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° C U A T R O °

Agosto, Miércoles

Hoy es Miércoles sólo faltan 2 dias para el fin de semana.

¡Al fin!

Lindo ayer se quedó en mi casa, así es siempre; cuando sus padres discuten hasta que las ollas y los platos salgan volando él se viene a mi casa, vemos alguna película y luego se duerme en el cuarto donde mi hermano solía dormir, desde pequeño hace eso y tampoco es que nos moleste.

Guarda llegó extremadamente temprano para ver como estaba, se asustó cuando vio a un Lindo devorando lo que había en la nevera, las siguientes horas fué de ella repitiendo que no la asustaran asi.

—¡El Domingo hay fiesta! —Jani se sitúa al lado de mí mientras daba saltitos de alegría

—Y tú vas a ir

—No voy a ir

Esto lo dijimos al mismo tiempo, ambas achinamos los ojos, por poco no me salía llamas por los mismos.

—No voy a ir. —dije con rotunda firmeza

—Si, lo harás. —respondió ella con ese ambiente de superioridad que tanto se le caracteriza

—No quiero.

—Pues te obligo.

—¡Hey chic... —Oliver caminó hacía nosotras, miró a Jani luego a mí, alzó ambas manos y dijo—. No quiero preguntar... pero la curiosidad me gana.

—La curiosidad mató al gato. —interrumpió una de las gemelas uniéndose a la conversación

—Pero el gato murió sabiendo. —le guiñó el ojo izquierdo a su hermana gemela

—Pero al fin y acabo murió. —Dije uniéndose al chiste, claro que produje todo lo contrario

Hannah y Charlotte me miran en shock como si hubiesen entendido algo sobrehumano.

Ellas son las gemelas de la clase 4B, el cabello negro corto hasta los hombros de piel blanca y baja estatura, sus ojos color avellana, son tan parecidas una de la otra que es impresionante.

Mientras que el chico llamado Oliver, es moreno tiene pecas, alto, ojos marrones, es una lindura de persona y es de nuestro salón.

Jani me agarra del brazo, comenzando hablar con los chicos de la fiesta a la cual todos asistirán y yo iré obligada.

Como siempre.

Cállate cerebro.

En eso suena el timbre que indica el comienzo de clases.

—¿Cuál es la 1era clase?

La que más odias, chica

Respondió inmediatamente mi cerebro, miré a Oliver para confirmar.

—Química —Me responde justo lo que no quería escuchar y se dirige al aula mientras lo seguimos

Al llegar al aula nos despedimos de las gemelas y entramos al aula, Lindo e Hyung ya estaban en sus puestos hablando animadamente.

¡Otro soldado caído a los encantos del asiático!

Luego de sentarme, entraron Alex, Rainer, Avery, Victor, Annie,Samantha con su grupito y otros chicos que solo conocía sus nombres y eso de milagro.

Ciertamente faltaban más estudiantes pero por ser los primeros días de clases estaba la mayoría en el aula.

—El profesor no dará clases hoy —Todos quedamos en silencio y nos giramos a ver a Víctor por tan interesante confesión

—¿Por qué lo dices? —Annie se recoge su cabello marrón y se levanta de su asiento en busca de respuestas convincentes

—Pensándolo bien, no ví que firmara su asistencia en la sala de profesores —dijo el delegado colocando una mano en su barbilla pensativo

—No vendrá. Los años superiores comenzaron con la semana del inocente.

La semana del inocente, una tradición de los alumnos, liderada por el año superior. Se trata básicamente de hacerle un infierno a sus profesores en específico a los más odiados, le harán bromas pesadas por una semana.

—¿El profesor Cameron fue víctima de ello? —Preguntó Alex acomodándose los lentes

Víctor asintió con lentitud

—¡¿Por qué no fuí testigo de eso!? —saltó Oliver de su asiento elevando la voz, todos dimos un saltito del susto

Dramático.

Ni que lo digas

—Hoy planearon de eso en el autobús —Intervino Avery golpeando la mesa con su puño y en su cara una sonrisa diabólica—. Se lo merece.

Víctor movió la cabeza estando de acuerdo

—Cuando el profesor bajó de su auto, una manada de estudiantes con huevos podridos en mano le atacaron

Todos hicimos una cara de asco.

—¿¡Por qué no fuí testigo de eso!? —Otra vez Oliver con su dramatismo

—¿Se fué así no más? —pregunté, ignorando al moreno

—Pues si, se subió a su auto y se largó.

Todos nos miramos y luego al delegado, él subió los hombros con indiferencia y todos salimos prácticamente corriendo del aula, felices de tener un poco más de descanso hasta la próxima clase.

Ahora podría leer mi libro en paz.

Espera...

Paré en seco y recordé.

El martes te llevaste un libro de Biología de la biblioteca.

