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02.11 Restraint


Era tarde en la noche pero allí se encontraban, frente al marco de una puerta que dejaba ver a Jackson Whittemore y su sonrisa sarcástica que prometía cosas malas.

Del otro lado de la sala se encontraba Noah Stilinski con una mirada de pocos amigos, Bill no logró prestar mucha atención a la conversación, distraído porque Stiles estaba sosteniendo su mano cuando tuvieron que salir corriendo del bosque en busca de Jackson.

Lo único que logró captar entre líneas fue orden de restricción y cincuenta metros alejados de Jackson pero en esos momentos a Bill no podría importarle menos, sí había alguien a quién quería tener alejado era precisamente a Jackson: el kanima asesino.

—¿Bill? —una voz conocida lo llamó desde atrás, y aún cuando no tenía intenciones de separarse de Stiles tuvo que hacerlo para mirar el rostro confundido se Alan Deaton y el papel que estaba sosteniendo en sus manos—. Veo que te pusieron una orden de restricción y como tutor... Honestamente me gustaría una explicación. ¿Secuestraron a Jackson?

—Ehmm... —Bill sonrió y tomó con cuidado del brazo de Deaton para alejarlo un poco de la puerta y que Jackson no pueda escuchar esa conversación, ni Noah tampoco—. Fue por una muy buena razón.

—¿Y esa es? —preguntó escéptico el mayor, en su expresión no dejaba entrever nada pero Bill sintió los latidos de su corazón tranquilos y constantes, lo cuál no solían significar problemas.

—El es el kanima.

—Lo sé.

Bill frunció el ceño confundido, observando cómo el hombre lo miraba con la misma expresión vacía, cómo si no hubiera nada que estuviera ocultando pero a la vez siendo él quién entre todos tendría los mayores y más oscuros secretos.

De tal palo tal astilla. Pensó Bill no sin un poco de ironía, sabiendo que llevaba ya un par de días sin ver a León después de esa noche que se despertó en su pesadilla, en donde le había dado importante información a Gerard acerca de los seres sobrenaturales.

—Claro, León te lo dijo. —dijo Bill, no sin decir el nombre de el chico con un poco de desprecio mal disimulado.

No quería guardarle rencor a su mejor amigo y lleva tiempo intentando comprenderlo, darle la oportunidad de que pueda explicarse, pero el tiempo seguía pasando y León no parecía tener ninguna intención de contarle a Bill todas las cosas que le ha ocultado.

¿Cómo controló al kanima?

¿Cuál es su poder?

¿Él ya lo habría descubierto y aún no me lo dijo?

¿Por qué tendría que ocultármelo?

—Si tienes preguntas que hacerle a León: pregúntaselas. Desconfías de él pero ciertamente no deberías hacerlo.

—¿Ciertamente? —repitió Bill con ironía, rodando los ojos sabiendo que esa conversación no llegaría a ningún lado.

Después de todo, estaba hablando con el padre de León quién siempre estaría de su lado y no del de Bill.

—Después de todo él es tu mejor amigo, ¿verdad? —la pregunta salió con curiosidad, no era una réplica o queja de que Bill estaba siendo un mal amigo, no.

En los ojos de Alan Deaton, al igual que en los de su propio hijo, Bill no podía ver maldad alguna, pero había algo allí oculto que él quería descubrir... Necesitaba hacerlo.

—Los mejores amigos no se ocultan cosas. —no pudo evitar mencionar Bill, sabiendo que aún cuándo había intentado dejarlo pasar, realmente le había herido que León no confíe en él lo suficiente cómo para decirle que estaba ocurriendo con él.

—Tal vez él tenga una razón. —dijo simplemente Deaton—. Dime una cosa Bill... ¿Ya has recordado todo lo que sucedió esa primera noche de luna llena?

—Sí, ya recordé todo. —asintió Bill, recordando cómo el último sueño le había traído de regreso todo lo que sucedió con Gerard, cómo esté le había disparado, cómo tuvo que darle la información acerca de todos sus compañeros y cómo volvió a la casa de Stiles después.

—¿Entonces ya recordaste que fue lo que le dijiste a León en danés?

Bill se congeló en su lugar, observando con confusión y un pequeño indicio de pánico al hombre frente a él.

