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01.08. Night School Part²


Bill podría haber estado un poco asustado y la completa oscuridad por los pasillos podrían haberlo distraído un poco, pero tomó una decisión muy clara: no se iría de esa escuela sin descubrir quién era el alfa.

Sea quién sea, una cosa tenía clara y era que estaba buscando venganza en contra de los Argent, de otro modo no habría manera de Allison esté allí con Stiles y Scott, ella fue llamada para caer en la trampa, porque el alfa la quería.

A partir de ese momento, un montón de incógnitas comienzas a abrirse porque sabe que la familia de los Argent son cazadores desde los siglos de los siglos, e incluso aunque Derek les había dicho que los hombres lobo no eran inmortales, a Bill no le resultó difícil creer que el alfa podría tener cientos de años.

Corrían por los pasillos mientras buscaban un aula vacía, en esos momentos lo único que detenía a Bill de no gritar en pánico como Lydia y Allison era solo la incógnita del alfa en su mente.

Y Stiles empujándolo detrás suyo con ambas manos en sus hombros, por supuesto era otra buena distracción para no comenzar a gritar.

A sus costados, Scott era empujado por Jackson y Allison, León por otro lado estaba de la mano de Lydia, todos moviéndose con velocidad, entre respiraciones agitadas y el terror de ser atrapados asentándose entre ellos.

Después de subir un tramo más de escaleras decidieron encerrarse en un laboratorio, empujándose a si mismos contra los costados de la puerta para no ser vistos por la pequeña ventana de cristal en el centro de esta.

Bill observa con una mezcla de curiosidad y pánico como la bestia pasa justo por al lado de la puerta, la sombra proyectándose contra el cristal como un movimiento oscuro, sintió como todos a su alrededor contuvieron la respiración y se aseguró de hacer lo mismo.

Pronto el alfa pasó por al lado y siguió de largo por el pasillo.

Eso fue raro... Pensó Bill, creyendo casi con total seguridad que la bestia sabría que ellos estaban allí escondidos.

Tienen los sentidos agudizados al máximo, Derek había dicho que el alfa era aún más poderoso que él y que los pase de largo así como así... No tenía sentido.

No tiene sentido, definitivamente sabe que nos encontramos aquí. Pensó Bill, observando las miradas aliviadas de todos los chicos más grandes que él allí en la sala.

Buscó la mirada de León, que se encontraba frente a él siendo medio abrazado por Lydia a su lado y notó que su amigo también se encontraba confundido, al igual que él.

Lo sabe. Logró gesticular Bill cuando León finalmente le devolvió la mirada, León asintió y con cuidado se separó de Lydia.

Scott había logrado poner una silla contra la puerta, que poco podría hacer para detener al alfa realmente.

—Jackson, ¿cuántos entran en tu auto? —preguntó Scott.

—Siete, si algunos viajan en las piernas de otros.

Bill alzó una ceja, interesado.

—¿Cinco? Apenas logré entrar atrás. —comentó Allison en un susurro más alto que los del resto.

Bill bufó decepcionado. El tipo solo está desesperado por huir.

No importa, no hay salida sin llamar su atención. —se quejó Stiles.

—¿Y qué tal ésta? —Scott caminó hasta una puerta, siendo seguido por Stiles.

Bill se acercó a su mejor amigo y le hizo una seña para que ambos se alejen del grupo, el primero en hablar fue León—. No tiene sentido que haya seguido de largo, ¿tal vez no está buscando matarnos?

—Tal vez solo la quiere a ella... —siguió Bill, intentando adivinar, su mejor amigo asintió a su lado, ambos pensando qué podría ser.

A lo lejos escuchaban a Scott y Stiles susurrar algo y como pronto se unieron una vez más al grupo.

—Conseguiré la llave. —declaró Scott, Bill y León no pudieron contener un suspiro exasperado.

—No tienes porqué ser el héroe, ¿Lo sabes, cierto? Es un suicidio. El alf- Derek estará allí esperándote. —Bill se corrigió rápidamente, acercándose también al grupo y sabiendo como León lo estaba siguiendo.

—Tiene razón, es muy peligroso. —secundó Allison.

—Alguien debe hacerlo, ir a buscar la llave para poder salir de aquí. —explicó Scott.

—¿Y por qué tienes que ser tú el héroe? —se quejó Bill.

—Vamos León, cállate y deja hablar a los grandes. —se quejó Scott, dándole un ademán para restarle importancia a sus palabras.

