No paso mucho para que las cosas salieran de lugar. El aire estaba impregnado de una neblina y la desesperación hacía que cada paso que dabamos fuera más pesado. Sentía la presión en mi pecho, como si algo más que nuestros pasos apresurados estuviera consumiendo el oxígeno a mi alrededor. Mientras caminábamos, no podía apartar los ojos de todos los integrantes del grupo, en especial, de Mica, quien avanzaba a mi lado, decidida y enfocada, pero con algo en sus ojos que no lograba descifrar.

-¿Qué es eso? -preguntó James, señalando un humo negro que se alzaba a la distancia, una alerta de que algo, o alguien, no estaba bien.

-Carajo-, expresó Dael mirando hacía donde señalaba James-.

-Tienen que haber personas allí -dije, sintiendo cómo la adrenalina comenzaba a recorrerme.

Mica asintió, y fue ella quien lo dijo primero:
-¿Y si son los de la transmisión del otro día?

Esa posibilidad encendió una chispa en el grupo. Todos sabíamos lo que estaba en juego. Sin embargo, Sarah negó con la cabeza.
-Ya no estoy dispuesta a arriesgar mi vida por falsas esperanzas.

-Sarah-, dijo Eli jadeando-.

-No Eli, si quieres ve tú yo del BAI no me muevo más-.
Nadie le respondió, pero todos entendimos su decisión. James llegaría para dejar a Eli a salvo, prometiendo volver con refuerzos y algo de equipo. Eso nos dejó a Mica, Dael y a mí como los únicos dispuestos a seguir adelante.

Después de correr un rato, Dael insistió en tomar la ruta más corta, a pesar de mis argumentos.
-Estoy bien, Spen-aseguró con determinación mientras sostenía su arma. Antes de que pudiera convencerlo, desapareció entre las sombras.

Mica y yo seguimos por la ruta más larga. No teníamos armas, por eso Dael insistió en que siguiéramos juntos.

-Spencer, si nos pasa algo-. Comenzó Mica, con la voz temblorosa-, bueno, si me....

La interrumpí, tomando su mano.

-No te pasará nada. No dejaré que te pase nada.

Un silencio incómodo siguió, roto únicamente por el crujido de nuestras pisadas sobre el suelo robusto. Mica rompió la tensión de repente:

-Oye, Spencer... ¿quién es Milena?

Mi corazón pareció detenerse. ¿Cómo sabía ella ese nombre? Trague saliva antes de responder. O sea, si bien nos conocíamos desde antes y después del principio del fin nos tomamos confianza, estoy seguro de que nunca le mencione a Milena.

-¿De dónde sacaste ese nombre?

-Me llamaste así. Después de la pelea que tuvimos en la base, cuando intentabas consolarme.

Un flashback invadió mi mente.

~
FLASHBACK
-Tranquila, Milena -le dije suavemente-. Está bien, ya está.
~

Milena. En verdad no entiendo que me esta pasando, me propongo a dejarla ir y ahora ando confundiendo a mis compañeras con ella. Me force a mantener la compostura, y respondí.

-Era... mi novia. Vivía en el extranjero y cuando todo pasó no volví a saber de ella.

Mica no insistió, aunque sus ojos mostraban más preguntas que no se atrevió a hacer.

Cuando llegamos al origen del fuego, nos topamos con el caos: un minimarket en llamas. Un coche se había estrellado frente a el y ya la gasolina y la radiación del motor estaban pasando factura.
Me acerqué sigilosamente en busca de vida en el escenario, pero dentro del coche no había visualización de algo u alguien, lo mismo en los alrededores.

-Spen-, la voz de Mica sonó cortada-.

Me acerqué a ella que yacía en el suelo sosteniendo algo.

Era el arma de Dael. Ella la levantó haciendo una mueca que denotaba el nudo existente en su estómago.

-No... no, no, no... Sabía que no debía dejarlo venir.

-Tiene que estar vivo -dijo ella, su voz entrecortada.

El nerviosismo de ambos era evidente. Y sólo asentí.

-Sí, tiene que estar vivo, debemos buscarlo-, murmuré pasando mis manos por mi cabeza en un acto de frustración-.