—León no estuvo conmigo en la luna llena. —dijo Bill con cuidado, repasando su sueño y todo lo que aún seguía confundiéndose con lo que pasó en la realidad.

—Por supuesto que sí. León te vió en el bosque con sus cámaras y salió a buscarte. —fue esta vez el turno del hombre para darle una mirada interrogante e igual de confundida.

—¿Salió a buscarme? —repitió Bill.

Un mareo recorrió su cabeza tan fuerte que logró desestabilizarlo, había creído que ya recordaba todo de lo sucedido la noche de luna llena pero... ¿León? ¿Había estado allí con él y Bill le habló en Danés!

¡Ni siquiera sé danés!

Qué está pasando conmigo... ¿Por qué no logro recordar nada de todo eso?

Tampoco recuerdo esos dos días que pasé con los cazadores... ¿Cómo esos sucesos están conectados? El único que permaneció en ambos era Gerard pero... No existía un veneno tan poderoso que logre hacer que me olvide de todo o que no tenga control de mi mismo.

¿Por qué siento que me estoy perdiendo de algo muy importante aquí? Hay información que me falta, sé que León tal vez pueda tenerla pero él no me la dará directamente, muchas veces le he preguntado cómo se encontraba y siempre me mintió diciéndome que estaba bien.

León sigue mintiéndome y yo lo sigo dejando pasar pero... ¿Hasta cuándo va a durar esto? Creo que me merezco saber la verdad.

Pero eran solo pensamientos atormentándolo, su mente confundida seguía dándole vueltas al mismo tema y cuándo Deaton anuncio que se iría a su casa Bill no pudo hacer más que asentir, puesto que de todos modos ese día iría a cenar con los Stilinski y debían esperar a Noah.

Bill se quedó de pie, congelado en el pasillo, reviviendo las últimas semanas cómo si aquello pueda traerle todas las preguntas que le hacían falta, cómo si torturar a su mente reviviendo las torturas lograría ayudarlo en algo.

¿Estaba olvidado todo por el trauma que le habría causado? Su primer disparo... Y cuando lo estaban electrocutando... Tal vez mi propia mente no quiere que tenga que revivirlo cada vez pero por ello me estoy perdiendo información esencial.

No, no es el trauma. Es algo más, algo que aún no logro comprender qué pero siento tan cerca la respuesta que hasta estirando mi mano siento que podría alcanzarla.

Pero no es así, nada hay allí frente a él a lo que Bill pueda estirarse y alcanzar, las respuestas no están cerca de llegar y ya está todo demasiado oscuro cómo para intentar ir al bosque y salir en búsqueda de pistas como antes.

Tampoco saldría a buscar pistas en el bosque sin León, eso sería máxima traición y aún Bill tiene su última oportunidad de pedirle explicaciones a León.

Si él estuvo allí conmigo en la luna llena entonces... Algo le dije... Algo le dije y fue por eso que él se alejó, es la única razón que tiene sentido.

Aún así, no tiene más tiempo para pensar ya que justo en esos momentos llega caminando Stiles hasta él con pasos muy ruidosos y la cabeza gacha cómo si lo hubieran estado regañando por dos horas, lo cuál, era muy probable.

Después de lograr salir del bar gay sin más policías deteniendolos, a Stiles se le había ocurrido la increíble idea de robar un vehículo de la policía en donde encerraron a Jackson para mantenerlos a todos a salvo y a él mismo, por supuesto.

Hubo un momento muy incómodo para Stiles pero muy divertido para Bill, en dónde el rubio observó cómo Stiles le colocaba ropa a un muy desnudo Jackson.

¿Puedes dejar de reírte y ayudarme? —le había preguntado Stiles, pero solo había logrado que Bill se ría más fuerte ante la mueca de asco que hizo al terminar de subirle unos boxers a Jackson.

Neh, estoy bien. No te olvides de los pantalones. —dijo, arrojándole a Stiles en la cara un par de pantalones y escuchando como el castaño contenía la respiración con violencia.

—¿Stiles, todo bien? —preguntó Bill cuando el chico llegó hasta él, Stiles gruñó algo inentendible y se dejó caer contra la pared frente a Bill—. ¿Qué?

