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•DEVOUR•

«Te quiero sobre mi
Necesito tomar un poco de aire
Porque, cariño, me entiendes tanto
Tan empapado
Este calor me está afectando
Te quiero sobre mi»

Shy Smith - "Soaked".

[...]

Día 2: Voy a devorarte.

Si le pedían a Isagi una definición de "Devorar". No sabría muy bien como explicarlo.

¿Saben cuándo un león atrapa una gacela? Sí, ajá, todos sabemos lo que viene después. Un final jodido para la gacela después de darlo todo para intentar escapar de las fauces de aquella criatura que al ser más grande se cree con la autoridad de hacer lo que se le venga en gana como arrebatarle la vida a otra especie.

Aunque esa sería una visión muy poco justa de la situación, ya que el león cuando menos, solo quieren sobrevivir también un día más y alimentar a su familia.

Devorar era entonces comer a una presa, pero también se podía entender como la supervivencia del más apto, del más fuerte, del más listo. Devorar para adquirir energía, para adquirir experiencia.

Devorar para vencer.

Y Yoichi no podía creer que estaba pensando en leones, supervivencia y toda esa mierda mientras estaba besándose con Itoshi Rin en el ascensor de un hotel lleno de reporteros.

Ja, ja. Si Bachira se llega a enterar se morirá de la risa.

Por sus pensamientos, no por el hecho de que esté a punto de coger con el jodido Itoshi Rin. ¿Acaso ya había dicho su nombre?

Maldita sea, vaya que estaba nervioso. Y no es por nada, pero solo estaban en el ascensor de un hotel cinco estrellas, con un montón de reporteros en busca de alguna entrevista con los futbolistas que se estaban hospedando en el mismo. Y claro que eran periodistas deportivos, pero ni eso, ni una demanda podría interponerse entre ellos y la posibilidad de un chisme tan malditamente jugoso como lo es el hecho de que un par de las estrellas del equipo japonés, ex-compañeros del famoso proyecto Blue Lock, "enemigos" en la liga europea, y rivales casi que desde el inicio de su vida deportiva (sí hablamos desde su presencia en medios) estén besándose como si no hubiera un mañana.

Era como ponerse un revolver en la cabeza y jugar a la ruleta rusa. El maldito edificio tenía como veinte pisos y sería un milagro si el ascensor no paraba en algún piso por petición de algún pobre inocente que no quisiera encontrarse con esa imagen subida de tono mientras ellos intentaban llegar a una habitación (con ropa, si es que había suerte).

Pero ¿Cómo llegamos a esta situación? Se preguntarán. La realidad es que Isagi tampoco está muy seguro al respecto pero ahora tiene la mano de Rin colándose debajo de su camisa y su rodilla justo entre las piernas haciendo presión, lo cual se sentía bien en lo que cabe, por lo que sabe esa técnica es con mujeres (no es que lo haya intentado antes, claro). Hijo de perra que tenía experiencia o talento natural ¿Quién sabrá? No tiene idea de la vida privada de ese idiota, solo sabía que sería muy inocente de su parte pensar que era un santo, por Dios, tiene veintidós años la criatura y ya apareció en la lista de los hombres más sexys del mundo, sería una tontería pensar que no había hecho algo por el estilo antes pero al mismo le costaba imaginarlo con la habilidad de llevar a quien sea a la cama.

Quien sea, excluyendose a sí mismo de esa oración porque es consciente de dónde está parado justo ahora y porque es claro que se traían ganas desde hace algún tiempo atrás.

Supone entonces que desde el primer “Voy a devorarte” había algo escondido por allí. Muy, muy, muy en el fondo. Tan oculto en su mente y tan enterrado en la profundidad de su corazón que el cosquilleo que sintió en todo el cuerpo tras esas palabras, tal vez no era simplemente la emoción del momento al declarar su rivalidad en voz alta, si no más bien, que detrás de eso, había algo más. Y el león se fué acercando poco a poco hasta atraparlo (para este punto, ya no tiene idea de quién es el león en esta metáfora).

Tal vez el león era entonces sus sentimientos o era el indudable pensamiento que siempre tuvo (por más que lo negara un sinfín de veces) acerca de lo sexy que era Rin. O tal vez, simplemente, ya está desvariando porque las manos del menor bajaron hasta sus caderas, atrayendo su cuerpo hasta tenerlo tan cerca que sus pechos chocaban sintiendo casi la forma que tenía a pesar de la ropa y lo animado que estaba Rin con todo esto.

