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- no tienes una idea de lo mucho que me ha salvado el que me hayas invitado a cenar. - dije una vez que había llegado el platillo de ambos después de haber esperado unos diez minutos. Yo había pedido una pasta y este tan solo una ensalada. - fue tan incómodo todo ese rato.

- ¿por? la familia de Joana es de lo mas agradable posible. - este me admite y es que, olvido que todos en este club los conocen como la gran familia. No como yo que los veo como Aaron y su esposa mas grande que el, su hija insoportable y los dos niños adorables. - su madre es agradable y su padre ni se diga que es básicamente perfecto.

- no, no lo es. - dije de inmediato y este me mira con confusión. Caí en la conclusión de que esta era mi oportunidad de sacar todas mis dudas. - ¿es realmente tan famoso?

- ¿qué? ¿nunca has visto una película de el antes? - y la verdad es que... no. Después de haber esperado esa llamada telefónica por lo que parecieron dos años, yo perdí todo interés y claramente estaba dolida. No quería saber nada de el tanto que nunca tomé la decisión de hacer algo al respecto. No busqué nada de el ni me informé de que películas realizaba. Cuando le dije que me encantaba el cine de terror, no era mentira. Y es que solo veo películas de ese genero, así que, cuando el me dijo que las odiaba y que nunca saldría en una, supe que nunca tendría que verlo en la pantalla grande, y así fue. - oh vamos... tienes que haber visto mínimo una.

- te puedo asegurar que no. - admití. - yo, um... - no se si era gran momento para contarle la verdad. O mas bien, si quería que alguien de este club supiera la situación tan vergonzosa que fue el ser olvidada después de tan solo un día de conversación. - es que solamente veo películas de terror.

- debes estar bromeando. - este ríe y niego con la cabeza. - ¿qué? ¿no te gustan las comedias?

- claro, puedo ver una que otra. Y me gusta mucho el drama. Solo que es cierto, casi no las veo. - para ser una persona que desea vivir del cine, no he visto suficientes películas. - ¿y todas en las que ha salido su esposa las produce?

- ¿Sam? no, ellos realmente creo que solo trabajaron en una o dos juntos. He escuchado mil veces esa historia de como se conocieron. Es realmente romántica.

- cuéntame. - claro que estaba interesada en esto, ahora quería saberlo todo. Tomé de mi copa de vino y me recargué en el asiento para seguir escuchando del tema. -

- pues, creo que si no mal recuerdo el quería una entrevista para ver si era el candidato correcto para hacer esa película de John Lennon y llegó tarde, tanto que no tuvo oportunidad de asistir y eso fue triste pero, no se rindió y le marcó para poder ver si había algo que se pudiera hacer. Ella le dio una oportunidad y el fue a su casa, le gustó su actuación, ganó el papel y el resto es historia. - este también toma de su copa para tomar de aquella. - se enamoraron y creo que todos fue gracias al destino.

- oh, el mágico destino. - fingí una sonrisa.

- ¿puedes creerlo? si el no hubiera llamado ese día para recibir una segunda oportunidad, nunca hubiera conocido a su alma gemela, al amor de su vida. - hice cara de disgusto y tomé de todo el vino que estaba en mi copa. - ¿estas bien?

- ¿no te parece raro? quiero decir... ella es mayor que el... creo que por unos veinte años y ya tenía una hija en su otro matrimonio y todo aquello y aun así estuvieron juntos cuando el solo tenía diecinueve. Todo eso a mi me parece de lo peor. - tenía que soltarlo de una vez por todas.

- supongo... pero no lo sé. Conozco a Joana desde hace mucho tiempo y parece ser que sus padres son las personas mas felices del mundo. - puse los ojos en blanco y me empecé a servir mas vino. - bueno, hasta ahora que parece que se están divorciando.

- ¿perdona? - casi se me cae la copa en esos momentos así que intenté actuar de lo mas normal ante ello.

- no puedes decir nada de esto a nadie o Joana me odiaría. Y a ti mas, mas de lo que ya lo hace. - asentí con la cabeza. - fue algo que sucedió hace una o dos semanas, no lo sé. El fue quien le pidió el divorcio pero como se quieren tanto, creo que están intentando mejor arreglar sus diferencias.