—Chicos, adelantense voy a la biblioteca —ellos asintieron, me dijeron que estarían en las mesas del segundo piso y siguieron hablando sobre.... ¿comida de gatos?

Ese dúo es realmente raro.

Fuí con pasos apresurados hacia la biblioteca cuando ya estaba al frente de la puerta entré y al instante sentí el aire acondicionado en mi cara, fuí directamente a la recepción pero allí no se encontraba nadie.

Al fijarme bien, toda la biblioteca estaba vacía.

Escuché que una pila de libros caían al suelo y realmente hice un gran esfuerzo para no gritar.

Me acerqué al lugar donde provino el sonido, pero no se encontraba nadie alrededor.

—¿Hola? —pregunté, luego de algunos segundos me pareció ridícula mi pregunta.

Mejor vengo después.

Caminé nuevamente hacía la puerta pero esta ya no abría.

La cerraste con mucha fuerza.

Intenté empujándola tanto como para afuera como para dentro, pero nada; no se abría.
Después de tantos intentos fallidos empecé angustiarme, saqué mi móvil.

—Genial, no hay señal.

Cuando lo único que me quedaba es gritar con todas mis fuerzas, todo queda a oscuras y la luz roja de emergencia es lo único que alumbra el lugar.

Estoy ya en la segunda fase de ansiedad cuando oigo la voz del director Henderson en los altavoces.

—Buenos días estudiantes, no se alarmen, se presentó un bajón de luz repentino, pronto lo arreglaremos, calma ante todo.

¿¡Calmarme!?

Me deslice por la puerta quedando completamente en el suelo y me volví una bolita, intenté respirar calmada pero veo como las paredes se acercan hasta mí y cierro con fuerza los ojos.

Debes calmarte...

Dime algo que ya no sepa.

Respire profundamente antes de abrir los ojos esta vez un poco más serena.

Vera, La biblioteca tiene dos salidas

¡Y a esta hora es que me lo dices!
Estúpido cerebro.

Estúpido humano.

Recordando ese dato, corrí por el primer pasillo en dirección a la salida trasera, cada vez que iba más profundo de la biblioteca era más escasa la luz.

Escuché algunos pasos; es como si estuvieran corriendo, mi corazón comenzó a palpitar mucho más rápido y aunque el aire acondicionado estaba encendido estaba sudando, tuve un mal presentimiento de todo esto y sin más empecé a correr.

Corrí con todas mis fuerzas por el largo pasillo, oigo el sonido de libros cayéndose en el pasillo vecino, en los estantes donde estaba un hueco ví una figura que pasó rápidamente... Siguiéndome.

Quise gritar pero eso sólo revelaría mi posición, ahora lo que posiblemente me protege es la densa oscuridad.

Llegué al final del pasillo y giré hacia la izquierda aún corriendo, pronto llegaría a la salida.

Mis manos sudaban, mi corazón acelerado y mis piernas temblando ¿Quién rayos es esa persona y por qué me persigue?

De pronto, los pasos se dejaron de escuchar, seguí corriendo hasta que me tropecé con algo que no podía distinguir por la oscuridad, con mi cara pegada al piso, me intento levantar rápidamente pero al hacerlo me doy cuenta que el estante de al lado, está tambaleándose amenazando con caerse encima de mí; ese alto, grande y grueso estante caería sobre mí y me aplastará en cuestión de segundos, tal vez no quede totalmente muerta pero muy cerca de ello y con muchos huesos rotos.

Mi cerebro se pone en alerta y rápidamente reacciono.

Voy corriendo lo más que puedo y cuando ya estoy casi en la zona segura me tiro como si fuese el mejor portero de toda la FIFA, dejé todo el aire contenido cuando el estante impactó sobre el suelo haciendo un estruendoso ruido. 

Al ver que sólo me salvé por unos cuantos metros un escalofríos recorrió por todo mi cuerpo, me levanté y corrí; corrí como si mi vida dependiera de ello, porque en efecto de eso depende.

Esa persona no tiene buenas intenciones para mi persona.

Sentí como una mano fría cerrarse sobre mi muñeca, no le dí tiempo y lo golpeé en lo que creo que fué su nariz, me soltó inmediatamente mientras escuchaba sus quejidos, mis manos ardían pero lo último que quería pensar, sólo quiero salir de ahí

Cuando ya estaba a unos pasos de la salida, se hace la luz, y todo queda iluminado pero eso no me detiene, logro salir hacia el otro lado del pasillo donde todo está desolado.

Tomo aire; con ambas manos en mis rodillas, trataba de tranquilizar mi respiración y mi pulso antes de volver a correr —si ha de ser necesario

—¿Gabriela?

Escuché una voz masculina y rápidamente subí mi cabeza para ver quién era

—¿Te encuentras bien? —titubeó un poco el asiático mientras se acercaba a mí

—Yo estoy... bien. —inhalé profundamente, cuando estuve un poco más estable me enderecé—. ¿Qué... Qué haces aquí?

