InuYasha se quedo estatico en ese lugar, no sabia que reponder. Su cabeza daba vueltas y vueltas para poder dar respuesta a esa pregunta, ¿Qué jodidos era lo que ganaba teniendola ahi?

-Creo que no lo habías pensado, verdad- Su voz apagada lo saco de su mente. Tenia razón jamas lo había pensado de esa forma -InuYasha, sigo sin entender que...- 
-Nada- Dijo secamente y volvió a verla a la cara, estaba palida y confusa ante la respuesta
-¿Nada?  ¿esa es tu respuesta? InuYasha-  Esperaba que le dijera que estaba bromeando y que el quería una cantidad de dinero o lo que sea para que la dejara libre, pero el se quedo firme a su repuesta. ¿Porqué? por eso era la verdad, InuYasha no ganaba absolutamente nada teniendo a Kagome ahí secuestrada en esa habitación de su casa.  -¿Porqué me sigues teniendo aquí InuYasha? ¿Qué fue exactamente lo que te dije o hice para que me tengas aquí encerrada?- 

Un nudo se formo en su garganta y si dijera que no quería llorar era mentira. Los sentimientos que aun tiene por InuYasha sigue vivos dentro y parece que no van a dar tregua; sin hablar de que también su estomago rugía por el delicioso aroma que despedía la pasta con una guarnición de papas, gelatina de fresa y agua natural.  

No sabia si era el hambre o sus sentimientos que la estaban volviendo loca, pero asi no podía pensar bien. Ni con los sentimientos vivos ni con el hambre.

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