La segunda pizarra de Lily

Zayn no había quedado satisfecho con la explicación que Reese le había dado con tanto detalle. Siento que Reese fue sincera, pero algo no me cuadra en todo este asunto. De todos modos, quise seguir con la investigación; ahora, un poco más aliviada.

También decidí no alejar completamente a Zayn de todo esto. En el momento, no me reprochó nada, pero sabía por su mirada que no le gustó para nada que le ocultara todo este asunto del anónimo. "Pude haberte ayudado", me dijo cuándo Reese ya se había marchado. Lo sabía, sabía que con su ayuda las cosas se habrían resuelto más rápido (y realmente así lo fue) pero tenía miedo, no tenía ni idea de quién estaba detrás del anónimo, temía que fuera alguien peligroso que le hiciera daño a mi familia y, por ende, también a Zayn.

Intentaré no ocultarle a Zayn más cosa como estas. Después de todo, pronto nos casaremos y no sería muy apropiado guardarle secretos a mi esposo.

Lo conduje por mi casa hasta llegar a mi habitación, y, cuando por fin se halló sentado, relajado, en uno de los sillones de mi cuarto, me armé de valor y le mostré todo lo que había estado investigando sobre la muerte de su hermano. Todo. Que se resumía abiertamente en una pizarra acrílica con fotos de todos los sospechosos de la muerte de Dean, todos los testigos y familiares del difunto y, además, todos los que yo creía que podrían ser el anónimo.

Esperé un momento a que sus ojos verdes discurrieran por toda la pizarra.

Estaba segura que no tendría que darle muchas explicaciones. Es Zayn. Sabría exactamente lo que estoy pensando con solo mirarme a los ojos.

Aun así le di bastante tiempo para que pusiera sus pensamientos en orden. Lo que le mostraba era algo extremadamente delicado.

Al cabo de unos minutos dejó de ver a la pizarra y me miró a mí.

—¿Por qué haces todo esto? —preguntó con voz tibia.

Algo dentro de mí se removió. Esperaba una respuesta distinta. Quería sentir que me apoyaba.

—¿No es obvio? —me defendí—. Intento encontrar al asesino de tu hermano. Quiero descubrir de una vez por todas quién hizo esta atrocidad para poder dormir en paz.

—¿Qué ganas además de eso? —volvió a preguntar, aún con mucha calma.

—No me importa obtener algún premio por esto, Zayn —dije algo alterada, gesticulando con vehemencia— Estoy muy cerca de atrapar al asesino de Dean. Sé que sólo me falta un poco más de tiempo. Lo de Reese fue una enorme pista; ahora los sospechosos se reducen a tres, las únicas tres personas que estuvieron en el río Cembert la noche en que Dean murió.

Suspiró.

—Lily, no es tan sencillo como crees —se puso de pie—. Ojalá todos pudiéramos hacer una lista de sospechosos y encontrar a las personas que cometen crímenes, pero no es tan simple. Quisiera también que fuera simple.

Me envuelve en un abrazo y me quedo en su pecho, pensando.

Por supuesto que no es tan fácil. Tenía a Reese en mis narices pero no sospeché de ella ni un segundo. Eso me desmotiva completamente.

—Además —continúa en un susurro, y se separa un poco de mí para poder mirarme— Pudiste lastimarte.

—No me hubiera importado salir lastimada —mascullé y me separé de él para hacer algunas anotaciones en la pizarra.

—¡Lily! ¿Acaso estás demente?

—Hago esto para encontrar al asesino de tu hermano —repliqué— ¡Hago esto por los dos, Zayn!

—¡NO ME IMPORTA ATRAPAR AL ASESINO DE DEAN SI TÚ SALES HERIDA EN EL TRAYECTO! —soltó con ímpetu.

¡Uh! Creo que ya se enojó.

—Sí... —prosiguió más calmado—, esta vez se trató de Reese, pero te recuerdo que una vez fuiste secuestrada. Quizás, señorita, la próxima vez venga algo peor. Y quizás, esta vez, estás pisando terreno peligroso.

Me detuve por un instante y repasé su última frase en mi cabeza. ¿Qué quiso decir con "terreno peligroso"?

—Aguarda, ¿sabes algo que yo no? —pregunté y él calló por unos segundos.

Se sentó sobre el sofá nuevamente.

Parecía algo dejado y pensativo.

—Hace un par de semanas —contó—, la policía fue a verme a Beckett-corp. El FBI, para ser específico. El punto es... que apareció otro cuerpo, y se cree que el caso de Dean y el de Abigail Watson están conectados.

Giro mi cabeza drásticamente de modo que mis ojos yacen fijos en el recuadro donde se suponía que colocaría la foto de Abigail Watson, pero en vez de eso, sólo hay un signo de interrogación en el medio.

Sólo he escuchado una vez de ella, pero su existencia ha sido muy intrigante para mí.

Aquel día, cuando las cobras intentaron enfrentarse a Zayn, ellos mencionaron que Abigail estaba muerta, y que su muerte había sido por culpa de Zayn, en ese momento el rostro de Zayn cambió por completo.

Seguí pensando en las palabras de Zayn, hasta que me di cuenta de lo que realmente había dicho.

—¡Espera! —exclamé— ¿Por qué el FBI fue a verte? ¿Acaso murió alguien que conocieras?

—Dímelo tú, ¿El nombre Chloe Simpson te parece conocido?

Por supuesto que sí. Chloe Simpson, era la mejor amiga de Reese en la secundaria. Ambas animadoras. Estaban siempre juntas hasta que un terrible accidente de tráfico acabó con la carrera de porrista de Chloe.

