Danny

Lágrimas. Lo único que hice luego de la escuela fué esconderme en un estúpido callejón para comenzar a llorar. Ir a casa era inútil, no quería ir y saber que mis padres habían inventado otra máquina que me destruiría en segundos. Pero sucedió algo inesperado.

—¿Hola?—. Escuché la voz de una joven que se acercaba al callejón. Limpié mis lágrimas y me giré para encontrarme con la chica gótica de mi clase.

—¿Eh?; ¿Eres la chica gótica de Casper high...?—. Mencioné y al final susurré.

Espera un segundo, había cambiado a mi alterego fantasma una vez que había salido de la escuela. Ese fué un error que cometí. Por supuesto sabía que ella se había sorprendido.

—¿Me conoces, cómo me conoces? ¿Acaso espías a las personas o algo así?—. Mencionó molesta.

Me puse nervioso y sin más que decir simplemente me giré y me fuí hacía el lado del callejón que no tenía salida. Me volví invisible con mis poderes fantasmas y huí. Aún lloraba pero no como antes. Me tranformé de vuelta a mi yo humano y caminé unos segundos. Más tarde me encontré con Valerie hablando con el amigo de la chica gótica.

—Mejor largaté de aquí Foley.—Le gritó Valerie apuntando la nada con un dedo.

—Pero Valerie dame una oportunidad—. Suplicó el chico.

—Eres extraño Foley, ahora largate.—Ella se puso de espaldas e ignoró al chico hasta que este se fué.

—H-hola Val—. La saludé.

—Ah, Hola Danny, que pasa.

—Solo me alejo de... mis padres, sabes que nunca llegó a casa temprano—.Dije poniendo una mano sobre mi nuca.

—Si, pero si uyes, como esperas que te comprendan—. Dijo confundida.

—Quiero que me comprendan, pero no cuando sea moleculas de ectoplasma—. Exclamé—. Ahg, es muy dificil ser el fantasma y tener padres cazafantasmas Val.

—No te preocupes Danny, intenta hablar de eso con tus padres, estoy segura de que lo van a comprender.

—Esta bien, algún día sucederá. Pero cambiando de tema, que hacía el amigo de la gótica aquí—. Pregunté.

—Nada interesante, solo le agrado por ser popular y quiere que yo salga con el, pero el no me agrada mucho, es raro con todos sus aparatos electrónicos y su amiga la gótica—. Dijo.

—Si, ellos si que son raros—. Le dije cabizbajo.

—Pero aveces ser raro es ser único, ¿no es así?

—Pero el problema de la gente es que odia lo raro por que tambien quieren ser unicos y terminan siendo personas egoistas—. Reclamé.

—Claro—. Se acercó a mi y puso una mano sobre mi hombro, luego siguió hablando y nos quedamos mirando hacia un pequeño parque de en frente—. Tu odias lo raro pero aún asi eres genial, eres unico, y si pudieras ya te hubieras llenado de fama con tus poderes fantasma.

Suspiré—. Valerie, la fama apesta.

Gracias por leer. Capítulo 3 editado.