—Yo soy Bill y además, tú eres muy grande, no puedes pasar desapercibido, no como yo. —gruñó Bill, no tenía ni la más mínima intención de salir allí afuera, pero que Scott lo aparte tanto y encima quiera hacerlo sentir un estorbo no iba a ser algo que Bill soporte.

—El niño tiene razón McCall, no tienes porqué ser siempre el héroe, él podrá esconderse mejor de Derek. —lo segundó Jackson, asintiendo en su dirección.

—Esto es una mala idea. —se quejó León a su lado, Bill se encogió de hombros.

—No, simplemente no. Iré yo. —declaró Scott, caminando hasta donde estaba Bill para enfrentarlo.

Bill subió la mirada para enfrentarse a los ojos enojados de Scott, pero no pudo evitar dar un paso hacia atrás cuando McCall hizo brillar sus ojos en color dorado.

Una amenaza, una advertencia, palabras sin pronunciar pero que Bill escuchó resonar en su mente Yo iré porque soy más fuerte que tú.

Bill bufó, alzando las manos en señal de rendición—. Bien, lo que sea. Ve tú.

A su lado León soltó un suspiro de alivio, pero Allison seguía moviéndose inquieta, negando con la cabeza.

—No puedes salir sin armas. —se quejó ella, acercándose hacia Scott y colocando ambas manos sobre su pecho, como para internar retenerlo.

El pensamiento de que Allison Argent era una cazadora y Scott McCall un hombre lobo hizo que Bill suelte un bufido de risa, negando con la cabeza no pudo evitar decir—. Esto es ridículo.

Scott lo ignoró, tomando un palo de acero con un pequeño dedo que señalaba, lo que usaban los profesores para elegir a los voluntarios para leer los libros de texto en las clases.

—Es mejor que nada. —dijo Scott al ver que Stiles había soltado un suspiro irritado.

—Tiene que haber algo más... —murmuró Stiles.

—La hay. —Lydia dijo, mirando directamente al pequeño cajón con sustancias químicas.

Bill arrugó la nariz con asco, alegrandose de que todavía le queden un par de meses antes de tener que llegar a esta escuela y tener la bendita clase llamada química.

A su lado, León asintió emocionado a las palabras de Lydia.

—¿Qué haremos? ¿Arrojarle ácido encima? —preguntó irónicamente Stiles.

—No, armar una bomba. Allí adentro tenemos todo lo necesario para hacer una bomba Molotov autocebante. —respondió Lydia, como si fuese algo súper obvio.

León se acercó un paso a Lydia, asintiendo emocionado. Bill rodó los ojos, nerds.

—Autocebante... —repitió Stiles, entre confundido y sorprendido.

—Una bomba Molotov. —dijo León en cambio, como si esa fuera explicación suficiente para que todos allí entiendan el extraño lenguaje que ambos comenzaron a hablar—. ¡Es verdad! Puede ser una gran idea.

—Tampoco tenemos llave para eso. —dijo Stiles, señalando el cajón.

Bill buscó entre las largas mesas algo para romper el cristal y sin decir una sola palabra tomó lo que parecía una regla de madera y se acercó al cajón, golpeando el cristal con la regla y escuchando como el vidrio se quebraba en cuestión de segundos.

—Hora de trabajar, nerds. —murmuró Bill, separándose del cajón y observando como Lydia y León se acercaban al instante, comenzando a tomar productos químicos.

Bill se alejó del lugar, detestando el olor que desprendían todas esas mierdas.

En su antiguo hogar y hasta hace unos meses, el olor podría haber pasado desapercibido, como un alegre recuerdo de los experimentos que su padre siempre solía hacer en su laboratorio detrás del garaje.

Ahora solo era un olor amargo lleno de recuerdos agridulces.

Se detuvo detrás de una de las mesas y abrió un poco una ventana para dejar que el frío aire de la noche golpee al menos un poco su rostro.

—¿Te recuerda a tu padre?

—¿Y luego quién es el acosador? —bromeó Bill, dándose media vuelta para encontrarse a Stiles, el cuál se encogió de hombros y le guiñó un ojo.

—No podías ser el único con información. Era el mejor científico de Queens, ¿cierto?

Bill asintió en silencio, sintiendo como ahora la brisa chocaba sobre su espalda mientras Stiles le dedicaba una mirada comprensiva.

—Sé lo que se siente. —dijo Stiles después de unos segundos, Bill asintió.

—¿Tu madre, verdad?

Stiles lo miró confundido durante unos segundos y después terminó por suspirar divertido, asintiendo—. Casi me olvido que ustedes dos son todos unos espías, ¿Cómo llegaron hasta aquí por cierto?