—Melissa dijo nada de Stiles.

—¿Qué? ¿Quién es Melissa? —preguntó Bill confundido, sentándose al lado de Stiles en el suelo, quién había colocado ambos codos en sus rodillas y se estaba sosteniendo el rostro con ambas manos.

—Mamá de Scott. Lo castigó. Dijo sin Stiles.

—Oh. —Bill se quedó en silencio, intentando ocultar su risa al escuchar la voz tan triste y decepcionada de Stiles.

Tan tierno.

—¿Qué dijiste? —preguntó Stiles, levantando la cabeza.

Bill cerró con fuerzas sus labios, sin poder creer que lo había dicho en voz alta—. Nada. ¿Ya nos vamos?

—Papá dijo que debía quedarse hasta tarde pero podemos ir a comprar la cena y venir a ver su avance en los casos. —sugirió Stiles, Bill asintió y pronto ambos se pusieron en marcha.

Tomó un minuto y medio lograr que Stiles se ponga de pie porqué seguía rezongando y refunfuñando "Sí claro, no Stiles, nada de Stiles, claro, por supuesto".

—¿Entonces papá está viendo el caso del kanima? —preguntó Bill con curiosidad, sintiéndose sonrojar un poco al llamarlo de aquella forma.

El día que León lo encontró y Bill se quedó en la casa de los Stilinski, el rubio sin querer le había dicho gracias papá después de que Noah le había contado la gran búsqueda que armó en la comisaría.

Se escapó de él sin control, sin querer, fue solo un pequeño error pero Bill terminó disculpándose cientos de veces y al final Noah le dijo que no tenía ningún problema y que podía seguir llamándolo así si quería.

Y realmente, a Bill le estaba gustando la idea de poder tener otra vez una buena figura paterna, incluso aunque sea justo el padre del chico de quién está enamorado.

Sí, yo también le digo padre pero eso no nos hace hermanos, fin de la discusión mental.

—¿Mhm? Oh, sí. Solo que ya sabes, sin saber todo lo sobrenatural, él cree que es solo un asesino y ya, aunque aún no se bien cuál es toda la información que él tiene, eso ya lo vamos a ver cuando regresemos. —le comentó Stiles, ambos iban caminando por las calles oscuras dispuestos a encontrar el restaurante de comidas para llevar más cercano.

Después de lo que Stiles dijo, ambos se quedaron en un cálido silencio que no necesitaban llenar con palabras para que ambos puedan estar cómodos.

Faltaban pocos días para la luna llena, sería el miércoles y Derek ya había comenzado a hablar de sus próximos planes y de cómo los retendría a los cuatro ya que esta vez la luna los volvería mucho más poderosos que antes, puesto a que era la última luna llena del invierno.

Y con ese pensamiento, a Bill se le ocurrió preguntar algo que por mucho tiempo había estado evitando hacer.

—¿Stiles? —el castaño hizo un ruido afirmativo de que lo estaba escuchando y Bill siguió—. ¿Si pasarás la próxima luna llena conmigo?

La mirada de Bill se mantenía centrada en el camino, pero en su vista panorámica logra ver cómo Stiles voltea a verlo y no puede evitar sonrojarse un poco al tener aquellos ojos en él.

—Sí, claro que sí. Y creo que ya me disculpé por lo de la última vez pero lo siento Billy, fue tu primera luna llena y no estuve allí. —se disculpó Stiles, acercando su mano a la de Bill y tomándola entre la suya con suavidad.

Esa era una de las maneras que, Bill descubrió, Stiles usaba para asegurarse si el rubio estaba o no molesto con él, si Bill lo soltaba Stiles sabría que había algo mal, así que Bill se aseguró de afirmar el agarre en sus manos, asintiendo y sonriendo levemente.

Hay muchas cosas más que desea decirle, pero de momento y si está vez Stiles cumple con su promesa, sería suficiente.

—¿Encontraste una nueva manera para que no te mate? —bromeó Bill, viendo a lo lejos una de las mejores tiendas de hamburguesas que había en Beacon Hills.

—Huh... Sí, algo se me ocurrió. —divagó Stiles, una sonrisa divertida en su rostro que Bill se permitió observar sin disimulo.

