente para alimentar a uno de ellos, aquella comida que deberían compartir entre todos.

—Lo siento Lion, sabes que yo solo sigo ordenes. —murmuró decepcionada la mujer, acercándose para intentar tocar a León, pero con su mano libre él la apartó de un fuerte manotazo.

Bill se encontraba aún mirándola con el ceño fruncido, preguntándose si tal vez podrían escaparse matándola.

Es una buena idea, puedes dejarlo todo en mis manos, nos aseguraré de sacarnos de aquí.

—No. —susurró Bill, León volteó a verlo confundido pero el rubio solo negó con la cabeza.

—Por favor... Solo saca el cuerpo... Nosotros podemos olerlo peor que tú. —volvió a pedir una última vez León, pero esta vez sus palabras sonaban frías, carentes de todo sentimiento.

Bill no sabe como León podría sentirse por ser traicionado por su propia familia, después de todo él jamás sintió que tuvo una que pueda ser capaz de hacerle algo así, pero si el aroma de su mejor amigo podía afirmarle algo, León estaba realmente enojado.

—Está bien Morell, hagamos lo que tu sobrino nos pide, de todos modos él debe acompañarnos hoy. —una nueva voz se escuchó desde el marco de la gran puerta de la bóveda.

Los cuatro se tensaron al escuchar esa voz, el demonio alfa Ducalion, poco sabían de él ya que Derek jamás les había contado, pero a veces los alfas venían a burlarse de ellos, a contarles historias aterradoras acerca del demonio de alfas, del alfa entre alfas.

Justo allí frente a ellos, con una sonrisa arrogante y lentes de sol que cubrían sus ojos rojos.

—Bien, me llevaré el cuerpo entonces. —declaró Morell después de un momento, acercándose al rincón en donde Erica se encontraba.

Cora y León habían tenido que moverla hasta allí ya que Bill y Boyd seguían demasiado paralizados con la pérdida.

—Vamos Lion, tú vienes con nosotros. —repitió Ducalion, extendiendo su mano, una sonrisa divertida en su rostro.

—¡No! —gritó Bill, apretando aún más la mano de su mejor amigo y poniéndose frente a él.

No era la primera vez que se llevaban a León, pero siempre que regresaba se comportaba peor, más extraño, más silencioso, Bill había preguntado pero jamás recibía respuestas claras.

—Oh, ojos morados finalmente habló. —comentó Ducalion divertido, moviendo su mano extendida en un saludo hacia Bill.

El rubio se movió incómodo en su lugar, el ceño fruncido y su mano libre apretada en un fuerte puño, intentando no sentirse tan humillado por aquella afirmación.

Desde que estaban encerrados aquella fue la primera vez que Bill había hablado con los alfas.

Excepto con Ethan, quien fue el único que se mostró mínimamente amable con ellos desde que llegaron.

Los alfas no pasaban mucho tiempo allí, pero cuando lo hacían era para burlarse, golpearlos, en general ser crueles con ellos, manteniendolos asustados, enojados, vigilados.

Ethan era el único alfa que jamás golpeó a ninguno de la manada, pero decir que era un buen sujeto era una mentira.

Si es alfa es un asesino. Recordaba Bill cada vez.

—Bill, debo ir. —susurró León, intentando soltar su mano.

No podemos dejar que se lo lleven, dame el control William, los mataremos a todos y nos liberaré de aquí.

—No, no... —Bill negó con su cabeza, a la voz y a León, sin querer que ninguno haga nada, sin querer estar allí, se sentía tan frustrado, tan inútil.

—Lion, no volveré a pedirlo amablemente. —canturreó Ducalion, finalmente León logró soltarse del agarre de Bill, una mirada triste de su mejor amigo antes de que siga fuera de la bóveda a su tía, que sostenía con una fuerza implacable el cuerpo inerte de Erica.

Vamos podemos matarlos a todos, si realmente nos das la posibilidad podríamos ser invencibles, esos alfas no podrán contra nosotros, no contra lo que somos en realidad.

Bill se quedó inmóvil en su lugar, observando como Ducalion se quedó un momento más de lo necesario mirándolo con atención, logrando que el rubio lo mire con los ojos entrecerrados en sospecha, toda su postura sintiéndose demasiado tensa.

Finalmente la puerta de la bóveda se cerró y Bill se quedó mirando la oscuridad frente a él, impotente, aterrado, pero ahora también confundido.

—¿Por qué su amigo todavía no pudo contactarse con Derek? Creí que habían dicho que él tenía esa habilidad. —preguntó Cora después de un par de minutos mirando hacia la puerta.

Cora Hale, hermana menor de Derek.

Al llegar la encontraron allí, no saben cuánto tiempo estuvo sola encerrada, pero pronto ella había logrado conectar con Boyd y Erica, ahora nada más permaneciendo cerca de Boyd.