Bill desvío la vista unos segundos hasta donde León se encontraba combinando líquidos junto a Lydia. Dió un asentimiento para señalar a León—. GPS en el auto de Derek y triangular los mensajes desde el teléfono de Allison.

Esta vez, Stiles abrió la boca en sorpresa y sus ojos se abrieron aún más, como si no pudiera creer que dos niños como ahora fueron proclamados en el grupo, habían logrado tal cosa.

—Tiene un contacto que logra conseguirnos todo ese tipo de cosas, desde las cámaras y los micrófonos hasta el gps y las instrucciones para hackear, todo por un buen precio. Y digamos que a León estos días el dinero le sobra... —decidió explicar Bill, sintiéndose relajado ante la presencia de Stiles.

Después de todo, no era algo que precisamente fuese un secreto para ocultar, tal vez a su madre y a los que no sabían del mundo sobrenatural, pero Stiles sí sabía y formaba parte de él.

Stiles asintió pensativo ante su explicación y después de unos segundos se detuvo—. Espera, ¿Qué contacto?

—Su tía, servicio de Marshal de los Estados Unidos. —dijo Bill, observando como Stiles volvía a asentir, todavía pensativo e igual de sorprendido.

Bill había notado y no sin un poco de fascinación que cuando Stiles se encontraba pensativo y su boca entreabierta su lengua se movía como lamiendo la parte interna de su labio inferior, y una vez que lo notó fue difícil apartar la mirada.

—Ustedes dos son más interesantes de lo que creí. —comentó Stiles, Bill siguió todo movimiento de la boca de Stiles hasta notar una sonrisa divertida que mostró sus dientes superiores—. ¿Mirando algo interesante?

Bill desvío la vista, justo a tiempo para observar como Lydia le entrega a Scott la bomba artesanal que habían creado.

—No, esto es una locura. No puedes hacerlo, no puedes salir. —dijo Allison, Bill alzó las cejas, fingiendo estar interesado todo ante la atenta mirada de Stiles.

—Woah, ¿de qué estarán hablando? —murmuró Bill, moviéndose por el salón para acercarse una vez más al grupo, detrás suyo escuchó a Stiles contener una risita.

—¿Eso que ví fue un sonrojo, Jecksen? —canturreó Stiles en un susurro, Bill se mordió el labio inferior y no volteó a ver a Stiles hasta llegar al grupo, en dónde se colocó estratégicamente a un lado de León para no poder observar la sonrisita traviesa de Stiles frente a él.

—Podrías morir, ¿no lo entiendes? Ya asesinó a tres personas. —espetó Allison, mirando directamente a Scott e inclinándose en la mesa, enfrentándolo.

Si supieras Allison... Pensó Bill, finalmente logrando concentrarse en la conversación.

—Nosotros seremos los siguientes. Y alguien debe hacer algo. —declaró Scott.

Bill rodó los ojos, completamente aburrido de haber decidido concentrarse en la conversación.

—¿Creaste una bomba, L'? —preguntó Bill a su amigo, mirando de reojo como Allison le seguía suplicando a Scott que no vaya.

—Fue lo más genial del mundo. —susurró León a su lado.

Ambos amigos observaron como Scott finalmente salía de la habitación.

—Bueno, ¿de qué colores deberían ser sus flores? —Bill preguntó, intentando aligerar el ambiente, frente a él Jackson bufó una risa.

—Rojas. —dijo Jackson.

—¿De qué están hablando? —preguntó Allison confundida, León bufó pero la miró, decidida a explicarle.

—Están hablando del funeral de McCall, eso que está haciendo, saliendo allí a fingir ser un héroe: es un suicidio. —dijo León, señalando la puerta. Frente a ellos, Allison negó con la cabeza, sus ojos brillando con lágrimas contenidas, pero ya varías antes habían corrido por sus mejillas húmedas.

—Solo estamos bromeando, Allison. —intentó calmarla Jackson, colocando una mano sobre las dos de Allison que se encontraban encima de la mesa que todos estaban rodeando.

Bill buscó con la mirada a Stiles, sabiendo que tal vez el mejor amigo de Scott tendría alguna explicación de porqué este tipo quería contener a la novia de McCall, pero Stiles solo miró las manos conectadas con los ojos entrecerrados en sospecha.

Sí, bien. Ni Scott ni Stiles saben que Jackson quiere a Allison, perfecto.

Nadie hizo ni un solo comentario, aunque Lydia parecía un poco más inquieta y molesta que segundos antes.

Todos se movieron contra la puerta, a la espera de que Scott regrese, en un completo y expectante silencio, al menos Jackson había soltado las manos de Allison cuando se movieron a campear la puerta.

