Danny

Habían pasado ya unos días desde que le dije a Sam que ella me gustaba, digo, que le mentí a Sam. Odio decirlo pero ahora parece que volvimos al principio, recien habíamos comenzado una conversación, una verdadera amistad y parecí arruinarla. La pregunta es, ¿como lo arreglo, le digo la verdad?

Oh cierto, casi olvido que la unica manera en que hablamos es combirtiendome en Danny Phantom, o sea, como es posible que le guste. Valla, las identidades secretas con romances no son nada faciles.

La clase de antes del receso había acabado, un gran alivio pues odiaba aquella clase. Como en días anteriores, Tucker, Sam y yo fuimos por nuestros almuerzos y nos sentamos en una banca fuera de la cafetería. Pero algo raro le pasaba a Tucker, bueno, era mas que obvio que Sam le había contado lo ocurrido, nos trataba como tortolos, siempre hacía que Sam y yo nos sentaramos juntos o en el almuerzo o en las clases.

—Y bien chicos, ¿qué harán después de clases?—Mencionó Tucker.

Volteé a ver a Sam que se notó al instante nerviosa, eso me hizo pensar que aún  no le contaba a Tucker lo de Danny Phantom y por otra parte recordé que tecnicamente casi todas las tardes iba como fantasma con Sam y escuchabamos música (o hablabamos de chismes de la escuela, ¡que! Ella cree que soy 100% fantasma y que no se de la vida humana adolescente).

—Em, yo, ya tengo planes, demasiados planes...

—Trabajos...mis padres...fantasmas, cosa de locos y Fenton...

Sam y yo nos excusamos al mismo tiempo, nos miramos un poco avergonzados.

—Ya entendí tortolos, ¿creen que no me doy cuenta de que ustedes estan saliendo?—Dijo elevando su tono de voz cada vez mas.

Sam se levantó de su asiento de golpe y asotó la mesa con las palmas de sus manos.

—Tucker dejate de estupideses que ya me estás artando.—Le gritó a su amigo.

—Esta bien, te dejo a tí, pero no a Danny, el si que no se niega.

—Demonios.—Exclamé al mismo tiempo que la gótica y puse mi mano sobre mi rostro.

—Espera un segundo, ¿estabas mintiendo?—Me gritó Sam.

—Demonios por dos.—Susurré.

—Wow, la cosa se puso interesante.—Exclamó Tucker.

—¿Qué? Claro que no, que te hace pemsar en eso.—Ahora es ese momento en que me cuestiono si estoy diciendo la verdad o solo es para salvar mi pellejo.

—¡Fenómeno!—Gritó casi con todas sus fuerzas Sam.

—Wow, pensé que comenzaríamos una gran discusión y luego uno de los dos terminaría llendose enojado y no nos volveriamos a hablar.—Dije.

—O tal vez alguno de los dos se buscarían y se pedirían perdon y luego se besarían y se hicieran novios.—Exclamó con ternura Tucker.

—Callate Tuck.—Gritamos al mismo tiempo Sam y yo.

—Agh, saben que, ahora regreso.—Ella se retiró de la mesa en donde estabamos y se fué.

—Vamos, ve y siguela.—Volvió a decir Tucker.

—¿Estas loco? Ella en realidad no me gusta, le mentí sobre algo.—Exclamé levantando los brazos al aire.

—Y sobre qué.

—Ah, no creo poder explicarlo.—Apoyé mis brazos sobre la mesa. Ellos me caian bien y en verdad era buenas personas pero estaba inseguro aún si contarles.

—Tranquilo amigo, se que va a regresar.

—¿Otra vez con lo de Sam?—Exclamé enojado.

—No hablo de Sam, hablo de Valerie. En verdad es ella la que te gusta, ¿no es así?

—La verdad es que todo es tan confuso ahora.

Sam

"Vamo Tucker estas completamemte loco", " Eres un necio y nunca estarás con..." maldecía al aire mientras caminaba a los baños de la escuela. Cuando entré no había otras chicas por el vestíbulo pero luego de unos segundos alguien entró, me pareció que eran dos chicas e inevitablememte no pude evitar no oir su conversación.

—Vamos Valerie, tienes que olvidarte de Fenton, mejor mira a los populares, por qué no le pides salir a Kwan por ejemplo.—Dijo una voz reconocida, la superficial, Paulina.

—Pero Paulina, el me gusta y me abandonó.

—Por eso no te merece.

—Pero estubimos siempre juntos, por que ahora no.

—Es por que no es el indicado Val.

Suficiente platica, odiaba espiar a la gente asi que decidí salir e irme. Casi corrí para que no me detubiera ninguna de las dos, pero de que servía, ahora sabía que a Valerie le gustaba Danny.

(...)

El timbre de salida sonó y todos los alumnos salieron de sus salones para irse a casa. Al salir traté de reunirme con mis amigos, ambos caminaríamos hasta nuestras respectivas casas juntos pero el problema, o mas bien el plan de Tucker era dejarnos a Danny y a mí juntos.

Y bien, ambos comenzamos a caminar sin decir ninguna palabra, hasta que me sentí culpable de lo que había pasado y decidí hablarle.

—Oye, lo siento por lo de hace rato, ¿pero podemos olvidarlo? Y tal vez volver a comenzar, que te parece ver una pelicula.—Hablé tan rápida y nerviosamemte que comencé a transpirar.

—En realidad yo...—Nervioso puso su mano sobre su nuca, pero, por qué parece tan...—está bien, ¿en donde?

—E-en mi casa, o que tal tambien llamamos a Tucker y asi estaremos todos juntos?

—No!, quiero decir, ya me enfadó Tucker con sus bromas.

—Lo sé, a mi tambien pero es mi amigo y...—Suspiré.—No invitaré a Tucker, solo tu y yo.

—Esta bien, luego nos vemos.—Dijo y el tomó otro camino para llegar a su casa, fue en ese momento en que me di cuenta de que mi casa estaba a un lado de mí.

Abrí la puerta y me dirigí directo a mi habitación en donde me acosté mirando al techo en mi cama. Pero qué enredo...

—Hola Sam.—Nombró tan conocida voz. Me levanté y lo miré.

—¡¿Danny?!