Oh, vaya que lo estaba. Lo cual, le permitía sentirse un poco menos avergonzado por estarlo él también, ya que empezaba a dolerle la entrepierna y el puto ascensor no llegaba al piso correspondiente.

Los labios de Rin bajan por su quijada hasta llegar a su cuello, puede ver la pequeña pantalla del ascensor indicando que faltan aún unos cinco pisos para llegar. ¿Cuánto tiempo había pasado? Porque sentía que se quedaba sin aire y llevaba una eternidad saboreando la menta y el vino de los labios de Rin.

Él ni siquiera debería estar aquí, pero lo está. Huyendo de la reunión del Bastard y de la invitación de sus amigos de beber otra ronda en cuanto notó un par de brillantes ojos turquesa en su dirección. Y se pregunta ¿Cómo mierda había burlado a tantos reporteros? No era una fiesta exclusiva, a lo mucho tenían sus mesas en una zona apartada, una cena en el restaurante del hotel que de por sí era una maravilla y con la seguridad activa para tener a la prensa lo bastante alejada. Otros residentes del hotel también podían entrar al restaurante, solo que no se acercaban a la zona destinada al equipo por cuestiones de etiqueta y cortesía.

Al levantarse para ir al baño, logró verlo a una distancia prudente y el Itoshi le sonrió divertido cuando sus ojos conectaron, porque Isagi no podía con la sorpresa, siendo que cuando le dijo en aquella ocasión en el apartamento del menor que tendría que esforzarse un poco para que entre ellos surgiera algo, lo decía más como una excusa barata para darse el tiempo de aclarar su mente y hacerse a la idea de que tenía una oportunidad con el chico que le hizo darse cuenta de que no era tan heterosexual como pensaba.

Y claro que cuando esas palabras salieron de su boca, no se esperaba que Rin se las tomara como un reto. Tan torpe e ingenuo, se daba cuenta ahora que lo veía en retrospectiva. No había forma de que Rin no lo viera como un reto. Enviándole mensajes cada día (ignorando lo frío que se sentían sus textos) flores  y regalos en varias ocasiones, además de visitas sorpresa que llevaban a una cita diferente cada vez, siendo paciente y dedicado, sin dar un paso más allá de lo que Yoichi estaba dispuesto a dar, sin forzarlo a sentir o corresponder ningún movimiento apresurado y solo aceptando lo que estaba dispuesto a dar.

Y Yoichi debía estar loco, porque había tenido oportunidades de hacer estar en la cama con él antes sin el riesgo de ser descubiertos, pero honestamente solo se estuvo haciendo el enigmático y misterioso, dejando al menor con ganas de un poco más, intentando ver qué tan comprometido estaba Rin con todo esto.

“Estaré ahí cuando menos te lo esperes” le dijo Itoshi cuando Isagi comentó que lo sorprendiera en alguna ocasión.

Y claro, vaya sorpresa que se llevó al verlo en ese hotel, en ese momento, cuando se supone que el maldito debería estar en Francia y no ahí en Alemania, sonriendo con esa socarronería que lo caracteriza. Luciendo tan malditamente guapo como siempre y siendo una tentación demasiado grande como para que Isagi pudiera resistirse de nuevo.

¡Ding! El ascensor llegó a su piso, es casi inhumana la fuerza que tiene Isagi para apartar a Rin de un empujón porque en ese piso se hospedan al menos tres de sus compañeros de equipo y aunque no estaba ebrio, tampoco estaba en sus cabales para recordar si estaban aún todos abajo cuando decidió darse una escapada de esa cena.

De cualquier forma, no es como que su reacción pudiera evitar que sean descubiertos. La apariencia de ambos dejaba en descubierto a kilómetros lo que estaba sucediendo ahí, siendo que los labios de Rin estaban hinchados, y su camisa estaba desacomodada, mientras que él tenía la corbata algo suelta, sintiendo un ligero pinchazo en el cuello donde seguramente habían marcas que empezaban a enrojecerse gracias a lo pequeños chupones que dejó el menor. Ambos estaban despeinados y sus respiraciones eran demasiado fuertes.

