*Capítulo 22*

Sus dedos trazan círculos imaginarios sobre la piel de mi cadera y mis ojos se cierran solos, apoyo mi barbilla sobre mi puño y mi cabello cae alrededor de mi rostro.

— ¿Dónde estabas el día que nos conocimos?— cuestiono abriendo los ojos para observarlo.

— Había mucho tráfico ese día— dice y sus ojos azules me miran.

— Hubo un choque, creo— arrugo la nariz.

— Si, yo estaba en mi auto— su mano sube a mi mejilla— Te vi discutir— sonríe— Estabas tan molesta, tus mejillas estaban rojas y un puchero estaba en tus labios.

— Es una manía— muerdo su dedo cuando esté pasa por mi labio inferior.

— ¿Por qué discutías?.

— Max me dio una palmada en el trasero— Logan arquea una ceja— Lo único que quería era dejarlo estéril, pero no me dio tiempo ese día.

— Entonces, ¿El golpe en la entrepierna fue una venganza?— pregunta divertido.

— Algo así— me encojo de hombros sonriendo— Pero no fue de la manera en la que creí, lo imaginé más épico.

— Cuando te vi en esa esquina, te vi inalcanzable— murmura mirándome fijamente y acariciando mi mejilla— No puedo creer que te tenga así, Sol.

— Yo soy la que no debería creerlo— siento mi rostro arder y su sonrisa me confirma que lo está haciendo— Todas las mujeres quieren asesinarme.

— Eso no debería importarte— informa— No todas son rubias y de ojos azules.

— ¿Te gustan las rubias de ojos azules?— cuestiono con una ceja arqueada.

— Me gustas tú, Sol— mi corazón se acelera— Solo tú y nadie más.

No sé que decir y que responder a eso, por lo que simplemente me acerco a su boca y lo beso.

Este hombre no es real. Si lo es, Sol. Y esta justo a tu lado.

Termino de desempacar los accesorios del nuevo pedido que nos llegó está mañana.

— Meg, ¿Llenaste los formularios del pedido de hoy?— cuestiono.

— Si, están sobre el estante de abajo— señala y voy en su búsqueda.

Solo me quedé con este empleo. Pensé en también trabajar en el restaurante y solo dejar la biblioteca, pero a penas le comenté a Claudia sobre la universidad, técnicamente me despidió.

Dijo que necesitaría más tiempo para estudiar y concentrarme. Entonces opte por quedarme en la biblioteca también, pero mi horario llegó hace dos días y resulta que, casi todas mis clases son el mañana. Por lo que, no puedo trabajar en la biblioteca.

Entonces, hablé con mi jefe aquí en la agencia y me dijo que no había ningún problema, trabajaré en la tarde solamente.

Menos estrés, Sol. Si, menos estrés.

— Eh... Sol— la voz de Meg me llama.

— ¿Si?— cuestiono aún buscando los formularios.

— Te buscan— dice y frunzo el ceño.

— ¿Quién me busca?— me pongo de pie y mis palabras se atascan en mi garganta.

Una castaña, alta y muy hermosa, me mira desde el otro lado del mostrador con una ceja encarnada.

— ¿Sol Smith?— pregunta con voz fina.

— Si— asiento— Y ¿Usted es...?

— Sofía Johnson— dice y mi un nudo se instala en mi garganta— ¿Podemos hablar?.

— Eh... estoy trabajando...

— Solo será un minuto— sonríe falsamente. Miro a Meg y esta me observa.

— ¿Me cubres un segundo?— Meg asiente y yo salgo del local.

Sigo a la alta castaña hacia un café, ella se sienta y me indica que haga lo mismo.

— ¿Quieres algo?— cuestiona.

— No, gracias— digo, jugando con mis dedos.

— Tal vez te preguntes quien soy, yo...

— Trabajas con Logan— afirmo y ella asiente.

— Si, trabajo con él— me sonríe— Yo hablé con su madre, con Carol.

— Lo supuse— murmuro y desvío la mirada.

— Ella me dijo que Logan tenía novia y quería verlo con mis propios ojos— ríe— Logan es muy cerrado y no puedo creer que tenga novia.

— Pues la tiene— afirmo, sonríe.

— Logan no es muy bueno demostrando sus sentimientos, por así decirlo— su mirada es burlona— Puede que él piense que contigo lo está haciendo, pero no es así.

— Eso debería importarme a mi— digo cruzando mis brazos sobre mi pecho— A nadie más. ¿Puedes decirme lo que de verdad viniste a decirme?.

— Eh... yo, no creo que estés acta para él— arquea una ceja mientras habla— Vamos, mírate. Trabajas en una agencia telefónica, a parte de tus dos trabajos más. Tienes veintidós y ni siquiera tienes una carrera...

— ¿Y que tiene que ver todo eso en una relación?— río— Si, soy todo lo que dices. Trabajo, aún no empiezo la universidad... puede que todavía no sea mi tiempo, ¿Pero de qué sirve tener todo eso?— me inclino hacia adelante— Si voy a ser como tú, prefiero no tener nada.

— ¿Y como se supone que soy?— su voz chillona se eleva un poco.

— Falsa— sonrío poniéndome de pie— Lamento infórmate que, me importa tres lotes de excremento tu opinión y la de Carol. Si tienes algún problema con mi relación con Logan, te sugiero que cierres los ojos o mires en otra dirección— le sonrío— Si me disculpas, voy a trabajar y tratar de ser mejor persona.

Me giro y camino en dirección a la agencia nuevamente.

Mi ceño se frunce, ¿Con que derecho viene y me dice toda esa clase de cosas?.

¿Y si tiene razón?. Mi caminata se vuelve lenta.

¿Y si no eres acta para él?.

Niego y sacudo la cabeza alejando todo pensamiento negativo de mí mente.

— ¿Estás bien?— Meg me mira preocupada— ¿Por qué esa cara?.

— No es nada— sonrío— No pasa nada, tranquila.

— Bueno, puedes hablar conmigo cuando quieras— asiento sonriendo.

Mi teléfono vibra y un número desconocido se marca en la pantalla.

— ¿Si?— contesto.

— ¡Cariño!— la voz de mi madre suena al otro lado.

— ¿Mamá?— pregunto.

— Mi bebé, ¿Cómo estás?— pregunta.

— Bien, mamá... ¿Y tú teléfono?.

— Murió— dice con desdén— Pero no importa. Sol, estoy en Alaska y quiero verte.

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¡Otro capítulo!

¿Que les parece?, ¿Quieren otro capítulo?.

Los estaré leyendo.

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