02.02 Omega Part²
—¿Cómo estás?
—Huh... Todo bien, ya sabes. Aquí estaba caminando. —respondió Bill, aún de cabeza observando como Chris Argent estaba arrodillado demasiado cerca de él—. ¿Está es una de tus trampas? Es eh... Es buena. Lindo diseño, aprieta bien.
Las únicas veces que Bill había visto antes al cazador fue cuando solían recorrer los bosques con León y solían chocarlo y él se excusaba con que estaba cazando animales, ya que siempre solía aparecer con un arco.
De eso fueron al menos tres veces que se lo cruzaron.
Y luego, esa vez que León lo captó en las cámaras el primer día que descubrieron que los hombres lobo eran reales, en donde Chris Argent le había dado un flechazo a Scott en el brazo.
—¿Qué haces por aquí, Bill? —preguntó Argent, con practicada calma.
Bill tragó saliva y sintió cómo de a poco comenzaba a marearse.
Al parecer los hombres lobo podrían vivir casi eternamente pero no serían inmunes a marearse después de estar mucho tiempo de cabeza.
—Busco a alguien. —respondió Bill simplemente.
—Ah... Cierto. Lydia es de tu grupo ahora, ¿no? Parte de la pandilla... ¿usan esa palabra o hay otra manera de decirlo? —Argent guardó silencio durante un segundo, alzando ambas cejas y mirándolo con suma atención—. ¿Parte de la manada?
—En realidad, pandilla suena bien. —murmuró Bill en un hilo de voz.
—Eso espero. Porqué sé que ella es amiga de Allison y está en circunstancia especial, como la tuya... —mencionó Argent, mirándolo con atención como si hubiese estado presente cuando Derek lo mordió.
Tal vez lo estuvo y Bill no lo había notado, o tal vez descubrió que estaban vigilando la mansión de los Hale, todo era posible.
—Uno puedo manejar. Pero con Scott ya son dos y ¿Tres? —el hombre lo miró con gravedad, negando con la cabeza. Bill no pudo hacer más que copiar su movimiento— No, tres no.
—Tres no... —susurró Bill, un pequeño ruido de pánico comenzando a establecerse en lo más profundo de su mente.
Sal de allí, corre, escápate de estos tipos.
Pero sabe que esa es la parte más impulsiva de sí mismo, la parte que el lobo está comenzando a controlar porque hay una pequeña pero oscura voz en su mente que le asegura que si sale corriendo ahora lo verán como una amenaza que deben eliminar.
—Bill, ¿sabes lo que es una hemicorporectomía? —preguntó Argent, después de un tiempo en silencio.
—Huh... Presiento que no me gustará saberlo. —murmuró Bill, sintiendo todo su interior removerse con incomodidad.
A lo lejos escucha como Stiles está apurando a Scott para que su amigo haga algo, pero Scott sigue inmóvil en su lugar, escuchando las palabras de Argent y pidiéndole a Stiles que guarde silencio.
—Un término médico para hablar de alguien cortado por la cintura. Cortarlo por la mitad. Se requiere mucha fuerza para atravesar tejidos y huesos así. —la mano de Chris se acerca al torso de Bill para hacer el movimiento horizontal del corte mencionado—. Espero que nunca haga falta una demostración.
Y con eso, finalmente Argent se pone de pie, haciéndole a todos los cazadores una seña de que es momento de irse.
Bill siente su propio corazón latiendo con intensidad contra sus propios oídos, pronto Stiles llegó corriendo hacía él seguido de León, Scott y Allison.
Scott saca una de sus garras y rompe la cuerda que había atrapado el tobillo de Bill, y antes de que el rubio logre caer al suelo Stiles logra atraparlo en el aire.
—Hey, hey. ¿Estás bien? —le preguntó Stiles, bajándolo con cuidado al suelo hasta que Bill se pudo mantener de pie.
Bill quería responder, pero pronto la gravedad de que los cazadores ya sabían lo que él era lo golpea fuerte y duro.