Reese no la tomó en serio desde entonces.

Rápidamente se corrió el rumor de que la Queen bee había cortado los frenos del auto de Chloe para causarle la muerte. Según se decía, por envidia, debido a que esta última la había superado en cuanto a destreza y estaba a punto de convertirse en capitana de las animadoras. Si no fuera por ese accidente, Chloe hubiera sido capitana, y el Reinado del Terror de la Queen bee habría llegado a su fin.

Convenientemente las cosas no pasaron así.

Demasiado conveniente.

—¿Crees que Reese tenga algo que ver con esto? —formulé la pregunta teniendo miedo de la respuesta.

—Tenía mis dudas —contestó Zayn—, hasta que sucedió lo de esta mañana. Ahora estoy cien por ciento seguro de que tiene algo que ver.

Me parece lógico. Reese tenía conexión con Chloe y con Dean. Además ella (El anónimo) cortó los frenos de la camioneta de papá. Pudo haber hecho lo mismo con Chloe. Pero no creo que Reese haya conocido a Abigail.

Quise preguntar, por un segundo, quién es esa chica Abigail y por qué es tan especial, pero no me salieron las palabras.

¿Miedo quizás?

Tal vez...

El rostro de Zayn cambia cuando alguien la menciona o dice su nombre. Es obvio que la extraña. Quizás sintió algo profundo por ella. Si es así, aún no tengo el valor suficiente para escucharlo hablar sobre un antiguo amor.

—Lily —Zayn habla, interrumpiendo mis pensamientos.

—¿Sí?

—¿Puedo preguntarte algo?

—Sí, claro, Zayn. Lo que sea...

Tardó mucho en formular la pregunta. Y, pensé de inmediato, en que podría estar triste. Se veía decaído.

—¿Aún quieres casarte conmigo? —preguntó.

¡¿QUÉEEEEEEEEE?!

Quedé perpleja. Sus palabras me tomaron por sorpresa.

¿Acaso es eso lo que Zayn más teme?

¿Qué de pronto cambie de opinión y no quiera casarme con él?

Eso es absurdo. Pero tierno.

Sonreí un poco y caminé hacia él sin apartar la mirada. Él se queda fijo observando cada uno de mis movimientos, hasta que, de una inhalación profunda, se queda totalmente quieto, cuando me subo a su regazo.

Lo miro cuando estamos frente a frente. Su aroma era bastante varonil. Como champú mezclado con loción para después de afeitar.

Coloco mis manos en sus mejillas para no perder el contacto con sus ojos. A su vez estos se iluminan como farol nuevo que acaba de encenderse.

—¿He dicho... —comienzo lentamente— o he hecho algo, que te haga creer lo contrario?

—Sólo contesta —dijo en un jadeo.

Supe entonces que no debía seguir martirizándolo. Así que le dije sin más:

—Te amo, Zayn Beckett. Casarme contigo es lo que más quiero en este instante.

Lo besé tiernamente. Quise hacerle sentir lo mucho que me importaba.

Él sujetó mis mejillas y le dio intensidad a nuestro beso.

—Yo también quiero...—afirmó y aclaró un poco su garganta, después continúo:—No sigas con la investigación. Siempre les pasan cosas malas a las personas que me importan.

Eso ya lo sabía. La familia de Zayn siempre pensó que él era sinónimo de catástrofe.

Su madre murió al darlo a luz, y la madre de Dean, quien prácticamente lo crió y lo quiso a él como si fuera su propio hijo, también murió en un accidente de auto. James, el padre de Zayn, murió un par de años antes de que Dean muriera. Luego murió Dean. Y, recientemente, el abuelo de Zayn, a quien tanto cariño le tuvo, también murió.

Sé que mi opinión no cuenta mucho pero la policía debió investigar a fondo todas esas muertes. O bien podría alguien escribir un libro titulado: "¿Quién mató a los Beckett?". De seguro leería ese libro para saber de una vez por todas QUIÉN MATÓ A DEAN.

Zayn me mira dócilmente y vuelve a besarme sin preguntar.

La puerta de mi cuarto se abre de un portazo y Marcos entra en mi habitación como si fuera la suya propia. Camina con paso firme y se sienta en frente de nosotros.

Parecía extrañamente contento. Como niño pequeño en una tienda de dulces. Raro. Como siempre...

—Hola, chicos, ¿qué hacen? —preguntó alegremente mi tonto hermano mayor.

—Nada —dije separándome disimuladamente de Zayn— Sólo... hablábamos de... -no supe mentir.

—De ti —respondió Zayn a la ligera.

—¿De mí? —interrogó Marcos con sorpresa— ¿Y qué podrían estar hablando de mí?

—Cosas... —respondió Zayn con más simpleza que al principio.

Yo me reí para mis adentros pues sabía que sus respuestas causarían un profundo golpe al frágil ego de Marcos.

—La verdad —aclaró Zayn— Le preguntaba a Lily qué traje usarías en la boda de tu padre.

—Ah, eso —dijo Marcos— Pues, uno que vaya conmigo, por supuesto.

De pronto su autoestima volvió. A cántaros, diría yo. Y comenzó a contarnos cómo la gama de colores azules van bien con su perfil griego y no paró hasta que Zayn le interrumpió cortésmente:

—¿No tienes otra cosa qué hacer, Marcos?

—Yo, ah... Verán, Mía me terminó ¡Conduélanse de mí! —concluyó, lloriqueando.

Reímos un rato ante el llanto de Marcos.

Por fin, las cosas malas parecían difuminarse.