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02.05 Abomination

—¿Un qué?

—Un bestiario.

—¿Cómo... una bestialidad? —preguntó Billy aún confundido.

—No, me refiero a un bestiario. —repitió Stiles por tercera vez.

—Papá dijo que allí estarían todas las criaturas sobrenaturales y los cazadores las tienen porque ya sabes... Nos quieren cazar. —explicó León del otro lado.

Los tres se encontraban en la habitación de Stiles preparándose para ir al juego de Lacrosse de esa noche.

Según lo que les contó Stiles, Gerard había llegado a la veterinaria para preguntarle detalles a Deaton de un asesinato, en donde el papá de León explico que tal vez lo único que esta criatura busca es matar.

—¿Bestiario? —preguntó una vez más Bill, aún tirado en la cama de Stiles mientras él y León seguían mirando algo en la computadora.

—Billy. —retó Stiles con cansancio, logrando una sonrisa traviesa por parte del rubio—. Está bien, me rindo. Aquí no hay nada, le avisaré a Allison que sí o sí tendremos que quitárselo a Gerard.

Stiles salió de la habitación para buscar su teléfono abajo y dejó a solas a León y Bill.

Todo este tiempo, el rubio había estado moviéndose inquieto por un sueño que había tenido esa noche, aún no se lo había contado a nadie pero sabía que León era la persona indicada para hablar de eso.

—¿Li? —llamó Bill, sentándose en la cama de Stiles y palmeando un costado a su lado para que su amigo se acerque a él—. ¿Recuerdas ese sueño de Peter que te conté la otra vez?

Pero antes de que León pueda volver Stiles llego corriendo a la habitación una vez más.

Bill le hizo a León una seña de que más tarde hablarían y su mejor amigo solo asintió.

—Se nos hace tarde, ya deberíamos ir. —fue lo primero que dijo Stiles, silbándoles como si fueran perros y haciéndoles una seña para que salgan.

Bill se movió de inmediato, saltando fuera de la cama y caminando hasta donde Stiles estaba, León solo rodó los ojos pero decidió ponerse de pie.

—Estoy yendo porque yo lo he decidido no porqué tú lo dijiste. —comenzó a decir León, observando la sonrisa triunfante de Stiles—. Que tengas dominado a mi amigo no significa que también ahí.

—¡Hey, sigo aquí! —se quejó Bill, observando el enfrentamiento de miradas cómplices que tenían León y Stiles.

—Seh, te vimos. —dijo Stiles, pasando su lengua por la parte interna de su mejilla y manteniendo los ojos en León un par de segundos más—. ¿Te parece bien si vamos?

León guardó silencio un segundo—. Sí, me parece bien, vamos Billy.

Bill rodó los ojos pero finalmente asintió y comenzó a seguir a su mejor amigo escaleras abajo, pronto los tres ya estaban subidos al Jeep de Stiles y en dirección al partido de Lacrosse.

Según lo que Bill había comprendido de la rápida conversación que León y Stiles tuvieron, ahora debían llegar a las gradas y esperar a que Allison les entregue las llaves de Gerard, para entrar a su oficina y conseguir el diario.

Parecía sencillo, lo cuál inevitablemente terminó alarmando a Bill ya que las cosas nunca resultaban sencillas cuando a él le parecía que sí.

Bill iba en el asiento de copiloto y no pudo evitar sobre enfocarse en cómo Stiles manejaba.

Tenía sus dos manos apretadas en el volante y sus brazos estaban cubiertos por una campera bordó del equipo de Lacrosse, sus ojos se movían inquietos por la carretera y de tanto en tanto su lengua se deslizaba fuera para humedecer sus labios.

—Disfrutando la vista, huh. —comentó Stiles, mirándolo de reojo y con una sonrisa divertida.

Bill, que tenía su codo apoyado en la ventanilla mientras sostenía su rostro con una de sus manos para mirar directamente a Stiles, bufó como si lo hubieran ofendido de la peor manera y cambió por completo su posición, dando media vuelta y mirando ahora a la ventanilla.

—Heey, perdón, no te enfades. —dijo Stiles aún con su voz divertida y cuando Bill volteó a verlo observó cómo estaba haciendo un pequeño puchero con sus labios, lo cuál solo lo hizo enojar más.