Porque a Derek no le gustará saber que de alguna manera descubrieron que Bill era parte de la manada.
Stiles colocó un pulgar en la barbilla de Bill, subiendo la vista del rubio para que Bill pueda ver la preocupación en los ojos de Stiles, pero aún así no encuentra la manera de poder poner en palabras una mentira.
Porque honestamente, Bill no se está sintiendo bien.
—Deberíamos irnos con Derek. —dijo León a su lado, palmeando con suavidad la espalda de Bill, al final Stiles suelta el suave agarre en el rostro de Bill y mira a León.
—¿En dónde se está quedando Derek? Supongo que no es allí. —preguntó Stiles, señalando la mansión frente a ellos.
—Nos prohibió decirlo. —le respondió León, encogiéndose de hombros—. ¿Billy, vamos?
Bill asintió brevemente, volteándose una vez más hacía Stiles para darle un rápido abrazo.
—Lo siento, debo irme. —dijo Bill en un susurro, Stiles pasó una mano por su espalda en un movimiento relajante.
—¿Por qué te disculpas? Está bien.
—Por Lydia. —dijo Bill, observando como la realización volvió a los ojos de Stiles—. Pero, seguiremos buscándola mañana, ¿está bien? —preguntó un poco inseguro.
Stiles le sonrió y asintió, subiendo una de sus manos para desordenar los rubios rizos de Bill—. Sí, está bien. Mañana podremos seguir.
Y con eso, y después de que León salude a Scott y a Allison, los dos mejores amigos salieron corriendo a gran velocidad, alejándose del grupo y corriendo hasta el nuevo escondite de su Alfa.
En el camino, mil y un pensamientos distintos recorrieron a Bill pero ninguno en el que pueda enfocarse durante demasiado tiempo.
Estaba comenzando a creer que los cazadores eran una amenaza a la que debería tenerle más cuidado.
Bill creyó que solo odiar a Allison por nada estaría bien, pero pronto comenzaría a descubrir lo equivocado que estaba, porque mientras que la chica aún no había demostrado ser una cazadora, su padre había enfrentado a Bill solo para asegurarle lo que podría llegar a sucederle.
"Espero que nunca haga falta una demostración."
Cuando llegaron con Derek, rápidamente León le contó todo lo que había sucedido y Derek decidió que esa noche ninguno dormiría.
—Es momento de entrenar. —declaró Derek, sus ojos volviéndose de color rojo antes de abalanzarse primero contra Bill.
La clave era bloquear y esquivar los ataques, pero pronto Bill descubrió que formar parte de una pelea no era igual que presenciarla desde la distancia como un simple espectador.
En cuestión de segundos Bill cayó al suelo por una patada de Derek y León retrocedió instintivamente al ver como el alfa se acercó hasta él.
—No soy hombre lobo, no me curé. —comenzó León, pero aún así Derek no pareció demasiado interesado, ya que le enseñó sus afilados colmillos y se acercó rápidamente hasta él.
Aún aunque León no sea un hombre lobo, tenía increíbles instintos para predecir los movimientos de Derek, bloqueando, esquivando y respirando agitadamente después de unos minutos León había logrado golpear a Derek en el pecho.
Al alfa no le gustó, y en cuestión de segundos León fue arrojado hasta al suelo justo como Bill.
—Puede que no seas un hombre lobo, pero aún así estás destinado a ser algo increíble, León. —declaró Derek, moviendo su cuello para deshacer su transformación—. Descansen diez y seguimos.
El resto de la noche se la pasaron entrenando con Derek, mientras el hombre lobo les explicaba lo que comenzaría a suceder en los próximos días hasta la luna llena.
Les habló de Isaac Lahey, el chico que trabajaba en el cementerio y que era golpeado por su padre. Al escuchar la última parte León fue el primero en aceptar que sea el próximo beta.
A Bill no le interesó demasiado ya que seguía perdido en sus propios pensamientos, pensando en los cazadores y el peligro que escondían.