Muchos pensamientos recorrían la mente confundida de Bill, y él ya no sabía si debía concentrarse en descubrir quién es el alfa o mirar atentamente cada más mínimo movimiento que Stiles hacía.

Parecía no poder quedarse quieto, moviendo sus manos con nerviosismo, tomando lo que sea entre sus manos para comenzar a jugar con ello. Sus ojos se movían por la habitación con rapidez, como buscando amenazas, pronto lo que sostenía en sus manos era abandonado pero comenzaba a moverse por la habitación, caminando con pasos cuidadosos para que no resuenen demasiado.

—Es que, no lo entiendo, no entiendo porqué él está allí afuera y nos dejó. Hasta mis manos están temblando. —Allison volvió a hablar, extendiendo sus manos frente a ella que efectivamente estaban temblando.

—Está bien, todo está bien. —dijo Jackson, tomando sus manos una segunda vez esta noche.

Ahora León también había notado lo disconforme que Lydia se encontraba y estaba intentando distraerla, comenzando a hablar entre susurros de la bomba que habían hecho juntos y más preguntas que Bill no logró escuchar pero notó que estaban calmando y distrayendo a Lydia.

En un momento, tanto León como Lydia miraron la mesa a unos pies de ellos.

—Jackson, nos pasaste el ácido sulfúrico, ¿cierto? —preguntó Lydia, con ambos brazos cruzados y la mirada todavía fija en la mesa.

—Tiene que ser ácido sulfúrico o sino no encenderá. —murmuró León a su lado, como explicación.

Bill alzó ambas cejas confundido, mirando un pequeño temblor en la comisura del labio de Jackson antes de que este responda un poco entrecortado y molesto—. Les di exactamente lo que me pidieron, ¿cierto?

—Sí... Estoy segura de que así fue. —dijo Lydia, su voz aún un poco apagada.

León la miró con sorpresa, como si aquello no fuera algo que habían decidido, Lydia volvió a mirar a León y se encogió levemente de hombros, una mirada un poco culpable.

Bill no entendía una mierda de nada, pero estaba seguro de que Jackson había mentido allí.

Bueno, no es como que Scott realmente necesite una bomba casera para poder defenderse. Pensó Bill y justo en ese instante un fuerte y atronador gruñido se escuchó por toda la escuela.

Lo siguiente que se escuchó eran los gritos desgarradores de Jackson, quien trastabillado hasta el suelo, con una mano en la parte posterior de su cuello.

Rápidamente Bill se agachó hasta él, mientras sentía que Jackson quería empujarlo lejos, pero antes de que lo logre Bill había logrado mover la chaqueta de cuero de Jackson, logrando ver unas pequeñas heridas ensangrentadas.

Garras, heridas de unas garras.

Intentó recordar si Derek había dicho algo de cómo los hombres lobo se creaban, además de las mordidas... ¿Podría ser también con solo arañarlo lo suficientemente profundo?

Bill finalmente fue empujado lejos, pero Stiles logró sostenerlo a tiempo antes de que caiga.

—¿Viste eso cierto? —preguntó Bill en un susurro, sintiendo como las manos de Stiles lo sostenían de la cintura para no caer, pero rápidamente las manos subieron hasta sus hombros para mantenerlo estable.

—Sí, lo ví. —le respondió Stiles detrás suyo, Bill sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al sentir la voz tan cercana de Stiles.

Ambos observaron como Allison y Lydia le preguntaban a Jackson si se encontraba bien y como Jackson les gruñía respuestas.

—¿Qué fue eso? —preguntó León, acercándose hasta ellos.

—No estoy seguro. —murmuró Stiles.

—Tiene esa herida allí hace días, pero no me dirá que es lo que le sucedió. —explicó Lydia.

—Como si te importara. —se quejó Jackson, volviendo a darle una fría mirada a Lydia.

Okay, Bill se estaba cansando de ese tipo y su trato irrespetuoso a Lydia.

Pronto los gritos comenzaron a llenar la sala mientras Jackson y Lydia discutían y Allison comenzaba a gritar que Scott ya se estaba tardando.

Bill se alejó del grupo cuando Stiles soltó sus hombros para acercarse a Jackson y decirle que se calle.

Tanto él como León se acercaron a la ventana.

—¿Dónde estará mi padre...? —preguntó León suavemente, Bill estaba a punto de responder pero de pronto otro ruido logró llamar su atención por sobre los gritos.

—¡Chicos, chicos cállense! —gritó por encima del grupo que pronto guardó silencio—. ¿Escuchan eso?