—Deja de burlarte de mi. —se quejó Bill, cruzándose de brazos y con su mirada aún fija en el cristal.

Estaba preparado para ignorar a Stiles todo el resto del camino, un poco cansado de que Stiles siga burlándose de él.

Entonces, no es que Bill esté siendo demasiado obvio con su enamoramiento, no, sino Stiles tal vez un poco más confiado de lo necesario desde que Bill decidió desobedecer las ordenes de Derek para pasar la luna llena con Stiles.

¿Ese día que Stiles lo dejó plantado? Ajá, Bill le había dicho que prefirió pasar su luna llena con él a con su propio alfa, y desde entonces, la nula seguridad en sí mismo que Stiles tenía crecía hasta los cielos cerca de Bill.

Yo no quiero ser un maldito alivio a tu ego. Pensó Bill frustrado.

Antes de que pueda pensar en algo más sintió una mano desordenado su cabello y volteó confundido a ver a Stiles que había detenido el auto.

Hasta entonces, no había notado que León ya había salido y que Stiles había estado llamándolo.

—¿Qué? —se quejó Bill, sin poder evitar su mal tono.

—Oye Billy lo siento, no quería hacerte sentir mal sabes que solo estoy bromeando, ¿cierto? —dijo Stiles, sonando lo suficientemente arrepentido como para que Bill decida asentir y recomponerse.

Sabe que sus arranques impulsivos no se deben a que es hombre lobo, no, él siempre ha sido así, de esa forma fácil de ofender, impulsivo y en general, incapaz de comprender muchas de las bromas que se le hacen.

—Está bien. —dijo Bill, abriendo la puerta del Jeep y observando cómo León estaba buscando a alguien con la mirada en las gradas—. ¿Qué pasó?

—Lydia está llorando. —anunció León, cerrando sus ojos con fuerza de un segundo al otro, como si le estuviera doliendo que Lydia llore.

Bill se esforzó en encontrar a la pelirroja, pero ella ni siquiera se encontraba en las gradas ni en el estacionamiento de Lacrosse.

—¿Dónde está ella? —preguntó Stiles, bajándose también del auto y cerrando su puerta para dar media vuelta y cerrar la que Bill dejó abierta.

—Está aquí en el estacionamiento. —dijo León, continuamente buscando entre los autos.

Bill frunció el ceño, ya que creyó que Lydia no estaría allí. Cerró sus ojos, intentando enfocarse aún más que antes y pronto la encontró.

Sus sollozos eran casi tan silenciosos que Bill había logrado pasarlos desapercibidos pero León en cambio los escuchaba cómo si Lydia estuviera a su lado llorando desconsoladamente.

Bill miró con duda a su mejor amigo, quién no pudo hacer más que encogerse de hombros, como si ambos a la vez hubieran llegado a la misma conclusión de que los sentidos de León estaban volviendo a modificarse.

—Cambios extraños que hay en mí... Y no hay duda alguna. —cantó suavecito León.

Bill soltó una sonora carcajada al recordar de dónde provenía la canción y le dió una palmada a León en el hombro.

—Si quieres puedes ir, nosotros seguimos. —aseguró Bill, mirando detrás a Stiles quién también seguía sonriendo por la canción de León.

Cuando Bill volteó a verlo Stiles asintió y le guiñó un ojo de manera cómplice.

—Seh, nosotros nos encargamos Lion, vé con Lydia. —apuró Stiles, palmeando la espalda de León y viendo cómo eso fue suficiente para que el moreno salga corriendo en dirección al auto de Lydia.

—Pensé que no querrías que él vaya. —admitió Bill mientras ambos comenzaron a caminar hasta las gradas, observando de lejos cómo Allison ya se encontraba allí, sentada al lado de Gerard.

—Sé que él manejara la situación mejor que yo. Además, nosotros tenemos que ocuparnos de esto.

Bill está a punto de corregirse a sí mismo, sabiendo que no se refería a manejar la situación mejor y era más un ¿no te gustaba ella? ¿no vas a ir con ella? ¿por qué no vas con ella? ¿ya no la quieres? ¿estás libre para algo más?

Pero pronto olvida todas esas preguntas ya que sabe que de nada ayudará a su ya bastante obvia situación.