—Ya se está haciendo de día, ya saben que deben hacer. —dijo Derek, observando como los dos adolescentes suspiraban agotados frente a él y asentían.
Sin más, Hale salió del lugar sin darles una última mirada, y cuando se encontró a una buena distancia, Bill y León se acostaron contra el suelo.
—Entonces tú con Jackson y yo con Lydia. —recordó León, a lo que Bill no pudo hacer más que asentir.
Pronto, ambos amigos tuvieron que ponerse de pie, saliendo del sótano abandonado y caminando hasta un kiosco cercano para almorzar algo y después despedirse.
Bill había encontrado la casa de Jackson después de estar veinte minutos dando vuelta por el barrio, terminándose sus papas fritas y su refresco, como el desayuno más saludable que había tenido.
Principalmente porque Bill nunca desayunaba por quedarse dormido.
No le tomó tiempo convencer a Jackson de que quería pasar tiempo con él, ya que ambos tenían una relación amistosa desde que Jackson fue en busca de Derek a reclamar la mordida.
Ambos se subieron al porsche gris de Jackson, el mismo que Bill había visto por primera vez cuando Stiles llegó a la mansión Hale a tirarle los químicos a Peter, que lograron explotar con la flecha de Allison, y Jackson comenzó a conducir directamente hasta la preparatoria con música bien alta en los parlantes.
En el camino, Bill intentó practicar su audición y comenzó a buscar la voz de Stiles por los alrededores, y cada vez que Jackson se acercaba más al instituto, Bill sentía que Stiles se encontraba más cerca.
Hasta que finalmente lo escuchó con claridad, por encima de la música de Jackson.
—¿Qué es lo que estabas pensando cuando te estabas convirtiendo? ¿Qué te atraía?
—Allison. —y ese era Scott, respondiendo con esa voz de bobo enamorado que Bill odiaba, curiosamente era muy parecida a su propia voz cada vez que hablaba de Stiles.
—¿Nada más, en serio? —preguntó Stiles, sonando cansado.
—No me importaba nada más. Pero eso es bueno, ¿no? Porque la noche en que mordieron a Lydia estaba contigo.
Oh, eso no le gustó a Bill.
¿Qué porque Stiles estaba con Lydia cuando la mordieron ella automáticamente se enamoraría de él y estaría buscándolo? Patrañas.
Bill había comenzado a enojarse, dispuesto a ignorar lo que quedaba de conversación cuando escuchó el suspiro resignado que Stiles dejó escapar.
—Sí, pero ella buscaba a Jackson.
Y con esas palabras, Bill se sintió bien una vez más.
Al tiempo que Stiles decía esas palabras, Jackson finalmente estacionó el Porsche frente a la escuela.
—¿Me acompañaras adentro también? —preguntó Jackson, mirándolo con curiosidad.
Bill le sonrió inocentemente y asintió—. Claro.
Son ordenes de Derek. Pensó Bill, pero se aseguró de no decirlo.
Jackson asintió y sonrió, finalmente abriendo la puerta del auto y saliendo con fluidez, al cerrarlo se aseguró de que sea un movimiento suave, Bill intentó copiarlo pero terminó cerrando la puerta con más fuerza de la necesaria, ganándose una mirada de reproche de Jackson.
—¿Ups?
Jackson bufó y negó con la cabeza, pronto ambos subieron a la acera pero había un hombre mayor rebuscando entre la basura que les impedía el paso a la puerta de la escuela.
Es un hombre lobo. Gritó algo en la mente de Bill, sonando como alarmas policiales mientras observaba como a su lado, Jackson solo parecía fastidiado, pero sin notar nada fuera de lo normal.
—Lindo auto. —le dijo el tipo a Jackson.
Jackson bufó, y de su bolsillo sacó su billetera, entregándole dinero al hombre—. Aquí tienes un dólar. Ve y busca otro estacionamiento para morir. ¡Seguridad! —gritó, señalando al tipo mientras volvía a caminar hasta la escuela.