- ¿y por qué crees que se lo haya pedido?

- no lo conozco mucho. - este levanta ambos hombros. - nunca lo he visto enamorarse de alguien mas o coquetear si quiera entonces no va por ahí en el tema de la infidelidad. La ama, Valentina. De verdad la ama entonces, ha de ser cuestión de tiempo para que arreglen sus diferencias.

- de acuerdo, cambiemos de tema. - ya sabía lo que tenía que saber por ahora. - um... hablemos de Joana. Parecen ser ustedes dos grandes amigos.

- si, nos conocemos desde hace tiempo y siempre ha estado ahí para mi. - este hace una pausa para empezar a comer. - realmente le tengo mucho cariño.

- ¿y ella... te gusta? - la pregunta era válida, mucho mas ahora que es mas que claro que a ella le gusta el.

- ¿Joana? Dios, no. Para nada. - este hace cara de disgusto. - quiero decir, es hermosa pero no es mi tipo y creo que la he visto mas toda mi vida como una hermana menor.

- tengo la leve sospecha de que si me odia, es porque estamos pasando tiempo juntos y no quiero eso. De verdad no quisiera que me odiara pero...

- es que, Vale. - este se limpia la boca con la servilleta y se inclina un poco para verme a los ojos, y empiezo a notar lo azul que son sus ojos. Eran realmente muy lindos. - van tan solo dos días, si no es que menos que tengo de platicar contigo y creo que eres la persona mas fabulosa que he conocido. - sonreí ante ello. - al menos en este club. - ahora reí.

- supongo que estamos limitados de personas de nuestra edad en este club, es por eso.

- y tu ingles es de lo mas tierno, en serio... no lo digo de una mala manera. - levanta ambas manos. - dime algo que te guste decir mucho en México y que aquí no haces.

- groserías. - reí y este ríe conmigo. - son tan diferentes y créeme, me siento mucho mejor uncido las digo en español.

- bueno, empieza a hacerlo. ¿Qué mas da? no es como que los demás puedan entenderlo. Se tu misma.

- eres fabuloso Mike.

- me llamaste Mike. - este dice emocionado y es que, llevo todo este tiempo llamándolo Michael solo para molestarlo con el tema de su apellido. - salud. Por mas salidas a tu lado.

- salud.

...

Amanda me había invitado al spa para pasar la mañana con ella y con Sam. No odio a Sam, es mas, no tendría porque hacerlo. Ella tiene su vida y yo extrañamente he terminado siendo parte de ella, pero en ningún momento esto me incumbe. Por mas raro que me parezca esta situación, no soy nadie para juzgarla y solo soy una persona externa que ha terminado siendo parte de sus vidas.

Pero no quitaba lo raro que era saber que ahora ella era mi jefa, la persona que me paga y que me ordena y que, oh si, es la esposa de Aaron. En cuanto toco la puerta en la cual se supone que tenía que ver a Amanda para irnos, quien me abre la puerta es Aaron.

- chingado. - dije en voz baja para mi mismo y este ríe. - ni siquiera sabes que significa esa palabra como para que te cause gracia.

- exacto, no se que significa, pero suena chistoso. - este admite y yo muy incomoda tan solo lo miro esperando que me dejara pasar. - bienvenida a mi casa.

- ¿vives con tu hermana?

- ¿qué? oh, no. Seguramente Amanda te ha citado aquí porque viene en las mañanas a ver algunas cosas siempre, no lo sé. Supongo que es algo de familia.

- yo creo que es porque Sam irá con nosotras al spa. - dije mientras me cruzaba de brazos y trataba de decirlo de lo mas normal posible. Sin ninguna expresión que pudiera delatar mi sentimiento con esa situación. - y tan solo las estoy esperando.

- ¿quieres esperarlas adentro? - asentí con la cabeza y pasé a la casa de la persona que solo vi una vez en el aeropuerto. Era increíble todo esto, como cambiaba todo. Como el era perfecto y tenía una vida llena de lujos por ser actor. Y como yo seguía siendo una buena para nada viviendo de su dinero. - ¿quieres un vaso con agua?