Todo el grupo se acercó hasta la ventana que Bill había abierto, y observaron con miradas aliviadas como las patrullas comenzaban a acercarse con aquél característico ruido y luces moviéndose y alumbrando las paredes de la escuela.

—Llegaron. —dijo Lydia con un suspiro aliviado.

Diez minutos después, todos se encontraron fuera de la escuela.

Bill observó con una pequeña sonrisa aliviada como León salió corriendo hasta su padre, que se encontraba sentado en la parte trasera de una ambulancia.

Decidió no acercarse, ya que no parecía adecuado romper el pequeño momento padre e hijo.

Se quedó allí, parado en el final de las escaleras de la escuela y mirando como el sheriff estaba con a su hijo y a Scott haciéndoles un par de preguntas.

No había rastro de Derek por ninguna parte.

Su madre seguía de viaje fuera del pueblo.

Y una vez más, Bill se sintió completamente solo.

En algún momento, Scott y el sheriff habían ido por caminos distintos y Stiles se encontró solo recargado contra el poste de las escaleras, Bill no pudo evitar acercarse.

—Stiles... Oye... —Bill comenzó, acercándose hasta él y notando como Stiles le dió un asentamiento a modo de saludo, sus ojos ahora mirándolo con atención—. ¿Puedo hacerte una pregunta extraña?

—¿Más extraño que lo que sucedió hoy? —preguntó Stiles entre divertido y curioso.

Bill no sabía si se refería a toda la situación del alfa o a él mirando los labios de Stiles sin ningún tipo de reparo así que se encogió de hombros—. ¿Puedo?

—Claro.

—¿Podría... Solo por esta vez quedarme en tu casa a pasar la noche? —preguntó Bill, notando como Stiles alzó ambas cejas sorprendido, tal vez sin esperar esa pregunta.

—¿No volverás a casa con tu mamá? —eso no era un no, así que Bill mantuvo las esperanzas un poco más.

—Está de viaje... No sé si quiero volver solo a casa. —Bill se encogió un poco en su lugar, mirando a Stiles con ojos suplicantes.

Era verdad, al menos en parte.

Él no quería volver solo a su solitaria casa, no podía ir a la de Derek ya que él no estaría allí y a León no le gustaría. Y tampoco podría ir a casa de León ya que sabía que su mejor amigo tenía que solucionar un par de asuntos familiares.

Bueno sí, y también quería pasar más tiempo con Stiles.

—¿Estás quedándote solo en tu casa? —preguntó una tercera voz a su espalda, Bill dió media vuelta para encontrarse al Sheriff Stilinski.

Bill asintió levemente y decidió explicarse—. Mamá confía en mí para quedarme solo, ella no sabía nada de los asesinatos y creía que solo iría y volvería de la escuela sin más.

El sheriff asintió comprensivo, mirando de Bill a Stiles.

—¿Puede quedarse? —preguntó Stiles, su voz un poco suplicante al pedirle permiso a su padre, Bill no pudo evitar sonreír al pensar que a Stiles le gustaría que se quede.

—Sí, por supuesto. Puedes quedarte por esta noche y todas las que necesites hasta que tu madre vuelva... —el sheriff se detuvo un segundo, mirándolo con atención—. ¿Tienes su número? Debería avisarle de todo esto, que ella esté de acuerdo.

Bill asintió y pronto sacó su teléfono, funda roja, el que León le regaló esa misma tarde. Sonrió alegremente y le dictó el número al sheriff.

—Está bien, mañana por la mañana la llamaré, vamos a casa niños. —dijo el Sheriff, guardando su propio teléfono en dónde había notado el número y haciéndole una seña a los dos adolescentes.

Bill y Stiles comenzaron a caminar uno al lado del otro en dirección a la patrulla.

—Gracias. —dijo Bill en un susurro, Stiles lo miró y le guiñó un ojo, golpeando suavemente su hombro con el suyo.

—Lo que necesites, Billy.

***
omg, ¿recuerdan que les dije que el capítulo había quedado largo? bueno, ahora lo podemos confirmar.

¿yo? yo vivo por las pequeñas interacciones de Bill y Stiles.

¿Que les pareció el capítulo? No se olviden de comentar si les gustó que me anima muchísimo a seguir este fic ♡⁠

Y ahora antes de irnos... ¿Alguien por aquí es fan de Percy Jackson?

Si la respuesta es sí... Déjenme presentarles al noviecito de Percy que estoy preparando para mi futuro fic:

Ahora sí, sin más, espero que les haya gustado y no se olviden de votar y comentar ♡⁠♡⁠

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