Bill se quedó unos segundos más mirando al hombre con intensidad y sospecha a la vez.
El tipo finalmente notó su presencia y le frunció el ceño, mirando a Bill con la misma intensidad sospechosa.
Ambos fruncieron el ceño a la vez y con sorpresa Bill observó como los ojos del tipo se volvían azules, un brillante azul de un hombre lobo.
El tipo frente a él, trastabilló sorprendido al ver los ojos de Bill, y cuando el rubio notó que realmente había logrado hacer que sus ojos cambien de color, dió media vuelta para intentar verse en el reflejo del auto de Jackson.
Pero fue tarde, sus ojos habían vuelto a su normal color celeste.
Cuando subió la vista una vez más, el hombre ya había desaparecido.
—¡¿Bill?! —Jackson gritó a lo lejos, se había parado en la puerta y Bill finalmente tuvo que salir corriendo para llegar una vez más a su lado—. ¿Qué hacías con ese tipo?
—Huh... Nada. —dijo Bill, encogiéndose de hombros y entrando con Jackson a la escuela.
El año próximo estudiaría allí, así que Bill se aseguró de observar todo a detalle, pensando en cuál sería su próximo casillero y si esta vez estaría cerca del de León.
Recordando a León, sacó su teléfono del bolsillo y rápidamente buscó el contacto de su amigo para enviarle un mensaje.
¿Cómo va todo? ¿Lograste encontrar alguna pista de ella?
Después de enviarlo, Bill salió de los mensajes y a su lado observó como Jackson estaba intentando ocultar una risa.
Bill lo miró, frunciendo el ceño y lo señaló con la mandíbula a modo de réplica para que Jackson diga de qué se esta riendo.
—Solo divertido.
—¿De? —preguntó Bill insistente, guardando su teléfono en su bolsillo.
—Haber visto a Stilinski en tu fondo de pantalla. —Jackson soltó, mirándolo una vez más y esta vez soltando una buena carcajada al ver como Bill se estaba sonrojando.
Jackson entró a los vestuarios aún riéndose, dejando atrás a Bill quién necesitó unos segundos para recomponerse.
No es una foto solo de Stiles... Yo también estaba ahí. Si bueno, haberle dicho eso no lo ayudaría.
Una vez que sintió como su sonrojo se calmaba y también los latidos de su corazón, entró al que supuso era el vestuario por el increíble hedor a deportista mugriento que sentía desde afuera.
Efectivamente, los vestuarios de lacrosse.
—Y yo no sé ustedes... —estaba diciendo en voz alta un tipo ante el silencio de todos los estudiantes—. Pero la última vez que hizo tanto frío y corrí desnudo... Perdí un testículo por la exposición.
Bill alzó las cejas sorprendido. Woah, sorprendente.
No sabía quién era el sujeto, pero al asomarse Bill logró ver que llevaba un peinado muy alocado y un silbato contra su pecho, así que tal vez podría ser el coach del equipo.
—Ahora, no quiero que le pase lo mismo a una chica inocente. Así que la policía está organizando equipos de búsqueda esta noche. Firmen, encuentren a la chica, y tendrán una "A" automática en mi clase.
Una chica inocente.
Por unos segundos, Bill se sintió increíblemente mal de haberse sentido celoso de Lydia, después de todo, aquél tipo tenía razón, Lydia era solo una chica inocente que cayó lastimosamente en manos del podrido Hale como a León le gustaba decirle a Peter.
Pronto comenzaría a cubrirse de su propio odio por sí mismo, al haber querido odiar a Lydia por algo de lo que la chica no tenía ningún tipo de control: los sentimientos de Stiles hacía ella y los de Bill hacia Stiles.
En cambio, decidió buscar en dónde estaba Jackson, encontrándolo un par de metros alejado de él, hablando de algo con Scott y Stiles.
Bill no pudo evitar sonreír al ver el número 24 y el apellido Stilinski, aún cuándo había logrado olerlo desde la distancia y sabía que se encontraba allí dentro, verlo una vez más logró emocionarlo.
