Dean's Diary

05:00 pm

La mañana transcurrió en un suspiro, luego de mi momento paranoico en el departamento de Zayn, solo me limité a volver a casa con la intención de pasar el resto del día con mi familia, pues Zayn tendría que estar ocupado dirigiendo la empresa.

Escuchar música es lo que más me gusta hacer en mi tiempo libre, es por ello que al llegar a casa, luego de una breve conversación con mis 4 hermanos varones sobre el paradero de mi padre a otra ciudad en este pequeño condado, me limité a recostarme cómodamente sobre la colcha y a mirar hacia el techo mientras escuchaba la mayoría de las canciones descargadas en mi celular.

Nuevamente volvió a mí esa extraña sensación que tuve cuando me encontraba en el departamento de Zayn, sentía como si alguien estuviera al asecho.

Miré a los lados de mi habitación, no parecía toparme con la presencia de alguien por lo que dejé de creer en que debería prestarle atención a la sensación que tuve al principio.

Suspiré a la vez que noté la rápida llamada de otro número desconocido. Sí, me había memorizado los últimos dígitos del número que llamó esta mañana, y el número que llamó justo ahora no terminaba igual.

Dudé en contestar un par de veces, sin embargo decidí hacerlo por el simple hecho de que pudiera tratarse de otra persona, y si no, la insistencia de aquel hombre misterioso también me intrigaba.

-¿Hola? -contesté la llamada con un tanto de nerviosismo y escuché atentamente sus palabras a través de la línea.

Salí cuanto antes de mi habitación. Al bajar las escaleras repasé una y otra vez lo que aquel sujeto me había dicho en la llamada: Amenazas.

Mi piel se erizó en el preciso momento en el que me dediqué a recordar lo ocurrido.

Tomé velozmente la chaqueta de color marrón guindada en el perchero junto a la puerta de la sala. Mi hermano mayor Marcos no tardó en percatarse de mi intento apresurado de huir de casa.
Permaneció parado frente a la puerta mientras observaba cada uno de mis movimientos intentando analizarlos para obtener información de lo que planeaba.

-¿A dónde vas? -interrogó cruzado de brazos.

-Iré a casa de Emma -mentí con disimulo.

Se acercó más a mí y comenzó a verme a los ojos, cuando centró estos en los míos fijamente, con la esperanza de descubrir si mentía o no, sujetó mi brazo derecho algo rápido, pero con relajo.

-Irás a la mansión de vampiros ¿no es verdad? -preguntó seriamente con el semblante más calmado. Claramente se refería a la mansión de la familia de Zayn.

Tragué con dificultad.

Negué con la cabeza y permanecí callada ante aquella pregunta, y no, no iba a aquella mansión.

Recordaba la fría voz que hablaba detrás de la línea y la cual pedía amenazante que descubriese a el asesino de Dean, entonces me convencí lo suficiente para sentir que de alguna u otra manera la vida de todos a mi alrededor peligraría si no cumplía con sus requisitos. Así que evité del algún modo contarle la verdadera historia a mi hermano mayor.

Debo admitir que no me hallaba muy emocionada por esa situación. Era una seria comisión que me había otorgado aquel sujeto, y al parecer un motivo para acabar con mi vida es lo que tendría en cuanto no cumpliera con ese deber.

-No, Marcos. No lo haré -dirigí a mi hermano una mirada inexpresiva.

-Entonces... ¿a dónde vas? -retomó nuevamente la pregunta.

Fijé mis ojos por un momento en aquellas zapatillas de color gris que llevaba puestas, como si hubiera algo interesante al hacerlo. Unos breves segundos después, retomé la mirada en él.

Volví a contestarle que iría a visitar a Emma, y luego me despedí:

-Volveré en un par de horas.

Marcos entornó sus ojos.

-Bien, como digas -se dio por vencido-. Salúdame a Emma.

Sonreí ante mi victoria.

Muy bien, ya era hora de investigar a Justin West, el chico que -según el llamado anónimo-, sabía mucho acerca de Dean.

Supuse que el hablar con él podría darme una idea de los implicados en el asesinato de Dean.

Si es que en verdad lo hubo.

Según los Beckett, la autopsia reveló el suceso de cómo ocurrió su muerte pero no demostraba con exactitud que fuera un crimen cometido por alguien. Pero, conociendo el mundo moderno en el que me encuentro donde los ricos con dinero y los asesinos con cartas a su favor pueden alterar datos... tengo mis dudas.

