01.13 Co-Captain Part²
Por unos segundos, todo está oscuro.
Y después, Bill se despierta en medio de una habitación oscura y vacía.
En realidad, 'se despierta' es demasiado suave, lo hace sonar pacífico, tranquilo y sereno, el tipo de despertar que tienes los domingos por la mañana, cubierto con mantas gruesas y un sol resplandeciente asomándose por la ventana.
Y el despertar de Bill no era nada como eso.
Era la antítesis de cualquier cosa tan cómoda, y solo pone entre paréntesis la noción de que no tiene idea de en dónde se encuentra hasta que los recuerdos vienen a montones tan veloces que el sudor frío recorriendo en su espalda y la sangre que manchaba en sus manos quedaban en un segundo plano.
Peter Hale.
El alfa.
Siempre fue él.
Siente su cuerpo pesado casi cómo si estuviese levantando dos toneladas con solamente la fuerza de su consciencia apenas recuperada.
El recuerdo de Peter arrastrándolo por estrechos pasillos, como Bill intentaba aferrarse a algo para escapar pero solo se lastimaba las manos, la dura mirada que Derek enviaba en su dirección.
Derek no lo ayudó.
Él solo estuvo allí, mirando.
Derek siempre creyó que yo era un estorbo después de todo.
Ahora si Peter vuelve y me muerde... Al menos podré ser útil para Derek, tal vez así él me querrá cerca.
Bill intentó ponerse de pie, pero sus manos raspadas no hicieron mucho por ayudarlo a levantarse, tenía también las rodillas sangrando a carne viva y el temblor en su pecho no podía detenerse, hipando e intentando no llorar.
No hay nadie aquí.
Derek no me ayudó.
Nadie está aquí para ayudarme.
Nadie debe estar siquiera buscándome...
Intenta buscar algo en la habitación que pueda ayudarlo a protegerse, está todo oscuro pero logró vislumbrar un fierro de metal que estaba funcionando para sostener una pequeña mesa en el fondo de la habitación.
Al ponerse de pie tambaleó y su cabeza dió vueltas.
Bill colocó ambas manos en su rostro intentando detener los movimientos improvistos y la enorme sensación de mareo que lo cubrió.
Detrás suyo la puerta se abrió.
Bill corrió para agarrar el fierro, tropezando sobre la mesa, logrando que esta caiga con él al suelo, pero ahora tenía un arma entre sus manos.
—Bill.
Alguien lo llamó desde atrás, a Bill le tomó tiempo comprender de quién se trataba, esa voz... Le resultó conocida.
Bill volteó con el fierro en manos y lágrimas rodando por sus mejillas, sus piernas temblaban mientras intentaba arrodillarse, estaba completamente aterrado.
Débil, débil, débil.
—¿Derek? —lloriqueó Bill en la pregunta, intentando levantar más alto su arma improvisada, para demostrar que podría defenderse.
Derek lo miró desde arriba, con esa expresión aún seria y sin emociones, y Bill no sabía que pensar al respecto.
El arma cayó de sus manos.
Bill la dejó caer, porque después de todo, ¿qué podría hacer él contra un hombre lobo?
Cerró los ojos con fuerza cuando sintió que Derek se acercaba hasta él.
Derek no lo agarró por la camisa como Peter para ponerlo de pie.
En cambio, Bill entre abrió sus ojos para ver como Derek le ofrecía su mano.
Le tomó un par de segundos comprender, buscando por la habitación alguna señal del Alfa.
Se siente como una trampa, tal vez lo sea...
—Vamos, niño. Volverá pronto. —murmuró Derek, y no miró hacía la puerta, porqué sus sentidos eran lo suficientemente agudizados como para poder escuchar a kilómetros de distancia.
Unos segundos después Bill extendió la mano para agarrar el brazo de Derek justo debajo del codo. Derek reflejó el agarre y lo levantó con una facilidad casual y un movimiento que no involucró ninguna de las propias fuerzas de Bill.
Derek dejó su brazo en su lugar hasta que estuvo seguro de que Bill no se iba a caer y le dió el suficiente tiempo para recuperar el aliento por haberse arrojado impulsivamente sobre la mesa.
—¿Peter... él...? —comenzó a preguntar Bill, moviendo su mano libre para apartar las lágrimas de su rostro húmedo.
—Está buscando a Scott. —dijo Derek, soltando finalmente a Bill, pero sin apartarse durante tanto tiempo.
Con un rápido movimiento Derek volteó el rostro de Bill hacia un costado, tomándolo por la nuca para poder ver la herida que Peter le había hecho al desmayarlo.
—Escuchame bien Bill. —Derek comenzó a decir pero eso fue suficiente para que Bill quiera apartarse y dejar de escucharlo.
—¿Escuchar qué? ¡Estás con él! —le reclamó, empujándolo con ambas manos en su pecho, por supuesto Derek ni lo sintió.
—Es por una buena razón.