Sabe que pronto debe comenzar a procesar todos sentimientos y averiguar qué tan profundos son y hasta dónde podría llegar a sentir algo por Stiles y si es que aquellos sentimientos tienen algún tipo de límite.

Entonces se abstiene a simplemente asentir  ante la respuesta de Stiles mientras ambos posan de una manera muy disimulada en las gradas hasta que ven como Allison baja una de sus manos y Bill logra ver a la perfección el brillo de las llaves que Allison les extiende.

Stiles pasa disimuladamente por el lado de la chica, caminando por el pasillo entre las gradas y antes de que pueda parpadear, Stiles ya tenía las llaves en su mano que dirigió directamente a su bolsillo.

Le hizo una seña a Bill y pronto ambos salieron corriendo en dirección a la escuela.

—Vamos, te sigo. —dijo Stiles, que iba unos pasos detrás de Bill y respirando agitadamente por la velocidad.

—Pero yo no sé en dónde está la oficina. —comentó Bill.

—¡Entonces- deja de ir tan rápido! —se quejó Stiles, abriendo la boca para dar fuertes bocanadas de aire.

Bill se detuvo, dejando que Stiles se recupere y no pudo evitar sonreír con inocencia.

—Lo siento, aún no sé bien cómo controlar mis sentidos de lobo. Ya sabes, podría haber aprendido si hubieses estado allí conmigo en la luna llena. —no pudo evitar reprochar Bill, observando la mirada indignada de Stiles.

—¡Oye! No fue mi culpa. A Isaac lo iban a matar.

—¿Oh? ¿Creí que habías dicho que solo debías hablar con Scott? —se preguntó Bill en voz alta, observando el momento exacto en el que Stiles también lo recordó.

—Sí bueno... —movió sus manos en el aire, gesticulando cómo si estuviera comenzando a explicarse—. Oh  mira, allí es la oficina.

Stiles señaló una puerta y antes de que Bill se de cuenta, salió corriendo hacia la mencionada oficina, abriendo rápidamente la puerta con la llave y adentrándose a la habitación.

—Buen método para abandonar conversaciones. —comentó Bill al aire, soltando un suspiro y caminando hasta la puerta.

Al llegar ve como Stiles ya se encuentra revisando cada rincón, murmurando para si mismo libro libro, cuaderno de cuero, en dónde estás.

Bill caminó hasta detrás de la puerta, encontrándose un estante que comenzó a revisar sin mucho interés.

Su plan en realidad no era ir a buscar el maldito libro que aparentemente siempre existió y ahora se les hacía necesario, no, Bill sólo quería pasar la noche con Stiles para olvidar ese extraño sueño que lo persiguió durante toda la tarde.

—Nada por aquí. —dijo Stiles lentamente, y cuando Bill volteó a verlo descubrió que estaba enviando un texto, probablemente a Allison.

—Hola Stiles.

Una tercera voz se escuchó, y rápidamente Bill notó que se trataba de Erica.

No la había escuchado llegar, demasiado concentrado reviviendo su sueño e intentando a la vez apartarlo de su mente.

Bill salió desde detrás de la puerta y la rubia rápidamente se dió vuelta a enfrentarlo de manera ofensiva, hasta notar que se trataba de él.

—Oh, Billy. Con que aquí estabas. —comentó Erica, dándole una pequeña sonrisa cuidadosa.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Bill en cambio, asegurándose de que Boyd y Isaac no se encuentren cerca.

Pero Boyd estaba jugando el partido de Lacrosse allí afuera y Isaac aún era buscado por la policía y no había manera de hacerlo salir de la guarida de Derek.

—Tengo... que llevarme a Stiles. —respondió Erica con cuidado, acercándose al nombrado y tomándolo del brazo.

Bill escuchó la queja de Stiles ante el fuerte agarre de la rubia, y no pudo evitar tensarse, acercándose un paso hacía ella.

—Hey. —advirtió Bill, asegurándose de mantenerse en control para no enseñarles el nuevo control que había conseguido esa mañana sobre su transformación.

Erica lo miró intensamente, como si estuviera debatiéndose en soltar a Stiles pero aún así negándose a hacerlo.

Y entonces Bill lo sintió, el aroma de Derek a lo lejos que le aseguró que lo que estaba haciendo Erica ahora eran órdenes del alfa.