—Algo está bloqueando los poderes de León. —explicó Bill, encogiéndose de hombros.

Apenas él podía comenzar a comprender las más superficiales habilidades de su mejor amigo, León debía ser el beta con más potencial que conoce, pero de momento sin saber cuáles son sus debilidades no es de mucha utilidad.

No es que Bill sea útil en lo absoluto, las miradas extrañas que recibió al hablar con esa voz seguro estaban dándole ideas a sus compañeros de celda.

Tal vez creen que estoy loco.

¿Qué nos importa eso? No podemos matarnos porque son manada, pero vamos a herirlos así aprenden.

—No, no vamos a herir ni matar a nadie. —se quejó Bill, dejándose caer nuevamente al suelo y viendo como Cora y Boyd frente a él copiaban su movimiento.

—¿Realmente estás hablando con alguien? —preguntó Boyd con curiosidad, esa era la primera vez en mucho tiempo que el mayor había dicho algo así que Bill asintió a su pregunta al instante.

—Es extraño, siento como si estuviera al lado mío, pero al mismo tiempo solo en mi mente y... No lo sé. —admitió Bill, volviendo a encogerse de hombros.

Últimamente no sé nada.

Eso puede arreglarse, con violencia podríamos descubrir una o dos cosas.

—Es un poco agresivo. —murmuró Bill para si mismo, llevando ambas piernas a su pecho y abrazándose a ellas, dejando recargar su cabeza en sus rodillas.

—¿Tal vez es tu yo interior? ¿Una parte muy violenta que has estado intentando ocultar? —preguntó Cora con suavidad.

No era realmente un gran tema de conversación y Bill estaba casi seguro de que ninguno de los dos le creía, pero al menos podrían distraerse con algo y en las noches tan largas y oscuras a veces era un alivio poder decir hasta las palabras más estúpidas.

—O tal vez se le salió un tornillo con la golpiza de Aiden la otra vez. —intentó bromear Boyd, Bill bufó una risa, negando con la cabeza.

Aiden lo había molido a golpes hace un par de días cuando Bill rodó los ojos ante una anécdota que el alfa creyó divertida.

—No se siente como si fuera yo... Es como sí... —Bill se mordió el labio inferior pensativo, un hábito que había adquirido también de Stiles.

Oh, como extrañaba a Stiles.

Stiles seguro ni siquiera sabe que estoy aquí encerrado, le avisé que en el verano estaría entrenando con Derek y la manada.

Debemos encontrar a Stiles, debe saber que lo amamos.

Bill se ahogó con su propia saliva al escuchar eso, su rostro sonrojándose al instante al escuchar a la voz diciendo aquello.

—No seas idiota, no podemos decirle eso. —se quejó Bill, cubriendo su rostro con ambas manos.

Cora, que se encontraba con un semblante un poco más relajado y pensativo se sobresaltó, como si una idea hubiera llegado a ella rápidamente.

Ella se arrastró por el suelo hasta Bill y lo observó a los ojos, sus brillantes ojos marrones mirando e inspeccionando el de Bill.

—Huh, ¿Cora? —llamó Bill confundido, mirando como ella lo estudiaba de arriba a abajo.

Bill compartió una mirada confundida con Boyd pero el otro chico simplemente se encogió de hombros, igual de confundido que él.

—Billy... Esa voz que te habla... —comenzó Cora lentamente—. ¿Te está hablando en plural? ¿Te dice que ustedes deben y pueden?

Bill la miró con sorpresa, asintiendo con la cabeza.

—Tú sabes que es, ¿cierto? Es como si fuera... Como si... —intentó explicar Bill, su voz trabándose, entrecortada.

—Como si fuera tu lobo interior... —concluyó Cora, la incredulidad expresándose en sus ojos brillantes y sorprendidos.

—¡Sí, exacto! —exclamó Bill, asintiendo a las palabras de Cora, sintiendo que pronto un gran peso se desvanecía de sus hombros.

¿Esto está pasando?

¿Finalmente alguien podrá decirme que es lo que soy?

—Oh William Jecksen... Al parecer eres mucho más interesante de lo que había creído en un principio.

Esa no fue Cora.

Los tres voltearon a ver la puerta cerrada de la bóveda, del otro lado su voz se encontraba tan clara como si la puerta ni siquiera existiera.

Ducalion, él los había oído.

Y él sabe...

Fue entonces, que la puerta de la bóveda se abrió una vez más.

¡ESTAMOS DE REGRESOOO!

OMGGG, FINALMENTE SE VA SABER!!

¿Cómo andan después de tanto tiempo? ¿Qué les pareció este primer capítulo? ¿Dudas, sugerencias, comentarios?

¡Si veo que hay un buen apoyo las actualizaciones serán todos los días!

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