—¿Qué es? —preguntó Bill, tirando de la mano de Stiles con insistencia.

—Auch, hey, hey. Frágil humano aquí presente. —se quejó Stiles, apretando con todas sus fuerzas la mano de Bill, quién simplemente sonrió inocentemente cómo si no sintiera el dolor en lo absoluto.

Pero sí dolía, Stiles era bastante fuerte y logró sorprender un poco a Bill lo mucho que Stiles parecía querer ignorar todas y cualquiera sean sus fortalezas, ¿frágil y débil? ni tanto.

Siguió sonriendo, sabiendo que cómo hombre lobo fue más sencillo dejar de lado el dolor que sentía, su mano no fue herida en lo absoluto y pronto Stiles estuvo mirándolo apenado cómo si hubiera pateado un cachorro al medio de la ruta.

—¿Estás bien? —preguntó Stiles, tomando su mano con ambas de las suyas y acariciando el dorso de la mano de Bill.

El rubio intentó fingir un puchero por al menos un minuto y medio, pero al final terminó soltando una fuerte y divertida carcajada que logró que Stiles suelte un bufido y lo suelte.

—¡Cierto! Los hombres lobo no sienten dolor, ¿cómo pude olvidarlo? —se quejó Stiles, acercándose a la puerta del restaurante y volteando a ver a Bill—. Quédate aquí.

—Quiero ir contigo. —se quejó Bill, esta vez haciendo un puchero mucho más convincente porqué él sí quería ir con Stiles.

—No, siempre eliges las peores comidas, te quedas —cortó Stiles, desordenando el pelo de Bill con una de sus manos y entrando al lugar.

—Tú siempre eliges con verduras. —se quejó Bill, arrugando la nariz con asco al escuchar cómo efectivamente, ese era el menú que Stiles había pedido.

¿Hamburguesas vegetarianas? Oh eso no le gustará a Noah.

—¿Qué carajos es esto?

Noah Stilinski se detuvo con media hamburguesa aún en su boca, indeciso de sí debía o no tragarla.

Bill le dió un asentimiento solemne, mirando en su propio plato el mismo menú.

—Una hamburguesa vegetariana. —dijo Stiles, con esa bonita sonrisa de dientes brillantes, mientras seguía sacando los alimentos de la bolsa de papel.

Estaban los tres en la oficina tenuemente iluminada del sheriff, miles de papeles rodeaban la mesa y había un tablero lleno de anotaciones detrás de Noah que seguramente se trataban del caso del kanima.

—Stiles, pedí una hamburguesa común, con carne.  —dijo Noah, mirando el alimento que aún sostenía en sus manos, había tragado con dificultad lo que tenía en su boca.

Bill arrugó la nariz, observando su propia comida y empujándola con el tenedor cómo si estuviera tanteando un pescado con un palo.

Pescado... Hasta el pescado habría estado mejor que esto. Pensó Bill, moviendo su comida con el tenedor.

—Una vegetariana es mucho más saludable. Estamos comiendo sano. —dijo Stiles, finalmente dejando la bolsa de papel a un lado, con ya todos los alimentos sobre la mesa—. Deja de jugar con la comida Billy.

Bill le hizo burla en silencio pero finalmente dejó el tenedor sobre la mesa y tomó con ambas manos la hamburguesa, mirando cómo si fuera su mayor enemiga hasta el momento.

—No quiero comer sano. —replicó Bill, aún sin estar convencido.

—Solo come. —se quejó Stiles.

—¿Por qué quieres arruinar mi vida? —replicó esta vez Noah, había sacado una cajita que parecía contener papas fritas pero solo tenía más verdura cortada adentro.

—Estoy intentando alargarte la vida, ¿okay? ¿te lo puedes comer, por favor? —suplicó Stiles, con ojitos de cachorrito que se veían sumamente adorables y que logró hacer que Bill finalmente le de una mordida a su comida.

El arrepentimiento fue instantáneo.

Sus pupilas gustativas no estaban preparadas para esa clase de comidas y Bill se pregunta si puede escupir en algún lado, cuando intenta tragar se atora en su garganta y regresa a su boca con un sabor peor.

—Bill traga. —ordenó Stiles divertido, observando el rostro rojo del rubio a su lado, Bill seguía negando con la cabeza, haciendo arcadas internas que se veían dolorosas.