Así que finalmente, Bill suspiró, dándole paso a Erica que salió de la habitación arrastrando a Stiles.

—¿Billy, Billy? —llamó Stiles, con insistencia, observando cómo Bill los seguía unos pasos detrás—. ¿Qué sucede?

Antes de que Bill pueda responder, llegaron a un natatorio que había dentro de la escuela y justo allí se encontraba Derek esperándolos.

—Bill. —llamó Derek con vos gélida.

Derek ya habría notado hace tiempo que Bill se encontraba allí y el rubio tenía el presentimiento de que en todo ese rato Derek había estado decidido a enojarse con él cada vez un poco más.

—Heeey. —saludó Bill, intentando una pequeña sonrisa que se desvaneció al ver como Erica soltaba a Stiles quién jadeó y comenzó a frotarse el brazo allí en donde el fuerte agarre de Erica estuvo—. ¿Estás bien?

—Si él está bien no importa. —respondió Derek por Stiles.

Bill que se había acercado a Stilinski no puede evitar soltar un bufido al escuchar lo irracional que estaba siendo Derek.

—¿Qué es lo que necesitas? —se quejó Bill, tomando la mano de Stiles con cuidado y concentrándose en quitarle el dolor.

Desde que Derek ayudó a Bill de esa forma la primera vez, cuando León y Bill tuvieron la mordida estuvieron practicando cómo exactamente funcionaba esa nueva habilidad de quitarle a alguien el dolor.

Stiles observó con curiosidad cómo unas venas negras se trasladaban de su mano a la de Bill, mientras el rubio recordaba cómo hacerlo exactamente.

Solo debes preocuparte, demostrar que te importa curarme y así funcionará. Había dicho León al ver cómo finalmente sus manos estuvieron unidas y venas negras se trasladaban de él a Bill.

—Stiles. —llamó ahora Derek, observando como Bill había terminado de desvanecer el dolor de Stiles pero aún así seguía tomándolo de la mano.

—Derek. —saludó Stiles, con un movimiento de cabeza.

—¿Qué viste en el taller mecánico? —preguntó Derek al tiempo que Erica se colocaba a su lado.

El alfa observó a Bill, sin palabras obligándolo a acercarse a él, Bill quiso negarse pero pronto notó que no tenía la capacidad para hacerlo y entonces soltó la mano de Stiles y caminó hasta el costado libre de Derek, quién asintió satisfecho.

—Varias infracciones graves a la ley de protección ambiental que pienso denunciar. —dijo Stiles irónicamente, colocando ambas manos en su bolsillo y pasando rápidamente su mirada de Bill a Derek.

El alfa que estaba sosteniendo una pelota de básquet, extendió sus garras y las clavó sobre dicha pelota.

Si eso tenía alguna intención de ser una amenaza, Bill cree que Derek lo logró a la perfección ya que Stiles se tensó un poco.

—Probemos de nuevo.

Antes de que Derek pueda acercarse hacía él, Stiles subió sus manos al aire en rendición.

—Está bien, está bien... Bueno, tenía un aspecto como resbaladizo. La piel oscura, con relieves. Creo que llegué a ver escamas... —enumeró Stiles—. ¿Es suficiente? ¿Está bien? Ya debo irme.

Derek lo miró con impaciente cómo si estuviera esperando más detalle.

A la distancia, Bill escucha cómo el partido de Lacrosse ya terminó y cómo unos pasos comienzan a acercarse hasta ellos.

Pero pronto, esos pasos comienzan a escucharse extraños, disparejos y pronto Bill logra escuchar con atención cómo esa persona que se acerca ahora caminando con sus manos y pies en el suelo.

Eso es extraño... Pensó Bill, volviendo su vista a Stiles.

—Está bien y... Los ojos. Los ojos son amarillentos y rasgados. Tiene muchos dientes, también una cola...

Stiles siguió hablando, preguntando si era o no suficiente pero ya los tres hombres lobo se habían distraído, observando algo encima de Stiles, moviéndose en la pasarela que había allí para observar mejor la piscina.

Bill observa a la criatura, notando que es exactamente igual a lo que Stiles le describió a Derek y también descubrió que era muy similar a alguien solo que Bill no logró estar muy seguro de quién exactamente.

