Quién diría que entre la tristeza y un lugar maldito por mis padres obtendría una maldición. Ser invisible nunca se sintió tan real.
Danny~

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Sam

Un día mas de clases aburrido pasaba. Nada interesante, todo normal. O eso esperaba. No era una chica popular aunque mis padres tenían dinero, pero ser popular no era lo mío. Mi mejor amigo era Tucker, eramos mejores amigos desde la infancia, en realidad era mi unico amigo, eramos como marginados en la escuela. A exepción de un chico completamente marginado y molestado por todos, en especial por Dash Baxter, un chico popular que se la pasaba el día junto a su amigo Kwan a molestar a todos los fracasados y meterlos en los casilleros.

Aunque siempre estaba en contra de la violencia nunca ayudé a ninguno de aquellos pobres chicos, pues no quería llamar la atención. Pero aquel día tuve que hacer una excepción, pues Dash molestaba a un tipo justo al lado de mi casillero. Tucker y yo ibamos a dejar nuestros libros a nuestros respectivos casilleros cuando al llegar vimos a Dash molestar a Fenton, el nombrado por todo mundo un fenómeno, marginado.

—Oye tu, alejate de aquí—. Me acerqué a donde los dos estaban y le grité a Dash.

—¡No te metas en donde no te importa, gótica! —. Dash mantuvo su puño en el aire para mirar a verme y reclamarme.

—Solo aléjate de mi casillero, imbécil, o llamaré a un profesor—. Lo miré con la peor cara de enojo que tuve en ese momento, y él también estaba enojado.

—Fracasada—. Mencionó apretando los dientes de furia accediendo a tan conocido engaño. Aventó al joven quien molestaba a un lado al piso, luego se alejó.

Suspiré calmando me una vez que Dash se había ido y me dirigí a abrir mi casillero. En ese momento no me importó el joven quien estaba siendo molestado, si se habría lastimado o si tal vez me quería dar las gracias por salvarlo de una manera "indirecta". Lo ignoré, por qué hasta entre marginados hay clase social, pensé.

—Oye amigo, ¿acaso no le vas a agradecer a Sam?—. Tucker dijo acercandose a Fenton. Me molestó que mi amigo le hablara a ese fracasado.

—Tucker, y él que importa—. Exclamé con mi más reciente tono de molestia. Tomé del brazo a mi amigo y nos fuimos del lugar, mientras que Fenton siguió siendo ignorado.

—¿Qué te sucede Sam?—.

—Que estoy molesta, ¿No lo ves?—.

—¿Tanto te molesta Fenton?—.

—Si.

—¿Por qué?—. Yo no respondí.

Fenton nunca me disgustó pero tampoco me agradaba. Era un chico que solo buscaba llamar la atención siendo el marginado y con padres extraños que suponían que los fantasmas existen. Que tontería, algo para ignorarlo más.

Danny

El nombrado marginado de la escuela, pero si me hubieran dado a elegir un mejor apodo les hubiera dicho que me llamarán invisible. El sarcasmo acompañado con un verdadero poder y maldición que me hacía invisible era lo único que me quedaba, pero después de todo a nadie le importaba.

La verdad es que aún me quedaba una amiga, pero eso era un secreto para los demás. Ella pertenecía al grupo de los populares hablando de sus aburridas vidas en el centro de la cafetería mientras yo me apartaba en las canchas en donde nunca nadie iba por los recesos.

Y era ahí en donde mi amiga, Valerie se escapaba un momento de toda esa popularidad para venir a hablar conmigo.

—¡Danny!—. Exclamó.

—Hey Valerie.

—Oh, Danny, estaba preocupada.

Edit: gracias por leer, este capítulo ya ha sido editado.