- por supuesto, gracias. - lo seguí hasta la cocina y me senté en la barra para tan solo esperar. Este empieza a servir del agua y lo miro. Quisiera decir que no causa nada en mi, quisiera decir que me valía por completo verlo. Pero solamente puedo... sonreír. Es que, me es imposible odiarlo. - no he sabido nada de ti en tantos años, es tan extraño verte.

- ¿qué te parece un resumen? - asentí con la cabeza y este me entrega el vaso con agua. Toma asiento en la silla de enfrente y tan solo aprovechamos la mañana sin planes para por fin hablar sin pelear. - bueno, um... películas. Gracias al cielo, muchas películas y me ha abierto eso muchas puertas para seguir en esto que amo. - sonreí ante ello. - estuve viviendo el último año en Nueva York por cierto.

- ¿qué?

- si, bueno... créeme, era inevitable no acordarme de ti. - este baja la mirada. - el lugar donde nos conocimos. Pero lo que pasa es que estuve grabando varias películas allá ese año y...

- Aaron. - lo interrumpí. - yo estuve viviendo por igual el último año en Nueva York. No puedo creer que nunca nos vimos. - alcé las cejas sorprendida. - yo igual, estaba buscando trabajo y... - me callé de inmediato en ese momento. - en fin, me parece tan loco como siempre de alguna manera terminamos conectados.

- ¿dices como si fuera el destino?

- no. - reí nerviosa. - te ves tan diferente. ¿me veo diferente? quiero decir, si el cabello pero yo te percibo como literalmente otra persona. ¿tu no lo haces conmigo?

- sigues estando igual de hermosa. - ¿debería sentirme feliz con ese comentario? porque si me hizo feliz, me hizo sonreír. Me hizo sentir tan bien. - esa sonrisa... siempre me ha gustado mucho. No lo sé, creo que es diferente.

- puedes decirlo, labios grandes. - dije apenada mientras los cubría. - cuando estaba en secundaria, me decían labios de pescado.

- la gente en secundaria es estúpida. Sabes que eso es cierto. - este apunta y luego pasa sus manos por su cabello mientras piensa. - ¿me ves diferente?

- eras un niño cuando te vi. Eras delgado, no que ahora seas gordo. Y no que serlo este mal, me refiero a que.. - empezaba a ponerme nerviosa porque no había manera de decir esto sin que suene raro. - estas fuerte.

- gracias, me ejercito. - este ríe.

- si, literalmente estas enorme y tienes unos brazos que nunca antes creí que tuvieras. - ahora reí yo. - tu cabello esta rizado y largo y usas barba. Lo que no cambia obviamente es lo azul de tus ojos. - este voltea a verme. - si, esos ojos. - nos quedamos viendo por unos segundos y estaba perfecto, pero también estaba mal, así que evito el contacto visual. - ¿no tienes algo que hacer en estos momentos?

- um... tengo que ir a verme con un director de hecho, es sobre una nueva película pero... aun hay tiempo. - voltea a ver hacia la puerta. - ayer no tuvimos oportunidad de hablar bien.

- ayer estaba muy molesta contigo, por eso no platicamos nada. - admití y este hace una mueca. - estaba en todo mi derecho de estar molesta.

- no me dejaste explicarte. ¿hoy me dejaras? - levanté ambos hombros. - perdí tu numero.

- ¿qué? - reí pero al ver que lo decía en serio, mi sonrisa se va borrando lentamente. - ¿esa es la razón por la cual nunca me marcaste? ¿es lo que querías decirme ayer?

- se que suena muy tonto, pero lo tenía en mis manos. En el momento en el que te fuiste para subir a tu avión, yo quise buscar de ese pequeño papel en mi bolsillo y ya no estaba mas... así que corrí a tu terminal tratando de buscarte pero ya era demasiado tarde.

- inclusive trataste recuperarlo. - este asiente con la cabeza. - pero ya era demasiado tarde.