Al final Bill logró tragar pero comenzó a respirar agitadamente cómo si hubiera corrido una maratón de cincuenta kilómetros.

—Ten aquí. —Stiles sacó una nueva caja y cuando Bill la abrió observó con sorpresa que era una hamburguesa real, con carne—. En realidad, llegaste más lejos de lo que creía.

—Casi veía venir la comida a mí. —admitió Noah, frunciendo el ceño al notar lo que su hijo le había dado a Bill—. Espera, ¿él obtiene una hamburguesa real y yo no?

Soy un hombre lobo, mi vida no puede acortarse por la comida. Pensó Bill con diversión, casi queriendo sacarle la lengua al mayor al ver cómo lo miraba con recelo.

—Sí porque él aún tiene años de vida que puede acortar, tú no. —dijo Stiles en cambio, negando con la cabeza divertido—. ¡Oh! Y dinos que descubriste.

Noah lo miró con impaciencia durante unos segundos pero al final suspiró y siguió comiendo de su hamburguesa vegetariana, negando con la cabeza con decepción.

—No, no voy a compartir datos confidenciales de la policía con un par de adolescentes.

—¿Es eso que está en el tablero detrás de tí? —preguntó Bill, comiendo alegremente mientras aún observaba los lamentos del mayor.

—No, no miren eso.

Pronto, Stiles y Bill intentan moverse hacia los costados para observar mejor el tablero y más para molestar al hombre.

—Está bien... —dijo Stiles, asomándose por uno de los costados.

—Aparten la vista, ya basta.

—¡Está bien! Yo solo veo flechas apuntando a las fotos yy-

—Okay, detenganse, está bien. —fue una buena excusa para que el hombre abandone su comida, la arrojó sobre la mesa y con una servilleta se limpió las manos mientras los miraba con emoción contenida—. Entonces, descubrí algo. El mecánico y la pareja que asesinaron. Todos tienen algo en común.

—¿Los tres? —pregunto Stiles con sorpresa.

Bill se preguntó para sí mismo porqué aún no se habían puesto a indagar en quienes habían sido los muertos, tal vez desde allí podrían haber obtenido respuestas antes.

Miró con curiosidad a Noah y esperó a que el hombre siga hablando.

—Sí, los tres. Y ya sabes lo que yo digo siempre. Uno es un incidente, dos son coincidencia...

—Tres es un patrón. —terminó Stiles por su padre, la misma mirada emocionada reflejada en sus ojos, de una manera mucho más encantadora si le preguntaban a Bill.

—El mecánico, el marido y la mujer: todos de la misma edad. Todos, 24. —explicó Noah rápidamente, enseñándoles un papel que mostraba las edades de cada uno.

—Espera, espera. —Bill lo detuvo, dejando su comida sobre la mesa y tragando antes de hablar, mirando cómo en las paginas faltaba alguien—. ¿Y el papá de Isaac? No estaba ni cerca de los 24.

—Sí, pensé en ello. Eso es lo que me hizo pensar al principio que el asesinato de Lahey no tenía conexión o que las edades eran coincidencia, hasta que encontré esto. —de la mesa tomó una carpeta roja y se la entregó a Stiles, Bill se acercó a él para poder leer correctamente—. ¿Sabían que Isaac Lahey tenía un hermano mayor llamado Cameron?

Bill asintió, en una de las noches en las que Erica habló de su familia y hasta Bill contó un poco acerca de su madre, Isaac les había comentado que alguna vez tuvo un hermano.

—Muerto en combate. —leyó Stiles.

—Pero si estuviese vivo, ¿qué edad creen que tendría ahora? —preguntó Noah.

—Veinticuatro. —concluyó Bill con sorpresa, mirando con admiración a Noah.

Había cazadores ocultos en los bosques, y seres sobrenaturales vagando por entre las sombras, pero hasta ahora el que más cerca parecía de resolver el misterio era un simple humano, Bill no pudo estar sorprendido por mucho tiempo, después de todo el hombre era un Stilinski y de algún lado Stiles debió captar esa gran habilidad de observación.

Pero saber que los Stilinski eran buenos resolviendo misterios y presenciarlo de primera mano, bueno, eso eran cosas muy distintas.