—¿¡Buena razón!? ¡Nunca hay una buena razón para matar cómo él lo hace!
Derek soltó su cuello, moviéndose en su lugar un poco inquieto, ambas manos volviendo a la seguridad de los bolsillos de su chaqueta—. Vamos niño, sé que eres inteligente, ya sabes cuál es la razón.
—El incendio. Por el incendio que causó Chris Argent. —dijo Bill, pero Derek negó levemente.
—Kate, fue Kate.
—¿Y eso qué? ¿Los matarán a todos juntos, como una bonita familia?
La voz de Bill era temblorosa y subía y bajaba entre chillidos y lloriqueos, sus manos temblaban sobre el pecho de Derek, y por primera vez la presencia de Hale no fue de ningún alivio para él.
Su cabeza daba vueltas, sus rodillas y manos dolían, punzantes, agonizantes e imparables, Bill odiaba sentir dolor.
No quiero que duela.
No quiero ser débil.
No dejes que sea débil, Derek.
—No quiero escucharte, ya no confío en tí. —susurró Bill, dejando caer sus manos a sus costados nuevamente.
Derek se quedó en silencio durante unos segundos y por un imperceptible momento Bill observó como Derek había tomado una decisión.
—¿Qué...
—No dejaré que Peter te muerda. —declaró Derek, logrando que Bill lo mire en silencio y con confusión—. Sé lo que estás pensando, sé que es lo que quieres... Pero solo espera, ¿de acuerdo? Debes confiar en mí.
Bill negó con la cabeza, decidido a no creer en esas palabras.
—Traicionaste a Scott, lo harás conmigo también.
—No lo haré. Me uní a Peter porque él necesita ayuda, y él me tendrá a mi y a Scott, pero no a ti. Vamos.
Bill iba a volver a negar, pero esta vez Derek lo tomó por la muñeca, y comenzó a arrastrarlo por la puerta.
—¡No! ¡Podría estar él ahí! —se quejó Bill, intentando detener a Derek, afirmando sus pies en el suelo.
Pero Derek es más fuerte que él.
Derek siempre será más fuerte que él.
Entonces logra sacarlo de la habitación entre las quejas de Bill.
—¡Bill, cállate! —le gruñó Derek, volteando a verlo con ojos azules y brillantes.
Derek intentaba ser paciente, pero Bill no se lo estaba permitiendo.
—¡No, yo no confío en tí! ¡Suéltame! ¡Al menos si vuelve seré fuerte, seré como tú! —chilló Bill, observando una pequeña luz al fondo del pasillo que logró alumbrar lo suficiente a ambos.
El rostro de Derek, las manos de Bill, el suave agarre que Derek tenía en su muñeca, la camisa de Stiles.
Stiles.
¿Qué haría Stiles?
—No quieres que sea Peter, créeme Bill, no quieres estar atado de por vida a él, solo espera, te prometo que... —Derek se detuvo durante un momento, una mirada conflictiva en su rostro, como si no quisiera hacer la promesa después de todo.
—¿Qué?
—Te ayudaré, ¿de acuerdo? Ahora Peter está buscando a Scott, algo de intentar convencerlo saliendo con su madre. —explicó Derek, arrugando la nariz ante los planes de Peter pero aún así deteniéndose para observar bien a Bill—. Este es el momento, él no va a esperarlo.
—Porque él confía en tí. Pero yo no. —murmuró Bill, aún cuando ya no se encontraba demasiado seguro de sus palabras.
—No me interesa, cuando estés a salvo podremos seguir esta conversación, no ahora. —Derek terminó, dándose por vencido en lograr llegar a algún acuerdo con Bill.
Bill iba a quejarse, aún tenía más cosas que decirle a Derek, pero pronto observó con sorpresa como Derek se acercó hasta él, tomándolo por ambos costados por debajo de sus brazos y levantándolo en el aire.
—¡Hey! —se quejó Bill, sintiendo como Derek rápidamente lo maniobró para colocarlo encima de uno de sus hombros.
Como una maldita bolsa de papas.
—¡Bájame!
—Eres muy lento. —dijo Derek en cambio, comenzando a correr velozmente por el pasillo.
Pronto Bill notó que era la mansión Hale, solo que estaban en alguna parte del sótano, ya que en algún momento Derek comenzó a trotar escaleras arriba.
—¡Espera, duele! —se quejó Bill, sintiendo como sus rodillas seguían rascándose contra la chaqueta de cuero de Derek.
Derek no se detuvo, pero tomó la mano de Bill y de pronto y de alguna extraña forma el dolor comenzó a desvanecerse.
—¿Qué carajos? —murmuró Bill, intentando asomarse, agarrándose al cuello de Derek y notando como venas negras se movían en su propia mano y seguían un recorrido hasta la de Derek.
—¿Mejor?
Bill murmuró algo, pero no estuvo seguro de que fue porque pronto ambos salieron por la puerta y Derek lo dejó en el suelo cuando llegaron a la entrada de la casa, el bosque vislumbrándose en la distancia.
