
Capítulo #15
Ver cómo el agua recorre su espalda, moja su cabello y eriza su piel, es algo más allá de la perfección. Tenerla desnuda en frente, entorpece cualquier capacidad mental o motora de mi cuerpo... solo la observo, respiro y la vuelvo a observar, así durante los quince minutos de baño que se da. Prefiero un millón de veces ver como se ducha, que entrar con ella y arruinar el espectáculo. Todo no es sexo, a veces también te apetece ver a esa chica siendo ella, sonriendo o tomándose un baño, la miras y simplemente sabes que tú estás ahí y tienes esa sensación de pertenencia sobre ella y aunque no sea tuya, en el fondo... sientes que lo es. Momentos así no tienen precio, solo tienen valor y esa, esa es la gran diferencia.
Salimos de la habitación y vemos que no hay nadie en casa.
- ¿Donde estarán todos? - le pregunto a Meryl
- Ni idea - responde ella alzando los hombros - pero Tyler debe estar al llegar.
- ¿Tyler? ¿Qué Tyler?
- Mi hermano mayor - afirma ella - ¿nunca te había hablado de él?
- Pues no, ni siquiera sabía que tenías más hermanos - respondo mientras me llevo la mano a la panza. Joder que hambre me ha dado de repente - ¿Y si nos preparamos algo?
- ¿Sabes cocinar? - me pregunta
- ¿Freír huevos no cuenta verdad? -respondo - Pues no, no sé cocinar.
- Entonces siéntate y observa a la maestra - me dice mientras se coloca un delantal rojo a juego con su pelo.
Juraría que esta chica no había tocado una sartén en su vida, pero siempre me sorprende, es tan fina y recatada que no la imaginaba para nada entre fogones, aún así hace una comida típica española (pulpo a la gallega o algo así), receta de su madre que al parecer es muy buena cocinera. Un plato delicioso, la verdad, para chuparse desde los dedos hasta los tentáculos.
Después de un mal chiste en mi propia cabeza creo que la hora de irme ha llegado, subo al piso de arriba para buscar mi camisa en el suelo de la habitación de Meryl.
- Aún huele a sexo - murmuro por lo bajo mientras recojo la camiseta.
Saliendo de la habitación veo que me queda una puerta enfrente, está entreabierta y hay una pegatina prohibiendo la entrada, me da una curiosidad enorme, básicamente porque cuando entré no la había visto y Melanie me enseñó toda la casa excepto esta parte.
Me asomo con sigilo y la empujo para observar, solo es otra habitación, pero aún más tétrica que la de Meryl - ¿Por qué en esta casa todas las habitaciones dan miedo? - sinceramente no quiero ni pensar en eso.
Entro y compruebo que es la habitación de un hombre, hay un olor muy fuerte, como a perfume caro y unos preservativos usados en el piso. También hay unas fotos en la pared, son de toda la familia y están todos en traje de baño, al parecer es una playa, pero hay alguien que me llama la atención de ahí; un chico que no conozco y tiene un gran parecido con la descripción que me dio Brian de quien supuestamente le disparó a aquella chica en la fiesta, y joder es mucha casualidad, pero tiene un tatuaje en el hombro exactamente como Brian me explicó, me comienzo a asustar y creo que mi tiempo aquí ya terminó, salgo de aquella habitación y bajando las escaleras a toda hostia llamo a Meryl para que sepa que me marcho ya.
- ¡Meryl! Ya me voy, ¿donde estás?
- Estoy en la sala Dylan - responde ella - ven aquí.
Al llegar siento la voz de alguien y veo a un chico dándome la espalda.
- Él es Dylan - afirma ella presentándome ante el desconocido - es un amigo.
Tal es mi sorpresa al girarse hacia mí, es aquel chico de la foto, ¡Joder! no quiero echar balones fuera, pero puedo tener a un asesino en frente.
- Y él es mi hermano mayor, Tyler - continúa Meryl con sus presentaciones.
Ahora si que me voy a volver loco, ¡¡su hermano!!, tengo que hablar urgentemente con Brian y preguntarle más sobre aquella noche. Mis nervios se notan y comienzo a sudar aún sin calefacción.
- ¿Qué pasa Dylan? - pregunta Meryl confusa ante mi reacción
- No, no pasa nada - Tartamudeo sin saber bien que decirle.
Salgo de la casa, desesperado por llegar a donde está Brian y contarle todo, necesito averiguar más porque esta incertidumbre es muy jodida, esto ya es demasiado, asesinatos, tatuajes, piezas de ajedrez y yo me voy a volver loco.
Toco mis bolsillos y encuentro un porro y un encendedor, prendo el canuto y al guardar el encendedor en mi bolsillo se me cae justo en medio de la calle, me agacho para recogerlo y de repente un golpe inmenso me deja tirado en medio de la avenida, casi inconsciente asumo que un auto me golpeó, solo oigo el claxon de los coches y gente gritando, no siento los pies, ya con la visión borrosa escucho la voz de una chica que asustada llama a la policía o a emergencias - ni sabría decir con exactitud - intento levantarme pero es imposible, en un instante dejo de escucharlo todo y solo oigo a un bebé llorando, quizás son recuerdos de mi pasado, también veo a mis padres juntos y a una familia feliz - supongo que sea la nuestra - algo que ya no existe.
Dicen que cuando alguien está a punto de morir ve su vida pasar en diapositivas y eso era lo que yo estaba viendo, al principio una familia de revista , con una vida lujosa y no me refiero al dinero, después veo a un padre partir y dejarlo todo atrás, dejar a una madre rota y a una casa destruida, veo un Manicomio y a un menor trabajando para pagar mis estudios, veo tristeza, soledad, veo un alma vacía por la ausencia de un padre. Un nuevo dolor me recorre el cuerpo, pero esta vez es físico, abro los ojos y veo sangre a mi alrededor, justo en el clavo para desmayarme por completo , o quizás no podría llamarlo desmayo, tal vez hasta aquí llegó la vida de este drogadicto, solo se que dejé de existir por un momento y no se siente para nada mal.
_*La muerte no es tan mala como la pintan*_
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