Bill se acercó hasta ellos que le estaban dando la espalda y rápidamente y de sorpresa logró subirse a la espalda de Stiles.
—Woaaah, hey Billy. —saludó Stiles, quién había logrado descubrir que se trataba del rubio solo al escuchar la pequeña risa que Bill soltó al subirse detrás de él.
—¿Qué hacen aquí? —preguntó Bill, colocando su cabeza encima de la de Stiles y abrazándolo por los hombros, mientras sentía como Stiles lo sostenía de los muslos para no dejarlo caer.
—Una amable conversación con Jackson. —dijo Stiles, volviendo la vista a Jackson—. Entonces Jackson... ¿qué decías?
—Que si Lydia quiere correr desnuda en el bosque, ¿por qué tiene que importarme? —preguntó Jackson, tal vez repitiendo su pregunta.
Bill palmeó el hombro de Stiles para que lo suelte y rápidamente Bill volvió a caer con sus pies en el suelo, observando que la conversación parecía importante.
Se colocó al lado de Jackson y frente a Stiles, observando la seria mirada de Scott.
—Porque creemos que podría estar... Ya sabes, convirtiéndose. —dijo Scott, como si fuera obvio
—¿Convirtiéndose? —repitió Jackson, frunciendo el ceño confundido.
—Sí, convirtiéndose.
—¿En...?
Bill no pudo evitar rodar los ojos.
—En unicornio. ¿En qué crees, idiota? —dijo Stiles irónicamente, Bill soltó una risita divertido.
—Bueno yo creo que si Lydia se está convirtiendo, no será ella la que necesitará ayuda.
—¿Qué quieres decir? —preguntó Scott.
—Oh... Entiendes todo al revés, McCall... Cuando estuve con Lydia, deberías haber visto los rasguños que me dejó. ¿Qué crees que hará con garras verdaderas? —Jackson les sonrió a los dos chicos frente a él falsamente y después miró a Bill para hacerle una seña de que lo siga.
Y con eso, Jackson se fue empujando a Stiles y a Scott.
—Auch. —se burló Bill, observando como a Stiles le afectó un poco la declaración de Jackson, pronto pasando por en medio de ellos para seguir a Jackson.
—Espera, ¿Te irás con él? —preguntó Stiles medio ofendido y confundido, Bill le dedicó una pequeña sonrisa, encogiéndose de hombros.
—Ordenes de arriba. —le respondió Bill con inocencia, saliendo una vez más en busca de Jackson y observando como Stiles rodaba los ojos.
Rápidamente Bill corre en busca de Jackson pero no logra encontrarlo antes de que entre a su primera clase así que en cambio se queda dando vueltas por los pasillos vacíos.
Quiere no pensar en nada, porque sabe que si lo hace quedará envuelto en las palabras y preocupaciones de Derek preocupadas con las mismas preocupaciones que Bill mismo tenía.
Acerca de León, acerca de los cazadores, acerca de Jackson y hasta de sí mismo.
Derek había creído que sería tan fácil crear una manada y llegaron todos ellos para asegurarles que no, ya que de momento, el único más parecido a un hombre lobo era Bill pero ni siquiera eso, ya que su mordida de alfa se había curado mucho más rápido de lo que a un beta se le solía curar.
Nada tenía sentido y pensar sólo lograba desquiciarlo más, fue por eso que agradeció ver como Jackson salía corriendo del aula de clases hasta que notó exactamente porqué Jackson podría haber salido corriendo del aula de clases.
Se estaba sosteniendo la nariz con una mano y corrió directamente hasta el baño, y Bill no sabía porqué, pero creía que las teorías de Derek acerca de la sangre negra... Bill estaría a punto de presenciarla.
Bill entró al baño justo para observar como Jackson cerraba la puerta de un cubículo detrás de él.
—Jackson, sal. —llamó Bill, impaciente.
—Estoy bien, Bill. Dame un segundo.
