Carta #3.
Al siguiente día desperté feliz, emocionada, inquieta, y ansiosa por la nueva carta.
Quería saber realmente quien era y que pensaba de mi últimamente, ya que su primera carta me hizo cambiar el ánimo en pocos segundos.
Salté de la cama, fui al baño rápidamente, me arregle, y mientras desayunaba me imaginaba donde podría estar la otra carta, me despedí de mi madre, cosa que nunca hago, salí de mi casa y fui rápidamente al cole.
Al llegar vi a Evan hablando con uno de su sección, fui corriendo gritando su nombre y lo abracé, me miro asustado y un poco nervioso. Fruncí el ceño.
—¿Estas bien? ¿Sigues enfermo? —pregunté preocupada.
—Tranquila, es que tus gritos aveces aterran —reímos.
Al sonar el timbre de entrada, me despedí rápidamente de Evan.
Entré al salón y fije la vista rápidamente en mi asiento y no encontré nada, pensaba que era un buen lugar para colocar la carta pero no estaba ¿Dónde estará la segunda carta si la primera estaba en mi cuarto? Al terminar la clase fui a la cafetería por mi merienda, la señora de la cafetería me miro atenta.
—¿Usted es Angelica? —me dice la señora.
—Si, soy yo —afirmo un poco confundida.
—Esto es tuyo —me da una carta.
—¡La carta, gracias! —dije emocionada, la coloque en la bandeja de mi merienda—Disculpe pero ¿Me puede decir quien le dio la carta?—pregunte curiosa.
—No, lo siento —dijo con tono frío y siguió sirviendo comida, salí corriendo, bueno corriendo no, pero si caminaba rápido, a cinco pasos tropecé con alguien, pero no vi quien era, cuando escucho que grita mi nombre supe quien era, Miguel.
Me volvió a gritar.
—¡¿Qué te pasa?! ¡Mira por donde caminas! —tumbó mi bandeja de comida, yo me quede callada, lo ignore y me agaché para recoger la carta, le había caído toda mi comida encima, salí corriendo a un lugar a solas y empece a limpiarla, venían a mi mente recuerdos del pasado y el daño que me hizo Miguel. Unas lágrimas salieron, pensaba que mi día sería el mejor, pero mi vida es injusta y siempre existe algo que arruina mi felicidad. Termine de limpiar la carta lo mas que pude y me fui.
Al salir veo a Evan preocupado y salgo inmediatamente a abrazarlo y de nuevo empiezo a llorar.
—¿Qué te hizo el estúpido de Miguel? —me dice furioso, le agarre la mano y lo lleve hacia un lugar a solas, y le conté todo lo que ocurrió.
—Pero lo mejor de todo es que recuperaste la carta ¿no? —me sonríe, asentí con la cabeza hacia abajo.
—Hey, levanta el animo, dame tu bolso —sacó la carta y empezó a leerla con el fin de que mis ánimos subieran. Pero lo detuve antes que la leyera.
—¿Que tal si todo esto solo lo hacen para ilusionarme? igual no se quien es el "anónimo", no se si quieren burlarse de mi, no se nada —se quedo callado y me abrazo.
—No pasara eso, créeme —susurró.
—¡Tu no sabes nada, todos me quieren hacer daño! —le grite con una furia dentro de mi que no había sentido antes—¡Ya no me importan las cartas de ese tal anónimo! —agarre mi bolso y salí corriendo a mi casa triste y molesta. En el camino me encontré con un basurero, vi la carta y luego el basurero, mordí mi labio y la bote.
Llegue a mi casa y directamente fui a mi habitación, no quería comer, me acosté y empece a pensar y me sentí culpable de como había tratado a Evan, el solo quería ayudarme y yo como tonta le grite, no me imagino como debe estar, Evan seria incapaz de hacerme daño, al menos así lo veo yo, deje de pensar y trate de dormir un poco.
***
Desperté a las 6 p.m revise mi celular y no tenía ninguna llamada, realmente quería llamar a Evan y disculparme, doy asco.
Baje, busque comida y subí a mi cuarto de nuevo, no paraba de pensar en llamar a Evan, y me empece a preocupar mucho por el ¿Y si le pasó algo? ¿Estará bien? Los nervios me atacaron y busque su contacto y empece a llamar. Contesto su Padre.
—Buenas ¿Esta Evan? —me mordí la uña.
—Evan esta dormido, lo puedes llamar mas tarde —suspire de alivio.
—Muchas gracias.
Por una parte me calme, porque sabia que estaba bien, pero ¿Si no quiere hablar conmigo? ¿Y si hizo que su padre mintiera? Miles de cosas negativas pasaban en mi mente, tantas así que me dormí de nuevo, eso era lo único que podía hacer para dejar de pensar en tantas cosas.
***
Desperté al día siguiente para ir a el cole, con pocos ánimos y sin ansias, lo único que me importaba era ver a Evan y disculparme por todo.
Llegué al colegio buscando a Evan, y lo vi sentado en el patio, me acerque a el y me senté a su lado
—Hola... siento mucho lo de ayer, enserio estoy muy apenada, no debía gritarte y menos tratarte así, se que tu me estabas ayudando —fui al grano de una vez.
—Tranquila, se que esto es fuerte para ti, y quizás ya no te importe las cartas de anónimo —hablo sin despegar la mirada del suelo.
—¿Qué?, claro que si me importan —coloqué mi mano sobre su hombro.
Me acorde de la carta, debería estar en algún lugar, pero ¿Dónde?
—¡La siguiente carta! ¿Dónde debe estar? —dije emocionándome.
Suena la campana llamando la atención de todos.
—Bueno la buscamos luego —dije rápido y me dirigí a mi salón, cuando entro el profesor se acerca a mi.
—Señorita Angelica, esto es para usted —me sorprendo.
—Por favor, dígame de quien es la carta —dije con esperanza de que el me diga, pero no fue el caso.
—No señorita, por favor siéntese —señaló mi asiento.
—Pero profesor —le suplique con la mirada.
—Dije que no —el profesor se volteo y me dirigí a mi puesto enojada.
Termine las clases, salí corriendo en busca de Evan, lo encontré saliendo de su salón despidiéndose del conserje, me acerque, lo agarre de la mano y lo arrastre hacia un lugar privado.
—¿Por qué estabas hablando con el conserje? —fruncí el ceño.
—Mmm... nada solo que lo ayude a limpiar algo en el salón —rascó su nuca.
—Okay... —me interrumpe.
—¿Que hay de la carta? —dice sonriendo.
—¡Ah si!, aquí esta —la abrí y la empezamos a leer.
"Hola, quizás digas que te estoy acosando, sólo que me tienes loco y no dejo que preocuparme por cada cosa que te pasa. Quizás pensaste que esto de mandarte cartas era un juego, o para burlarme de ti, pero no, no hagas caso a comentarios absurdos como esos, tu eres especial, una hermosa chica dispuesta a todo, también me he dado cuenta que te emocionan mucho mis cartas y eso realmente causa felicidad en mi. Sin más que decir, seguiré en esto y ojalá leas esta carta.
Con amor, anónimo."
—¿Qué te parece? —dice Evan interrumpiendo el silencio que se había hecho.
—Realmente me quiere —una gran sonrisa se formo en mis labios.
—Al parecer si.
—¡Tengo una gran idea! —chille, Evan me tapó la boca con su mano.
—¿Qué? —dijo quitando su mano.
—Qué tal si...
(bueno aquí esta otro capitulo espero les guste y si es así por fa apoyen este libro, gracias y besos)
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