El reloj marca las 4:28pm de la tarde. Estoy sentada en el sofá de la sala esperando a Evan, pienso en lo que le voy a decir ¿Qué tal sólo ir al grano? ¿Sería buena idea? No se, veré que sucede.

Un sonido me aleja de mis pensamientos, es el timbre. Me dirijo a la puerta y abro esta, me encuentro a Evan bien arreglado y en una mano sosteniendo una bella margarita, en seguida me sonrojo.

—Hola, esto es para ti.

—Muchas gracias —tomo la flor.

Llegamos al parque y los nervios me atacaron, mis manos empezaron a sudar y mi corazón a latir con fuerza, no sabia exactamente como comenzar pero ignore eso y me senté junto a Evan en un banco.

Contemplamos en cielo unos minutos y el silencio se volvió incómodo, mire a Evan de reojo, el no me miraba.

Tome aire.

—Evan... —el fijó su mirada en mi, esa mirada llena de amor y dulzura.

—Tengo algo que decirte —empece jugando con mi brazalete, fije la mirada en esta y seguí, no podía mirarlo a los ojos porque me pondría más nerviosa.

—¿Si?

Me llene de valor y lo miré directo a los ojos

—Cuando fui a tu casa para estudiar y me dejaste sola en el cuarto, descubrí algo, algo que me hizo feliz, pero me dejo con mis dudas —hablé con calma tratando de ir directo al punto y sin enredarme, quería aclarar esto de una vez. El frunció el ceño.

—Evan... ¿tu eres anónimo? —pregunte dulcemente con una media sonrisa, el abre los ojos y desvía la mirada, se notaban sus nervios.

—Mmm... —rascó su nuca aún sin mirarme.

Me miro a los ojos y respiró profundo.

—Si, lo soy —dijo con una media sonrisa—Angelica, yo nunca te lo dije porque pensaba que me ibas a rechazar, se que te dolió mucho pero simplemente no podía, lo siento, siento que te hayas enterado así —bajó la mirada.

—Evan, no tenias que pensar eso, y no importa como me haya enterado —
coloque mi mano en su hombro—¿En serio me quieres de esa manera?

Movió su cabeza en forma de afirmación mientras jugaba con sus dedos. Se formó una sonrisa en mi rostro.

—¿Y como supiste que sentías cosas por mi?

—Lo supe desde el momento en el que escribí de ti, por ti y para ti.

Sonreí.

—Yo... yo también te quiero de esa manera

—¿En serio? —me miro sorprendido.

Moví mi cabeza en forma de afirmación, una sonrisa se formó en el rostro de Evan, los dos estábamos felices y tal vez ¿enamorados?

Mire al cielo y me di cuenta que se hacía de noche, el sol se escondía y el amor salía, ese momento era hermoso.

Se podían ver unas cuantas estrellas, de repente pasa una estrella fugaz, sonrío de lado y cierro los ojos.

—Pide un deseo —me susurra.

Cierro los ojos muy bien y pido mi deseo como una pequeña niña.

Deseo, poder estar siempre con Evan.

Abrí mis ojos y lo mire, el sonrió al igual que yo.

—¿Qué deseaste? —pregunta.

—Esos deseos no se dicen —rodó los ojos mientras sonreía.

Se acerco un poco a mi, me puse nerviosa, pero respire profundo y deje que el momento me llevara, repose mi cabeza en el hombro de Evan mientras los dos veíamos el hermoso cielo.

Pasaron unos minutos, levante mi cabeza y nuestras miradas quedaron de frente, estábamos muy cerca, podía escuchar su respiración. No quería alejarme, es más, quería acercarme, quería saber como se sentían sus labios. No podía dejar de mirarlo, teníamos una conexión muy fuerte, sentí como su cuerpo se acercaba, sentía como mi corazón latía mil kilómetros por hora, solo besame, es en todo lo que pensaba.

Sentí su mano sobre la mía, cerré mis ojos y solo esperaba tocar sus labios con los míos.

Hola!! ¿como están? Espero que bien.

Estoy muy pero muy feliz porque las visitas de la historia están aumentando mucho.

Muchísimas gracias para los que están desde el principio, y a los demás también, por fa apoyen la historia votando y compartiéndolo con sus amigos, me harían más feliz aún, y no sean tímidos comenten!!

Espero les guste este capítulo jeje.

Sin nada mas que decir, adiós!!