Una gran idea
No, no puede ser que me guste Evan, el es mi mejor amigo y no puedo ¿O si? Estoy muy confundida, no se que pensar.
Mejor me concentro en el colegio ya que los exámenes están cerca y tengo que estudiar mucho para pasar. Me fui al colegio y al llegar no encontré a Evan, camine hasta mi casillero y aún no lo encontraba, tal vez no había llegado, al abrir mi casillero para tomar un libro, una carta se cayo al suelo, la mire fijamente y solo pensé en una persona, Anónimo.
Me agache y agarre la carta, al levantarme abrí el sobre con delicadeza para no rasgar el papel, saque la carta y la abrí, lo único que había era una pequeña flor. Es un detalle muy lindo y la flor es simplemente hermosa. Guarde de nuevo la flor en el sobre y lo coloque en mi bolso, tome el libro de mi casillero y cerré la puerta de esta.
—Aquí esta la mejor amiga del mundo—escuché a Evan detrás de mi.
—¡Hola! ¿Cómo estas? —estaba alegre de verlo.
—Muy bien, ayer la pase excelente—se acercó un poco.
—Me alegro —sonreí aún más mas—¿Dónde estabas?, no te encontré al llegar—fruncí el ceño.
—Solo se me hizo un poco tarde.
—Mira lo que encontré —obvie lo que dijo Evan—Anónimo me dio un bello detalle.
—¿Qué es? —colocó su mano en su nuca.
—Una bella flor —dije bajando la cabeza mientras jugaba con mi brazalete, en ese momento la sonrisa de mi rostro se desvaneció.
—Oye ¿Qué pasa? —Evan colocó sus dedos en mi barbilla y levantó mi cabeza delicadamente.
—Nada... —suspire y seguí hablando—Solo que me pone triste no saber quien es él —mire a Evan a los ojos con una expresión triste
—Lo siento, Angelica —me abrazó.
Suena la campana y todos entran a sus clases, Evan y yo nos separamos y antes de que el se vaya yo le doy un beso en la mejilla, no se por que lo hice, mi cuerpo actuó solo, pero eso me hizo sentir muy bien y hasta me saco una sonrisa.
Después de horas y mas horas de clases, al fin sonó la campana de salida y después de eso me quedó muy en claro que tengo que estudiar demasiado. Se me ocurrió una gran idea saliendo del salón y para eso tengo que consultarlo con Evan.
—¡Hey! —llame a Evan que estaba sentado en un banco del patio.
—Hola —dice dándole palmadas al banco como señal para que me siente a su lado, me siento y le cuento mi gran idea.
—Tengo una idea que nos va a ayudar a los dos —dije acercándome.
—¿Qué idea?
—¿Qué tal si voy a tu casa para así estudiar los dos juntos para los exámenes? —me había emocionado, nunca antes pise la casa de Evan, quería saber cómo era y también conocer a su familia.
—Es una buena idea —También se le veía emocionado—Aunque dudo que nos concentremos con lo fastidiosos que son mis hermanos —dijo mientras reía.
—No lo creo, sera bueno ir ya que al fin los podre conocer —salte en mi asiento.
—Te van a caer muy bien —sonreí emocionada.
Cada uno fue a su casa, en realidad no sabia cuando nos reuniríamos pero lo sabré porque falta poco para los exámenes. Así que para adelantar, empece a buscar y marcar todos los puntos que debemos estudiar, justo al terminar mi estomago hizo un ruido incomodo, me pedía comida y tiene razón, no he almorzado. Baje a la cocina y abrí la nevera, revise de arriba hacia abajo y no estaba mi almuerzo, apuesto que se le olvidó a mi mamá hacerlo.
No tenia más opción que pedir una pizza, si me pongo a cocinar incendiaria la casa, así que tome mi celular y pedí una pizza de peperonni familiar, creerán que es mucho pero en realidad si me la puedo comer toda.
Pasaron veinte minutos y el timbre sonó, salí corriendo de la sala a la puerta, tenia demasiada hambre, abrí la puerta y ahí estaba la deliciosa pizza llamándome para que sea devorada por mi, le pague al chico que entrega las pizzas y cerré la puerta, corrí a la cocina y me senté a comer, estaba demasiado rica, y claramente no quedo ni una migaja.
Apenas podía caminar de tanto comer, subí a mi cuarto y me recosté en mi cama, tenia sueño, tome mi celular y puse música, cerré mis ojos y me concentre en la canción y sin darme cuenta ya estaba durmiendo.
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