—¿Y si esa misma edad significa que estuvieron en la misma clase? ¿Que opinas? —preguntó Stiles después de unos segundos, levantándose de la mesa para acercarse al tablero con las imágenes.

A Bill le quedaba media hamburguesa que se aseguró de dársela a Noah mientras Stiles estaba distraído, el mayor le guiñó el ojo y le dió una genuina sonrisa que Bill no pudo hacer más que corresponder.

—Sí. Puede ser... —dijo Noah con la boca llena, haciéndole señas a Bill para que distraiga a Stiles.

El rubio se acercó a observar también el tablero, recargando su cabeza sobre el brazo de Stiles y mirando las imágenes de todos los que habían muerto a manos del kanima.

—¿En la misma clase...? —repitió Bill, y pronto los dos voltearon a la mesa a observar cómo Noah ya se había puesto a buscar entre los anuarios.

Stiles se acercó primero hasta su padre, quién le entregó uno de los anuarios—. Bien está es. Clase del 2006. Todos fueron a Beacon Hills.

—Incluyendo al hermano de Isaac. —señaló Noah.

Bill se hizo a un lado, observando con curiosidad cómo los Stilinski se movían con agilidad, cómo si este fuera exactamente su lugar, leyendo las hojas con velocidad y encontrando en donde nadie más había pensado en buscar.

—Pero entonces, ¿qué pasa si se conocían? Dos de ellos estaban casados, a lo mejor salían juntos. —Stiles comentó al aire, aún con su rostro entre el anuario y las fechas.

Bill ni siquiera leía correctamente en público así que se mantuvo en su lugar, sentado en la silla y sin poder ocultar la admiración en sus ojos al observarlos a ambos.

—Podrían haber ido a las mismas clases... O podrían... —Noah se detuvo, observando un papel frente a él

—¿Qué? —preguntó Bill, asomándose al mismo tiempo que Stiles.

—Haber tenido el mismo profesor. —terminó Noah, señalando la imágen.

—Harris... ¿Estaban todos en su clase? —preguntó Stiles.

Bill recordó ese apellido como el profesor que se las había agarrado con Stiles, castigándolo porque Noah había estado interrogándolo con los sucesos de Kate Argent un tiempo antes.

—Los cuatro. No sé cómo encaja acá el señor Lahey, pero esto, chicos, esto es definitivamente un patrón. —dijo el mayor con emoción—. Está bien, pásame el anuario del 2006, necesitamos ponerles caras a estos nombres.

—¿A quiénes? —preguntó Stiles, pasándole el anuario que él ya había estado mirando momentos antes.

—A todos los de esa clase de química. Si el asesino no terminó...

—Uno de ellos es el siguiente. —concluyó Bill con sorpresa, sonriendo emocionado ante la ventaja que Noah les había dado.

Si sabemos quién sigue, si puedo captar su olor a tiempo... Tal vez no tendrá que morir, tal vez tenemos una oportunidad de salvar a los que quedan.

Un mensaje llega al teléfono de Bill y por unos segundos está muy dispuesto a ignorarlo pero no tiene ningún motivo para hacerlo, después de todo, ningún mensaje lo sacaría lejos de los Stilinski a esta hora.

Era León.

Bill si quieres saber toda la verdad, si estás listo para que yo te diga toda la verdad, espérame en veinte minutos en la primer cámara que colocamos.

Y con eso, Bill se puso de pie—. Debo irme.


¡BUENAS BUENAS!

¿Qué les pareció este capítulo? ¿Dudas,  sugerencias, comentarios? ¡Los leo!

¡YA VIENE LA TAN ESPERADA LUNA LLENA! Juju... Stiles has plans this time.

Para los que no estén en el canal, les quería comentar que al final he decidido cambiar un poco los sucesos, ya no me basaré al completo en la serie y está última parte de la segunda temporada tendrá sus modificaciones con la nueva trama de León y Bill y todo los misterios que fueron ocurriendo, dejando de lado los sucesos del kanima porqué ya me estaba agotando un poco lo mismo y lo mismo.

¡EN FIN!

Si les gustó no se olviden se votar y comentar y nos vemos el próximo lunes ♡⁠

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