Isagi piensa que, tal vez el destino quiere que esto suceda, porque es hasta ridículo lo afortunados que son de no haber sido descubiertos aún cuando son tan descuidados y ahora el pasillo es una via libre hasta la habitación para que finalmente esa pasión que ya estaba ardiendo entre ambos desde hace un largo tiempo finalmente se consume.

El mayor cree que Rin será el primero en salir por esa puerta pero no lo hace, se queda ahí, quieto y en silencio, siendo su respiración el sonido más fuerte que hay en el pequeño, mientras que se limpia la comisura del labio debido a la saliva que se les ha escapando en medio de esos besos tan desastrosos. Isagi se siente pequeño por un segundo, aunque no lo es, pero la mirada del Itoshi siempre ha sido demasiado pesada.

—Después de tí. —Su voz es ronca, la primera vez que lo escucha hablar en esta noche y Yoichi no quiere ser juzgado por haber empezado a besarlo incluso antes de que Rin pudiese saludarlo.

Traga saliva con un poco de nervios, porque pues joder, se siente como un adolescente torpe por un segundo. No es que sea su primera vez o algo dramático, no es que sean novios o algo así, pero es claro que Rin se está inclinando en esa dirección con toda la intención de que Yoichi lo vea como algo serio y duradero, algo estable, algo real. Sí da un paso al frente, no significa que se harán novios enseguida pero estará dando pie a que la situación siga fluyendo.

No será algo casual, y él lo sabe. Y si no funciona, tendrá toda la mierda de arruinar la poca buena relación que ha conseguido tener con su rival, amigo... ¿Pretendiente? Bah, lo que sea.

Le asusta, pero entonces siente que ya se ha tardado lo suficiente y es imposible negarlo hasta para sí mismo porque realmente quiere que suceda.

Sujeta la mano de Rin, quien voltea a verlo, la sorpresa se deja entrever en su expresión por un segundo antes de mostrar una sonrisa ladeada y siguiéndolo hasta llegar frente a la puerta de su habitación. Itoshi lo abraza por la espalda, dejando un par de besos en su nuca mientras intentan inútilmente concentrarse para pasar la tarjeta de acceso por el censor.

La puerta se cierra detrás de ellos con un estruendo, la fuerza es difícil de controlar debido a la situación que les nubla el juicio, Rin casi se abalanza sobre él, se siente así porque lo empuja con rapidez hasta encontrarse acostados sobre la cama.

Yoichi siente el colchón hundirse a su alrededor, ahí donde las manos de Itoshi reposaban todo su peso para mantenerse sobre él sin aplastarlo. El mayor enreda los dedos en el cabello oscuro de su acompañante para atraerlo en un beso hambriento, con toda la intención de dejarle en claro que esto era algo que él también estaba deseando con ansias desde hace algún tiempo.

—Me gustas.

Es lo que dice Rin cuando sus labios se despegan por un momento dándoles tiempo de respirar como es debido. Hay una mirada tan intensa en sus ojos, que se siente como si quemara, como si hubiera un grito atrapado ahí, algo que le pidiera que le crea.

—También me gustas. —Le responde, porque es cierto, porque le cree, porque reconoce el esfuerzo que ha puesto Rin en todo esto y su dedicación.

Nadie había hecho tanto por Yoichi antes y se sentía tan querido, tan apreciado y tan especial que le encantaba.

Y finalmente tenía el valor para corresponder.

Se quita la camisa porque nota que aún hay algo de dudas en los toques de Rin y no lo culpa, siendo que Yoichi había estado bastante reacio a sus toques en las ocasiones anteriores, y eso parece darle el valor al menor para corresponder y seguir el ejemplo. Volviendo a su lugar con los labios demasiado cerca de su clavícula luego de quitarse la prenda.

La boca del Itoshi traza un camino de besos desde su pecho hasta su abdomen bajo, dejando una pequeña mordida ahí donde el hueso de la cadera de Isagi es un poco más prominente. Sus manos viajan hasta el cinturón, aflojandolo con facilidad, hasta poder deslizar los pantalones de Isagi fuera del camino.

