Danny

—Esta bien, Danny — pronunció la chica del aura oscura, y, que me llamara por mi nombre hizo que sonriera un poco, cosa que ella no se dió cuenta.

Volvimos al salón de gimnacia en donde los menos deportistas de la clase desfallecía y los populares deportistas de futbol se burlaban de los debiles.
La profesora se acercó a mi para verificar que estubiera mejor y volver al trabajo pero aún seguia un poco debil, y es que me había pasado parte del tiempo buscando sin descansar a Desire, además estar solo no es facil, y quien dijo que lo era.

Por suerte, cómo había dicho Sam, la clase ya acababa, por lo que solo la profesora nos señaló que recogieramos nuestras cosas y ya nos podíamos ir.

La siguiente clase fué normal y luego el receso en donde volveria a estar solo puesto que Valerie estaba con los populares. Fuí a la cafetería tal vez después de mucho tiempo. Tomé una bandeja y mi almuerzo y busqué en donde sentarme.

—Ey Danny, ¡por aquí! — Me giré y ví a Tucker hablandome, Sam estaba con él.

Me acerqué a ellos y les dije hola nerviosamente y me senté en la misma mesa que ellos. Lo siguiente fué que nadie habló, por lo que había un silencio incomodo,

—Y bien, ¿no nos caiamos mal? — mencionó Tucker para romper el silencio.

Me llevé a la boca comida para evitar hablar.

—Eh, bueno, hemos estado hablando un tiempo, así que...— susurró Sam.

—Es verdad, solo un pequeño tiempo, no somos amigos, ¿Verdad? Tal vez debería irme — dije nervioso y con una pequeña intensión de levantarme e irme pero la pelinegra me sostuvo del brazo.

—No, queremos que te quedes — Me sorprendí, justo hacía dias antes no hablabamos y ahora estabamos sentados en la misma mesa.

Sonreí y asentí. Nos miramos unos segundos mientras ambos sonreímos.

Me volví a sentar y terminé mi almuerzo, mientras los dos amigos hablaban de cosas en las que quisieron integrarme. En un momento voltié a ver la mesa de los populares en donde Valerie estaba, y ella me miraba con una expresión de enojo pero al verla yo también su expresión cambió a ser como triste.

Tal vez pensaba que la abandonaría o no sé, pero no lo haría. Después de todo, Valerie aunque fuera popular ella siempre me apoyó desde que sucedió el incidente en el laboratorio, ella fué la unica persona que nunca me hizo sentir invisible.

Solo un recuerdo, al principio no supe que hacer con mis poderes, era invisible, y en un principio nos caiamos mal hasta que ella descubrió tan repentinamemte mi secreto. Simplemente se quedó conmigo, prometió no decirle a nadie y así cumplió su promesa.

Sam

—Así que tu Danny ya se caen bien, ¿no es así? — Me dijo Valerie mientras estabamos en un pasillo caminando hacia nuestra siguiente clase.

—Tal vez ahora ya me está agradando, ¿por qué? , ¿algún problema? — Le dije pero sabía que en realidad si había un problema.

—No ninguno. No tengo problema con que mis amigos tengan otros amigos — sonrió sarcastica —. Pero el que a Danny le agrade ustedes no significa que me agrade su decisión.

Yo no dije nada, en cambio ella se adelantó hacia el salón de clase.

El timbre de clases sonó y me fuí a mi respectiva clase, en donde ya la mayoría estaba allí inclusive Tucker y Danny. Me acerqué a ellos, ambos nos sentamos en butucas uno cerca del otro, asi es, al parecer ahora eramos amigos, y lo pareciamos, como si hubieramos sido amigos del pasado.

El profesor entró al salón y comenzó a dar su clase, astronomía, la clase más aburrida del mundo.

Ni si quiera puse atención en esa  clase y comencé a dibujar en mi cuaderno, en realidad eran solo garabatos, cosas góticas y de temas oscuros que solía hacer porque me gustaban. Entonces se me ocurrió dibujar a alguien. Desde hace tiempo, pocas veces pero había visto a un chico fantasma. Antes me había enojado que él supiera donde estudiaba pero si lo pensaba bien, un chico fantasma, un fantasma de verdad, eso era genial.

—Sam, ¿Te encuentras bien? — susurró Tucker haciendome salir de mis pensamientos.

Había estado sonriendo un poco mientras dibujaba en mi libreta y mi amigo lo había notado.

—Eh, si estoy bien — susuré tambien, y también Danny volteó a verme entonces.

El sonrió y le devolví la sonrisa. Eso no era muy típico de él pero era bastante agradable en realidad.

(...)

Una pequeña amistad comenzó a surgir después de lo pasado en la clase de gimnacia. La mayor parte del tiempo no solo la pasaba con Tucker si no también con Danny. Conforme el tiempo iba pasando él nos iba contando solo un poco de su vida, en realidad no mucho, solo que sus padres eran cazafantasmas y que nunca tuvo amigos tan buena onda como nosotros.

Pero sentía que algo faltaba, el no nos había contado todo aún, y lo comprendía, antes el era un marginado y aún tal vez no confiaba mucho en nosotros, no tanto como para decirno absolutamente todo como sus miedos y cosas así.

Aquella vez decidimos ir al cine y Tucker y yo fuimos por Danny a su casa puesto que no habíamos acordado bien en donde vernos. Ya antes había estado en la casa de los Fenton, cuando hice el trabajo de gimnasia con Danny y aparecieron esos fantasmas, pero si me fijaba bien en cómo lucía la casa de fuera, se podía decir que no era una casa como tal, si no un laboratorio de locos.

Tocamos la puerta de su casa y abrió una chica de unos diesiseis de cabello anaranjado y ojos esmeralda al igual que una diadema en su cabello.

—¿Está Danny?— Le pregunté.

Y ella lo llamó. Unos minutos después Danny bajó y su hermana se fué. Luego Tucker, Danny y yo nos fuimos al cine.

Estabamos en la fila de las palomitas, los tres hablabamos muy tranquilamemte cuando de repente Danny comienza a susurrar algo seguido por un escalofrío. Segundos mas tarde eramos atacados por un fantasma.