—Ve con el veterinario, y quédate allí. —ordenó Derek al colocarlo suavemente en el suelo, Bill lo miró con el ceño fruncido, aún sospechoso y determinado—. No.
—¿No, qué? —se quejó Bill.
—No te quejes. Solo vete.
Bill bufó pero finalmente decidió seguir las instrucciones de Derek, ahora podía caminar correctamente y el dolor en sus heridas casi se había desvanecido por completo a un simple y leve pinchazo.
—¡Me imaginé que harías una cosa así Derek! —una voz gritó desde la distancia pero al mismo tiempo se sintió sumamente cercana.
Bill se detuvo en seco, derrapando sobre las hojas secas y mirando a Derek con un pánico que no logró disimular.
—Peter... —murmuró Derek con la mirada, comenzando a buscar rápidamente por el bosque para localizarlo—. ¿Cómo...?
—Oh, vamos Derek. Me estás subestimando demasiado. ¿Acaso me ves sorprendido? —después de que esa pregunta fuera pronunciada, Peter apareció en frente de Derek, se había movido tan rápidamente que Bill apenas había logrado ver un destello como neblina pasar frente a él.
Dió media vuelta para observar la espalda de Peter Hale y como Derek lo miró directamente a él.
Vete. Decían de alguna manera los ojos de Derek, moviéndose de él al bosque abierto frente a ellos.
Pero Bill no pudo moverse, completamente congelado en su lugar.
—Era una prueba, mi querido sobrino. —comenzó a decir Peter, con su habitual tono cantarín y divertido como si estuviera en alguna clase de show musical—.Y no la has pasado...
Peter chasqueó la lengua contra su paladar, negando con la cabeza y fingiendo estar decepcionado—. Sabía que no podía confiar en tí, por eso decidí al menos hacerme cargo del segundo.
—¿Segundo? —susurró Bill confundido, Derek también estaba preguntándose lo mismo, con el ceño fruncido y desviando su mirada hacia Peter.
—Déjalo ir. —ordenó Derek, Peter soltó una risita.
—Oh, por supuesto que lo dejaré ir. —dijo Peter, pero ese tono divertido, como si ocultara algo, no le gustó nada a Bill.
—¿Qué es el segundo? —preguntó Bill una vez más, esta vez más alto.
—¡Solo vete, Bill!
Bill miró a Derek, indeciso.
Sus dientes mordieron su labio inferior con ansiedad, ojos brillantes mirando a Derek en busca de algo... Derek asintió y finalmente Bill dió media vuelta, comenzando a correr al bosque.
Ve con el veterinario, y quédate allí. No te quejes, solo vete.
El camino fue demasiado largo, la mansión Hale se encontraba lejos del pueblo. Pero la adrenalina y el miedo recorrían el cuerpo de Bill a partes iguales y con una fuerte intensidad que logró llevarlo hasta su destino sin detenerse.
Tropezó contra la puerta del veterinario y comenzó a tocar el cristal con ambas manos esperando a que alguien venga a abrirle.
Intentó regular su agitada respiración y no pudo evitar en esos segundos largarse a llorar.
Una inexplicable angustia recorrió su cuerpo.
Inservible.
Lastimado.
Débil.
Frágil.
Bill cubrió su rostro con ambas manos para acallar sus hipidos y lamentos, pronto la puerta fue abierta frente a él.
—Oh Billy, aquí estás. —Alan Deaton lo recibió, con su voz siempre tenue que no demostraba nada.
Cuando Bill apartó las manos de su rostro observó al padre de León, notando como traía una bata blanca que se encontraba ensangrentada.
—¿Qué... sucedió...? —preguntó Bill, entrando al lugar y comenzando a seguir a Alan por la habitación de entrada.
—¿El alfa te mordió? —le preguntó Deaton, mirándolo por sobre su hombro, Bill negó levemente.
—¿Y León? ¿Dónde está León? —preguntó Bill tardíamente.
Alan Deaton se apartó de su camino, dejándole ver a su mejor amigo acostado en la mesa de metal.
Por eso decidí al menos hacerme cargo del segundo.
Hacerme cargo del segundo.
El segundo...
Alan Deaton suspiró, colocando una mano sobre el hombro de Bill—. Bueno León... No tuvo tanta suerte.
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ
***
Ayer tuve mi momento más inseguro, les pido primeramente perdón y también y además muchas gracias a todos los que estuvieron allí para calmar mis dudas y animarme a continuar♡
Este capítulo no es tan largo porque es solo la segunda parte del capítulo anterior que tuve que cortar en dos, ¡ya quedan dos capítulos más y se termina la primera temporada!
Ví hoy un comentario acerca de que suerte que se terminó todo entre Bill y Chris ejem, ejem... Sí... Dejaré que crean eso por ahora jssjs
¡Muchas gracias por leer! ¡No se olviden de votar y comentar!
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