Pero Bill no podía darle un segundo, no si Jackson realmente estaba sangrando de color negro, entonces volvió a golpear la puerta.
—Dame un segundo, ¿está bien?
Otro golpe.
—¡Dije que me des un maldito segundo!
Y entonces, como la persona impaciente que Bill era, rompió el cerrojo de la puerta y la abrió de golpe, tirando de la camisa de Jackson para poder observar su rostro.
Jackson tomó una profunda exhalación, mirándolo con irritación.
—¿Qué? ¡Te dije que me des un segundo!
—Te ves un poco pálido, Jackson. ¿Qué sucedió? ¿Te sientes bien? —preguntó Bill, sospechosamente, acercándose un paso más a él y observando como Jackson comenzaba a ponerse a la defensiva.
Unos pocos movimientos lograron que Bill se de cuenta de ello, pero fueron suficientes.
—Nunca me sentí mejor.
Bill esperó unos segundos, contando los latidos de Jackson y negando con la cabeza decepcionado al detectar la mentira.
Derek les había enseñado como reconocer las mentiras justo esa noche, entonces la explicación aún se sentía fresca mientras sentía como el corazón de Jackson se saltaba un latido al decir esas palabras.
—Si hay algo que está mal debes decírmelo. Debo informarle a Derek. Estás con nosotros ahora. —dijo Bill, y justo en el momento en que lo dijo se arrepintió de hacerlo, al ver la mirada traicionada de Jackson.
—Espera, ¿Con ustedes? ¿Yo con ustedes?
Bill guarda silencio, observando como Jackson comenzaba a negar con la cabeza.
—Creí que todo esto solo era porque querías pasar tiempo con otro hombre lobo, no porque él específicamente te había enviado a vigilarme. —replicó Jackson, aún con esa mirada traicionada en su rostro—. ¿Qué soy? ¿Su pequeña mascota? Solo porque me dió la mordida no quiere decir que seré parte de su pequeña manada.
—¿Por qué estás tan molesto? Creí que nos llevábamos bien. —se quejó Bill, sin poder evitar su molestia ante las replicas de Jackson.
—Oh, también lo creí hasta ahora que me dijiste que estás aquí conmigo porque Derek te envío. Mira, tengo mis propios planes y no incluyen correr por el bosque de noche aullándole a la luna contigo, León, Derek y McCall, ¿bien? Así que porqué no...
Pero las palabras de Jackson quedan en el aire cuando Bill mueve dos de sus dedos al rostro de Jackson, volteándolo para que Jackson pueda ver cómo la sangre negra había comenzado a deslizarse por el costado de su cuello desde su oreja.
—¿Qué es esto? ¿Qué me sucede?—preguntó Jackson, mirándose a si mismo al espejo.
Bill recordó las palabras de Derek, mirando a Jackson con sorpresa—. Tú cuerpo está luchando contra la mordida...
—¿Por qué?
—Yo... Yo no lo sé Jackson... —dijo Bill, comenzando a caminar hasta la puerta del baño con la única idea en mente de correr a contarle a Derek.
—¿Qué significa? ¿¡Qué significa!?
Pero Bill no sabía cómo responder a esa pregunta, así que salió corriendo con toda la velocidad e impulso que logró tomar, saliendo con rapidez de la escuela en dirección al escondite de Derek.
Pero cuando llegó allí, Derek no estaba.
Bill se quedó impaciente esperando a que Derek llegue, había encontrado un paquete de galletas que se devoró por completo ante la ansiedad.
Sabía que lo que tenía Jackson era algo malo, solo que no podía estar seguro de qué tan malo era.
Cuando pasaron bastantes horas y Derek aún no había llegado, Bill decidió partir al bosque, al menos esperando poder hacer tiempo buscando a Lydia con León en vez de quedarse allí sin hacer nada.
Ya era de noche cuándo salió del escondite y pronto llegó corriendo al bosque solo para encontrarse primeramente con el aroma de su alfa, que no pudo evitar seguir por instinto.