—¿Qué sucede? ¿Lo han visto? —preguntó Stiles rápidamente, notando que los tres tenían miradas aterradas en distintos niveles, Derek fue quién mejor logró ocultarla en una fría expresión—. Tienen cara de saber exactamente de qué estoy hablando.

—Bill, Erica. Váyanse ahora. —ordenó Derek, al tiempo en que Stiles volteaba a ver que había encima de él, sobresaltadose al notar a la criatura.

—¡Woah!

—¡No me iré! —dijo Bill, formando sus uñas en garras y mirando fijamente a la criatura.

Pero pronto, Derek lo tomó por la remera y lo acercó a su rostro, mirándolo con ojos rojos, imponiendo una vez más su postura de alfa en contra de Bill.

—Ahora. —gruñó, enseñándole sus colmillos, Bill trastabilló cuando Derek lo soltó.

Rápidamente sintió como Erica lo tomaba de la mano y Bill no tuvo más opción que salir corriendo con ella.

En el camino se encontraron a León en el estacionamiento, que estaba observando cómo un auto se iba dejándolos a los tres solos.

El estacionamiento se encontraba vacío desde hace un tiempo, lo cuál en realidad eran buenas noticias ya que no se encontrarían con nadie inesperadamente.

—Hey, ¿esa era Lydia? —preguntó Bill, chocando su mano con la de León a modo de saludo.

—Hu-uh. Está pasando un mal tiempo con Jackson y un par de cosas que comenzó a ver. —explicó rápidamente a León, saludando también a Erica—. ¿Y Stiles?

—Está con Derek, no pude alcanzarlo antes de que salgamos corriendo. —se lamentó Bill, sus manos moviéndose inquietas y queriendo volver a entrar a la escuela.

—¿Encontraron el diario? —preguntó esta vez León, pero Bill negó con la cabeza

—No estaba allí.

—¿Qué diario? —preguntó Erica.

—Uno que tienen los cazadores acerca de todas las criaturas sobrenaturales. —explicó rápidamente Bill.

—Bueno, solo nos queda esperar a ver que consigue Scott. —comentó León.

Bill detuvo todos sus pensamientos ansiosos de salir a buscar a Stiles cuando escuchó las palabras de su mejor amigo.

—¿Qué con él? —preguntó Bill, a su lado Erica frunció el ceño, como recordando a McCall.

—Se fue a cenar a la casa de Allison, tal vez el libro esté allí. —dijo León, encogiéndose de hombros.

—No podemos esperar mucho de él. —replicó Erica, a su lado Bill bufó una risa.

—Lo sé.

—¿Qué con eso? —preguntó León curioso, señalando que podrían ir a sentarse en las gradas ahora vacías, ambos rubios asintieron y pronto los tres se encontraron allí sentados.

Bill en los asientos de abajo y Erica y León sentados en unos de arriba.

—¿Recuerdas cuando fuimos a ver cómo se encontraba Boyd por la mordida? —comenzó Bill, observando cómo su amigo asentía—. Bueno, allí estaba Scott que había llegado para intentar convencer a Boyd de no unirse a nosotros con toda su filosofía de que ser hombre lobo nos arruina la vida y que Derek solo nos está usando.

—Pero Derek solo los está usando. —aclaró León, observando como ambos rubios asentían.

—Porque nosotros lo permitimos, McCall cree que porque él no quiere ser hombre lobo nadie lo querría pero honestamente yo me alegro que Derek me haya elegido, aún sí él me está usando nosotros de alguna manera también lo estamos usando a él. —explicó Erica, llevándose un mechón de cabello rubio hacía atrás.

—Antes eras epiléptica, ¿cierto? —preguntó León, a lo que Erica asintió.

—¿Cómo sabes?

—Te investigué, a tí y a los chicos. —respondió León, encogiéndose de hombros.

Bill se quedó en silencio unos segundos, antes de mirar una vez más a León y preguntarle.

—¿Crees que Scott tiene razón? —preguntó Bill, inseguro.

—¿En qué exactamente? ¿En que Derek los usa? Sí. ¿En que nadie debería ser un hombre lobo por el peligro que corren? No, eso es una estupidez. La vida está llena de desafíos y complicaciones y nosotros tenemos la suerte de saber por dónde vendrán siempre los problemas.

—Los cazadores. —terminó Erica por León, quién terminó por asentir.