- quise hasta buscarte en los libros esos enormes con teléfonos en el, en redes sociales donde sea pero yo no sabía tu apellido. Solo que eras Valentina y eso... no me ayudó nada.

- mierda, entonces... por eso nunca me hablaste. - no dice nada, solo me mira y parece estar igual de triste que yo en ese momento. - y todo porque no teníamos pila en nuestro celular aquel día y solo contábamos con un pedazo de papel que terminó perdido.

- es lo que quise explicarte ayer.

- entonces... - suspiré hondo. - ya no estoy molesta contigo. - dije bromeando, para no sentirme triste con ese tema. - ahora se que no fue porque no quisieras, sino porque no pudiste. Pero hey, esto nos comprueba de que no es destino.

- ¿por qué lo dices? puede serlo. - negué con la cabeza.- Val, nos conocimos un día de la nada, ambos siendo de otros países pero por alguna razón nos encontrábamos en Nueva York. Ambos vuelos retrasados de miles de los que salen cada día. Vivimos nuestro año pasado en la misma ciudad y nunca nos vimos pero estábamos ahí. Y ahora estás aquí, vives en Inglaterra y no solo eso sino que en el mismo club que yo. Dime ¿cómo eso no es el destino?

- no lo es, porque la razón por la cual yo estoy aquí es para cuidar de tus hijos. Que tienes con tu esposa, que conociste exactamente un día después de mi. - este se pone de pie y se acerca a mi como si quisiera seguir con la conversación pero no lo permití. - eso arruina esta idea del destino. ¿no lo crees?

Nos miramos a los ojos y estando de lo mas cerca tan solo pensaba en que si todo esto fuera diferente, lo besaría. Haría lo que he deseado hacer desde el momento en el que lo conocí. Pero no podía y a decir verdad, no creo que lo quisiera ahora del todo.

- chingado. - este dice y arruina el momento serio y triste que estaba ocurriendo pero logró sacarme una sonrisa. - ¿puedes decirme que significa?

- chingado significa... - este baja la mirada de lo mas disimulado, pero lo noté, este estaba mirando de mis labios mientras hablo y eso me puso mas nerviosa que nunca en toda mi vida. Me detuve para por igual verlo yo y suena la puerta de la casa, así que giro la silla en la que estaba sentada y le di la espalda.

- ¿desayunaste, linda? - Amanda me pregunta y niego con la cabeza de inmediato. - perfecto, eso será lo primero que haremos una vez que lleguemos allá.

- te estas robando a mi niñera. - Aaron camina hacia donde estaba su hermana y ahora que los veo lado a lado, puedo ver el parecido.

- por si lo olvidabas, yo te la he conseguido. - sonreí apenada. - y será la mejor. Estoy por comentarle todo lo que tiene que saber para que no tenga problemas. - voltea a verme. - así puedes seguir pasando tiempo con Michael. - me guiña un ojo.

- ¿te gusta Michael? - interesante pregunta de su parte. Levanté ambos hombros para no darle una respuesta y este me mira con mucha seriedad, tan solo analizando mi respuesta.

- estoy segura de que puedes compartirla con otras personas. - su hermana le da una palmada en la espalda. - inclusive conmigo, creo que quiero que seas mi mejor amiga.

- llegué. - Sam se muestra y puedo jurar que el ambiente se vuelve de lo mas tenso. - ¿nos vamos?

- las veo luego, supongo. - Aaron dice y la rubia se acerca a donde este esta y lo besa. Wow, este es el primer beso que experimento ver de ellos justo sobre mis narices y fue... tan extraño.

- ¿qué haces aquí? ¿qué no tuviste que irte hace media hora a esa entrevista? - ella le pregunta y en ese momento, me di cuenta de que el tenía que irse justo en el momento en el que nos vimos pero decidió no hacerlo y estuvimos hablando por esa media hora. Este voltea a verme y yo lo volteo a ver a el y nos miramos y todo se hace tan incomodo mas porque las otras dos chicas nos miraban.

- iré saliendo. - dije para romper el silencio incómodo y mejor de una vez por todas me iba.

Necesito alejar cualquier pensamiento de el de esa manera en estos momentos.

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