¿Por que a mi?
Otro día de clases aburrido y no va a estar Evan, espero que se mejore pronto.
No he pensado en anónimo desde la noche anterior y trato de no hacerlo, el solo me a ilusionado, porque si en verdad me quisiera me hubiera dicho quien es el.
Llego al colegio y me siento mal al estar sola, me siento intimidada y lo único que quiero es terminar rápido las clases.
Mientras caminaba hacia mi casillero veo a Lucia y Alexa hablando ¿Desde cuando ellas son amigas? No lo se, y no quiero saber nada de Alexa, ella me decepcionó y nunca creí que ella haría eso, eramos amigas y solo eramos las dos, pero cuando conocí a Evan, se alejó y eso me puso un poco mal, pero ahora no me concentrare en eso.
Llego a mi casillero y lo abro, tomo mis libros y lo cierro, al voltear veo a Alexa y Lucia paradas enfrente mio.
—Vaya, la niña rara esta sola—dijo Lucia cruzando los brazos.
¿Qué se cree ella? Qué me gusten los videojuegos y que no me guste la moda no significa que sea una "niña rara", como odio a Lucia, quisiera arrancarle esas extensiones rubias, ni siquiera se por qué le caigo mal.
—¿Qué quieres? —hable de mala gana.
—No le hables así ¿Oíste? —intervino Alexa dando un paso hacia delante.
—Alexa ¿Por qué haces esto? —hable bajo.
—Ange...—trató de decir Alexa pero Lucia la interrumpe.
—Oye, niña rara, Alexa ya no es tu amiga, ella nunca seria amiga de una tonta como tu.
—No hables por ella —miro a Alexa—¿Es en serio?
—Si...—toma aire y sigue—No quiero ser amiga de alguien como tu, solo eres un pedazo de basura —cuando dice eso sus palabras me hieren, ¿Cómo Alexa puede decir eso? En verdad me decepciona.
—¿Qué pasa? ¿La bebé va a llorar? —dice Lucia con una sonrisa de maldad en su rostro, se acerca hacia mi y tumba todos los libros que yo sostenía, me agaché para recogerlos pero Lucia los empuja con su pie, me levanto enseguida para ir a recogerlos pero ella no me permitía caminar, estaba enfrente mio.
—Permiso —hablé enfadada pero ella no me respondió, levanto su mano derecha y me dio una cachetada, fue tan fuerte que me caí al suelo, mis ojos se cristalizaron.
—Ya no te metas con nosotras —dijo Alexa.
Trate de levantarme y tome mis libros mientras mis lagrimas caían, salí corriendo del colegio sin mirar atrás, no veía nada con las lagrimas en mis ojos. Llegue a un parque, ese mismo al cual fui con Evan. Me senté en un banco en frente del lago y empece a llorar mas fuerte.
¿Por qué?
¿Por qué me tocó esta vida? ¿Por qué todos me odian?
Tape mi rostro con mis manos y seguían saliendo las lágrimas.
No aguanto esta vida no aguanto a estos hipócritas, no aguanto, ya no...
Quisiera no existir.
Pasaron veinte minutos, estaba sentada en el banco contemplando el cielo, pensando en todo lo que ha ocurrido en mi vida, todo era un desastre, exceptuando algo, Evan.
Necesitaba un abrazo suyo ahora mismo, quisiera estar en sus brazos.
No quería regresar al colegio nunca más y tampoco a mi casa, solo quiero estar sola, apartada de todos.
Tome mi celular y los audífonos de mi bolso y coloque música, empezó a sonar una canción lenta. Recordé el día en que vine con Evan a este parque, nunca lo olvidare.
La canción seguía y yo cerré mis ojos, seguía en ese banco, sintiendo el aire pasar moviendo mi cabello.
Abro mis ojos y reviso mi celular, eran 10:39am, debería estar en el colegio pero no iba a regresar, tome mi bolso y me fui caminando.
Llego a mi casa y abro la puerta, obviamente no hay nadie en casa, mis padres estaban trabajando y mi hermana estudiando, subo a mi habitación y me cambio de ropa, me visto mi pijama y bajo a la sala, me siento delante del televisor, voy bajando de canales y no hay nada bueno que ver, así que apago la tele y me recuesto en el sofá, cierro mis ojos y en cinco minutos me quedo dormida.
***
—¡Angelica! —escucho a alguien llamarme—¡Oye, Despierta! —dice una voz femenina, abro los ojos lentamente y trato de distinguir quien es.
—¡¿Qué haces aquí?! —abro bien los ojos y veo que es mi hermana.
—¿Grecia? —me rasco los ojos.
—¿Angelica que haces aquí? Deberías estar el la escuela —dice preocupada, pero yo no le hago caso y tomó mi celular de la mesa en frente del sofá, veo la hora y eran las... ¿Doce? Pero si a las doce mi hermana también debería estar en la universidad.
—Pero, son las doce y... —ella me interrumpe.
—¿Y qué? —dice nerviosa.
—Y tu también deberías estar en la universidad —cruzo los brazos, ella se sienta en el sofá conmigo y pone sus manos en mis hombros.
—Bueno, me atrapaste —colocó los ojos en blanco.
—¿Por qué estás aquí? —frunzo el ceño.
—Pues... me suspendieron —me sorprendió saber eso, Grecia no es de esas chicas rebeldes que siempre están en problemas.
—¿Por qué? —dije preocupada.
—Unas chicas de mi clase estaban peleando y yo trate de detenerlas pero recibí un golpe y me defendí regresando el golpe, y el director nos vio —habló rápido pero la entendí—Por favor no les digas a mis padres —junto las manos en forma de súplica.
—Okay, pero tú tampoco les digas que yo falte —levante una ceja, ella suspiró.
—Está bien.
Subí a mi cuarto y me recosté en la cama. Pasaron unos minutos cuando mi celular sonó.
Evan: ¡Hola!
Me alegró el mensaje de Evan, ya lo extrañaba.
Yo: ¡hey! ¿Qué tal? ¿Ya te sientes mejor?
Evan: pues si, me siento mejor.
Yo: me alegro mucho.
Evan: ¿Y tu cómo estas?
Yo: no muy bien.
Evan: ¿Qué paso? ¿Estas bien?
En verdad no quería hablar de eso, pero siento la necesidad de hablarle y desahogarme
Yo: se trata de Lucia y Alexa.
Evan: ¿Qué te hicieron?
Yo: Lucia me golpeó, pero no es nada, tranquilo.
Evan: ¿Qué? !No!, no puede estar bien, voy a ir a tu casa.
Yo: No Evan, tranquilo no hace falta.
Visto a las 12:36pm
Evan es muy dulce al preocuparse y venir, en realidad si lo necesito aquí.
En diez minutos suena el timbre y bajo a abrir la puerta.
—Hola —enseguida me abraza.
Sentí como una piedra gigante se quitó de mis hombros cuando Evan me abrazó, me sentía libre, es como si... bueno no se como explicarlo.
—Gracias por venir.
—Sabía que me necesitabas —me vió a los ojos fijamente y solo pude sonreír.
Cerré la puerta y subimos a mi cuarto y empezamos a hablar, principalmente sobre lo que ocurrió y de lo mucho que me decepcionó Alexa pero luego hablamos de muchas cosas y Evan no paraba de hacerme reír con sus tonterías.
El se acostó en la cama y yo me acosté junto a él colocando mi cabeza en su pecho que subía y bajaba cuándo el respiraba, de inmediato sentí como su corazón latía con rapidez pero después de poco regreso a la normalidad, me pareció raro ¿Estaba nervioso? No pude pensarlo mucho porque terminé durmiéndome.
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