—Y cualquiera que odie hombres lobo en general. —siguió León—. Lo bueno es que esos problemas van a llegar pero al menos ahora ustedes van a saber cómo enfrentarse a ellos con algo más que ya sabes... Inteligencia y esperanza.

—León... También eres uno de nosotros. —afirmó Bill, al ver cómo su amigo no se había integrado en el ustedes.

—Lo sé. Sé que soy algo. Pero hasta no saber qué exactamente de momento seguiré dependiendo de mi inteligencia y mi esperanza. —replicó el moreno, encogiéndose de hombros.

—Y de tus cámaras. —comentó Bill con diversión, observando como León sonreía levemente.

—Claro.

A lo lejos, escucharon cómo Scott llegaba corriendo y los pasaba de largo para adentrarse en la escuela.

—¿Crees que debamos ir? —preguntó Erica, que tenía su rostro recargado contra su palma y su codo sobre su pierna.

Bill, que se había acostado en todo lo largo de las gradas con la vista en el cielo, comenzó a escuchar todo lo que estaba ocurriendo en el natatorio a la distancia.

—Derek no va a dejarnos. —se quejó Bill.

Los tres hombres lobo comenzaron a escuchar lo que estaba sucediendo.

En algún momento Derek y Stiles habrían caído al agua ya que se escuchaban las réplicas y los chapoteos. Pero pronto, ambos fueron arrojados fuera del agua cuando Scott llegó.

Bill estaba seguro de que una pelea comenzaría entre cualquiera sea la criatura lagarto y Scott, pero antes de que algo suceda un fuerte estrépito de cristales rompiendo se escuchó y Bill se sentó en su lugar, observando la puerta de entrada a la escuela.

—Pero aún así deberíamos ir... —comenzó a decir Bill, los tres levantándose al mismo tiempo y bajando de las gradas para comenzar a caminar a la puerta.

Pero antes de que puedan entrar observaron como Scott, Derek y Stiles salían de la escuela.

—¡Stiles! —llamó Bill, corriendo para abrazarlo pero deteniéndose al último segundo al verlo todo empapado—. Mhhmm...

—Abrazoo. —pidió Stiles, ya acostumbrado a que se reencuentren con abrazos, extendiendo sus brazos y sonriéndole con diversión a Bill, quién finalmente aceptó y se acercó a un muy mojado Stiles, abrazándolo.

Pronto Stiles lo levantó del suelo, aún abrazándolo por la espalda y comenzando a caminar con Bill en sus brazos, dirigiéndose hasta su Jeep nuevamente.

Allí Scott y León ya se encontraban con una laptop y cuando Bill se asomó para ver por sobre el hombro de Stiles se encontró unos extraños jeroglíficos.

—¿Qué es eso? —preguntó Stiles, dejando caer a Bill que solo estaba un par de centímetros alejado del suelo y que logró estabilizarse al segundo—. ¿Eso es un idioma?

—Creo que latín. —murmuró León, con su mano en el teclado y bajando lentamente las páginas para intentar leer algo, pero sin lograrlo.

—¿Cómo vamos a averiguar qué es esa criatura si ni siquiera podemos leer esto? —se quejó McCall frustrado.

Pronto Derek y Erica llegaron detrás de Bill y el alfa fue quién habló.

—Se llama kanima.

—Lo sabías desde el principio. —se quejó Stiles.

—No. Lo supe cuando lo confundió su propio reflejo. —explicó Derek.

—No sabe lo que es. —comentó León, sorprendido.

—Exacto. —asintió Derek—. No sabe lo que es ni quién es.

—¿Qué más sabes? —preguntó Stiles, aún un poco escéptico.

—Leyendas. Rumores.

—¿Es como nosotros? —preguntó Bill, mirando a Derek detrás de él.

—Sí, es un cambia forma, pero no está bien. Es como... —Derek se detuvo, buscando la palabra apropiada.

Stiles suspiró y dijo—. Una abominación.

BUENASS !!

Lamento no haber actualizado ayer, los que están en el canal ya sabrán lo que sucedió y a los que no, no se preocupen que ya todo está bien ♡⁠

¿Qué les pareció este capítulo? ¿Algunas teorías con respecto a León? ¡Los leo!

Si les gustó no se olviden de votar y comentar ♡⁠

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