Emma sabía de mi investigación de Dean, le conté justo antes de decidir salir de casa. Al principio no se oía muy convencida de acompañarme, a pesar de que omití el hecho de que trabajo para un extraño anónimo y todo lo demás. Ella dudó de mi deseo de investigar este caso, pero aunque me costó convencer a la chica para nada crédula, al fin lo logré.

Mi amiga y yo arrastramos nuestros pies hacia la casa del tal Justin West. Mientras nos encaminábamos en dirección a aquella propiedad en Golden Village, conversábamos sobre nuestra vida y la de algunos de nuestros antiguos compañeros de clases, ahora que nos habíamos graduado.

Es cierto, la casa de los West no se hallaba muy lejos de la nueva casa de Emma, pero la caminata hasta allá nos agotó lo suficiente para creer que lo fuera.

Ambas nos miramos a la cara mientras esperábamos la señal de aquel chico abriendo la enorme puerta de aquella casa.

Tan pronto como la puerta fue abierta ante nuestros ojos, Emma y yo percibimos su presencia.

Ella me miró de reojo alzando sus perfectas cejas y no impidió que sus labios soltaran una sonrisa breve mientras me veía.

Pude detallarlo brevemente: piel realmente pálida, ojos verdes con poco brillo, y cabello negro oscuro como la noche. El rostro de aquel chico que me parecía familiar me hizo percibir que parecía estar desinteresado.

No demoré en recordar en dónde lo había visto.

Sí, era Justin West, el chico que cursó penúltimo año junto a mí, y quien -si no fuera por su pronta retirada de la secundaria Beverly- hubiera sido con seguridad el encargado de dar el discurso en nuestra graduación.

Emma comenzó a explicarle a Justin el motivo de nuestra visita a su hogar, mientras que el chico demostraba poco interés bajo esa mirada seria y sin vida.

-No suelo hacer este tipo de cosas sin recibir nada a cambio -sonó exigente-. Lo haré por el simple hecho de que hablamos de mi mejor amigo.

Emma y yo nos miramos nuevamente la cara, sin poder ocultar esa sonrisa alegre al ver que estaba dispuesto a ayudarnos.

Le agradecía a aquel chico con profunda sinceridad.

-No me lo agradezcas. No lo hago por ustedes... -dijo usando un tono despectivo y se apartó de la puerta. Nos señaló la casa, invitándonos a pasar sin decir ni una palabra.

Suspiroé.

Justin sacó de su bolsillo un frasco diminuto repleto de pastillas y tomó una acompañada de un vaso de agua. Nos echó una ojeada muy intimidante mientras bebía de este.

No pude evitar poner mi cara de incómoda, sin embargo Emma sí lograba lucir tranquila.

El joven, luego de unos minutos de búsqueda de un objeto fuera de la sala, acercó a las manos de Emma un viejo y polvoriento libro, y al colocarlo en las manos de ésta, le dirigió una breve sonrisa falsa.

Vaya, este chico tiene problemas.

Ella le echó unas cuantas hojeadas a aquel libro, y sin palabras que salieran de su boca debido a lo sorprendida y turbada que estaba, lo extendió de manera cercana a mí.

Tomé entre mis manos aquel libro viejo y observé primeramente la portada.

El material lucía antiguo, aunque duradero, era todo de color negro oscuro con detalles en blanco, dibujos diminutos de notas musicales, contextura resistente, con hojas que parecían ser muy finas y de antigua calidad, adentro, la primera hoja casi en blanco dejaba ver una pequeña dedicatoria escrita con una muy buena caligrafía.

Decía:

" Para: Mi querido nieto, Dean

De: Su abuelo, Thomas Beckett

Espero que este regalo de mi parte sea de tu agrado y que tengas muy presente que podrás contar conmigo siempre que me necesites... "

Att: TBll "

....

Este capítulo lo cambié varias veces porque me parecía un poco tedioso al principio, ¿Ustedes que opinan? Leeré sus comentarios.

Me han escrito mucho por chat, con respecto al anónimo, muchas personas dicen que es alguien nuevo en la historia, pero aquí va un pequeño spoiler:

¡EL ANÓNIMO ES ALGUIEN QUE LILY CONOCE!

¿Quién creen que sea? Dejen sus comentarios...