-No perdamos tiempo, apaguemos el fuego primero. No quiero que esas cosas nos encuentren-, tomó Mica de iniciativa.

La observé acercarse a un hidrante cercano y tiró de la manguera, rociando agua sobre las llamas. Mis emociones eran indescifrables y no sabía por dónde empezar, eran muchas cosas al mismo tiempo y todo me hacía sentir culpable.

En medio de mi frustración seguí los pasos de la pelinegra ante mí, mientras trabajaba, por un momento me olvide del desastre existente, de todo el caos y la mierda que nos rodeaba. Había algo casi infantil en su entusiasmo, pero eso solo me hacía sentir peor. No podía arriesgarla más.

Decidí cortar el agua de golpe.
-Tenemos que irnos.

-¿Qué te pasa? -protestó Mica, ofendida.

Justo cuando le estaba por responder, el horror llegó. Tentáculos oscuros, largos y llenos de espinas, emergieron del minimarket. Uno de ellos atrapó a Mica por la cintura y vi como en su cara se palpo la confusión, el miedo y el horror. Ante mis ojos todo paso en cámara lenta.

-¡Ayúdame, Spen! -gritó Mica, luchando por liberarse mientras era arrastrada hacia la oscuridad.

Actúe rápido, casi por impulso. Levanté el arma de Dael y apunte hacia la grotesca deformidad que la sujetaba, pero el arma estaba trancada.

--Maldición-, la arroje al suelo y rápidamente corrí hacia Mica. Me avalanze hacía donde ella se encontraba, la sujete con mis manos y tiré de ella con todas mis fuerzas.

-¡No hables, Mica! Solo agárrate fuerte.

Pero los tentáculos eran demasiado fuertes. Uno me arañó el brazo izquierdo, dejándolo desgarrado. A pesar del dolor, no la solté, no podía, no quería hacerlo. No luego de la promesa que le hice. Miré hacia el interior del minimarket y ví una figura monstruosa, grotesca y enorme, claramente un invasor.

-Spencer... -susurró Mica, sacando algo de su bolsillo. Eran las muestras y un pequeño papel.
-Llévale esto a Julieta. La clave es 345 ella sabrá que hacer.

-¡No! No voy a soltarte-, con mi brazo herido, trate de alcanzar la mocha sujetada a mi cinturón-.

-No pierdas la esperanza. Milena... tu padre... Dael... todavía tienen que estar vivos-, dijo soltando lo que me ofrecía-.

Antes de que pudiera responder, Mica me soltó.

-¡Mica, no! -grité, viendo cómo el invasor se la llevaba.

En un ataque de rabia, me puse en pie y tomé la mocha, luego, sin pensarlo, corrí hacia el invasor, pero este me recibió con un golpe con tal fuerza que me lanzó contra un hierro cercano. Con la vista nublada y el cuerpo entumecido, solo alcancé a ver cómo la figura del invasor se alejaba, llevándose a Mica a rastras.

-Mica... -susuré mi voz rota.

Luego mi vista se nubló aun más con algo rojo, y de pronto, todo se oscureció.

NOTA DE LA AUTORA:

⭐¡Hola, mis inva-esquizofrenicos!⭐

Espero que les haya gustado este capítulo, fue uno de los más intensos de escribir, especialmente porque muestra mucho sufrimiento entre mis personajes, más que en "el primer enfrentamiento". Quise dejarles un final impactante y así fue. (Se que ahora me odiaran). En especial mi amiga y ahora fiel lectora @karla83u7

Sé que muchas preguntas quedaron abiertas: ¿Qué pasó con Dael? ¿Quién es Julieta? ¿Y qué pasará con Spencer después de este golpe tan fuerte? Prometo que todo esto empezará a resolverse muy pronto. Si todo sale bien, mañana podría publicar el próximo capítulo, así que estén atentos.

Gracias por su paciencia, sus comentarios y todo su apoyo. ¡Son increíbles! No olviden dejar sus opiniones, ya que me motivan muchísimo a seguir escribiendo.

Nos leemos pronto,
INVA-ESQUIZOFRENICA DIEZ MIL. 💙✨