Danny

—Oh lo siento Danny, no podía dejarte, me tenias preocupada.—Ella me abrazó fuertemente.

—Por qué tenia que creerte, mirate, ahora eres popular y yo un fracasado.—Me separé de su abrazo y dije cabizbajo.

—No digas eso Danny, eres genial.

—No lo creo, mirate, ahora mismo podría decir que estas siendo hipócrita.—La miré.

—Oh Danny, si te refieres a tu secreto te prometo que no diré nada, eres mi amigo y yo no haría algo así.—Puso su mano sobre mi hombro y sonrió dulcemente.

Sonreí pero luego borré mi sonrisa.

—Yo creo que no tengo amigos. Mirame, soy un fantasma.

—Oh, Danny.—Suspiró y luego me tomó de la mano para dirigirnos hasta las gradas y sentarnos allí.

—Pase lo que pase estaré aquí.—Me tomó de las manos y luego me dió un beso en mi mejilla.

Sam

—Sam, en lo que sea que estés pensando, deja de hacerlo, las clases ya van a comenzar—. Tucker me gritó molesto, pensé que estaba molesto porque lo estuve ignorando por un rato.

—Si, si. Estaba pensando en lo de hace rato—.

—¿Ahora me dirás qué pensabas en Fenton cuando no querías que ni si quiera le hablara?—. Mencionó molesto.

Me crucé de brazos y miré a otro lado enojada.

—Solo fué un pensamiento al azar. Vallamos a clase—. Me levanté de la mesa en que estábamos y tomé a mi amigo del brazo para dirigirnos al aula.

Cuando llegamos al aula ya la mayoría de los estudiantes estaba ahí, los populares Dash, Paulina y Kwan quien si no estaban molestando a alguien estaban presumiendo su "belleza". Nos dirigimos a nuestros asientos y esperamos a que los demás estudiantes llegarán al aula y también el profesor. De entre todos esos estudiantes estaba Fenton a quien por alguna extraña razón no pude evitar no mirarlo.

El resto de las clases fué aburrido y al final volví a casa sola. Iba aburrida pensando en cosas como lo que haría después de hacer mi tarea por la tarde o que tal vez podría fingir estar enferma para faltar al día siguiente. Y de una vez mencionando escuela, no quería volver a ver a nadie en un buen tiempo.

"Fenton" era todo el mundo en ese caso.

Ni si quiera sabía por qué me molestaba tanto él. No lo sabía.

Estaba cerca de casa, pasé por un callejón en el que solía ir a esconderme de niña cuando me enojaba con mi madre. De pronto escuché que alguien lloraba y por algún tipo de instinto me acerqué a ver quién era. No esperaba encontar a un joven de cabello blanco con un uniforme de laboratorio.

—¿Hola?—. Mencioné despacio.

—¿Eh?; ¿Eres la chica gótica de Casper high...?—. Entre lágrimas y hablar cada vez más bajo el dijo.

Pero me sorprendí al oír que sabía en qué escuela estudiaba; (espera, ¿No había más chicas goticas en la escuela? Memoricé y la respuesta era no).

—¿Me conoces, cómo me conoces? ¿Acaso espías a las personas o algo así?—. Mencioné molesta pero el no dijo ni una palabra más.

Simplemente se limpió las lágrimas y corrió al otro lado del callejón, ese que no tiene salida. Me pareció torpe pero de pronto él desapareció. Me quedé sorprendida, ¿Qué acababa de pasar?

Gracias por leer. Capítulo 2 editado.