Al estar cerca, observó como Derek estaba sosteniendo contra un árbol a Scott, cubriéndole la boca con una mano mientras ambos observaban frente a ellos a un tipo atrapado en una trampa de cazadores.
Al acercarse aún más, Derek nota su presencia y le hace una seña para que se acerque a ellos rápido y en silencio, y así Bill lo hace.
Cuando Bill se asoma por el árbol en donde Derek y Scott se estaban escondiendo, lo primero que descubre es que el tipo que cayó en la trampa era el mismo que había visto esa tarde.
El que estaba buscando basura frente al porsche de Jackson, el hombre lobo de ojos azules que se asustó con la mirada de Bill.
—Caballeros, echen un vistazo a esto. ¿Quieres decirles lo que atrapamos? —gritó un anciano al resto de cazadores que habían allí.
Bill observó sin sorpresa como una vez más Christopher Argent se encontraba liderando el equipo de los cazadores.
—Un omega. —respondió Argent.
—¡El lobo solitario! —gritó el anciano con emoción—. Quizá lo expulsaron de su propia manada, o es el sobreviviente de una manada que fue cazada, quizá hasta asesinada. Y quizá esté solo por propia elección, ciertamente no fue una decisión acertada.
El anciano había caminado hasta una roca, en dónde tenía allí una espada esperándolo, Bill se acercó un árbol más, aún escuchando los gruñidos de Derek de que se quede en su lugar.
Pero Bill quería observar mejor al lobo solitario, aquél que ese mismo día se había chocado antes.
—Porque, como estoy por demostrar... —dijo el anciano, acercándose con la espada en ambas manos en un fuerte agarre que uno no esperaría de alguien de su edad—. Un Omega sobrevive raramente por su cuenta.
Y con eso, blandió la espada hasta que cortó a la mitad al hombre lobo atrapado.
Bill sintió cómo se congelaba en su lugar, observando con ojos casi desorbitados cómo las tripas caían del cuerpo que seguía con ambas manos atadas por encima de la cabeza.
La otra mitad había caído sobre las hojas secas y Bill no pudo evitar recordar una vez más la amenaza de Chris Argent.
Espero que nunca haga falta una demostración.
—Mira. Mira. ¡Míralos! —le gruñó Derek a Scott desde el otro lado, moviendo la cabeza de Scott para que observe bien la escena—. ¿Ves lo que hacen? Por esto nos necesitas, por esto nos necesitamos mutuamente. La única forma de luchar contra ellos es juntos.
—¿Qué están haciendo? —preguntó Scott confundido.
—Declaran la guerra. —le respondió Derek.
—Tenemos un código. —dijo Christopher Argent al anciano, quién negó con un simple movimiento.
—No cuando mataron a mi hija. No hay código. No más.
El padre de Kate... El padre de Christopher mismo.
Ese no podía ser otro que Gerard Argent.
—Desde ahora, estas cosas son cuerpos esperando a ser rebanados a la mitad. ¿Me escuchas? Porque no me importa si están heridos y débiles...
Bill sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, pensando en Jackson y Lydia.
—O si parecen inofensivos. Rogando por sus vidas y prometiendo que jamás lastimarán a nadie.
Scott... León...
—O alguna alma desesperada y perdida que no sepa en lo que se está metiendo.
Isaac Lahey... Bill...
—Los encontraremos y los asesinaremos. ¡Los mataremos a todos!
***
¡WE KILL THEM ALL!
Buenasss!!
Volviendo a ver este capítulo me di cuenta que el mismo tipo al que Jackson le habló en la escuela es el omega que Gerard mató después!! Fue algo que nunca había notado y me gustó agregarlo aquí ya que en la serie se perdió con facilidad.
¿Les gustó el capítulo?
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¡Si les gustó no se olviden de votar y comentar!
PRÓXIMO CAPÍTULO: SHAPESHIFTER
DISPONIBLE EL VIERNES 2.
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