—Quería dejar este libro —Mostró un libro de matemáticas de 4to año

—Es mejor que no entres allí —apunté hacía la puerta de la biblioteca

Él levantó una de sus cejas interrogandome

—¿Por qué no debería?

Intento, por un momento ordenar mis pensamientos pero ¿cómo le digo? ¿Que alguien tal vez quiso asesinarme en la biblioteca de un instituto? ¿Que hay algo peligroso dentro de esa biblioteca?

—Yo...—él estaba esperando por mi respuesta mientras que en su mano agarraba con fuerza el libro

—Hay algo raro en esa biblioteca.

Logré decir a duras penas

De pronto soltó una risotada

—¿Hay una cucaracha voladora o algo así? —siguió riendo y apoyó su mano en mi hombro—. Tranquila primor  seré yo el salvador de tu día.

Y sin más, me guiñó el ojo y entró.

—¡No! ¡Espera! —Agarré su muñeca y el dió la vuelta—. En serio no entres allí.

Él pasó su mirada desde mi mano en su muñeca hacia mis ojos y cuando vió que lo decía enserio abrió la boca para hablar pero antes de eso alguien interrumpe

—Vaya sorpresa...

Reconocí inmediatamente la voz, es el idiota del amigo de Lindo.

—Te van los chinos, quién lo diría —caminó hacía nosotros con su acompañante ¿Alguien de 4C?

Rápidamente solté el agarre

—No soy chino.

—Es coreano —dije

—¡Es lo mismo!

Alcancé a ver a Hyung volteando los ojos

—Si me disculpan.

Así es como Hyung entra a la biblioteca, tengo un ligero instinto de ayudarlo pero realmente ya se lo advertí y no pienso volver a ese lugar

—Pues al parecer todos vamos al mismo lugar. —Víctor entra seguidamente de su acompañante.

La multitud de estudiantes poco a poco llena los pasillos, yo en cambio aún estoy en estado de shock, me cuesta asimilarlo todo; me parece todo un gran sueño el cual pronto despertaré y estaré en mi cama, así como esta mañana.

Lentamente caigo en cuenta que esto no es un sueño, esto es la realidad. Toco mi muñeca y me llega al instante un escalofrío por toda mi espalda al recordar su tacto frío y brusco.

Vuelvo mi mirada hacia adelante y comienzo a buscar a los chicos

El director nos reúne a todos en el salón de eventos, agarra el micrófono y se prepara para hablar.

—Sé que todos quieren una respuesta a lo sucedido y se las daré.

Todos los alumnos se miran confundidos y el ruido incrementa

—Nuestro sistema eléctrico a sido hackeado... o eso creemos, por lo tanto si es así, para su mayor seguridad le pedimos que se retiren a sus hogares, el Lunes será un nuevo día. ¡Buen dia!

Los estudiantes se miraron mas confundidos que antes, sin embargo abandonaron la sala sin preguntar.

Que raro.

—¿...Nos acompañas?

—¿Qué? —Miré a mi mejor amigo, parece que han estado hablando mientras yo pensaba

—Te estoy preguntando si quieres venir con nosotros

Lindo me mira y sé cuando su mirada choca con la mía que algo sabe.

Asentí

Caminamos junto a Rainer, Lindo, Hyung, Jani y Annie a un restaurante cerca del instituto.

—¿No les parece raro todo esto? —pregunta Jani

—Si, pero mira el lado bueno; no hay clases hasta el Lunes —Jani, Rainer ,Annie e Hyung comenzaron hablar, dejándome un poco atrás con Lindo

—Gabriela

—¿Sí? —sitúe mi mirada hacía su rostro con normalidad, en estos casos soy buena actuando pero mis "numeritos" no servían con Lindo.

—Ellos no se dan cuenta, pero resulta, que a mí no me puedes engañar.

Me quedé en silencio.

—¿Qué te pasa?

Mi conciencia ahora estaba dividida en dos; una me decía que le contara pero otra me gritaba que no lo hiciera.

—Yo...

Tragué

—El apagón me atrapó en la biblioteca, la puerta se atoró y bien ya sabes como me comporto cuando estoy encerrada.

Bien lo dije.

Pero no completo.

—¿Por qué no me llamaste?

—No tenía señal en ese lugar

Lindo me muestra una pequeña sonrisa; una sonrisa que podría derretir a cualquier persona, luego me acerca a él y me revuelve el cabello.

—Ya puedo imaginarte gritando como la propia loca sacada del manicomio

—Ja. Ja.

Pronto ese tema quedó en el olvido.


Acabo de editarlo así que se los dejo Calientito

Soy mala por actualizar a las 2am xdxdxd pero sé que si no lo hago ahora no lo haré hasta mañana xv

¡Que tengan buenas madrugadas!

#Aumin

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