Puede sentir como sus mejillas se sonrojan de manera avergonzada, porque no solo tiene una jodida tienda de campaña debajo de su ropa interior, sino que Rin tiene el descaro de besarlo a través de la tela. Su boca se abre en un intento de recuperar el aire que perdió debido a la sorpresa, y solo puede gemir por lo repentino que es sentir el aire frío de estar completamente desnudo finalmente.

—No tienes que hacer eso. —Sisea cuando siente que las manos del menor están en su miembro.

—¿No quieres que lo haga? —Se burla, el muy hijo de puta se burla, mientras que pasa la lengua por la punta e Isagi siente que toda su cabeza arde, dejándose caer contra el colchón, sin poder evitar el reflejo de sus caderas para acercarse más a Rin y a su boca. —Ah, veo que sí lo quieres. Lo deseas.

—Solo cállate. ¿No deberías tener la boca ocupada ya?

—Tan impaciente, Isagi. —El menor tararea, apretando el pene de su acompañante que aún se encuentra entre sus manos. —¿Quién diría que eras tú el que se hacía de rogar en todo esto?

—Yoichi...

—¿Uhm?

—Solo dime Yoichi. No te cuesta nada.

—¿Esto es cosa de nombres ya? ¿Llegamos a ese punto? —Rin lo acaricia con tanta suavidad y tanta lentitud. Y es tan frustrante.

—Maldita sea.

La mano de Isagi se desliza hasta enredarse en el cabello oscuro de su acompañante y la risa de Rin se corta, cuando el mayor tira de su cabeza para levantar su rostro y hacer que lo mire.

—Deja de burlarte.

Los ojos turquesa brillan mientras sonríe con diversión.

—¿No te gusta esperar, Yoichi?

—Pensé que ya habíamos esperado demasiado.

—Lo hemos hecho pero... Molestarte es tan divertido.

—Eres un...

No puede continuar, un gemido escapa de su boca y le entrecorta la voz cuando finalmente el más alto termina con esta tortura. Sus labios envuelven a Isagi tan bien que no puede evitar sentir que su cabeza gira, y gira, y gira.

Es tan cálido y tan dedicado, pero Rin va tan lento que solo consigue que gemidos torturados escapen de la garganta de Yoichi debido a la desesperación que está sintiendo justo ahora.

—Deja de burlarte de mí, Rin. Deja ya de bromear. —dice, el tono de su voz es claramente molesto pero sus ojos ruedan junto a un gemido que se escapa de su garganta cuando siente las vibraciones de su risa, ya que este aún no lo había liberado de su boca. —Carajo. ¿Cómo eres tan malditamente bueno?

—¿Realmente quieres saber? —pregunta, su voz suena algo ronca luego de tomar una gran bocanada de aire. Sus uñas dejan ligeros rasguños en los muslos de Isagi, sin apartar su cara de su entrepierna. —Vaya, no creí que fueras celoso. Tengo un pasado, bonito. Espero que no te importe.

Yoichi ni siquiera se había dado cuenta de lo mucho que se había fruncido su ceño de no ser por la burla de su acompañante. Y no es que le moleste, Rin está en su derecho de tener un pasado, por supuesto, nunca creyó que fuera una blanca paloma, pero le da cierto mal sabor de boca, más por el hecho de saberlo justo ahora, en esta situación y porque Rin fue su crush por mucho tiempo, claro está, y por mucho tiempo creyó no tener ninguna chance solo por creer que el idiota era hetero, para que al final, terminara siendo solo una falsa suposición.

—Acabas de decirlo, es tu pasado y ahí se va a quedar. No tengo nada de lo que estar celoso.

—¿Nada?

—Absolutamente nada, porque ahora estás conmigo. —Isagi tira una vez más de su cabello, obligándolo a mirarlo. —Y no hay nadie más en tu futuro.

—Vaya ¿Quién diría que eres tan posesivo? No eres tan tibio como creí.

—Aún no has visto nada.

Yoichi lo empuja para que el rostro de Rin vuelva a estar entre sus piernas, y este chistea, algo molesto por ser mangoneado de aquí para allá pero sin quejarse en voz alta al respecto.

—Ahora termina lo que empezaste.

Isagi podría estar cinco metros bajo tierra justo ahora sí las miradas tuvieran el poder suficiente para matar, pero al no tenerlo, solo puede sonreír con cinismo antes la mala mirada que el dirige Rin después de esas palabras, pero no refuta ni se niega, hace exactamente lo que se le pidió, y sus labios vuelven a envolver la hombría del mayor, llevando sus límites un poco más allá.

Ya no hay más vueltas, ni burlas, Rin lo está tomando con fuerza y rapidez, hasta que casi siente que está alcanzando su garganta o algo así, pero no parece estar ahogado o falta de aire. Yoichi da todo de sí para mantener sus caderas pegadas al colchón, pero el Itoshi toca la mano del mayor sobre su cabeza y lo hace empujarlo más abajo, antes de dedicarle una mala mirada.

El mayor siente que lo conoce lo suficiente para casi escuchar un “¿Crees que no puedo soportar tus embestidas, tibio?"

—Quieres que te folle esa bonita boca ¿Cierto? —Isagi sonríe mientras lo dice, el ceño de Rin se frunce cada vez más pero no se aparta. —Solo tienes que pedirlo.

Itoshi hace el intento de separarse, seguramente con toda la intención de insultarlo como respuesta, pero Yoichi no se lo permite, sujetando su cabello con más fuerza que antes, empezando a embestir su boca justo como le pidió. O bueno, lo que él había entendido por una petición.

Cree realmente que lo era, porque claramente su mano no tiene la suficiente fuerza como para poder dominar a Rin, y sí este quisiera podría liberarse de su agarre, respirar y luego golpearlo por ser un imbécil, pero no lo hace. Se mantiene ahí, recibiendo todo lo que Isagi le está dando sin chistar aunque puede notar que le está dificultando la respiración.

—Solo un poco más. Estoy tan cerca. Lo estás tomando tan bien para mí. Me encanta.

Los ojos turquesa tienen apenas una fina capa de lágrimas debido a la falta de oxígeno que seguramente está sufriendo, sus ojos se cierran por un momento, recibiendo las embestidas hasta que finalmente Yoichi no puede aguantarlo más y un gemido fuerte se escapa de sus labios al liberarse finalmente.

Y bueno, cuando llegó a este hotel junto a su equipo, no pensó jamás y nunca terminar la noche, en la cama corriendose en la boca de Rin.

Ni siquiera se le había ocurrido nunca que “Correrse en la boca de Rin" estuviera entre sus opciones en ningún sentido porque no creía que está fuera una actividad que le resultará interesante u atractiva, y aunque se sentía decepcionado de imaginarlo, tampoco es como que le insistiría por algo así, pero a veces la vida tiene bonitas sorpresas.

Como la bonita imagen de Rin levantándose con los ojos lagrimeando, los labios rojos, el pelo desordenado y una mirada demasiado pesada para el bien de su corazón mientras que se tragaba lentamente la liberación de Isagi.

—Eres un maldito adulador. —dice, su voz suena rota, demasiado grave después del asalto que tuvo que aguantar.

—No veo que te haya molestado. —contesta Isagi, mirando hacía abajo donde Rin aún tiene el pantalón puesto, pero está dejando en evidencia su exitacion como el mayor hace unos momentos.

No se espera entonces el beso repentino que el Itoshi le da, pero no se queja al respecto. Abre la boca con todo el gusto del mundo, disfrutando la forma que tiene su acompañante de mover los labios y acariciar sus lenguas con una lentitud que es malditamente excitante.

—Es tu turno de devolver el favor.

—Creí que nunca lo pedirías.

¿Lo que significa devorar? Ni puta idea, Isagi ahora mismo está demasiado ocupado como para pensar en eso.

[...]

Con su permiso, me voy a una esquina debido a la vergüenza.

Nadie me manda a decir que haría estos días también, y aunque lo sufro, lo prometido es deuda. Ojalá no haya quedado mal, ya saben que no me acostumbro a esta temática.

Según yo, entra aquí porque NSFW es cualquier tipo de situación +18 y no solo la del acto en sí (?

Y si se lo preguntan, sip, voy a terminar la week normal. Es que me enfermé los últimos días de la week y como no lo pude terminar a tiempo me dió bajón jaja. Me puse bien triste y creo que eso mismo me bloqueó las ideas que tenía, aún las tengo, solo me falta darles forma para completar lo que falta.

¡Gracias por leer aunque me muero de la pena que lean esto! ✨

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